Sociólogo y politólogo.  Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid (2003/2022)

Artículos destacados

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¡SE HACE CAMINO AL ANDAR!

Artículos destacados propios en 2024

La amenaza ultra. Antonio Antón, en Público (20/09/2024) y Rebelión (3/10/2024)


Análisis sobre el ascenso electoral y de influencia política y mediática de las ultraderechas, el proceso de derechización institucional y la recomposición de las élites dominantes. Selecciono vario párrafos:


“En las recientes elecciones europeas las distintas derechas extremas han conseguido el 28% de votos, llegando a sumar sus tres grupos parlamentarios, junto con algunos no inscritos, unos doscientos escaños, cifra similar a la del primer grupo del Parlamento europeo, el Popular, con conservadores y democratacristianos, que representa la Presidenta de la Comisión europea, la alemana Ursula von der Leyen.


Particular impacto inmediato y a medio plazo tienen los casos de Alemania y Francia. En este eje francoalemán, donde se basa el núcleo fundamental de la Unión Europea, se ventilan auténticos retos estratégicos con la posibilidad de un mayor giro derechista de ambas formaciones de centroderecha, con la colaboración de las derechas extremas…


Asistimos a un proceso complejo y multidimensional, pero persistente, de recomposición de las élites dominantes y su articulación partidaria y representativa, junto con la relegitimación y refuerzo de las estructuras de poder del Estado y una reorientación estratégica y discursiva. Sus componentes básicos son:


a) Nacionalismo autoritario a nivel externo (hegemonismo geopolítico, imperialismo competitivo, neocolonialismo, militarismo) e interno (nacionalismo excluyente, primacía nacional de los nativos, homogeneización étnico-cultural y racismo).

b) Autoritarismo postdemocrático o iliberal, manipulación mediática, jurídica y de fuerzas de seguridad, debilitamiento de la propia institucionalidad democrática… aun respetando a regañadientes los procesos electorales, cierta libertad partidista y la mínima legitimidad parlamentaria; no estamos -todavía- en el nazi-fascismo de los años treinta.

c) Recorte de la participación democrática y los derechos civiles, políticos y sociales, con control social y marginación de las izquierdas y movimientos sociales progresistas.

d) Segregación popular, con apoyo de capas acomodadas, reconvirtiendo el retroceso de ventajas relativas de sectores en declive o el miedo al avance en derechos universalistas -feministas- en resentimiento y culpabilización hacia capas vulnerables -inmigrantes-.”


Referencia web original:

https://blogs.publico.es/otrasmiradas/86889/la-amenaza-ultra/


Referencia web de la versión editada en Rebelión (3/10/2024):

https://rebelion.org/la-amenaza-ultra/

La reforma social pendiente. Antonio Antón, en Público (2/07/2024)


Tras una radiografía de la opinión de la sociedad sobre los problemas sociales, a partir de estudios del CIS, se explica la ambivalente gestión política y la necesidad de profundizar en la reforma social de progreso. Selecciono los párrafos finales:


“Junto con estos avances limitados y costosos, la cuestión fundamental es que la reforma social de progreso aparece relativamente estancada en esta segunda legislatura del Gobierno de coalición progresista, ahora con Sumar, sin capacidad para sacar los prepuestos generales. La prioridad ha sido, primero la amnistía y, después, la llamada regeneración democrática que, a la vista del pacto PSOE/PP para la renovación del Consejo General del poder judicial, parece limitada y encaminada a la estabilización del bipartidismo.


Pero este bloqueo actual de la agenda social, con solo cambios menores, contrasta con la situación y la percepción mayoritaria de la sociedad que reclama solución a los graves y variados problemas socioeconómicos, laborales y de empleo, con síntomas de frustración.


Se ha propuesto una gran reforma, la reducción del tiempo de trabajo, pendiente de las dificultades para el diálogo social tripartito y su concreción. La segunda reforma es la financiación autonómica, contando con la singularidad de Cataluña; debería ser clave para ampliar la garantía de los servicios públicos (sanidad, educación, servicios sociales) que es el mayor gasto de las Comunidades Autónomas. Sin embargo, ya aparece una gran dificultad: la ausencia de una profunda reforma fiscal progresiva -con nubarrones de austeridad desde la UE- que garantice el incremento sustantivo de la inversión social, es decir, de la tarta global a repartir, y evitar el forcejeo interterritorial de suma cero y agravios comparativos. Y otro problema, no inferior a la infrafinanciación del Estado de bienestar, es la de la privatización, segmentación y segregación de esos servicios públicos, particularmente, por las políticas de las derechas. Constituyen desafíos para las fuerzas progresistas y, especialmente, para el impulso reformador y la credibilidad transformadora de las izquierdas.


Por tanto, si miramos la percepción de la sociedad vemos que algo no cuadra respecto de un relato embellecido y justificativo de la acción gubernamental, aunque deje en entredicho la versión negativa de las derechas extremas, cuya machacona visión catastrofista no ha podido impregnar la opinión mayoritaria de la población. En consecuencia, para conectar la acción institucional con las preocupaciones y demandas populares y legitimar su acción pública, hay que partir de los claroscuros de esa realidad vivida y percibida que revive las dos grandes apuestas del movimiento cívico y las aspiraciones de cambio de progreso de los últimos quince años y que siguen pendientes: justicia social y democratización. Lejos de infravalorarla, la reforma social progresista sigue pendiente y para las izquierdas sociales y políticas debe constituir una prioridad frente a la amenaza de involución social y democrática de las derechas.”


Referencia web original:

https://blogs.publico.es/otrasmiradas/84744/la-reforma-social-pendiente/


Referencia web de la versión en Rebelión (4/07/2024): https://rebelion.org/la-reforma-social-pendiente/

Desafíos articuladores y unitarios. Antonio Antón, en Público (16/06/2024)


Tras el balance de las elecciones europeas del 9J y la dimisión de Yolanda Díaz como coordinadora general de Movimiento Sumar, explico la fragilidad democrática y de la cultura pluralista en la izquierda transformadora y el corporativismo sectario en las élites alternativas como deficiencias que dificultan su tarea de representación y avance social y democrático. Reproduzco varios párrafos:


“Toda esta vertebración, poco transparente y sin criterios objetivos compartidos, afecta a la configuración democrático-pluralista del sujeto político, a su papel de mediación con la sociedad, a su prestigio como ‘mediador’ de las relaciones sociales y políticas; genera distanciamiento o desafección hacia esa dirigencia poco maleable. Es contraproducente con la senda hacia un frente amplio, unitario y plural…


Hace tiempo se había iniciado el cuestionamiento público de la legitimidad del liderazgo de Yolanda Díaz como garantizadora del ensanchamiento electoral y de influencia, beneficioso para el conjunto y cada parte del conglomerado, es decir, para un objetivo común, en el que quedaba fuera Podemos. La reacción inmediatista es a mirar por la posición institucional de cada cual a corto plazo; o sea, a cierta fragmentación y descomposición del proyecto e interés colectivo, visto como privilegio hegemonista de parte.


El divisionismo y el burocratismo de las élites partidistas es un tema polémico en la historia de las izquierdas y la ciencia política, desde la revolución francesa y pasando por las experiencias de estos dos siglos hasta el debate sobre la oligarquía de los partidos políticos de hace un siglo y replanteado en la actualidad.


Es necesaria la superación de esas inercias e intereses corporativos de las estructuras dirigentes de los partidos políticos, así como las deficiencias participativas de los hiperliderazgos. Se trata de reforzar, junto con su función representativa y gestora, un doble plano democrático: el talante unitario y colaborativo, y el respeto y la regulación de la pluralidad.


En definitiva, sin un cambio de actitud político-democrática, sobre todo, de la dirigencia de Sumar, con un modelo orgánico integrador y respetuoso con el pluralismo, no es posible una cooperación con Podemos, centrado en su propio autodesarrollo, ni la perspectiva de un frente amplio, que pueda abordar unitariamente la próxima etapa política y electoral de 2027, de municipales, autonómicas y generales, con el fin del ciclo institucional progresista en España. Como he dicho en otro lugar, la solución, de venir, vendrá de abajo y, en parte, de fuera de las dirigencias alternativas actuales. Es un desafío para la izquierda transformadora.”


Referencia web original:

https://blogs.publico.es/otrasmiradas/84195/desafios-articuladores-y-unitarios/

¿Podrá Sumar?. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 234 (1/05/2024)


En este ensayo, tras esta pequeña descripción inicial, explico, en primer lugar, el contexto político con las características del sanchismo para enmarcar su alianza con Sumar. En segundo lugar, señalo el estancamiento del espacio alternativo y la necesidad de su remontada representativa, con la duda, en tercer lugar, de su capacidad para afrontar los desafíos estratégicos. Finalmente, analizo la idea de que la democracia será social, participativa y solidaria, o no será, con la evaluación de los valores ideológicos, progresistas y combinados, de libertad, igualdad y solidaridad. Selecciono varios párrafos:


“La hipótesis aquí dibujada es el estancamiento representativo y de influencia de la izquierda transformadora, con un importante impacto en la reducción de escaños parlamentarios agudizado por su división y el deterioro asimétrico de la legitimidad de sus liderazgos. Así, en la reciente encuesta de 40dB (8/04/2024), desde el porcentaje del 12,31% conseguido en las elecciones generales del 23J por Sumar -con sus aliados e incluido Podemos-, ahora pasa al 8,2%, más de cuatro puntos menos, mientras Podemos, presentándose en solitario, consigue el 2,9%, o sea, en una proporción de uno a tres; del total de ese electorado alternativo del 23J casi un tercio (31%) opta por Podemos y algo menos de la mitad (49%) votaría por Sumar (y sus aliados).


Además de su confirmación analítica, este panorama exige un reajuste, sobre todo, de la actitud democrática, unitaria y pluralista para deliberar y decidir sobre la orientación política y la conformación de sus equilibrios internos y sus dirigencias. Es una base mínima de respeto, reconocimiento y confianza para dialogar y establecer pautas comunes de colaboración y poder dar otro paso consensuado hacia un acuerdo más global, con vistas a las próximas elecciones generales y más allá.


La fotografía electoral de las europeas proporcionará algunos indicios detallados de la realidad representativa. Junto con la experiencia reciente y el conjunto del contexto de este próximo verano y otoño proporcionará elementos para encarar la reflexión crítica y, en su caso, la reorientación más inclusiva y respetuosa de la conformación de esta izquierda transformadora.


Por tanto, para avanzar en la respuesta a ese interrogante, habrá que esperar a la trayectoria práctica de los próximos meses, el panorama tras las elecciones europeas, los próximos presupuestos generales y el perfil de la legislatura, así como los reajustes constituyentes de este conglomerado alternativo en este periodo hasta finales de año, y comprobar si se confirman estas tendencias y las capacidades articuladoras y participativas de los sectores más activos e influyentes y los dirigentes alternativos.


Por ello, me parece más apropiado señalar el problema como duda y, al mismo tiempo, como emplazamiento para superarlo: ¿serán capaces el conjunto de estas fuerzas en torno a Sumar, e incluido Podemos y, en particular, sus élites directivas, de afrontar sus desafíos estratégicos y organizativos, ampliar su espacio representativo y consolidar una dinámica democratizadora y de progreso?. Y, paralelamente, ¿serán capaces de favorecer los vínculos con las izquierdas nacionalistas y el propio Partido Socialista, desde su doble identidad social y confederal/plurinacional, como argamasa para el conjunto del bloque democrático?. Lo dejo abierto, recordando lo que tengo escrito en el libro Izquierda transformadora: la solución, de venir, vendrá por el impulso de abajo y, en parte, de fuera de los liderazgos actuales.”


Referencia web original:

https://mientrastanto.org/234/ensayo/podra-sumar/

¿Serán capaces?. Antonio Antón, en Público (16/04/2024)


Estamos en un proceso de transición en la conformación y recomposición de la izquierda transformadora. Todavía no hay certezas claras. Planteo la reflexión en términos de duda: ¿Serán capaces las dirigencias alternativas de afrontar los desafíos estratégicos y unitarios?. Selecciono varios párrafos:


“A un plan inicial de Podemos de abordar una renovación del liderazgo con cierto continuismo de la orientación política y su primacía orgánica, ha seguido el plan más drástico de reorientación política moderada y cambio de la primacía dirigente que es lo que, con amplio apoyo mediático e institucional, se ha impuesto con la constitución de Sumar y la ruptura final con un Podemos en situación defensiva.


Persisten los retos estratégicos y cooperativos del conjunto de esta izquierda transformadora para frenar su deterioro político y apostar por una recomposición unitaria y plural, en torno a una dinámica política reformadora y democratizadora de país. Todavía es pronto para calificar todo el proceso de estos dos/tres años como fallido para renovar y fortalecer las opciones de progreso y valorar como irreversible su declive político y su división, junto con el avance representativo socialista (y las izquierdas nacionalistas) … y su posible consecuencia de una próxima victoria de las derechas…


Además de su confirmación analítica, este panorama exige un reajuste, sobre todo, de la actitud democrática, unitaria y pluralista para deliberar y decidir sobre la orientación política y la conformación de sus equilibrios internos y sus dirigencias. Es una base mínima de respeto, reconocimiento y confianza para dialogar y establecer pautas comunes de colaboración y poder dar otro paso consensuado hacia un acuerdo más global, con vistas a las próximas elecciones generales y más allá.


En todo caso, me parece más apropiado señalar el problema como duda y, al mismo tiempo, como emplazamiento para superarlo: ¿serán capaces el conjunto de estas fuerzas en torno a Sumar, e incluido Podemos y, en particular, sus élites directivas, de afrontar sus desafíos estratégicos y organizativos, ampliar su espacio representativo y consolidar una dinámica democratizadora y de progreso?. Y, paralelamente, ¿serán capaces de favorecer los vínculos con las izquierdas nacionalistas y el propio Partido Socialista, desde su doble identidad social y confederal/plurinacional, como argamasa para el conjunto del bloque democrático?. Lo dejo abierto, recordando lo que tengo escrito en el libro Izquierda transformadora: la solución, de venir, vendrá por el impulso de abajo y, en parte, de fuera de los liderazgos actuales.”


Referencia web original:

https://blogs.publico.es/otrasmiradas/82321/seran-capaces/

Butler y el sujeto feminista. Carmen Heredero y Antonio Antón, en Jacobin (9/10/2024)


Ensayo compartido publicado por la prestigiosa revista latinoamericana, editada en Argentina:


‘Una identidad sociopolítica liberadora y una ética fuerte, anclada en los derechos humanos y la democracia, favorecen el compromiso cívico por la igualdad y la libertad. El feminismo es positivo no solo para las mujeres, sino para toda la humanidad.’


Además de esta presentación transcribo la última parte sobre la relevancia de la experiencia vivida e interpretada:


“Antes de la constitución del sujeto social hay una realidad sociodemográfica concreta, pero no existe el sujeto «objetivo» o en potencia. Su formación y su articulación es más compleja y mediada por otros mecanismos institucionales, asociativos y socioculturales. El factor fundamental para su constitución tampoco son los discursos o las ideas de unas élites que los socializan entre la población. La conexión se establece por la experiencia vital de la gente, que se asocia a su realidad material vivida y a sus aspiraciones.


Se trata de un enfoque realista, relacional, crítico y, en cierta forma, también constructivista, en un sentido sociohistórico, en oposición al mecanicismo estructuralista u objetivista o a los excesos irreales y voluntaristas de cierto posestructuralismo, ambos con distintos componentes idealistas. Este constructivismo social e histórico, con connotaciones thompsonianas y gramscianas, es más complejo, interactivo y multidimensional que la teoría performativa de Butler, más influida por los intelectuales posmodernos franceses, y que, por cierto, parece ser desconocido para ella.


Este enfoque crítico es de gran relevancia teórica y conecta con la experiencia articuladora de los movimientos sociales igualitarios de estas décadas. Nos muestra la importancia de poner el énfasis en la valoración y la vinculación con la experiencia social, en las costumbres en común de las capas populares y en las mediaciones institucionales y socioculturales y su relación con la realidad de sus condiciones materiales de existencia, así como de sus sueños, valores e ideales. Todo ello, mediante un exhaustivo análisis empírico de las prácticas colectivas de las clases y capas subalternas, sus organizaciones y representantes en el marco de las estructuras económicas y de poder en cada ámbito.


Se da una interacción entre posición socioeconómica y de poder, conciencia y conducta, aunque no mecánica o determinista en un sentido u otro. Frente al esencialismo identitario, hay que analizar a los actores en su trayectoria, su interacción, su multidimensionalidad y su contexto. El sujeto colectivo emancipador se va formando a través de la experiencia relacional en el conflicto socioeconómico, la pugna sociopolítica y la diferenciación cultural respecto de las capas dominantes.


Judith Butler ha hecho una extraordinaria aportación, especialmente sobre la liberación sexual y de género y en defensa de los colectivos LGTBIQ+, pero conviene superar esas dos limitaciones y atender a la reelaboración de un enfoque relacional, interactivo, procesual y multidimensional sobre la imprescindible formación del sujeto social como palanca transformadora igualitaria-emancipadora, y la reafirmación de un feminismo social y crítico para afrontar mejor las relaciones desiguales de género.


Urge contribuir a la formulación de una teoría crítica feminista respecto del sujeto transformador y la identificación social, política y cultural que sea superadora de la experiencia dispersa, los liderazgos locales y las dependencias ideológicas y políticas, y promover su vinculación con las estrategias progresistas y transformaciones globales. El feminismo sigue plenamente vigente.”


Referencia web original:

https://jacobinlat.com/2024/10/butler-y-el-sujeto-feminista/

La lacra del racismo. Antonio Antón, en Público (28/08/2024)


A raíz de los hechos racistas en Gran Bretaña, analizo la problemática de la inmigración en España y cómo prevenir y combatir el racismo a través de la integración social y la convivencia intercultural. Selecciono varios párrafos:


“Por tanto, la prevención y el tratamiento del racismo constituye un reto interpretativo y sociopolítico, en torno a dos ejes combinados: la integración social y la convivencia intercultural. Se trata de afrontar la involución derechista y segregadora respecto de la inmigración, su disciplinamiento como mano de obra barata, su sometimiento a una situación subordinada y con menos derechos y la división social respecto de las capas trabajadoras autóctonas y entre la propia población inmigrante.


Al igual que con el antifeminismo, frente a los avances de condiciones igualitarias y derechos emancipadores feministas, con el racismo se ha reforzado una ofensiva cultural reaccionaria. Pero, también, se intenta consolidar la discriminación de una parte significativa de las capas populares e influir en el aparato de poder institucional europeo, con el acceso a posiciones gubernamentales como en Italia y otra media docena de países.


El racismo y las dinámicas de extrema derecha no solo buscan la complicidad de una parte del poder establecido, especialmente con la penetración en el aparato del Estado -fuerzas de seguridad, judicatura- y los medios de comunicación, sino que buscan ampliar su legitimidad social con el apoyo de sectores populares, particularmente de clases medias y capas trabajadoras en descenso de estatus socioeconómico -no solo en el ámbito rural o tradicionalista-. Se pretende reconducir sus malestares y resentimientos y movilizarlos utilizando los supuestos agravios comparativos y estimulado sus ventajas étnico-nacionales o de raza (o de sexo). O sea, con el socorrido criterio trumpiano o neofascista de la culpabilización del más débil y la primacía ‘nacional’.


Se produce una conversión discursiva: la responsabilidad de los recortes sociales, las deficiencias de los servicios públicos, los retrocesos de estatus y reconocimiento interpersonal e institucional, el malestar social…, ya no deriva de los de arriba, los poderosos, las grandes instituciones globalizadoras o el propio mercado y el capitalismo; la culpa la tiene el nuevo chivo expiatorio que destruye la nación, el orden social o la cultura del país: la inmigración, a veces centrada en la irregular o la musulmana.”


Referencia web original:

https://blogs.publico.es/otrasmiradas/86470/la-lacra-del-racismo/


Referencia web de la versión publicada en Rebelión (29/08/2024):

https://rebelion.org/la-lacra-del-racismo/


Referencia web de la reedición por Mientras Tanto nº 237 (1/09/2024):

https://mientrastanto.org/237/de-otras-fuentes/la-lacra-del-racismo/

Butler y la vigencia del feminismo. Carmen Heredero y Antonio Antón, en Público (7/08/2024)


Reflexión valorativa a raíz de la publicación de su último libro ‘¿Quién teme al género?’ donde se constata la persistencia de la desigualdad de género y la necesidad de combatir la estrategia reaccionaria contra el feminismo. La segunda parte está tratada en ‘Experiencia, identidad y sujeto feminista. (En torno a Judith Butler)’, publicado recientemente. Selecciono varios párrafos:


“No se trata de hacer aquí una valoración completa de su obra. Con ocasión de la publicación de su último libro comentamos lo que pudiera considerarse contradictorio respecto del hilo conductor de varios de sus libros anteriores. El foco principal de su posición, hasta ahora, era superar, debilitar, romper… el género y el normativismo sexual dominante, que ha sido la fuente de la discriminación de las mujeres y las disidencias sexuales y de género, así como deslegitimar su justificación teórica. Su aportación más específica, la teoría de la performatividad, es una visión constructivista del ser humano: el mundo de las ideas, los discursos y las normas es decisivo en la construcción de la realidad social de las personas, cuya capacidad de agencia va configurando su carácter, su experiencia y su identificación de género.


En ¿Quién teme al género? se produce un giro discursivo y de objetivo prioritario, aunque la autora lo considera menor y en continuidad con sus aportaciones fundamentales sobre ‘deshacer’ el género. Ahora, la finalidad es combatir a las corrientes antigénero, es decir, fortalecer el análisis y las estrategias de género, las identificaciones femeninas y las experiencias LGTBIQ+ frente a los intentos, en múltiples países, de destrucción del género y la diversidad sexual por parte de las ultraderechas reaccionarias y las confesiones religiosas tradicionalistas, en especial el Vaticano y las iglesias evangélicas, tal como analiza profusamente en el libro.


El giro obedece a la necesidad de afrontar desde una óptica progresista y democrática la nueva ofensiva ultraderechista, autoritaria y patriarcal desatada frente a los avances feministas y de los movimientos LGTBIQ+ de estas últimas décadas, así como combatir el racismo, la explotación de clase y el neocolonialismo. Estos sectores más conservadores y neofascistas extralimitan mediáticamente los supuestos horrores que habría supuesto lo que llaman ‘ideología del género’ que habría que destruir por ser su enemigo civilizatorio. Sus efectos serían corrosivos para las familias, la propia nación -blanca, cristiana y occidental-, incluso para el propio Estado, el orden establecido y la cohesión social. Por tanto, desde las derechas extremas, no hay tregua ni contemporización con esa supuesta degradación, por lo que promueven la polarización discursiva y, cada vez más, la involución político-estructural y el machismo agresivo…


Lo que nos interesa destacar aquí es que, frente a la ofensiva reaccionaria contra el género y su carácter destructivo, Butler defiende el sentido del género, de las nuevas identidades femeninas y su avance liberador. Su prioridad ya no es disolver el género, sino defender su estatus actual más avanzado, así como sus distintos niveles identificadores, frente a la tendencia reaccionaria antigénero, que busca reforzar el papel tradicional y subordinado de la(s) mujer(es).


En consecuencia, el punto de partida de su reflexión es claro: existe el género, existen las mujeres, con una realidad diversa, pero con rasgos comunes que permiten hablar de sexo/género femenino (o masculino o un tercero). Frente a la idea naturalista, el modelo familiar tradicional y el concepto unitario de mujer, se ha abierto una diversidad de opciones sexuales, convivenciales e identificaciones personales. La autora ha realizado una gran aportación analítica y crítica, tanto respecto de la normatividad heterosexual obligatoria cuanto de las experiencias de género más o menos fluidas y consistentes, en transición o con experiencias mixtas e intermedias. Se echa en falta, no obstante, una profundización más sistemática de las problemáticas femeninas y, en consecuencia, de las políticas de igualdad de género o entre los géneros. En ese sentido, tendría que dar un paso más en la orientación planteada en el libro.”


Referencia web original:

https://blogs.publico.es/otrasmiradas/85932/butler-y-la-vigencia-del-feminismo/

Tras la ruptura, qué. Antonio Antón, en Público (17/12/2023)


‘El frágil acuerdo entre Sumar y Podemos se ha roto. Aparte de explicar su significado, es necesario el análisis del contexto y el futuro, así como los retos para la izquierda transformadora.’ Selecciono varios párrafos:


“No son previsibles cambios relevantes a medio plazo en esas grandes variables estratégicas que induzcan a modificar sustancialmente las alternativas gubernamentales y las mayorías parlamentarias de cara las próximas elecciones generales, dentro de cuatro años, o su posible anticipación…


En ese marco, la izquierda transformadora tiene grandes desafíos, más todavía partiendo de la actual división en distintos grupos parlamentarios y el diferente estatus sobre responsabilidades gubernamentales, con diferencias políticas y la consiguiente competencia político-electoral. En la perspectiva de las próximas elecciones generales, dentro de cuatro años, o menos si son anticipadas, se presenta una encrucijada similar a la del 23 de julio, que empujó al acuerdo mutuo para conformar una coalición electoral: ganar a las derechas y garantizar la gobernabilidad progresista, siguiendo una senda democratizadora y reformadora. Esa realidad y esa tarea permanece invariable y aconseja el evitar un distanciamiento irreversible en el espacio del cambio de progreso que impida un nuevo acuerdo colaborativo, junto con la izquierda nacionalista.


Hemos situado el nudo principal del conflicto y la división en la izquierda transformadora: el reconocimiento representativo de cada fuerza con la regulación proporcional de responsabilidades institucionales, junto con una negociación programática equilibrada y plural. Ha sido imposible resolverlo, y se ha dado un paso atrás. El acercamiento queda para más adelante, pero hay que evitar el alejamiento injustificable, y mantener los puentes…


La actual configuración parlamentaria y gubernamental de las izquierdas refleja la terminación de un ciclo de esa prolongada experiencia y la transición a una nueva etapa de recomposición de equilibrios representativos y prioridades estratégicas. Sin descartar un mayor debilitamiento de la izquierda transformadora y en una difícil y compleja situación, existen todavía suficientes energías sociales para empujar por una democracia social avanzada y apuntar a un frente amplio progresista, superando la fragmentación, la prepotencia y el sectarismo.


Queda abierto el alcance de la respuesta popular y la activación cívica que pueda compartir con la acción institucional de las izquierdas un horizonte de cambio de progreso, de confianza popular en su representación social y política con suficiente credibilidad transformadora y democrática. Está por ver la recomposición, la consistencia y la capacidad de articulación social y política de esa élite dirigente para hacer frente a ese desafío. El debate y el respeto a la diversidad es fundamental, también el talante unitario, integrador y colaborativo. Esta experiencia que se inicia va a forjar, en un sentido u otro, la base de activistas y el liderazgo alternativo de la nueva etapa. Y todo ello tiene incidencia para la configuración de la sociedad y, particularmente, de la izquierda social y política en la próxima década.”


Referencia web original:

https://blogs.publico.es/otrasmiradas/78012/tras-la-ruptura-que/


Referencia de la versión en Rebelión (23/12/2023):

https://rebelion.org/tras-la-ruptura-que/

Lecciones en torno a la recomposición de la izquierda transformadora. Antonio Antón, en Público (25/02/2024)


“La izquierda alternativa, diferenciada del PSOE y de la izquierda nacionalista, está en un proceso transitorio de rearticulación. La coalición Sumar y Podemos, además del Partido Socialista, se han llevado un batacazo en las elecciones gallegas. Junto con la experiencia de sus tensas relaciones en los últimos meses y los retos inmediatos de las elecciones europeas exigen una reflexión colectiva. Se trata de valorar su papel y su futuro, en el marco del objetivo compartido de reforzar el bloque progresista, democrático y plurinacional frente a la ofensiva de las derechas…


La consolidación del bipartidismo es difícil, al menos en la izquierda, con la completa hegemonía del Partido Socialista, a través de la mayor absorción, minoración y subordinación de Sumar y la (casi) marginación de Podemos, que haría innecesario incluso un gobierno de coalición y se abriría su acariciado objetivo por gobernar en solitario o con mayor autonomía respecto de su izquierda; igualmente, respecto del nacionalismo de izquierda (ERC, EH-Bildu y BNG), aunque es más difícil su neutralización por el peso de la plurinacionalidad de la sociedad española.


No obstante, el conflicto social y democrático (incluido el ecológico, el feminista y el territorial) persiste y hay espacio sociopolítico para una izquierda social y política transformadora o, si se quiere, una fuerza democratizadora y reformadora de lo socioeconómico y laboral -un nuevo y renovado laborismo-. En ese sentido, la existencia y relevancia de Podemos, frena tres dinámicas problemáticas: La moderación de Sumar con su subordinación a la estrategia socialista; la propia tendencia centrista del PSOE, y la desarticulación de un frente plurinacional relevante, incorporado a la llamada dirección de Estado, vista con recelo en la izquierda moderada y sin convicciones federalistas. Pero ese digno y valiente papel, con el desafío al poder establecido y las inercias adaptativas, es el fundamento que explica su freno por los poderes fácticos.


Por tanto, el debilitamiento de Podemos es perjudicial para mantener un espacio sociopolítico y electoral relevante autónomo del Partido Socialista, con un empuje transformador, aunque también puede representar una parte social significativa de la alianza de Sumar. Todavía hay vasos comunicantes entre las bases sociales de las dos sensibilidades y con la socialista. Así, se debería tender, especialmente por abajo, al establecimiento de puentes unitarios y consensuar una competencia ordenada y democrática que defina los equilibrios representativos en cada coyuntura, y se puedan sumar realmente todos los esfuerzos transformadores con su representatividad real.


En definitiva, al igual que en los grandes movimientos populares progresistas o amplios frentes sociales y políticos, es posible combinar diversidad y colaboración, frente al bloque de los poderosos. En consecuencia, es conveniente resaltar los intereses y objetivos comunes, así como consensuar los procedimientos democráticos para articular las estructuras orgánicas y de representación y la regulación de los desacuerdos y la pluralidad existentes.”


Referencia web original:

https://blogs.publico.es/otrasmiradas/80508/lecciones-izquierda/

El conflicto del subsidio de desempleo. Antonio Antón, en Rebelión (26/01/2024)


En este ensayo se analiza el significado de recorte social en el contexto sociohistórico, la injusticia para personas desempleadas mayores de 52 años, las medidas positivas y negativas en el decreto, el que el coste de las mejoras de unos se financia con la reducción para otros, así como el fiasco parlamentario, la ruptura en la izquierda y la necesidad de su recomposición.


Referencia web original:

https://rebelion.org/el-conflicto-del-subsidio-de-desempleo/

Artículos destacados propios en 2023

La articulación democrática en la coalición Sumar. Antonio Antón, en CTXT (17/11/2023)


Análisis de las condiciones y propuestas para avanzar en la capacidad transformadora de la coalición Sumar -incluido Podemos- y su articulación interna respetando la pluralidad existente. Selecciono varios párrafos:


“Respecto de la rearticulación interna de la coalición Sumar, aparte de todo tipo de dificultades de acoplamiento, se ha culminado la primera fase del proceso de sustitución y recomposición de su fuerza dirigente: ahora el predominio es de Yolanda Díaz y su equipo con una orientación y un discurso más moderados. Ha sido paralelo a la dinámica de dejar en una posición subalterna a un Podemos más exigente y ‘ruidoso’.


Para Movimiento Sumar y sus aliados más estrechos ha sido un éxito para su control institucional de la coalición y la fluidez de los acuerdos con el PSOE. Pero ha sido un fracaso en su objetivo de conseguir un significativo ensanchamiento electoral y una superación del declive representativo con una posición institucional más relevante que la precedente, para garantizar un proceso de reformas más ambicioso en favor de las mayorías sociales. Fiasco que ha sido paliado por la victoria el 23-J del bloque democrático y plurinacional y la continuidad de otra legislatura de progreso con acceso a la gobernabilidad compartida.


Por tanto, permanece el gran problema de la eficacia transformadora de la gestión política alternativa, de la capacidad de cambio de progreso real y sustantivo para las capas populares, y la vinculación con la ciudadanía activa y los movimientos y grupos sociales progresistas, incluidos el sindicalismo y el movimiento feminista, y su promoción para dar soporte e impulsar políticas públicas efectivas y avanzar en los derechos sociales y civiles.

En definitiva, el factor clave a superar es la débil credibilidad transformadora, derivado de cierta inconsistencia de la fuerza social de base y vinculado con otro factor adicional significativo: la insuficiente unidad desde la pluralidad de su articulación orgánica, que expresa los límites de la actual élite política de la izquierda alternativa.”


Referencia web original:

https://ctxt.es/es/20231101/Firmas/44716/pedro-sanchez-sumar-izquierda-unida-psoe-investidura-antonio-anton.htm

La prioridad del consentimiento. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 227 (1/10/2023)


Tras el análisis de la reactivación feminista contra la agresión machista de Luis Rubiales a Jenni Hermoso, explico la diferenciación entre deseo, voluntad y consentimiento. Selecciono varios párrafos finales:


“Por tanto, esa distinción entre deseo y voluntad es una clarificación sugerente. No obstante, habría que superar el enfoque individualista para avanzar en una mirada de carácter relacional y ético, con los derechos humanos como guía básica conductual. La sexualidad -salvo la masturbación- es interpersonal-. Por ello, hay que valorar el carácter de esa interacción, atendiendo a unas relaciones libres -consentidas-, igualitarias… y placenteras.


El criterio del consentimiento presupone voluntariedad y acuerdo y está amparado por el contractualismo entre las partes; desborda el simple individualismo, rechaza la dominación o imposición unilateral -patriarcal- en las relaciones sociales, y es superior al impulso del deseo propio y la simple voluntad individual. Hacer de ésta la primacía valorativa de una conducta correría el riesgo de ventajismo instrumental, con el desdén al aspecto principal: el consentimiento…


La búsqueda del beneficio común y del acuerdo regula la unilateralidad del propio deseo y frena el comportamiento machista de los Rubiales de turno con su prepotencia. La voluntariedad de una relación también debe predominar sobre la inicial voluntad o la propia decisión. La libre determinación individual -como los derechos y libertades individuales- es fundamental. Pero, cuando se trata de relaciones interpersonales, vínculos sociales y derechos colectivos, la voluntad individual, más en un contexto de desigualdad de estatus y poder que favorece las ventajas de la parte más fuerte, no es la guía exclusiva de actuación sexual -y social en general-. Se necesita una visión colectiva, multidimensional y solidaria, en determinado campo estructural y sociohistórico…


Así, la prioridad del consentimiento y la voluntariedad es lo que, en un contexto relacional concreto, da sentido a una relación sexual libre y no impuesta. Es la enseñanza ética y teórica que ha proporcionado esta masiva y mediática experiencia feminista frente a la prepotencia machista.”


Referencia web original:  

https://mientrastanto.org/227/ensayo/la-prioridad-del-consentimiento/

Sumar, alternativa transformadora. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 225 (julio, 2023)


Selecciono varios párrafos de este ensayo sobre la estrategia de la izquierda transformadora:


“Durante este último año se ha estado produciendo una recomposición de la primacía dirigente de ese espacio, por parte de Yolanda Díaz y su equipo, transformado ahora en el Movimiento Sumar, al mismo tiempo que de paraguas y liderazgo del conjunto, con un papel subalterno de Podemos que, finalmente, ha sido reconocido por su dirigencia, que debe definir su nueva estrategia. Junto con esta recomposición representativa, y más allá de distintos intereses orgánicos y personales, se ha mantenido latente una tensión por la orientación y la gestión política y su impacto electoral para la nueva coalición electoral: una tendencia más moderada y de alianzas más afín al PSOE, considerada más útil como garantía para el ensanchamiento y la renovación del frente amplio, con la crítica al supuesto radicalismo discursivo que reduciría esa base social, y otra dinámica más transformadora y exigente frente a la persistencia de graves desiguales y las rémoras socialistas para abordarlas, con reformas sustantivas —sociales, democráticas y feministas— en beneficio de la gente, pero siempre en el marco del acuerdo y cumplimiento de la alianza electoral y el programa gubernamental compartido.


No ha sido una buena experiencia de debate y negociación en los dos campos, y su trasfondo queda pendiente para abordar en la próxima fase, con la misión de fortalecer la cohesión interna y la capacidad reformadora de Sumar. Se ha conseguido un acuerdo mínimo con la responsabilidad y colaboración de todas las partes implicadas, y la tarea fundamental inmediata es hacer una buena campaña electoral que asegure el incremento de la representatividad de este espacio alternativo y su capacidad de gestión institucional en el próximo Gobierno de coalición. Empezamos otra fase, con otra reconfiguración unitaria de la representación política transformadora, y veremos lo que da de sí: se trata de garantizar la victoria sobre las derechas y la reedición de un gobierno de coalición progresista, con el impulso a una dinámica de progreso para el país. Sumar debe ser decisiva…


Por tanto, en la práctica, se necesita combinar la gestión institucional de progreso, con sus gestores políticos y sociales, con los procesos de legitimación y arraigo social con la mayoría popular. Las derechas ya están incrustadas con el poder económico, institucional y mediático; para las izquierdas lo decisivo es su vinculación popular, su capacidad de articulación sociopolítica, cultural y democrática.


En definitiva, las fuerzas progresistas están (estamos) ante el emplazamiento inmediato de ganar las elecciones generales del 23 de julio a las derechas. Los riesgos para el país y la mayoría popular son muy grandes. Contamos con el importante factor positivo de la reciente unidad del conjunto de las izquierdas diferenciadas de la socialdemocracia en torno a la nueva coalición de Sumar, una vez superada la agria disputa por su orientación y su hegemonía. Es preciso ampliar y consolidar ese acuerdo de mínimos, desde la integración y el respeto a la pluralidad, considerando la representatividad y capacidades de cada cual, y con un impulso transformador de progreso de la dinámica del país, en la próxima etapa política. Junto con la activación cívica, lo decisivo es la credibilidad transformadora de la nueva representación político-institucional.”


Referencia web original:

https://mientrastanto.org/225/ensayo/sumar-alternativa-transformadora/

Reforma social y territorial. Antonio Antón, en Público (23/09/2023)


Análisis del contexto de la segunda investidura, la de Sánchez, tras el previsible fracaso de la de Feijóo, con la explicación de un escenario difícil pero alentador y las claves para afianzar el campo progresista. Selecciono varios párrafos:


“La soberanía popular ha hablado el pasado 23 de julio: Existe una mayoría progresista y plurinacional con el reto, no solo de frenar el proyecto reaccionario de las derechas extremas y hacer fracasar la investidura de Feijó, sino de apoyar un nuevo Gobierno de coalición progresista, en torno al Partido Socialista y la coalición Sumar, que aborde los imprescindibles avances, entre otros, de las agendas social y territorial. Con la probabilidad de esa configuración gubernamental y de alianzas se trata de avanzar en la clarificación de algunos nudos programáticos y de gobernabilidad…


Pero me detengo en un aspecto particular en el que se conectan los dos campos, el social y el territorial, y en el que se interrelacionan la política fiscal y distributiva, la financiación autonómica, las competencias institucionales y su orientación, las garantías protectoras para la población y los servicios públicos fundamentales.


Dejando aparte la necesaria seguridad del sistema público de pensiones y las prestaciones de desempleo, estoy hablando del refuerzo del Estado de bienestar y su suficiencia financiera con la correspondiente reforma fiscal progresiva, así como de la gestión -progresiva o regresiva- de las comunidades autónomas. Se trata del generar el imprescindible avance cualitativo de la sanidad y la educación públicas, así como de los sistemas de apoyo a la dependencia y el escudo social frente al riesgo de vulnerabilidad y pobreza, en particular con la mejora sustantiva del Ingreso Mínimo Vital y mecanismos similares. Son aspectos ya abordados en la anterior legislatura, especialmente en el ámbito normativo, con la implementación de diversas medidas positivas que han paliado la precariedad, la desigualdad social y territorial y la pobreza y la vulnerabilidad, pero que necesitan un fuerte impulso operativo…


La mayoría parlamentaria de progreso y el nuevo gobierno de coalición tienen este fuerte desafío, de interacción distributiva, protectora y de articulación institucional, que es sustancial para reafirmar el campo progresista y de izquierdas y la confianza de la ciudadanía en su gestión política. Se neutralizaría, así, la demagogia derechista con sus bajadas de impuestos a los ricos, sus incentivos a los poderosos y la instrumentalización de la división social con privilegios a las capas acomodadas y el abandono público del bienestar de las mayorías sociales, con la individualización de los riesgos.


Supone la perspectiva de revertir el poder territorial de las derechas, favorecer la legitimidad de las izquierdas -incluido las nacionalistas en Cataluña y País Vasco-, y, sobre todo, responder a las incertidumbres de la mayoría de la sociedad y dar credibilidad transformadora a las izquierdas. En ese sentido, es una responsabilidad adicional para la coalición Sumar como puente y condicionador tanto respecto del Partido Socialista y sus inclinaciones timoratas para la reforma social, cuanto de las tendencias nacionalistas, especialmente de sus derechas, reticentes a los cambios progresivos, y que pueden coincidir en su bloqueo.


Abordar esta combinación de la reforma social y territorial es clave para fortalecer el campo progresista, aumentar la cohesión social, vertebrar mejor el territorio y sus instituciones y relaciones interculturales y avanzar en un proyecto de país más avanzado y democrático.”


Referencia web original

https://blogs.publico.es/otrasmiradas/76278/reforma-social-y-territorial/

Declive y rearticulación de la izquierda transformadora. Antonio Antón, en Público (21/08/2023)


Segunda parte del estudio sobre la formación, declive y rearticulación de la izquierda transformadora. Selecciono aquí varios párrafos:


“Partimos de un hecho relevante: en el año 2019 y más en 2023, se ha constatado un desplazamiento de voto a Unidas Podemos -y aliados- hacia el apoyo al PSOE -y algo a la abstención-, cuando desde 2011 se habían producido la tendencia contraria. Es decir, existe una parte ciudadana menos identificada o consistente con las fuerzas del cambio de progreso que tiene una posición fluctuante: primero se había distanciado del Partido Socialista, luego habían recalado en 2015/16 en Podemos y una parte significativa vuelve al electorado socialista. En las elecciones generales se ha comprobado una reducción de más de tres millones de votos de un total de seis -la mitad-, y en las autonómicas un descenso de 1,2 millones de un total de 3,6 -un tercio-…


La cuestión es que todo ello se ha desarrollado en la pugna por la sustitución y la primacía de una dirigencia política, junto con la definición de sus señas de identidad o su perfil político, en un proceso largo, tenso y sinuoso que ha culminado, dentro de la coalición Sumar, con la prevalencia del Movimiento Sumar y la subalternidad de Podemos, con Yolanda Díaz combinando su doble función: líder de Movimiento Sumar y coordinadora y portavoz de la coalición Sumar de quince grupos políticos más el anterior de referencia. Pero el reto sigue siendo la capacidad conjunta de la rearticulación de la coalición Sumar, como sujeto político que representa una opción transformadora de progreso…


Ante los tres tipos de factores condicionantes del devenir de la izquierda transformadora, en su doble vertiente de corriente sociopolítica y electoral y plataforma política unitaria, cabe incidir en la mejora de dos ámbitos más accesibles: la rearticulación plural, unitaria y democrática de la nueva coalición Sumar, y el estímulo de la activación cívica progresista con el refuerzo de la participación y movilización de los movimientos sociales y el tejido asociativo progresista. Esa activación popular de base será fundamental para abordar los otros dos tipos de factores: la presión de las derechas y poderes fácticos y las inclinaciones centristas o continuistas de la dirección socialista…


Y hay un tercer factor, de carácter interno pero de gran trascendencia pública, la fractura en la dirigencia de Podemos en torno a la principal decisión estratégica derivada de la mayoría parlamentaria progresista desde 2015 y que reflejaba los cambios sociopolíticos del lustro anterior: el alcance de la exigencia transformadora al Partido Socialista de un Gobierno de coalición y un programa progresistas, con la incorporación de Podemos y sus aliados, en vez de la apuesta socialista por un Ejecutivo y un programa continuista en lo socioeconómico y territorial con Ciudadanos y la exclusión de una alternativa de cambio de progreso. Supuso una fuerte división, escenificada en la Asamblea Ciudadana de Vistalegre II en 2017, entre los llamados pablismo y errejonismo, así como una brecha profunda con la dirección socialista que bloqueó el acercamiento de ambos durante varios años y facilitó el aislamiento político de Podemos, acosado desde las derechas y sus aparatos institucionales y mediáticos.”


Referencia web original:

https://blogs.publico.es/otrasmiradas/75251/declive-y-rearticulacion-de-la-izquierda-transformadora/

Retos para el feminismo. Antonio Antón, en Rebelión (5/06/2023)


Una reflexión crítica, sociohistórica y multidimensional, con ocasión de la presentación del libro “Feminismos. Retos y teorías”, de las polémicas teóricas y la experiencia sociopolítica de la reactivación feminista, con la necesidad de su consolidación y de un impulso reformador. Selecciono varios párrafos:


“Es real la amenaza de la victoria de las derechas en las próximas elecciones generales del 23 de julio; constituiría una involución de los derechos feministas y los avances para las mujeres y colectivos LGTBI. Es un reto inmediato que superar por el movimiento feminista y las fuerzas progresistas. Junto con el análisis de esta encrucijada hay que realizar una valoración más general.


Acabo de publicar el libro “Feminismos. Retos y teorías”. Desde el año 2018, con la reactivación feminista, de forma dubitativa y gradual he ido analizando esta interesante y compleja realidad y estudiando sus fundamentos teóricos. Tenía dos motivos específicos, uno sociopolítico y otro teórico.


El primero deriva de la nueva y masiva dimensión de la activación feminista, llamada la cuarta ola y de carácter internacional, que emplazaba a la intelectualidad crítica y al activismo feminista y progresista a una profundización analítica de sus características, sus causas y su impacto en el actual contexto sociopolítico, cultural y estructural…


El segundo motivo para esta reflexión crítica es de carácter teórico. Además de esta tarea interpretativa y de análisis concreto, toda esta gran experiencia colectiva de la masiva activación feminista, con exigencia de cambios sustantivos y reales, ha manifestado otro reto significativo: su carácter reformador a gran escala y su valoración teórica.  Está interrelacionado con la pugna por su representación social y política, así como por su orientación sociopolítica, su sentido cultural e ideológico, su vinculación con las estrategias de cambio, sus alianzas y su interseccionalidad…


El movimiento feminista, en sus dos niveles, más restringido y más amplio de las personas partícipes en la acción por la igualdad y la libertad de las mujeres, tiene un carácter social y cultural. No es un movimiento identitario, en el sentido de excluyente o insensible ante otros procesos discriminatorios, sino que desde sus inicios hace más de dos siglos tiene, mayoritariamente, un componente universalista y solidario por un cambio de progreso. Y todavía más con esta cuarta ola feminista, inserta en un proceso de cambio global con dinámicas democratizadoras, interseccionales y populares. Así, apunta a la eliminación de los privilegios patriarcales de estatus y poder, amparados en el orden social e institucional establecido, y beneficia al conjunto de la sociedad, a su convivencia con unas relaciones justas…


La identificación feminista supone un sentido de pertenencia grupal, una cooperación solidaria, que no cohíbe la libertad individual; o sea, no es contradictoria con la autoafirmación individual sino todo lo contrario, integra el doble componente del ser humano, el individual y el social. Su carácter solidario, comunitario y de reciprocidad es garantía de reconocimiento personal y apoyo del vínculo social de las personas y de la acción igualitaria-liberadora.


Infravalorar la necesidad de fortalecer la conciencia e identificación feministas lleva a desvalorizar el reconocimiento y la formación del propio sujeto feminista como agente transformador de las relaciones de desigualdad por sexo/género; o bien, a alejarse de la dinámica real de la acción igualitaria-emancipadora del movimiento feminista actual, en pro de otros objetivos particulares o el simple individualismo, impotente para las personas en desventaja.”

 

Referencia web original

https://rebelion.org/retos-para-el-feminismo/

La unión Sumar/Podemos salva el próximo gobierno de coalición. Antonio Antón, en Público (14/05/2023)


Traslado la introducción y el párrafo final de este amplio estudio sociológico:


“Estos últimos días se han publicado dos amplios estudios demoscópicos, del CIS (20/04/2023) y la consultora 40dB (3/05/2023), que apuntan en la misma dirección y que refuerzan el estudio pionero de diciembre de 2022 de la citada consultora, así como recientes encuestas privadas, tal como he analizado en el reciente artículo El reequilibrio entre las fuerzas del cambio. La unión de Sumar y Podemos para las elecciones generales de diciembre de 2023, con un ascenso significativo de su acceso a escaños parlamentarios, favorecería la continuidad de un próximo gobierno de coalición progresista.


No obstante, ambas encuestas difieren sobre la dimensión del electorado socialista y la necesidad de acuerdo con las fuerzas nacionalistas de izquierdas para mantener la gobernabilidad: 40dB lo ve imprescindible y el CIS, no. La otra hipótesis, su división, facilitaría la victoria de las derechas y abriría una etapa de involución política y democrática. Ello, considerando el ligero debilitamiento del apoyo electoral al Partido Socialista que da la mayoría de encuestas (salvo el CIS) y que pretende remontar a través de su credibilidad gestora en su pugna abierta con el Partido Popular y frenando también el trasvase de voto hacia Sumar. Veamos los datos más relevantes de estas fotografías de los electorados que matizan algunos marcos interpretativos habituales…


En definitiva, más allá de cierta pugna competitiva el 28M, particularmente en Madrid y la Comunidad valenciana, por el reequilibrio representativo y la prevalencia en la articulación y representación global, hay una aproximación hacia un mayor realismo sobre la representatividad de cada fuerza política y las implicaciones negativas de la división. Se refuerza la necesidad del reconocimiento de la aportación relativa de cada parte, que permita un acercamiento a una solución respetuosa y satisfactoria que incida en el aspecto principal: la garantía de una ampliación electoral y de presencia institucional del conjunto de las fuerzas del cambio o frente amplio, particularmente de la mano de la unión entre Sumar y Podemos, que junto con el mantenimiento del electorado socialista, permita un nuevo gobierno de coalición progresista que consolide otra etapa de avance social y democrático.”


Referencia web original

https://blogs.publico.es/otrasmiradas/72020/la-union-sumar-podemos-salva-el-proximo-gobierno-de-coalicion/

Meritocracia e igualdad. Antonio Antón, en Público (10/04/2023)


Comento algunas de sus características y señalo varios aspectos teóricos sobre la interrelación entre los distintos tipos de justicia y la concepción de la igualdad. Selecciono varios párrafos:


“El criterio meritocrático como fundamento de la justicia tiene una larga tradición desde Aristóteles, aunque ya alude al criterio de necesidad. En los últimos siglos se ha ido combinando con otros dos tipos de justicia: la igualdad de trato o jurídica, basada en los derechos humanos, y la solidaridad como contrato social colectivo ante las necesidades sociales. Ambos son fundamento de la modernidad liberal o el estado de derecho, así como de la constitución de los Estados de bienestar, con su modelo protector y distributivo basado en la justicia social, tal como he explicado en el libro Cambios en el Estado de bienestar.


Hace varios meses se publicó una interesante y amplia investigación, DERRIBANDO EL DIQUE DE LA MERITOCRACIA, de Future Policy Lab, que ha dado lugar a una viva discusión y que se ha incrementado con el actual debate en ‘Espacio Público’, en el que participo con una contribución: “La equidad meritocrática”. El Informe es una contundente y argumentada crítica contra la meritocracia. Parto del cuestionamiento de la meritocracia como factor (principal) de ascensor social, tal como promete la ideología neoliberal. Aquí, comento algunas de sus características y señalo varios aspectos teóricos sobre la interrelación entre los distintos tipos de justicia y la concepción de la igualdad. Veamos algunos de sus fundamentos en conversación con el filósofo Michel J. Sandel, en su libro “La tiranía del mérito” …


La cuestión es que ese ascensor social en el que los grupos de arriba subían tres escalones, los de en medio dos y los de abajo uno, mejorando todos respecto de su situación anterior pero empeorando los de abajo en sus desventajas comparativas, con una posición ambivalente de los de en medio, se ha truncado con la crisis socioeconómica y su persistencia con altibajos estos quince años. Y ante la frustración y la indignación popular que produce ese empeoramiento vital y sus expectativas descendentes la ideología neoliberal vuelve a poner el acento en el mito de la meritocracia individual, en la salida del esfuerzo y emprendimiento personal que también lleva, mayoritariamente, a un callejón sin salida. Sólo cabe la acción transformadora igualitaria, con el fortalecimiento de la justicia social. Sin desconsiderar la auténtica equidad meritocrática, hay que reforzar la igualdad sustantiva y de trato y la distribución y protección pública según las necesidades sociales.”


Referencia web original:

https://blogs.publico.es/otrasmiradas/70817/meritocracia-e-igualdad/

Feminismo y cambio institucional. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (26/03/2023)


Destaco varios párrafos:


“Este 8 de marzo, en las principales capitales de España, particularmente en Madrid y Barcelona, se ha demostrado la existencia de un potente, vivo, unitario y plural movimiento feminista, a pesar de sus fuertes polémicas y algunas dinámicas divisivas minoritarias. Se ha entrelazado la masiva movilización feminista con los cambios normativos y el debate de la reforma de la ley del ‘solo sí es sí” y sus distintas implicaciones políticas y electorales…


El movimiento feminista organizado es muy diverso. En términos sociopolíticos y culturales la diferenciación principal es entre un feminismo popular, crítico y transformador, con arraigo y activismo de base, y otro elitista y retórico, acomodado a las posiciones institucionales anteriores y punitivo-puritano…


En consecuencia, debe primar el objetivo compartido de garantizar la victoria electoral de ambas fuerzas progresistas PSOE y Sumar/UP (junto con los grupos nacionalistas periféricos) y la configuración de un programa gubernamental de consolidación reformadora de progreso… también en el ámbito feminista.


Ahora bien, son pertinentes algunos interrogantes que salpican los distintos medios y redes sociales y que deben tratarse con trasparencia, rigor y una mínima lealtad respecto del objetivo común: ¿Se pretende aislar a Podemos y, en particular, a sus dos ministras y su futura trayectoria gubernamental, favoreciendo una dinámica moderada en Sumar y colocándolos en una posición subordinada? ¿Se prefigura el objetivo de fondo de poner el freno a la consolidación y ampliación de los derechos feministas y minorar esa representación institucional de Podemos, sin en el ministerio de Igualdad en el próximo Gobierno (ya que se descarta ahora una crisis gubernamental de ese calado)? ¿Hay intereses socialistas en la división del espacio de las fuerzas del cambio, favoreciendo la operación Sumar de Yolanda Díaz como un reequilibrio más favorable para imponer su estrategia continuista en la próxima legislatura?...


Son enseñanzas que exigen paliar este conflicto en el campo progresista, cumplir el resto de compromisos de esta legislatura y recomponer una unidad básica en torno a un plan transformador, democrático, social y feminista que se consolide en la próxima legislatura (y más allá).”


Referencia web original

https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/feminismo-cambio-institucional/20230325085023209999.html

Deseo y nihilismo. Antonio Antón, en Público (17/03/2024)


Reproduzco varios párrafos de esta reflexión:


“El ¡SE ACABÓ! defendido como idea fundamental en este 8 de Marzo masivo, demuestra una buena orientación feminista, con el refuerzo del consentimiento frente a la lacra de la violencia machista. Esta gran movilización, en el marco de la actual ola feminista de los últimos años contra el acoso sexista y los privilegios y la desigualdad de género, contrasta con la opinión de que el feminismo ha ido demasiado lejos y tiene que rebajar sus objetivos, en particular, la exigencia de consentimiento para asegurar la voluntariedad de las relaciones sexuales y la libertad sexual. Critico aquí, desde el punto de vista teórico, algunos de los fundamentos posmodernos que relativizan la importancia del consentimiento.


Además de las dos posiciones que ningunean el consentimiento, la teoría -estructuralista- de la dominación y el neoliberalismo -radical-, desde cierto pensamiento posmoderno se contribuye al combate contra el consentimiento con la crítica a su fundamento doctrinal en el contractualismo y basándose en la importancia del inconsciente. No se trata de valorar las bases del pensamiento psicoanalítico, desde Freud, Foucault y Lacan, sino de su expresión más posmoderna, individualista e idealista. La idea más extrema, de origen en Nietzsche, se basa en la inexistencia de un sujeto pensante o racional o, simplemente, relacional/social; solo existiría el sujeto impulsivo o pasional, con la pulsión del deseo sexual (la libido) o la voluntad de poder inseparable de la sexualidad, tal como bien explican Judith Butler y Éric Marty (El sexo de los Modernos. Pensamiento de lo Neutro y teoría del género, 2022)…


Ese escepticismo filosófico, ya presente en algunos filósofos griegos de la antigüedad, niega la posibilidad de conocer la realidad, consideran la existencia de dos esferas sin conexión, la realidad (material, social o cultural) y la mente. Frente a las certezas del conocer por el racionalismo y el empirismo de la experiencia, la teoría del conocimiento posmoderna se va al extremo contrario, al relativismo y la incapacidad humana para conocer. Así, se llega al nihilismo como negación de la existencia de una realidad objetiva que fundamente el conocimiento y la moral. Se trata del énfasis en el ‘no saber’ del deseo sexual que conlleva la indefinición sobre la voluntariedad y el acuerdo y la impotencia ante la agresión sexual…


El sujeto deseante y opaco, así como el irracionalismo o el escepticismo filosófico no sirven para fundamentar un feminismo crítico, popular y transformador respecto de las profundas relaciones de desigualdad. Su individualismo abstracto le impide valorar y cambiar las condiciones de subordinación de las interdependencias del ser humano. En ese sentido, la sexualidad no solo es la expresión de un deseo individual, la libido, sino, sobre todo, una interacción humana y, por tanto, inserta en una relación social y las normas cívicas que la regulan…

En definitiva, la prioridad del consentimiento y la voluntariedad es lo que, en un contexto relacional concreto, da sentido a una relación sexual libre y no impuesta. Es la enseñanza ética y teórica que ha proporcionado esta masiva y mediática experiencia feminista frente a la prepotencia machista.”


Referencia web original:

https://blogs.publico.es/dominiopublico/60319/deseo-y-nihilismo/

SUMAR en la encrucijada. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 218 (1/12/2022)


Junto con una carta abierta a Yolanda Díaz, explico las características y retos de SUMAR con tres aspectos fundamentales: la distinción entre movimiento ciudadano y plataforma político-electoral, el cambio de primacía dirigente en el espacio del cambio y el principio de realidad y la pugna partidista. Destaco los párrafos finales:


“En conclusión, las distancias son grandes. Como he pretendido explicar no es solo un debate de ideas más o menos realistas sino de intereses (legítimos) de reconocimiento representativo y de estatus y capacidad de influencia política en una gran encrucijada. Los riesgos de ruptura y división son significativos. Sus consecuencias serían mucho mayores que las de las experiencias traumáticas anteriores. En esta ocasión, sus efectos podrían contribuir a impedir la continuidad de otra etapa de progreso y abrir las puertas a la involución derechista, sin que tampoco se beneficie el Partido Socialista (o las izquierdas nacionalistas).


Igualmente, demostraría la impotencia política y la incapacidad democrática y unitaria de la nueva representación político-institucional de las fuerzas del cambio, tan duramente construida. La frustración de la gente de izquierdas y la desafección popular podría ser profunda y duradera. No se puede llegar a ese abismo. Hay que atajar cuanto antes ese recorrido. La responsabilidad sería compartida por todos los principales actores. Sería lo de menos, comparado con el desgaste y el sufrimiento colectivo de la mayoría social y de la gente más activa de este histórico proceso de cambio.


Me he dirigido a ti, dando por supuesto tu mayor responsabilidad en la articulación de una solución pactada. Como todos los acuerdos, y tú lo sabes mejor que nadie, supone hacer concesiones mutuas y defender los aspectos básicos comunes. Tu liderazgo se verá fortalecido por ello.”


Referencia web original: 

https://mientrastanto.org/218/ensayo/sumar-en-la-encrucijada/

La unidad del espacio del cambio. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 219 (1/01/2023)


Ensayo amplio (15 pp.) donde explico detalladamente este tema, del que se han publicado varios fragmentos; esta es la versión completa. Transcribo su presentación:


“El pasado 6 de diciembre se ha publicado el barómetro mensual de diciembre de la acreditada agencia de investigación 40dB. El objeto de estudio demoscópico no puede ser más relevante: las características de los electorados, principalmente de las izquierdas, con la vista puesta en las elecciones generales de fin de 2023 y, en particular, los escenarios posibles de división o unidad de la izquierda del PSOE y su configuración interna, así como sus implicaciones para la gobernabilidad progresista en la próxima legislatura.


Utilizo los propios datos de la encuesta, así como sus microdatos, algunos de ellos con una elaboración propia. Tras algunas matizaciones metodológicas y conceptuales, explico los aspectos de mayor trascendencia política para afianzar una estrategia unitaria: el marco general para una solución pactada, las características de ambos escenarios del espacio del cambio, el unitario y el dividido; el perfil ideológico de las izquierdas y los principales problemas de la gente; la composición de los electorados progresistas y las transferencias de voto; las formas de la candidatura de la izquierda alternativa y el doble sentido de SUMAR como grupo político adicional o marco organizativo común de todo el frente amplio; y termino con varias conclusiones.”


Referencia web original

https://mientrastanto.org/219/ensayo/la-unidad-del-espacio-del-cambio/

La lucha de clases antifranquista. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (20/11/2022)

 

Reseña del libro de Xavier Domènech. La historia social y su aportación teórica y política. Transcribo varios párrafos:

 

“Empiezo con la reproducción de la primera cita del excelente libro del historiador y exlíder de En Comú Podem Xavier Domènech, Lucha de clases, franquismo y democracia. Obreros y empresarios (1939-1979), que acaba de publicar. Es la culminación de dos décadas de investigación histórica sobre este periodo y no es casualidad que empiece por una referencia del historiador británico, cuyo enfoque sobre la formación de las clases trabajadoras, en cuanto sujeto sociopolítico conformado de forma sociohistórica a través de su experiencia relacional, sus ‘costumbres en común’, compartimos ambos y que he tenido ocasión de tratar recientemente.


Como dice la presentación del libro su hilo conductor es la experiencia de resistencia y conflictividad de los trabajadores y trabajadoras frente a la dictadura franquista. Se trata de la formación de un nuevo y amplio sujeto sociopolítico llamado movimiento obrero, por su composición de clase trabajadora y su contenido reivindicativo sociolaboral. No obstante, además de su carácter de clase, en su propia formación, y de forma desigual según las zonas y sectores, le acompañan tres rasgos identificadores: su composición mixta de género, su sensibilidad plurinacional y su carácter político democratizador y antifranquista. En ese proceso construyeron un mundo de valores y desarrollaron formas de vida y solidaridad, que recogieron muchas tradiciones de gente trabajadora y sus organizaciones precedentes de la época de la República, pero que se adaptaron a las nuevas condiciones económicas y políticas para constituir el principal desafío al franquismo, con una experiencia en común particular y una nueva unidad e identificación de clase, por supuesto, en distintos niveles…


Xavier Domènech hace un acertado y riguroso análisis sociohistórico de la formación de la clase obrera española como sujeto social, es decir, como movimiento obrero, en esas décadas pasadas, a través de la interacción de esas tres dinámicas transformadoras y pertenencias colectivas. En una clase trabajadora diversa había en su interior especificidades nacionales (incluido la fuerte inmigración interior) y de género, así como particularidades de clase obrera distintas y en colaboración con sectores de las clases medias, tanto en los barrios populares cuanto en el ámbito cultural y profesional. La polarización, la lucha de clases, se estableció frente al Régimen franquista y las clases dominantes, conformándose esa identificación colectiva democrática y social, popular y de clase trabajadora, con rasgos plurinacionales y del incipiente feminismo.

Por otra parte, E. P. Thompson y Xavier Domènech con él, aparte del distanciamiento con el estructuralismo o el marxismo economicista y determinista, influyente en los años sesenta y setenta y hoy en declive, profundizan en esta nueva fundamentación teórica sociohistórica y relacional, que comparto. Supera también la retórica posestructuralista, muy diversa, que se ha ido ensanchando en los años ochenta y noventa y que goza de predicamento en diferentes corrientes políticas y movimientos sociales.

Así, explícitamente, critica la posición idealista de que los sujetos son construidos discursivamente y que la experiencia es un evento lingüístico, cuando, de forma realista, hay que destacar su carácter relacional y su proceso evolutivo, inserto en sus condiciones materiales de existencia, así como en el conjunto de tradiciones, normas y valores que permean su subjetividad. Se supera el simple mecanicismo economicista y el culturalismo idealista, por un enfoque más multidimensional e interactivo, con el acento en la experiencia vivida e interpretada del actor o sujeto colectivo. Se reafirma lo social, como dinámica viva y de agencia, vinculada a la realidad real de la gente, frente a su cosificación o su dilución en la abstracción conceptual y la muerte del sujeto.”


Referencia web original: 

https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/lucha-clases-antifranquista/20221120123132205172.html


Referencia de la edición en Rebelión (30/11/2022):

https://rebelion.org/la-lucha-de-clases-antifranquista/


Referencia de la edición en Mientras Tanto (1/12/2022): 

https://mientrastanto.org/218/de-otras-fuentes/la-lucha-de-clases-antifranquista/


Una estrategia transformadora. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 220 (1/02/2023)


En el marco de este año electoral con una encrucijada estratégica para el proyecto de país y la reconfiguración de las fuerzas del cambio, analizo la doble problemática, socioeconómica y político-institucional, el reto social y salarial y la apuesta por un firme proceso reformador sociolaboral y democrático. Selecciono varios párrafos:


“Esta gestión socioeconómica gubernamental se presenta como el principal balance positivo con el que se pretende activar y ampliar la base social progresista y garantizar la victoria electoral, especialmente, en las elecciones generales de fin de año. El conjunto de esas medidas, según los estudios demoscópicos, son apoyadas por la mayoría de la población; no obstante, sus resultados en términos de credibilidad política y confianza popular y, por tanto, de garantía de avance electoral y continuidad de la gobernabilidad de progreso está por ventilar.


La pugna por el relato sobre la situación socioeconómica y laboral de la sociedad es fundamental. La preocupación social principal afecta a este campo. La cuestión no es solo analítica sino, sobre todo, de legitimación de la gestión política, fundamentalmente entre el Gobierno de coalición progresista, con sus socios parlamentarios, y la oposición de derechas. A ella se añade, la segunda preocupación ciudadana que es, precisamente, la desconfianza en las instituciones, el Gobierno y la clase política, vistas por una parte significativa de la población como problema y no como solución.


Por tanto, la disputa política y mediática tiene que ver con la legitimidad de esos dos bloques y sus estrategias para encarar esos problemas socioeconómicos y democráticos, y, en este año electoral, reforzar sus apoyos sociales y electorales para consolidar su estatus de poder y de gestión. Más allá del rechazo a la estrategia neoliberal y reaccionaria de las derechas, conviene explicar los límites e insuficiencias de esa política reformadora y la necesidad de afianzar una estrategia transformadora de mayor alcance, un reformismo fuerte con mayor apoyo popular que permita revalidar una senda de progreso.”


Referencia web original:

https://mientrastanto.org/220/ensayo/una-estrategia-transformadora/

Dinámicas transformadoras y renovación de la izquierda. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (4/10/2022)


Acabo de publicar el libro titulado las “Dinámicas transformadoras. Renovación de la izquierda y acción feminista, sociolaboral y ecopacifista”, del que expongo su presentación en este artículo del que entresaco varios párrafos:


“Explica las características y el marco de la acción democrática y los dilemas de la política progresista, así como las tendencias transformadoras de carácter sociopolítico en España, en el marco europeo y desde un enfoque realista, social y crítico que profundiza en varios conceptos fundamentales para clarificar los procesos de cambio político, como la formación de las identificaciones, los sujetos colectivos y la hegemonía ideológica.


Consta de seis capítulos complementarios. Los dos primeros sitúan el marco general de la trayectoria política progresista y varios de los debates sobre el diagnóstico y la estrategia reformadora de las izquierdas. Los tres siguientes profundizan en tres aspectos específicos (sociolaboral, feminismo y pacifismo) de gran relevancia, que tienen un impacto global: los cambios en el mercado de trabajo y las relaciones laborales, en este contexto de persistencia de la crisis social y la gestión del Gobierno de coalición progresista; los retos del feminismo y el debate sobre su orientación y su identidad, y la configuración de un nuevo pacifismo ante la guerra en Ucrania y los actuales conflictos geopolíticos. Y el sexto es una valoración más teórica sobre el papel de las identidades, la conformación de los sujetos colectivos y la acción por la hegemonía ideológico-cultural…


Los textos son el resultado de tres investigaciones académicas, dos de ellas presentadas en el reciente XIV Congreso de Sociología (29 de junio a 2 de julio de 2022), y de la reelaboración de artículos y ensayos publicados en los últimos meses en varios medios, entre ellos Nueva Tribuna.


Referencia web original:

https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/dinamicas-transformadoras-renovacion-izquierda-libro-cultura-izquierda/20221004121208203478.html

Identitarismos. Antonio Antón, en Rebelión (6/09/2022)


Reflexión sobre los identitarismos, el contexto de los movimientos identitarios y el identitarismo de género. Destaco varios párrafos:


“Identitarismo o movimiento identitario se ha convertido en un concepto con distintos significados, la mayoría como descalificación o insulto. La interpretación dominante tiene que ver con el rechazo al nacionalismo etnicista (o racista), excluyente y reaccionario, promovido por las nuevas derechas, principalmente en Francia, con el ascenso de la ultraderecha, y EE. UU., con el supremacismo blanco ultraconservador trumpista…


En todo caso, este concepto de identitarismo hay que distinguirlo de las identidades o identificaciones colectivas con procesos de formación de nuevos movimientos y sujetos sociales con demandas parciales, desde los años sesenta, así como de las llamadas políticas de identidad como apoyo y refuerzo público a colectivos sociales discriminados, en general de carácter progresivo…


Así, resurge el nuevo foco identitario reaccionario, que tiene un perfil nacionalista excluyente (en nuestro caso, un centralista y ultraconservador españolismo), supremacista, machista y autoritario, ante las minorías, que forman mayorías sociales diversas, que avanzaban en sus derechos civiles y sociales y en la integración sociocultural…


Primero, sintetizo una posición unilateral: La infravaloración de la desigualdad por sexo/género y, por tanto, de la acción por la igualdad (por sexo/género), con el objetivo central casi exclusivamente de la libertad. No obstante, esa realidad desigual en las relaciones sociales (no solo culturales) de dominación y desventajas, como se admite en ocasiones, es estructural y está conectada con los núcleos de poder. Y no es abstracta; o sea, en esas relaciones estructurales e institucionales existen ganadores y perdedores, personas privilegiadas y personas subordinadas; no todas las personas están en las mismas condiciones, desde la violencia machista, hasta la brecha salarial y laboral, el reparto de los cuidados y los estereotipos de género. Exigen políticas específicas de reversión de la situación desventajosa y vertebración de la igualdad…


En definitiva, se trata de comprender este punto de partida discriminatorio (aparte del de clase social, étnico-cultural…) como base del conflicto de sexo/género y la formación del sujeto feminista para lo que lo principal no es la pertenencia e identidad de género, sino la actitud sociopolítica igualitaria-emancipadora…


Contemporizar con este orden machista institucionalizado, que a veces se llama patriarcado, no facilita el aislamiento de la reacción ultraderechista. Todo lo contrario, puede convertirse en un pretexto para no cambiar en profundidad la desigualdad de género (y entre los géneros), con debilitamiento de su credibilidad representativa y su legitimidad cívica.”

 

Referencia web original

https://rebelion.org/identitarismos/

Clases trabajadoras y clases medias. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (16/08/2022)


Sobre los fundamentos del análisis de clase y el marco político actual que da nueva relevancia a la polarización social y política de las clases sociales y explicación de sus características. Selecciono varios párrafos:

 

“Para analizar las clases sociales en su situación objetiva, el criterio principal es la diferenciación en la posición de dominio / subordinación (explotación, expropiación, discriminación, subalternidad) entre los grupos sociales en el conjunto de sus relaciones sociales, económicas, familiares y laborales, incluido el componente de género por la dependencia y desventaja de las mujeres en esas estructuras. Tiene que ver con la segmentación del estilo de vida y de consumo, o sea, con los niveles de ingresos, empobrecimiento y desigualdad social, así como con la edad y las capacidades académicas y étnico-culturales. Existen buenos indicadores de rentas, tipo de ocupaciones o formación escolar, pero el análisis debe ser más complejo e interactivo.


Junto con estas condiciones ‘objetivas’ y su conciencia social el aspecto principal para analizar la clase como sujeto social, tal como expresa E. P. Thompson, es su experiencia relacional, sociopolítica y cultural, aspecto que habrá que considerar…


No se trata solamente de la constatación de una realidad objetiva de situaciones de clase contrapuestas sino que se asocia a toda una retórica de polarización de intereses y estrategias políticas. Constituye el marco del llamado giro a la izquierda o, si se quiere, la confrontación ideológica y política y la reafirmación partidaria (‘vamos a por todas’) frente a las derechas desde el nuevo discurso socialdemócrata…


Solo pongo el acento en la necesidad de la coherencia entre ese marco discursivo de confrontación política, la estrategia reformadora, incluido los próximos presupuestos generales, y la expectativa de avanzar en los resultados esperados de incrementar el apoyo social y electoral…


Las clases sociales nunca se habían ido. Solo se habían transformado, especialmente, su marco interpretativo y discursivo. Ante cierta dilución de las clases trabajadoras en las últimas décadas, ahora vuelven aunque sea de la mano del concepto mixto de clase media y trabajadora. Lo principal ahora es impulsar un reformismo fuerte de progreso…

El dato global más relevante es la composición ampliamente mayoritaria de las clases trabajadoras que en 2012 eran el 75,2% del total frente al 21% de las clases medias y la minoría del 3,8% de las clases dominantes. Este porcentaje de las capas altas apenas se modifica, pero sí observamos una modificación sustancial de más de seis puntos de incremento en 2022 de las clases medias (hasta el 27,4%) y una reducción de las clases trabajadoras (hasta el 68,7%). Sin embargo, la desproporción entre ambas todavía es muy grande: las clases medias no alcanzan la mitad de las clases trabajadoras. Esa es la situación ‘objetiva’ de clase social y la tendencia generada…


Junto con esa relativa mejora en esos segmentos significativos y ese estancamiento en la mayoría trabajadora respecto de sus condiciones laborales, el conjunto continúa sometido a la prepotencia empresarial y sus presiones por el incremento de la productividad, así como a la pérdida de condiciones y derechos que todavía persiste de la época más dura de los recortes sociales y de los servicios públicos, la devaluación salarial y la austeridad económica y presupuestaria. Es la base material del todavía existente malestar social, junto con la desconfianza en la clase política por su insuficiente gestión reformadora que dé más seguridad y certidumbre vital a esas mayorías de clase trabajadora.”


Referencia web original

https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/clases-trabajadoras-medias-laboral-trabajo-gobierno/20220816113515201865.html

Un reformismo fuerte. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (20/07/2022)


Reflexión sobre las perspectivas transformadoras del Gobierno de coalición progresista y el perfil de las fuerzas alternativas a raíz del proceso de SUMAR que lidera Yolanda Díaz. Selecciono varios párrafos:


“El problema es la debilidad de la determinación estratégica por parte de la dirección socialista para reforzar un proyecto de progreso consecuente con una alternativa política reformadora y de alianzas creíbles para las elecciones generales de 2023. Es lo que subyace en la pluralidad del campo progresista y se expresa en la pugna entre las tendencias continuistas con su geometría variable y las dinámicas transformadoras por un auténtico giro social, democrático y plurinacional, en el marco de las dificultades contextuales y la oposición agresiva de las derechas.


Cuando las estructuras institucionales y socioeconómicas, el mercado, adoptan políticas regresivas todavía es más importante un reformismo fuerte de carácter progresivo. Una gestión política de reformas parciales no compensa suficientemente la dimensión de los retrocesos impuestos a las capas populares. Estas se encuentran peor que antes y exigen responsabilidad a las instituciones públicas que no pueden justificarse en su incapacidad para revertir la involución social y democrática. Es cuando se produce incomprensión y desafección social a la gestión timorata o insuficiente.


En una situación normalizada de crecimiento económico y progreso social las pequeñas reformas progresistas son positivas; añaden avances. En una situación de crisis social y dinámica regresiva de incremento de la desigualdad y la discriminación se necesita un reformismo fuerte y más generalizado, no solo para paliar parcialmente sino para asegurar una situación y una esperanza creíble de mejora vital a las mayorías sociales. Es la necesidad de la actual estrategia frente a la inflación que pasa por revitalizar las funciones del Estado: reguladora (precios y oligopolios), protectora (prestaciones, servicios públicos) y redistribuidora (reforma fiscal progresiva)…


De forma sintética, en el caso de las izquierdas (europeas), podemos decir que sus señas de identidad están constituidas por los valores igualitarios y democráticos, frente a la subordinación relacional y el autoritarismo conservador, así como por las políticas redistribuidoras, protectoras y reguladoras del mercado junto con la importancia de lo público y lo común, frente a las posiciones insolidarias y mercantilistas de las derechas.


Tres dinámicas globales han cambiado o superado esa gran tradición de izquierdas democráticas, sin hacer distingos entre opciones socialdemócratas, eurocomunistas, laboristas, radicales o anarquizantes: la relativa renovación temática, expresiva y de discursos, impulsada por los nuevos movimientos sociales (feministas y LGTBI, ecologistas, pacifistas, antirracistas…) desde los años sesenta y setenta, que configuraron la llamada nueva izquierda renovadora; el giro socioliberal, en los años noventa, de la mayoría de la socialdemocracia europea hacia la tercera vía o nuevo centro, así como el declive del eurocomunismo (y la desaparición del bloque soviético); la ofensiva neoliberal y globalizadora de las derechas, al mismo tiempo que el giro autoritario y ultraconservador de las nuevas derechas reaccionarias; la respuesta popular progresista e indignada, a raíz de la crisis socioeconómica y las políticas prepotentes de austeridad de hace una década, con la reconfiguración del nuevo espacio alternativo llamado ‘violeta, verde y rojo’, o bien progresismo de izquierdas con un fuerte componente feminista y ecologista y, en España, con gran peso de la necesaria democratización institucional y la articulación de la plurinacionalidad.“


Referencia web original:

https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/reformismo-fuerte-sumar-politica-yolandadiaz/20220720114801200877.html

Acerca del sujeto feminista. Antonio Antón Morón, en Mientras Tanto nº 214 (1/07/2022)


Destaco las conclusiones de este ensayo:


“En la formación de los sujetos colectivos lo relevante es la práctica relacional común y acumulada ante una situación discriminatoria y con una finalidad igualitaria-emancipadora. No es una simple unidad propositiva o de demandas de derechos. Exige compartir problemáticas similares y experiencias reivindicativas y de apoyo mutuo comunes y prolongadas, vividas e interpretadas.


El componente social de la interacción humana es el principal para forjar el reconocimiento y las pertenencias grupales e individuales y dar soporte a la acción colectiva. En ese sentido, hay varones feministas, solidarios con la causa feminista, que al igual que otras personas participan en ese sujeto feminista.


El feminismo, con sus distintos niveles de identificación y pertenencia colectiva y su pluralidad de ideas y prioridades, es un movimiento social, una corriente cultural, un actor fundamental que, en una acepción débil, se puede considerar un sujeto sociopolítico en formación, inserto en una renovada corriente popular más amplia que califico de nuevo progresismo de izquierdas, con fuertes componentes ecologistas y feministas.


La formación de un sujeto unitario superador de los sujetos o actores parciales va más allá de un liderazgo común (simbólico y legítimo), un objetivo genérico compartido (la democracia y la igualdad) o un enemigo similar (el poder establecido patriarcal-capitalista). Es un proceso sociohistórico y relacional complejo que necesita una prolongada experiencia compartida y una identificación múltiple que debe superar las tensiones derivadas de los intereses corporativos y sectarios producidos en cada élite respectiva.


El elemento sustantivo que configura ese proceso identificador feminista es la acción práctica, los vínculos sociales, la experiencia relacional por oponerse a esa subordinación y avanzar en la igualdad y la emancipación de las mujeres. La identificación feminista deriva del proceso de superación de la desigualdad basada en la conformación de géneros jerarquizados.


Para formar el sujeto sociopolítico, el llamado movimiento social y cultural feminista, es relativa la condición de la pertenencia a un sexo, un género o una opción sexual determinada, aunque haya diferencias entre ellas. Lo importante, en este caso, no es la situación ‘objetiva’ estática y rígida, sino la experiencia vivida y percibida como injusta de una situación discriminatoria y la actitud solidaria y de cambio frente a ella.


Desde la sociología crítica la pertenencia e identificación colectivas se van formado a través de las relaciones sociales, sobre la base de una práctica social prolongada, una interacción relacional solidaria tras esos objetivos de libertad e igualdad. Es decir, el hacerse e identificarse feminista es una conformación social, procesual e interactiva: supone comportamientos duraderos igualitarios-emancipadores y solidarios, interrelacionados con esa subjetividad. Es la experiencia vital, convenientemente interpretada, la participación en la pugna social y cultural en sentido amplio (incluyendo hábitos, estereotipos y costumbres además de subjetividad) frente a la desigualdad y la discriminación, la que va formando la identidad feminista, o cualquier otra de capas subalternas.”


Referencia web original

https://www.mientrastanto.org/boletin-214/documentos/acerca-del-sujeto-feminista

Meritocracia y justicia social. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (31/05/2022)

 

Reflexión sobre las características de la meritocracia y la conveniencia de combinar tres tipos de justicia: equidad como proporcionalidad respecto de los méritos; igualdad de trato sin discriminación, y solidaridad o contrato social ante las necesidades. Transcribo la introducción:

 

“El criterio meritocrático como fundamento de la justicia tiene una larga tradición desde Aristóteles, aunque ya alude al criterio de necesidad. En los últimos siglos se ha ido combinando con otros dos tipos de justicia: la igualdad de trato o jurídica, basada en los derechos humanos, y la solidaridad como contrato social colectivo ante las necesidades sociales. Ambos son fundamento de la modernidad liberal o el estado de derecho, así como de la constitución de los Estados de bienestar, con su modelo protector y distributivo basado en la justicia social, tal como he explicado en el libro Cambios en el Estado de bienestar.


Acaba de publicarse una interesante y amplia investigación, DERRIBANDO EL DIQUE DE LA MERITOCRACIA, de Future Policy Lab, que ha dado lugar a un vivo debate, estimulado por el artículo de uno de sus autores, Bernardino León: “Si quieres una auténtica igualdad de oportunidades, olvídate de la meritocracia”. Aquí, en primer lugar, comento algunas de sus características y, en segundo lugar, señalo algunos aspectos teóricos sobre los tipos de justicia.


El Informe es una contundente y argumentada crítica contra la meritocracia. Parto del cuestionamiento de la meritocracia como factor (principal) de ascensor social, tal como promete la ideología neoliberal, y como señalan acertadamente diversos artículos, entre ellos, de Elizabet Duval (27/05/22), Lilith Verstrynge (28/05/2022) y Antonio Maestre (29/05/2022). Veamos algunos matices.


Existe un elemento débil en el planteamiento general: el riesgo de quedar en la simple denuncia del esquema meritocrático, sin capacidad para construir una alternativa positiva y realista. El problema se traslada a sobre qué bases justas se rellena esa tarea. Un peligro ante esa dificultad es la infravaloración de ese enfoque crítico y la deriva posibilista que puede conllevar una idea propuesta: ‘toda alternativa se forja con una alianza de lo nuevo y de lo viejo’. Supone una reinterpretación de la teoría de la contradicción de Hegel donde la alternativa, la síntesis, supera a ambas partes, tesis y antítesis, con algo cualitativamente nuevo aunque conserve parte de ellas. Ahí está la diferenciación en el grado de reforma o de ruptura de lo nuevo respecto de lo viejo, entre lo que se renueva y lo que se conserva.

En este caso, ese criterio supone mantener algo del sentido de la meritocracia, sin apuntar un marco y una práctica alternativas y realistas, es decir, a una síntesis superadora de la contradicción igualitarismo/meritocracia. Se quedaría en un simple equilibrio intermedio. Pero entonces no hay ruptura del marco individualista de la simple reciprocidad esfuerzo / recompensa.


Desde luego, el pensamiento crítico e igualitario no se debe asimilar solo a ‘denuncia’, sin alternativa constructiva positiva y real. Una vez criticado el mito de la meritocracia como legitimación de las desigualdades distributivas y de estatus, veamos el sentido de la meritocracia real. Se trata de analizar lo que puede ser justo del esfuerzo individual para combinarse con los otros tipos de justicia en un marco sociohistórico y estructural más amplio y superador del marco del individualismo neoliberal.”

 

https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/meritocracia-justicia-social-neoliberalismo-crisis/20220531180905199127.html

Mimbres. Antonio Antón, en Público (27/05/2022)

 

Título escueto con el que hago alusión a las bases sociopolíticas para el frente amplio. Transcribo varios párrafos:

 

“El movimiento 15-M simboliza el conjunto de protestas sociales y cívicas de todo el lustro de 2010 a 2014, que es mucho más variado. Después de más de una década conviene este recordatorio para valorar con perspectiva histórica este amplio proceso de indignación popular y acción colectiva progresista y su impacto social y político. El asunto es qué podemos aprender de la experiencia de esta década y qué dinámicas transformadoras existen hoy para garantizar un avance de progreso, tal como he explicado en el libro “Perspectivas del cambio progresista”.


Aquí analizo la formación de un nuevo sujeto político en esta década, con nuevas identificaciones ideológicas, diferenciado de la socialdemocracia gobernante y más amplio y renovado que el electorado tradicional de Izquierda Unida. Se trata de la experiencia colectiva de un nuevo progresismo de izquierdas, con un perfil democrático, feminista, ecologista y sociolaboral; o sea, un espacio violeta, verde y rojo, de carácter confederal, con vocación transformadora, capacidad articuladora de lo social y lo institucional y con nuevos liderazgos.


Constituye el punto de partida para la nueva etapa que comienza de renovación y ampliación de ese espacio progresista, el llamado frente amplio, que Yolanda Díaz pretende liderar tras un proceso de consulta y la perspectiva de la confrontación en las elecciones generales de fin del año 2023, para profundizar en el cambio de progreso, desde una alianza plural progresista y de izquierdas…


Esas condiciones externas e internas desfavorables, que acompañan el declive y la división de ese conglomerado a la izquierda de la dirección socialista, necesitan un revulsivo. Su carácter y dimensión es el centro del debate actual sobre el llamado frente amplio, su fase previa constitutiva y el sentido de su proyecto político, su vertebración orgánica y su liderazgo, aspectos sobre los que habrá que volver.


En consecuencia, además de la cierta paridad representativa entre las derechas y las izquierdas estatales y la continuidad de los sectores nacionalistas periféricos, más proclives a una alianza de progreso, persiste esa base social transformadora, progresista y de izquierdas, conformada por una experiencia prolongada y variada de toda esta década y cuya consolidación y refuerzo es fundamental para el avance social y democrático.


Globalmente no se ha reducido esa izquierda social, sino que se ha fragmentado en su expresión representativa y su actitud transformadora, con mayor desconcierto estratégico, reducción de las expectativas o ilusiones de su implementación reformadora y desconfianza en la articulación política. No obstante, desde el punto de vista cuantitativo puede ser cifrada en los mismos seis millones, hoy más repartidos, incluidas las partes inclinadas hacia el PSOE, la abstención y la izquierda soberanista, así como con la expectativa de nuevos electores progresistas.


Son los mimbres sociopolíticos de los que partir desde el nuevo proyecto de frente amplio de Yolanda Díaz, para sumar y verificar sus particularidades a través de la consulta participativa diseñada, con la perspectiva de consolidar y ensanchar esa base social y electoral, conformar un proyecto compartido, renovar y madurar una representación plural y unitaria que tenga suficiente credibilidad transformadora y garantizar el proceso de cambio de progreso en esta década.”


Referencia web original

https://blogs.publico.es/otrasmiradas/60087/mimbres/

La crisis de intermediación. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 211 (1/04/2022), y en Nueva Tribuna (29/03/2022)

Como contribución a este debate señalo algunas reflexiones. Entresaco varios párrafos: 

“El movimiento 15-M simboliza el conjunto de protestas sociales y cívicas de todo el lustro de 2010 a 2014, que es mucho más variado. Después de más de una década conviene este recordatorio para valorar con perspectiva histórica este amplio proceso de indignación popular y acción colectiva progresista y su impacto social y político. El asunto es qué podemos aprender de la experiencia de esta década y qué dinámicas transformadoras existen hoy para garantizar un avance de progreso, tal como he explicado en el libro “Perspectivas del cambio progresista”.

Globalmente no se ha reducido esa izquierda social, sino que se ha fragmentado en su expresión representativa y su actitud transformadora, con mayor desconcierto estratégico, reducción de las expectativas o ilusiones de su implementación reformadora y desconfianza en la articulación política. No obstante, desde el punto de vista cuantitativo puede ser cifrada en los mismos seis millones, hoy más repartidos, incluidas las partes inclinadas hacia el PSOE, la abstención y la izquierda soberanista, así como con la expectativa de nuevos electores progresistas.

“Se acaba de publicar un interesante libro del profesor Ignacio Sánchez-Cuenca titulado “El desorden político”. Parte de un hecho relevante: la crisis de representación política y el surgimiento de nuevas fuerzas políticas, llamadas populistas y que él prefiere definirlas como antiestablishment. Explica la idea acertada de que la economía no puede explicar este fenómeno; supera una simple interpretación economicista, bastante usual en otros medios y tradiciones teóricas, y profundiza en otros factores políticos. Así, pone el acento en la crisis de los mecanismos de la doble ‘intermediación’ en las democracias: de las demandas populares a través de los partidos políticos, y de la formación de la opinión pública con los medios de comunicación como mediadores.

Según el CIS se ha ido ampliado el grado de desconfianza en los partidos políticos y, en general, en la política institucional, en un clima de incertidumbre vital. Es un problema grave y, aunque no llega al cuestionamiento de la democracia, sí convive con significativas tendencias autoritarias y desafecciones institucionales. Por tanto, es imprescindible analizar este problema, llámese malestar cívico, desorden político, indiferencia pública o descohesión social, vinculado a un proceso sociopolítico más general: la desintermediación, como la falta de capacidad político-mediática de esas instituciones mediadoras en una democracia para articular las demandas sociales, conformar la legitimación cívica del poder político y gestionar el bien público.

Es un buen punto de partida para profundizar en este tema crucial de la mediación sociopolítica y mediática, en crisis y transformación más acelerada desde hace una década, con ejemplos actuales como en el conflicto del transporte o la pluralidad y emergencia partidistas, y cuya evolución futura no está clara. Es un asunto relevante para definir el sentido de las políticas públicas y la calidad democrática de nuestro sistema institucional y representativo. Como contribución a este debate señalo algunas reflexiones iniciadas en el libro Perspectivas del cambio progresista.”

Referencia web original: https://www.mientrastanto.org/boletin-211/ensayo/la-crisis-de-intermediacion

¿Un feminismo moderado?. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (21/02/2022), y Mientras Tanto nº 210 (1/03/2022)

En un artículo reciente de la activista y filósofa Clara Serra, “Contra la extrema derecha: un feminismo para todo el mundo”, se exponen algunas ideas importantes. Me permito algunas reflexiones complementarias, para profundizar en un debate abierto y constructivo:

“De este 'feminismo para todo el mundo' se puede derivar una infravaloración de la desigualdad de género que afecta de forma desventajosa a la mayoría de las mujeres, aunque se hable de 'combatir una estructura de dominación a la que todas y todos estamos igualmente sujetos'. Nos afecta a todas las personas, pero no por igual. De esa idea clave se deriva una política indiferenciada e irrelevante por sexo/género. Se destaca lo transversal con los hombres que da lugar a una acción ambigua o superficial en la erradicación de las desventajas relativas de las mujeres, de la discriminación femenina y sus causas sociohistóricas y estructurales. Ello supondría un feminismo moderado, y poco transformador y crítico respecto del objeto principal: la desigualdad de género, la discriminación por sexo, aun con diversos niveles…

En la acción por la igualdad hay que incorporar y convencer a todos y todas y demostrar sus ventajas colectivas, conformando personas libres e iguales. Pero los procesos transformadores requieren considerar las desigualdades y subordinaciones diferenciadas por sexo (y otras categorías) y dar pasos efectivos admitiendo la existencia de desiguales puntos de partida, condiciones sociales y trayectorias vitales. Eso no es buscar falsos culpables o caer en el victimismo, sino es realismo respecto de la persistencia de la desigualdad de poder y de ventajas (mayores o menores y en proceso) y firmeza para cambiarlas desde la justicia compartida de los derechos humanos…

Al final queda lo sustantivo a transformar: el cambio de las desiguales relaciones sociales, culturales y de poder, en múltiples campos con el reparto igualitario de los papeles sociales o estatus; desde la distribución desigual de las tareas de cuidados, familiares y reproductivas (con la ampliación diferenciada en la crisis sanitaria actual) hasta la segmentación profesional y la precariedad laboral (consolidada en el crisis socioeconómica y las políticas neoliberales), los estereotipos discriminatorios en el ámbito educativo y cultural o el acoso y la violencia machista como presión por su control y dominación, llegando a la paridad representativa en las instituciones públicas y privadas…

Ello supone partir de la constatación de un estatus desigual que da lugar a un conflicto social profundo y la necesidad de una política feminista transformadora de las desventajas femeninas que lleva a rebajar los privilegios masculinos y las estructuras de poder beneficiadas por esa desigualdad y la división de papeles sociales desiguales…

En definitiva, es insuficiente un feminismo moderado, retórico o superficial; no se puede contemporizar, ser neutral o ambiguo con el machismo y la desigualdad. Hay que reafirmar el feminismo frente al machismo; puede haber distintos grados pero no transversalidad sino oposición. La identificación y la acción feminista se concretan contra la discriminación y las desventajas de las mujeres (y por supuesto contra todas las de todos los seres humanos). Hay que valorar las desventajas y las ventajas de género que están repartidas de forma desigual, conformando esa estructura de desigualdad y dominación que perjudica más a la mayoría de las mujeres. Por ello son las más interesadas en la acción contra la discriminación y la subordinación, es decir en la acción por el reconocimiento y la distribución, por la igualdad y la emancipación femenina. Así, las mujeres feministas conforman el núcleo principal del feminismo e incluyendo, por supuesto, la participación masculina solidaria.

Por tanto, es necesario un feminismo transformador y crítico respecto de esa estructura de poder y división que reproduce las desigualdades (en este caso de sexo/género), con la perspectiva de favorecer a toda la humanidad, con unas relaciones justas, igualitarias-emancipadoras.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/feminismo-moderado-machismo-ultraderecha-igualdad/20220221125503195697.html

El marco de la reforma laboral. Antonio Antón, en Público (28/01/2022)

Dejo este artículo valorativo de un tema complejo, candente y de fuerte impacto social y político. Reproduzco su primera parte:

“El día 3 de febrero se somete al Congreso de los Diputados la convalidación del Real Decreto-ley firmado por el Ejecutivo el pasado 28 de diciembre sobre la reforma laboral, aprobada tras la prolongada negociación y el acuerdo tripartito entre el Gobierno, las organizaciones sindicales (CCOO y UGT) y las organizaciones empresariales (CEOE y Cepyme).

El contenido y su valoración está sometido a un fuerte debate, en particular sobre su impacto positivo en el mercado de trabajo y las relaciones laborales. Pero, sobre todo, esa mirada sustantiva se entrecruza con su significado político e institucional en este contexto.

Este cambio normativo tiene una gran relevancia social y política, así como amplios efectos sobre la legitimidad institucional de los distintos actores. La actitud ante esta reforma laboral expresa las distintas estrategias y alianzas políticas y la reafirmación o no del bloque de investidura como base de la gobernabilidad, con la perspectiva de su impacto electoral con los reequilibrios de fuerzas políticas en los próximos comicios hasta las elecciones generales y el proyecto de país y de gobernanza subsiguiente.

Es uno de los ejes principales de la agenda social y laboral de la legislatura que, junto con el tema territorial, el económico-fiscal y la democratización institucional, condiciona el carácter de ésta y su futuro. Visto desde los socios nacionalistas del Ejecutivo, y aparte de competir con él en la representación de una agenda social de progreso, supone un aviso para el avance en otro tema estratégico: el conflicto catalán y, en general, la crisis territorial y el modelo plurinacional (o centralizado) de Estado.

Me centro, brevemente, en las medidas, especialmente, sobre la óptica para valorarlas. Después explico su impacto político-electoral según los resultados de esa votación: si se aprueba o no, con los apoyos de quién y a cambio de qué. De ahí se derivará el grado de cumplimiento del contrato social e institucional del Gobierno progresista de coalición, con su dimensión transformadora y sus alianzas principales para esta etapa hasta las elecciones generales, con su reflejo en la cohesión del propio Ejecutivo y la preferencia por el bloque de investidura o bien por Ciudadanos.

Por tanto, en este momento de tensión e incertidumbre, por la red de intereses contrapuestos y objetivos parciales de cada actor, confluye (como ya pasó en la negociación presupuestaria del año 2021 y otros momentos clave) la combinación de las distintas prioridades estratégicas y de alianzas, intentando justificarlas con su relato respectivo. Las opciones se están redefiniendo para dar respuesta a un problema socioeconómico y político fundamental como la precariedad laboral y social, abordar esta etapa con el refuerzo (o no) del acuerdo de coalición e investidura, encarar el próximo ciclo electoral con éxito frente a las derechas y garantizar la continuidad de una nueva legislatura de progreso y un proyecto de país más justo y democrático o bien apuntar al deseado (por algunos) reequilibrio centrista.

Esta reforma laboral, aunque limitada, es un avance significativo (no cosmético) para los derechos laborales. Sus medidas se pueden clasificar en tres campos. 1) Mejora las relaciones contractuales de las representaciones sindicales en la negociación colectiva con beneficios para la gente trabajadora y menor subordinación al poder empresarial, particularmente en las pymes: ultraactividad del convenio colectivo, convenios sectoriales para evitar la mayor indefensión respecto de la devaluación salarial en las empresas, mayor capacidad e influencia de la representación sindical… 2) Avance en los derechos y condiciones sociolaborales, particularmente en los sectores más vulnerables ante la contratación precaria (jóvenes, mujeres…) con reducción de la temporalidad e incremento de la inspección de trabajo. 3) Mejor regulación de la flexibilidad interna -ERTES- para frenar la externa -despidos- y evitar la destrucción de tejido productivo y mayor desempleo.

Ninguna medida tiene un carácter regresivo para la gente trabajadora, a diferencia de prácticamente todas las reformas laborales en estas cuatro décadas y, especialmente, la de 2012 del Gobierno del Partido Popular y las otras tres grandes reformas estructurales. Por tanto, la valoración sustantiva debe ser positiva: es una mejora para la mayoría popular y sus derechos laborales y sindicales.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/56224/el-marco-de-la-reforma-laboral/

El sentido del frente amplio. Antonio Antón, en Público (8/12/2021)

Expongo una reflexión sobre el carácter transformador de progreso del frente amplio propuesto por Yolanda Díaz. Transcribo los párrafos finales:

“Desde mi punto de vista, ese carácter transformador de progreso (igualitario-emancipador-solidario o espacio violeta, verde y rojo), más allá de las etiquetas y la dimensión de su base social, y ya ejemplificado en la propia gestión de Yolanda Díaz y su reconocido liderazgo por el grupo confederal de Unidas Podemos y sus confluencias, es la razón de ser de ese proyecto renovador.

Además, está subyacente no solo el freno al declive de Unidas Podemos y el reagrupamiento de todo el conglomerado de las fuerzas del cambio, sino el legítimo reequilibrio representativo de todo ese conjunto, y que su representatividad e influencia sea más favorable respecto del Partido Socialista, para garantizar mejor ese impulso reformador. Se trata de fortalecer de forma unitaria el conjunto del bloque progresista, incluido los sectores nacionalistas periféricos, tras un proyecto compartido de país y frente a las tentaciones centristas y los intentos reaccionarios.

Al mismo tiempo, supone recomponer sus respectivos papeles y su capacidad articuladora y representativa, con el resultante de un nuevo acuerdo programático y de gestión institucional, dando por supuesto que ambas formaciones del actual Gobierno de coalición son partidarias de renovar sus alianzas y se estabilizan los acuerdos de la actual mayoría parlamentaria progresista. Este es el contexto de este ilusionante proyecto. Queda pendiente analizar detenidamente las particularidades de la propuesta de frente amplio y sus distintas interpretaciones. Volveremos sobre ello.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/54442/el-sentido-del-frente-amplio/

Retos feministas. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 206 (noviembre 2021)

Expongo aquí dos temas controvertidos que suponen desafíos para el feminismo, los colectivos LGTBI y las fuerzas progresivas: la dimensión de la violencia machista y, más en general, del machismo, en el contexto del avance feminista y sus estrategias emancipadoras, y el reconocimiento de los derechos de las personas trans, en un debate con fuerte contenido simbólico y teórico.

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-206/ensayo/retos-feministas

El individuo y lo común. Antonio Antón, en Público (2/09/2021)

Reflexiono sobre varias ideas de actualidad y trasfondo teórico a raíz de una reseña de Carlos Prieto sobre Andrés Bilbao: El individuo es el sujeto sobre el que se ha construido la modernidad; el doble sentido de la individualización; el individuo (y el Estado) la base liberal del orden social, y lo común, eje imprescindible para la sociabilidad. Selecciono varios párrafos:

“El individuo es el sujeto sobre el que se ha construido la modernidad. El talante prometeico impulsado desde el Renacimiento permitirá el desborde de la naturalización del orden social derivado del pensamiento tradicional y su fundamentación religiosa. El concepto de individuo, inédito en la historia anterior, a lo largo de los siglos XVII y XVIII entrará en pugna con las referencias colectivas de Dios, Patria y Rey del Antiguo Régimen para constituirse en soporte de la sociabilidad. Legitimará la nueva dinámica de la economía de mercado, basada en el beneficio propio, y garantizará la inserción laboral de la nueva fuerza de trabajo a través del nuevo contrato (supuestamente) libre. La cobertura ideológica dominante es el liberalismo.

La particularidad actual es que, dado el desenfrenado individualismo, base del consumismo compulsivo y la competitividad instrumental frente al ‘otro’, en el marco de las fuertes desigualdades sociales de la actual etapa neoliberal, se han generado reafirmaciones populares en lo común, en el interés general. Y es preciso valorar su significado según su función social de acuerdo con los otros dos ejes valorativos: el respeto individual y los valores universales progresistas de libertad, igualdad y solidaridad.

En la actual experiencia de la pandemia, con la crisis de los sistemas de protección social, sanitaria y de cuidados, la exigencia feminista por evitar el sobreesfuerzo femenino en la reproducción vital y la mayor necesidad de apoyo público y colectivo se ha revalorizado la importancia de lo común; a lo que habría que complementar con la sostenibilidad medioambiental, base material para la reproducción de la humanidad…

El proceso de individualización tiene un carácter doble como la propia modernidad. Por un lado, libera a los individuos de las ataduras de las rigideces estamentales y las estructuras sociales y de poder premodernas, poniendo el énfasis en la libertad y la igualdad de los individuos. Por otro lado, tiende a destruir los vínculos sociales y comunitarios que reforzaban las experiencias y las costumbres comunes de las capas populares que se enfrentan a los nuevos poderes emergentes (económicos e institucionales) que constriñen las bases para su libertad y su igualdad reales…

Bilbao encadena los tres procesos: individualización, fuerza de trabajo (libre e igual en lo formal) y economía de mercado como nueva relación de dominación de las nuevas élites (burguesas). Es en ese marco en el que explica la justificación liberal de la relación del nuevo individuo como fundamento de la sociabilidad, entendida como nuevo orden social… capitalista. Es una profunda crítica a los fundamentos del liberalismo que apunta a generar otras bases de la sociabilidad, que no pueden ser las de la sociedad tradicional desigualitaria y dominadora de las viejas élites que pretendían representar su particular bien común…

La experiencia y el significado de lo común, al igual que la individualización, tampoco son unívocas. La solución no está en la premodernidad comunal; tampoco en una postmodernidad con acentuación del individualismo. La interacción y el reequilibrio de los dos componentes, individual y colectivo, es imprescindible para una nueva modernidad más equilibrada y justa…

Se trata de respetar al individuo, al ser humano con sus derechos, y combinarlo con el bien común, ambos siempre en disputa por su sentido, su representación y su equilibrio. Pero ello supone volver a los fundamentos de la sociabilidad (u orden social), es decir, a valorar el carácter doble del individuo en su componente individual y su carácter social, de vínculo colectivo y pertenencia a unas redes sociales. Es un proceso que no es natural sino construido de forma sociocultural, estructural e histórica en el que importa la agencia humana y la subjetividad, empezando por la propia ética progresiva y los valores de libertad, igualdad y solidaridad.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/51819/el-individuo-y-lo-comun/

Perspectivas para las izquierdas. Antonio Antón, en Rebelión (2/09/2021)

Analizo los rasgos de la nueva etapa política, las características de los electorados y su perfil ideológico, la polarización izquierdas y derechas y los desafíos para las fuerzas del cambio. Destaco varios párrafos:

“Aparecen tres dilemas relevantes a dilucidar: ¿Tiene suficiente consistencia el proyecto y las fuerzas progresistas, representado por el actual sistema de alianzas, para liderar otra legislatura y profundizar en su agenda reformadora, frente al supuesto avance electoral de las derechas pero aisladas del bloque nacionalista? Aparte de la pugna en las derechas, con la probable absorción de Ciudadanos por parte del Partido Popular y la persistencia de VOX, con la correspondiente derechización de ambos ¿se va a modificar el mapa de las izquierdas con una recomposición de sus equilibrios estratégicos y representativos, con mayor o menor prevalencia del Partido Socialista, y las inclinaciones centristas de un sector del mismo, respecto del espacio del cambio, con una agenda firme de progreso?. ¿Va a avanzar un proceso colaborativo y confluyente entre las fuerzas del cambio (Unidas Podemos junto con En Comú Podem y Galicia en Común, con Más País-Compromís, así como con otros sectores diferenciados del PSOE), que no solo permita ampliar el campo electoral común y su reflejo institucional sino promover una mayor activación cívica?...

Como decía antes, a pesar de cierto crecimiento de MP/Comprom. y relativo debilitamiento de UP/ECP, las diferencias de uno a tres son sustanciales, se mantienen y su traducción a escaños (según KEY DATA) sería de 6 a 21, con perjuicio para ambos yendo separados, y con la reducción institucional de los primeros, prácticamente, al ámbito de dos territorios, Madrid y País Valenciano. Esa división de candidaturas les penalizaría para las elecciones generales que es donde hay una mayor constricción para traducir los votos en escaños por la ley electoral, al menos en 46 provincias.

Por tanto, el reto que tienen ambos es cómo ensanchar el conjunto del espacio del cambio, diferenciado del Partido Socialista, al mismo tiempo que dar pasos en su colaboración para presentar una alternativa creíble y unitaria, particularmente, para las elecciones generales de 2023. A estos dos rasgos, compatibilidad y complementariedad de sus respectivas bases electorales y eficacia en su traducción parlamentaria, se añaden las dificultades y los beneficios de remontar las tensiones pasadas y articular sus respectivos perfiles políticos y legítimos intereses partidistas desde el respeto a la pluralidad, liderazgos compartidos y formas de entendimiento democráticas y cooperativas. Pero sobre ello habrá que volver con detenimiento.”

Referencia web original: https://rebelion.org/perspectivas-para-las-izquierdas/

Hacia un espacio feminista, ecologista y de izquierdas. Antonio Antón, en Rebelión (2/07/2021) 

En un artículo reciente Izquierdas y guerras culturales he abordado la emergencia de los nuevos movimientos sociales y las controversias culturales para la renovación y/o superación de las izquierdas. Ahora me centro en la configuración de una nueva dinámica sociopolítica diferenciada de la socialdemocracia dominante, así como en las características de los tres componentes fundamentales, aparte de la plurinacionalidad y la democratización, que tiene este nuevo proceso en el campo social progresivo, feminista, ecologista y social, y su articulación en un espacio político transformador.

Referencia web original: https://rebelion.org/hacia-un-espacio-feminista-ecologista-y-de-izquierdas/

Fortalecer la identidad feminista, no diluirla. Antonio Antón, en Público (27/05/2021)

Explico el carácter de las identidades y su evolución histórica y contextual, la relación entre identidad particular y ciudadanía universal, el sentido de la identificación como relación social y reconocimiento y la idea de que la identidad feminista es clave para el sujeto feminista transformador. Destaco varios párrafos finales:

“Estos conceptos de pertenencia, identidad o sujeto tienen un carácter relacional y sociohistórico o procesual. El aspecto principal es el del comportamiento prolongado, las prácticas y vínculos sociales en relación con otros grupos sociales. En este caso, en la participación en los procesos igualitarios y de emancipación de la subordinación femenina y la discriminación derivada de la desigualdad de género.

O sea, se puede decir que para ser feminista no es imprescindible tener una identidad de género mujer (o varón o no binario), pero sí, valga la redundancia, ‘actuar’ de forma feminista, con criterios igualitario-emancipadores que es lo que define al feminismo. El feminismo es inclusivo de todas las personas participantes en ese proceso de liberación frente a la desigualdad de género y entre los géneros, por su superación como orden jerárquico discriminatorio. En ese sentido, es excluyente o crítico frente a comportamientos machistas; no es transversal sino dicotómico, enfrentado al machismo y el poder patriarcal-capitalista, aunque se produzcan situaciones intermedias.

La identidad, lo que somos, no deriva mecánicamente de nuestro sexo o las condiciones materiales, ni solo de nuestros deseos o proyectos. Quienes somos lo construimos a través de nuestra experiencia relacional, mediada por nuestra vivencia, interpretación y aspiraciones, y condicionado por nuestro estatus y las estructuras sociales y de poder. En ese sentido, tiene más que ver con lo que hacemos y con quién y cómo nos relacionamos; forma parte de la interacción humana, que genera reconocimiento y estatus diferenciados, base de la identificación personal y grupal.

Lecciones madrileñas. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (10/05/2021)

En este amplio ensayo analizo los resultados de las elecciones del 4M en la CAM y saco diversas enseñanzas para contribuir a un debate necesario para una reflexión autocrítica y la reorientación estratégica de las principales fuerzas de las izquierdas. Selecciono varios párrafos iniciales:

En ese sentido, y a falta de algunos datos que nos podrá reportar el estudio poselectoral del CIS, particularmente sobre las transferencias de votos y las características de cada electorado, se trata de profundizar en dos aspectos. Por un lado, en el significado y la interacción de esos cuatro hechos relevantes, a través de la adjunta tabla sobre los resultados electorales. Por otro lado, la reflexión sobre la configuración y las perspectivas de las izquierdas, a partir de los tres gráficos siguientes sobre la evolución de las diferencias entre izquierdas y derechas, la comparación entre el electorado socialista y el de las fuerzas del cambio de progreso y la evolución de la composición interna de ellas.”

Aquí, me detengo en valorar esa tercera opción, propuesta por Gabilondo. Las tres ideas que adelanto son: es irrealista al confiar en el acuerdo con Ciudadanos; es divisiva al romper el campo común progresista y desplazar abiertamente a Unidas Podemos, generando una dinámica competitiva con su izquierda, y es desactivadora de la movilización electoral de las izquierdas por un cambio progresista, elemento clave y colectivo del conjunto del campo progresista para incrementar su participación y vencer a las derechas. Por tanto, la conclusión es que es perdedora, frustra los deseos de cambio de progreso y no incrementa las expectativas de mejora electoral de las fuerzas progresistas. Expresa la dificultad de la unidad entre las izquierdas…

Reeditado por Rebelión (11/02/2021): https://rebelion.org/una-teoria-queer-anticapitalista/

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-200/ensayo/la-encrucijada-electoral-madrilena

Valoro aquí el libro “La Política de todes. Feminismo, teoría queer y marxismo en la intersección”, de Holly Lewis, con aportaciones de interés y algunas matizaciones. Selecciono los dos párrafos finales:

Feminismos y derechos humanos. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 199 (marzo, 2021)

Y como tal realidad, en la que se integran condiciones, relación social y subjetividad, de forma interactiva y procesual, las identidades, personales y grupales, pueden ser más o menos ambivalentes, abiertas, inclusivas, densas y múltiples y conectadas con el estatus y los derechos como ser humano. En el movimiento feminista y, en particular, en la presente ola feminista ha predominado la acción colectiva progresiva, contra la violencia machista, por la igualdad social y de género y por la libertad para decidir las propias trayectorias vitales.

“Los resultados de las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid, así como la experiencia de su campaña electoral expresan varias enseñanzas. Se conocen los cuatro hechos básicos: victoria del trumpismo del Partido Popular de Isabel Díaz Ayuso, que ha absorbido al electorado de Ciudadanos; consolidación del ultraderechismo de VOX, con fuerte influencia político-ideológica y limitado peso institucional; fracaso de la estrategia errática y perdedora del socialista Gabilondo, con su inicial orientación centrista y excluyente, que ha arrastrado a la derrota de una alternativa creíble y unitaria de izquierdas, y crecimiento del espacio del cambio de progreso, con el incremento significativo de ambas fuerzas, Más Madrid y Unidas Podemos, cuya representación conjunta desborda ampliamente la representatividad del Partido Socialista.

Debate telemático junto con Violeta Assiego (118´): https://www.youtube.com/watch?v=IrEV_CYW210

Referencia web original: https://nuevatribuna.publico.es/articulo/actualidad/elecciones4m-analisis-poselectoral-victora-derecha-derrota-izquierda/20210510163345187567.html

“Se produce cierta complejidad y, al mismo tiempo, impaciencia por comprender y adecuarse a las nuevas condiciones y objetivos. Se encadenan los dos ámbitos, el estatal y el de la Comunidad de Madrid. Se combinan las tareas inmediatas, derrotar a las derechas del Partido Popular y Vox (Ciudadanos se va cayendo), en su principal feudo de poder institucional y con su radicalización trumpista, con los objetivos a medio plazo: impulsar el cambio de progreso en lo que queda de legislatura y ganar las elecciones generales (previstas para dentro de más de dos años) por las fuerzas de izquierdas para asegurarlo en la siguiente, así como consolidar el gobierno de coalición, la alianza progresista y la articulación plurinacional…

La continuada gestión institucional del Partido Popular durante el último cuarto de siglo se puede resumir en cuatro ejes: políticas neoliberales y de recorte de los servicios públicos; incremento de la desigualdad social y la precarización laboral, vital y habitacional de las mayorías sociales; degradación democrática derivada de la corrupción demostrada y la manipulación mediática e institucional, y conservadurismo reaccionario, centralista y antifeminista…

Lo que se ventila este cuatro de mayo en Madrid es la alternativa entre la involución social y democrática y el avance de progreso y sus implicaciones en los dos ámbitos, regional y estatal…

Se trata de afrontar, desde un proyecto progresista y solidario de país, los grandes retos presentes: atajar la crisis sanitaria y socioeconómica; relanzar la modernización económica, productiva y medioambiental; fortalecer la cohesión social, la igualdad de género y la protección pública, y regenerar y democratizar la vida institucional y la regulación de la plurinacionalidad…

Cabe otra hipótesis, acariciada por un sector socialista y diferentes grupos de poder por si falla la anterior de mayoría de las derechas. En esa circunstancia de presencia institucional de Cs y contando con su secundaria disponibilidad para formar un gobierno centrista con la exclusión de UP, también se abriría la posibilidad de la alternativa del socialista Gabilondo. Sin embargo, exigiría otras tres condiciones adicionales: la suficiencia de la suma de ese tripartito (PSOE, Cs y MM), la irrelevancia de UP para formar Gobierno y la aceptación por MM del veto socialista (y de Cs) a UP. A pesar de los deseos de Gabilondo, es dudoso que se cumplan esas cuatro condiciones para alumbrar ese proyecto centrista, excluyente y de ruptura del campo progresista, con efectos desestabilizadores para el gobierno de coalición estatal… Solamente comento el frágil y engañoso ropaje discursivo con el que pretende justificarlo: transversal, plural y abierto. Son bellas palabras que en este contexto adquieren un significado contrario a su sentido unitario e integrador…

“En definitiva, los procesos de identificación y activación feminista se conforman en base a la dinámica binaria de polarización por el cambio de las relaciones sociales desiguales y dominadoras, expresadas con especial agudeza en la violencia machista y los mecanismos segregadores. El enfoque no binario es incapaz de explicar la profundidad de la realidad desigual y apoyar una estrategia transformadora eficaz. Pero esa polarización binaria absoluta, aplicada a otros campos (de género, sexo u opción sexual, por no hablar de otros tipos de relaciones interpersonales) generan dinámicas sectarias y excluyentes. Más, cuando distintas identidades de género o normatividades sexuales pueden ser legítimas y complementarias y forjar trayectorias unitarias o cooperativas frente a adversarios comunes y aun con disensos y conflictos parciales. La solución es la combinación de esa firmeza transformadora igualitaria-emancipadora con el respeto y la tolerancia a la diversidad y el pluralismo de las opciones vitales de cada persona y grupo social.

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-199/ensayo/feminismos-y-derechos-humanos

¿Una teoría «queer» anticapitalista? Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 198 (febrero 2021)

Por último, esa propuesta centrista y excluyente también conlleva sus riesgos para Más Madrid, si aparece muy subordinado a ese plan. Necesita rechazarlo con firmeza. No solo verbalmente con la opinión en contra del veto a Unidas Podemos, sino con el compromiso común de estas dos formaciones de impedirlo, es decir, de exigir conjuntamente un gobierno y una política de progreso sin exclusiones. Se trata de avanzar en la cooperación y no en la competitividad…

Desarrollo de mi intervención en un debate, junto con Violeta Assiego, en Acción en Red el 29/01/2021. Trato las siguientes cuestiones: La nueva ola feminista, Carácter y ejes de los feminismos, Las distintas corrientes feministas y sus fundamentos ideológicos, Algunas definiciones sobre la clasificación de los feminismos, La unidad y la pugna interna en el feminismo, Identidades y formación de actores y sujetos colectivos, La pertenencia al feminismo, Diferenciar identidad de género de identidad feminista, El carácter relacional del feminismo, Pelea por la orientación feminista, Movimientos sociales y movimientos globales (post o trans) y La reafirmación feminista.

Reeditado por Rebelión (18/03/2021): https://rebelion.org/feminismos-y-derechos-humanos/

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-198/ensayo/una-teoria-queer-anticapitalista

La encrucijada electoral madrileña. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 200 (abril 2021)

Existen, aparte del sector permanente de activistas, diversos niveles de identificación con el feminismo: más del 80% de la población es partidaria de la igualdad entre mujeres y hombres; más de la mitad (casi dos tercios de mujeres y un tercio de los varones) tienen conciencia feminista, y varios millones, mayoría mujeres, han participado en las actividades y movilizaciones feministas que, en sentido estricto constituirían el movimiento feminista, en cuanto sujeto social activo legitimado por los dos niveles anteriores. Pues bien, esos procesos identificatorios y participativos tienen un contenido igualitario-emancipador y, aun con sus luces y sombras, rigideces e insuficiencias, son progresivos y beneficiosos para la sociedad.

En conclusión, la identidad feminista es positiva y legítima no solo porque expresa un compromiso liberador de un grupo social discriminado sino porque está inscrita en un proceso igualitario-liberador de la humanidad. La activación feminista se enlaza con la articulación más amplia y compleja de un campo sociopolítico y cultural de progreso. La pertenencia al feminismo la da la interacción social frente al machismo como orden estructural, el comportamiento personal y colectivo frente a la desigualdad de género, reforzada por una subjetividad emancipadora. En ese sentido, hay que fortalecerla, no diluirla.”

Analizo el contexto de las elecciones del 4 de mayo con el reto de desalojar a Díaz Ayuso y su alianza con la ultraderecha del Gobierno madrileño, la propuesta centrista y excluyente de Gabilondo con la difícil unidad progresista y la necesaria cooperación entre Más Madrid y Unidas Podemos. Selecciono varios párrafos:

El bloque de las derechas se concentra, se fortalece y queda hegemonizado por el PP de Ayuso, y en el bloque de las izquierdas o campo progresista se produce una doble tendencia: debilitamiento del PSOE junto con ascenso de MM y UP, aunque insuficiente para compensar el fuerte descenso socialista...

Derrotar a las derechas es lo prioritario. En particular, no ha sido posible una alianza electoral y existen proyectos diferentes de los dos grupos políticos, aparte de reticencias históricas. No obstante, aparte de un mínimo compromiso de cooperación, ese acuerdo básico facilitaría un entendimiento de ambas fuerzas para encarar el reto más importante a medio plazo: la unidad electoral del espacio del cambio de progreso en las próximas elecciones generales.”

En resumen, hay un intento de superación, por una parte, de ideas posmodernas y, por otra parte, del estructuralismo mecanicista y excluyente, a través de un feminismo (o una dinámica queer) social y relacional, ni determinista ni solo cultural (o idealista). A pesar de los límites de pensadoras interesantes como Holly Lewis, este esfuerzo por superar las deficiencias de esas posiciones extremas esencialistas y posestructuralistas, buscando enfoques más multidimensionales e interactivos constituye una vía fructífera para elaborar un feminismo (y una teoría queer) transformador, en el marco de una teoría social crítica y realista y una dinámica igualitaria y emancipadora.”

El refuerzo del Estado de bienestar. Antonio Antón, en Público (13/01/2021)

“El aspecto más relevante es que este proceso regresivo, dominante en las élites institucionales hasta hace poco, es valorado como injusto por amplios sectores de la sociedad. Ello ha condicionado el actual giro europeo más expansionista ante la actual crisis sanitaria y socioeconómica derivada de la pandemia. La desigualdad y la injusticia social han llegado a ser intolerables…

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/49430/fortalecer-la-identidad-feminista-no-diluirla/

Aquí explico las condiciones y las estrategias para el avance (o retroceso) del papel protector, redistribuidor y regulador del Estado de bienestar, en el actual marco europeo de modernización económica. Selecciono varios párrafos:

Lo que se ventila es la legitimación de los distintos actores en pugna, los fundamentos que justifican unas posiciones u otras y, sobre todo, los criterios normativos, las políticas y los cambios institucionales necesarios para superarla y poner las bases de una salida de progreso y una democracia social, frente al modelo regresivo y reaccionario de las derechas…

Las grietas económicas y sociopolíticas producidas, especialmente las brechas internas y entre países, el Norte y el Sur, han supuesto que, ahora, las políticas económicas dominantes en la Unión Europea y, específicamente, su nuevo plan de recuperación económica para los próximos años haya tenido que abandonar la rigidez austeritaria y adoptar medidas más expansionistas, de modernización económica y de protección y cohesión social, aunque están por ver su alcance y su implementación…

Los principales grupos de poder pretenden frenar el desarrollo de una dinámica de progreso que tiene la legitimidad de una mayoría social y parlamentaria, intentando desactivar el apoyo social a este Gobierno de coalición de izquierdas. Tratan de impedir un proyecto de modernización económica, democratización institucional y refuerzo del débil Estado de bienestar, con la mejora de los servicios públicos y la protección social, que constituyen el reto principal del actual Ejecutivo progresista. Su firmeza y capacidad política y el grado de apoyo ciudadano para superar ese desafío van a condicionar la senda social y político-institucional de esta década que comienza y el modelo de país resultante.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/43736/el-refuerzo-del-estado-de-bienestar/

Un feminismo fuerte, igualitario y crítico. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 197 (01/01/2021)

Ensayo donde explico el feminismo como sujeto social, su pugna interna, las características de los tres feminismos, sus discrepancias, la tradición transformadora progresista del feminismo, las insuficiencias de los feminismos socioliberal y postmoderno y la apuesta por un feminismo crítico por la igualdad y la emancipación de las mujeres. Transcribo un apartado:

“Las tres principales tendencias feministas actuales se constituyen respecto de los tres ejes de la acción feminista de esta cuarta ola: por la igualdad social y relacional, frente a la violencia machista y por la libertad sexual y de género. La pugna interpretativa, argumentativa y representativa de sus élites respectivas expresa una fragmentación organizativa y una debilidad de liderazgo y teórica. Se enfrentan a la tarea democrática de adquirir autoridad y posiciones de prestigio y estatus, con actitudes diferenciadas en esos tres ejes, aunque con ideas básicas comunes que facilitan la expresión masiva de las grandes movilizaciones feministas. Lo analizo desde la sociología crítica.

El problema de fondo que subyace es el descontento popular feminista por la falta de igualdad sustantiva en las relaciones sociales, laborales e institucionales, interpelada, interpretada, representada y orientada desde esa trayectoria igualitaria y transformadora, hoy oscurecida en el ámbito mediático. Las tres sensibilidades, socioliberal, posmoderna y crítica o transformadora, conforman un impacto heterogéneo por abajo, en el conjunto de las bases feministas, entre las que no hay una articulación organizativa estable, ni una referencia cultural unificada ni una cohesión ideológica. En el amplio conglomerado llamado movimiento feminista, predomina el eclecticismo o posiciones mixtas e intermedias respecto de esos diferentes posicionamientos de las élites o personas más activistas.

El activismo discursivo, mediático y en redes sociales, busca la legitimidad en los procesos de formación de liderazgos de las personas y grupos de referencia. Pero, a veces, el exceso de confrontación con estilo descalificador debilita el interés común. Sus efectos son la desactivación de la acción colectiva (e individual) por la igualdad real de la mayoría de las mujeres (y capas subalternas), así como la polarización extrema sobre los otros dos ejes sin avanzar en su transformación preventiva y real: medidas necesarias para acabar con la violencia machista, dando respuesta a la situación de las mujeres víctimas, y favorecer la libertad de opciones sexuales y de género.

Los tres ejes temáticos constituyen la experiencia sustantiva de las actuales movilizaciones feministas ante la persistencia y gravedad de sus desventajas. Es el fundamento que sostiene su carácter transformador y unitario. Pero hay algunas élites, con distintas justificaciones, que priorizan su interés corporativo por ocupar posiciones de privilegio o situar su marco interpretativo particular como el dominante.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-197/ensayo/un-feminismo-fuerte-igualitario-y-critico

Crisis y estrategias. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 196 (diciembre)

Ensayo en el que analizo las características de la actual crisis, el fracaso de las estrategias reaccionarias y centristas, las políticas de la coalición gubernamental de progreso y los retos del conjunto de fuerzas progresistas. Transcribo un par de párrafos:

“Llevamos una década de deslegitimación y recomposición de la clase política (bipartidista) anterior. El proceso continúa y el estatus actual es modificable. Todas las persistentes estrategias para evitar una salida progresista y neutralizar las fuerzas del cambio de progreso no han conseguido sus objetivos. Pero no paran en el empeño para cerrar esa oportunidad costosamente formada por una década de activación popular progresista y de izquierdas, abanderada tras la justicia social y la democracia…

Es la perspectiva que temen esas fuerzas reaccionarias y que tienen que asumir: mantenerse en la oposición durante toda la legislatura, sin capacidad de influencia para impedir el grueso de las políticas públicas de progreso y la consolidación de su representación política e institucional. Así, a través de la crispación, expresan su impotencia para frenar una gestión progresista, aunque sea lenta y limitada. Y, además, manifiestan su incapacidad para impedir el fortalecimiento de una política y una alianza de progreso más firme, que se pueda prolongar a otra legislatura y abrir una dinámica de cambio sustantivo en España que, a su vez, condicione el modelo de país y el de la construcción europea.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-196/ensayo/crisis-y-estrategias

Judith Butler y la pertenencia al feminismo. Antonio Antón. Mientras Tanto nº 195 (noviembre 2020)

“En una interesante entrevista a Judith Butler sobre las guerras culturales (tiene un acceso en castellano), esta conocida feminista estadounidense de orientación posestructuralista apuesta por “renovar el compromiso feminista con la igualdad de género y la libertad de género”. Otra formulación reciente es “el feminismo es una lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, pero también es una investigación sobre el género en sí mismo, más allá de las categorías de hombre o mujer”. Son ideas que comparto al poner el acento en dos cuestiones básicas para un enfoque realista, multidimensional y sociohistórico: la acción práctica y relacional en los procesos identificatorios y de emancipación, y la igualdad de género, entre hombres y mujeres, al partir de su realidad de desventaja, desigualdad o discriminación. Son relevantes sus posiciones sobre ‘El género en disputa’ y ‘Deshacer el género’. No entro ahora en ello. Tengo una amplia valoración de su pensamiento, así como el de otras corrientes feministas en el reciente libro “Identidades feministas y teoría crítica”. Me detengo aquí en otras formulaciones sobre un aspecto particular: su posición sobre la pertenencia al feminismo. En conversación con ella y frente a las corrientes esencialistas explico mi enfoque crítico.

Su criterio de pertenencia al feminismo es inclusivo al considerar partícipes a todas las personas, incluido hombres, que se ‘aferran a las proposiciones básicas de libertad e igualdad’. Así se supera la interpretación biologicista y excluyente de que solo pueden ser feministas las mujeres. No obstante, es insuficiente por tener un sesgo idealista (posestructuralista) al poner el énfasis en lo discursivo, o sea, en las ideas o propuestas, con su sobrevaloración de su influencia en la formación de la identidad, feminista en este caso.

Desde la sociología crítica la pertenencia e identificación colectivas se van formado a través de las relaciones sociales, sobre la base de una práctica social prolongada, una interacción relacional solidaria tras esos objetivos de libertad e igualdad. Es decir, el hacerse e identificarse feminista es una conformación social, procesual e interactiva: supone comportamientos duraderos igualitarios-emancipadores y solidarios, interrelacionados con esa subjetividad. Es la experiencia vital, convenientemente interpretada, la participación en la pugna social y cultural en sentido amplio (incluyendo hábitos, estereotipos y costumbres además de subjetividad) frente a la desigualdad y la discriminación, la que va formando la identidad feminista (o cualquier otra de capas subalternas). Veamos algunos enfoques implicados en esta controversia.”

Referencia web: http://www.mientrastanto.org/boletin-195/ensayo/judith-butler-y-la-pertenencia-al-feminismo

Debilidades intelectuales de las izquierdas. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (9/10/2020)

“Un rasgo que condiciona las ideas del campo progresista y, específicamente, de su intelectualidad, es de carácter práctico y normativo. Aparecen, con otras formas, dos viejos debates sobre la orientación general de las izquierdas o fuerzas alternativas: 1) la importancia de la acción por la igualdad, en todos sus aspectos e incluida la de género, junto con la diferenciación con la pasada gestión liberal o retórica de la socialdemocracia y la reaccionaria de las derechas; 2) las formas organizativas y de acción social y política para propugnar el cambio y la mejora de la sociedad. Y ligado con ello, 3) cuáles son las necesidades y perspectivas teóricas para favorecer una interpretación más rigurosa y realista, que sirvan para mejorar la acción práctica y la conformación de un bloque social progresista y alternativo y, en particular, una configuración más sólida de las propias bases del espacio del cambio de progreso…

La cuestión para valorar es que el debilitamiento de la dimensión, la profundidad y la unidad de ideas propias, independientes y críticas, en las izquierdas, incluida las alternativas y radicales, así como en distintos movimientos y agrupaciones sociales y políticas progresistas, facilita el relleno con ideas ajenas a esa tradición, heterogéneas entre sí y acríticas y dependientes de otras instituciones y grupos mediáticos. La dificultad para elaborar ideas diferenciadas del discurso liberal dominante y mantener un pensamiento social progresista y democrático facilita la permanencia de una cultura más o menos ecléctica en asuntos clave. Las condiciones de la pugna cultural son muy desiguales…

Para impulsar una corriente sociopolítica más amplia o unificar un bloque social y político más complejo, por las diferentes sensibilidades existentes y su configuración plurinacional como el configurado por las fuerzas del cambio, es más necesaria una actividad crítica y teórica significativa, al menos en las élites de las organizaciones sociales y políticas, y madurar una comunidad intelectual progresista y con cierta actividad divulgativa…

Entre la intelectualidad progresista y las élites políticas y asociativas es necesario un impulso crítico, científico, para analizar también este campo, en pugna con las interpretaciones irracionales e idealistas, o simplemente superficiales. El aspecto central no es exclusivamente mejorar el conocimiento de la realidad, que ya es importante, sino prepararse mejor para dar respuestas adecuadas y justas ante esos problemas: conocer la realidad para transformarla.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/debilidades-intelectuales-izquierdas/20201009134028179954.html

Identidad feminista no es identidad de género. Antonio Antón, en Rebelión (10/09/2020)

En este artículo distingo entre los dos tipos de identidades, la feminista y la de género, y explico la formación del sujeto feminista, diferenciado y partícipe de un movimiento popular global o interseccional:

“En la identidad feminista influye el sexo (mujer) y el género (femenino). Pero no de forma determinista, sea biológica o estructural. Sí tiene importancia la realidad vivida, sentida y percibida de una desigualdad injusta, es decir, la pertenencia a un grupo social discriminado y con desventajas concretas, o bien con suficiente sensibilidad y solidaridad respecto de su situación.

Pero, sobre todo, el elemento sustantivo que configura ese proceso identificador feminista es la acción práctica, los vínculos sociales, la experiencia relacional por oponerse a esa subordinación y avanzar en la igualdad y la emancipación de las mujeres. La identificación feminista deriva del proceso de superación de la desigualdad basada en la conformación de géneros jerarquizados. Se trata de la actitud transformadora respecto de las funciones sociales, productivas y reproductivas desventajosas para la mitad de la población. Supone un cambio de su estatus vital subordinado…

La formación de un sujeto unitario superador de los sujetos o actores parciales va más allá de un liderazgo común (simbólico y legítimo), un objetivo genérico compartido (la democracia y la igualdad) o un enemigo similar (el poder establecido patriarcal-capitalista). Es un proceso sociohistórico y relacional complejo que necesita una prolongada experiencia compartida que debe superar las tensiones derivadas de los intereses corporativos y sectarios de cada élite respectiva, con su rigidez doctrinal legitimadora.”

El carácter social del feminismo. Antonio Antón, en Público (8/08/2020)

Destaco en este artículo el sentido social y transformador de las relaciones sociales del movimiento feminista, acompañado por el cambio cultural:

“En conclusión, los feminismos, como pertenencia grupal e identificación colectiva, se constituyen a través de una acción práctica y solidaria de carácter igualitario-emancipador por cambiar las relaciones desiguales e injustas que sufren las mujeres, las situaciones de desventaja que padecen. Su cultura emancipadora, en sentido amplio, incluye el cambio de hábitos, estereotipos y costumbres discriminatorios, y es consustancial a los feminismos. Conlleva la crítica y la oposición a los privilegios de género, los discursos y políticas machistas y las estructuras sociales dominadoras. Su implicación práctica democrático-igualitaria consolida una nueva subjetividad que, a su vez, refuerza sus valores solidarios y su motivación liberadora. Considerar al movimiento feminista como exclusivamente cultural relega la prioridad por el cambio de las relaciones reales desventajosas u opresivas y dificulta una acción crítica, popular, realista y transformadora. Es, sobre todo, un movimiento social, aunque con un gran componente cultural. El cambio feminista, además de las subjetividades, debe transformar las relaciones sociales de desigualdad y dominación; debe ser relacional.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/35772/el-caracter-social-del-feminismo/

Los tres ejes del feminismo. Antonio Antón, en Público (24/07/2020)

Destaco lo que, a mi modo de ver, son tres ejes feministas fundamentales y su complementariedad. Selecciono varios párrafos:

“Empiezo por matizar el énfasis unilateral en la pugna cultural, derivado de la prioridad por el tema de la sexualidad, como tarea central y eje principal de diferenciación entre corrientes feministas. Esta temática de la libertad sexual es fundamental para los colectivos LGTBI y el propio feminismo. El problema es su encaje en el conjunto de tareas y discursos feministas. Así, al priorizarlo de forma permanente y casi exclusiva, se infravalora la acción colectiva por la igualdad relacional efectiva y contra la violencia machista, cuestiones apoyadas por más de la mitad de la población adulta, unos veinte millones, especialmente de las mujeres. Son dos aspectos sustantivos de la activación feminista que, sin embargo, al situarlos en un segundo plano en los discursos y la acción colectiva de algunas élites, se dificulta la capacidad transformadora del conjunto de la realidad discriminatoria de las mujeres. Y esa unilateralidad no les permiten un mayor arraigo entre ellas…

Se trata de superar la idea convencional de la existencia de dos sexos o dos géneros rígidos y excluyentes y reconocer una pluralidad heterogénea de opciones intermedias, mixtas e indiferenciadas, así como sus derechos igualitarios y su legitimidad como proyecto vital decidido libremente…

La reacción agresiva en torno a la normativa sobre la libertad sexual y los derechos de las personas trans expresa el agotamiento del feminismo socioliberal y formalista y su retórica esencialista; pretende esconder su responsabilidad en el bloqueo de la situación discriminatoria de las mujeres; constituye un freno a las demandas feministas en los tres campos: igualdad relacional real, evitar la violencia machista con medidas efectivas y no del simple punitivismo legal y desarrollar los derechos sexuales…

Dicho de otra forma, el refuerzo de la libertad sexual y de género y la colaboración entre movimiento feminista y colectivos LGTBI no debiera hacerse a costa de la difuminación de la acción contra la discriminación femenina en esos otros dos campos de la igualdad relacional y contra la violencia machista. Sería caer en la trampa de las derechas y esos sectores puritanos y punitivistas, así como neutralizar o distorsionar las demandas masivas de las movilizaciones feministas.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/dominiopublico/33902/los-tres-ejes-del-feminismo/

Desafíos para el Gobierno. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 192 (julio 2020)

En este ensayo explico los tres rasgos distintivos de la actual coyuntura sociopolítica: las estrategias (confrontativa y centrista) de las derechas contra el Gobierno progresista de coalición, el fuerte consenso social progresista, que constituye una amplia base para apoyar su programa, y los retos a corto y medio plazo del Gobierno y las fuerzas de progreso:

“El cambio de contexto, derivado de la crisis sanitaria por la Covid-19 y la consiguiente crisis social, económica y vital, modifica el marco de los planes gubernamentales iniciales y, junto con la respuesta inmediata a la citada crisis, exige una adaptación de su proyecto en los dos planos: a corto y a medio y largo plazo. Más allá de la ambigüedad de ciertas palabras, como modulación o adaptación del proyecto gubernamental pactado, voy a valorar los retos del Gobierno, una vez explicado el fracaso de la estrategia confrontativa de las derechas y el riesgo de la nueva estrategia ‘moderada’ que ha reaparecido, con su correspondiente objetivo de reajuste centrista para encarar la crisis social, económica e institucional…

Derivados de esa polarización entre las derechas y las izquierdas (y los nacionalismos), existen tres retos inmediatos e interrelacionados para resolver por el Gobierno de coalición y garantizar su sostenibilidad a medio plazo, con suficientes apoyos sociales y parlamentarios…

En resumen, desde los poderes establecidos se está organizando el intento, otra vez, de cerrar la oportunidad de una etapa de transformación progresista, aislar a las fuerzas sociales y políticas del cambio de progreso, garantizar el continuismo económico-social y restaurar un nuevo bipartidismo consensual y excluyente que asegure la estabilidad del orden establecido. No cabe duda de que hay detrás fuerzas poderosas y que de fructificar las consecuencias sociales y políticas serían desastrosas. Pero, en el actual contexto, si no se cometen errores graves por las fuerzas progresistas, ambas versiones, la dura y la blanda, están condenadas al fracaso, aunque no por ello hay que desconocerlas o despreciar su embate. La solución sigue siendo la reafirmación popular en una política de progreso, con su activación cívica, y la determinación y unidad de la coalición gubernamental con los apoyos progresistas y democráticos.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-192/ensayo/desafios-para-el-gobierno

Polémicas sobre las rentas básicas. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 191 (junio 2020)

"Acabo de publicar un amplio estudio teórico sobre los tres tipos de rentas básicas, con una valoración crítica al modelo ortodoxo de Renta Básica Universal (RBU), que defiende la Red Global de Renta básica, inspirada en su presidente internacional Van Parijs, y la defensa de una renta social contra la vulnerabilidad socioeconómica, la gran prioridad del momento (ver Rentas sociales: igualdad, libertad y reciprocidad).

Ambos modelos se presentan como una superación del actual e insuficiente sistema de Rentas Mínimas de Inserción de las Comunidades Autónomas, ante lo que el Gobierno va a aprobar una propuesta de mejora con el citado IMV, complementaria con ellas, centrada en la acción contra la pobreza y cuya orientación integradora e igualitaria comparto, aunque su dimensión y su desarrollo en un plan articulado y convergente está por concretar y habrá que analizar.

En este ensayo pretendo clarificar los fundamentos teóricos y éticos de los distintos modelos de rentas básicas o sociales y las principales controversias y polémicas. Está dividido en tres partes. La primera explica los “Tres modelos de rentas básicas” y enmarca el criterio de su incondicionalidad; la segunda analiza “La reciprocidad en las rentas sociales”, y la tercera profundiza en “Los debates sobre las rentas básicas”, desde un enfoque social, relacional y contractualista."

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-191/ensayo/polemicas-sobre-las-rentas-basicas

Rentas básicas garantizadas. Antonio Antón. Mientras Tanto nº 190 (mayo 2020)

Ante la crudeza de la nueva dimensión de vulnerabilidad socioeconómica por la pandemia del coronavirus y sus consecuencias económicas y de empleo, se ha ido poniendo en primer plano la necesidad de una renta social garantizada como garantía de último recurso para evitar la dinámica de desigualdad y exclusión social. Aquí la explico sus características y el debate suscitado. Selecciono varios párrafos:

“Me centro en esa medida social urgente, llámese ingreso mínimo vital, renta básica, renta garantizada, renta mínima… Se trata de una renta social o pública que busca compensar a la gente que ha visto disminuir sus recursos y aumentar sus necesidades vitales y se mantiene en una situación vulnerable. Además de su impacto económico tiene, sobre todo, un papel social reequilibrador o de rescate ciudadano para superar el riesgo de pobreza…

Aludo a dos aspectos generales con los que se interrelaciona una renta social y sobre los que hay una diversidad de opiniones. Primero, su relación con el empleo (o el trabajo), que entiendo complementario de la protección social…

Segundo, hay que definir su objetivo, aclarar el debate de su universalidad e incondicionalidad, así como abordar las características de su gestión. Mi posición ya la he adelantado: garantizar unas condiciones de existencia dignas a las personas vulnerables, necesitadas de una protección pública…

En los últimos años, tras la crisis social y económica, la propuesta de una renta social (o básica) garantizada, dentro de un plan más global de rescate ciudadano, ha tenido una mayor repercusión pública, aunque sin apenas cambios normativos y presupuestarios, solo algunos retóricos. Los argumentos, críticas y justificaciones teóricas apenas han cambiado en estas tres décadas…

En definitiva, el punto de partida y el objetivo para una renta social es la existencia de una situación de vulnerabilidad social y económica a resolver, de un rescate ciudadano a implementar con la garantía de una vida digna, del acceso a la plena ciudadanía social y a la integración en la vida cívica de los sectores vulnerables.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-190/ensayo/rentas-basicas-garantizadas

El gran pacto, improbable. Antonio Antón, en Público (26/04/2020)

Explico la paradoja de por qué la mayoría ciudadana pide diálogo y, al mismo tiempo, ve improbable un acuerdo global, así como la necesidad de un plan modernizador, democratizador e igualitario y el conflicto de poder. Selecciono varios párrafos:

“Los Pactos de la Moncloa conllevaron para las derechas dos condiciones fundamentales que consiguieron entonces y ahora no pueden: su orientación neoliberal y su hegemonía política, con la marginación de la activación popular. Su reedición supondría cambiar a este Gobierno de coalición progresista, desalojando a Unidas Podemos, y reorientar sus prioridades. Como su emplazamiento es imposible de aceptar por el Partido socialista (y sus aliados), se pasan al boicot…

No hay alternativa a la mayoría de progreso de la investidura. Ya se intentó durante un lustro con distintas fórmulas. La resiliencia cívica y el 10-N las sepultó. Una variante, también fracasada, es cambiar de Presidente, a lo que se prestarían algunos sectores socialistas (como en el fiasco susanista contra Sánchez) poniendo otro candidato que garantizase un pacto de gobernabilidad con el PP. No obstante, para la dirección socialista no hay mejor oferta que el actual acuerdo de progreso…

La apuesta de las derechas a medio plazo parece que es promover el desgaste gubernamental, romper la coalición progresista y presionar para la convocatoria de elecciones anticipadas para retomar la hegemonía institucional. Interés partidista, alejado de sus grandes palabras de defender el bienestar social o un proyecto solidario de país, que le pasará factura…

Al Gobierno solo le cabe dos atareas entrelazadas. Primero, dialogar con el conjunto de fuerzas parlamentarias, agentes sociales y Comunidades Autónoma (y grandes municipios), con la posibilidad de llegar a algún acuerdo parcial con ellos. Segundo, reforzar la actual mayoría de la investidura y la alianza progresista y ampliar su legitimidad social, e implementar un plan modernizador, equitativo y democratizador. En definitiva, hacer frente a la pugna de legitimación pública y consolidar una trayectoria de progreso, en beneficio de la mayoría social, que pueda prolongarse para la próxima legislatura.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/32281/el-gran-pacto-improbable/

El vacío teórico socialista. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 189 (abril 2020)

Una reflexión en la que explico las implicaciones estratégicas y de alianzas del relativo vacío teórico socialista, a raíz de la aportación de Manuel Cruz, intelectual y senador del PSC:

“En definitiva, no se trata de analizar el futuro desde una bola de cristal. Solo hay que señalar que los motivos del presente acuerdo gubernamental no derivan de compartir una estrategia (y una teoría) de progreso, sino de una conveniencia táctica mutua derivada del reequilibrio de poder tras el 10-N… que puede cambiar para la siguiente legislatura. La razón es que, especialmente, la dirección socialista no está interesada en elaborar y compartir con las fuerzas del cambio un diseño de país más ambicioso, común y duradero. Esa es la moraleja que, indirectamente, podemos sacar de la valoración de este senador del PSC, en funciones más de intelectual, sobre los déficits del ideario socialista, el cual tiene grandes repercusiones estratégicas que no aborda en su artículo. Así, volviendo al principio, el Partido Socialista y, en otro plano, el conjunto de las fuerzas progresistas y de izquierda tienen un reto por delante: impulsar un proyecto democrático y transformador de progreso, compartido e integrador del rojo, verde y violeta (y la plurinacionalidad).

En particular, partiendo de la refundación teórica que reclama Manuel Cruz, sobre todo el PSC y el sanchismo deben clarificar qué contenido sustantivo debería tener ese ideario socialista para fijar un rumbo a su estrategia a medio plazo y clarificar su acción gubernamental y de alianzas con un proyecto más nítido, social y democrático de país; y, de paso, construir una referencia renovadora de la socialdemocracia y el conjunto de las izquierdas para al menos todo el sur de Europa. El riesgo es que quede en el enésimo lavado de cara, con la consiguiente continuidad de la crisis de las izquierdas y la recomposición de las derechas. Por ello hay que tomarse en serio el diagnóstico del político-intelectual catalán, completarlo y avanzar en un plan transformador y una teoría crítica.”

Referencia web: http://www.mientrastanto.org/boletin-189/ensayo/el-vacio-teorico-socialista

Una versión inicial se edita en Nueva Tribuna (19/03): https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/vacio-teorico-socialista/20200319002524172279.html

Identidades e interseccionalidad. Antonio Antón, en Mientras Tanto, nº 188 (marzo 2020)

Ensayo completo donde explico los procesos identitarios, la interseccionalidad como interacción de identidades, la articulación (interseccional) de la acción colectiva e institucional, la identificación feminista, los procesos identificadores y el sentido de las identidades. Expongo un párrafo de la introducción:

“Estos dos conceptos, identidad e interseccionalidad, han recobrado relevancia en el pensamiento social y, en particular, para la teoría feminista. Hacen referencia a algunas características de los grupos sociales, su reconocimiento y su relación, que conforman su actitud sociopolítica en un contexto de grandes transformaciones sociales. Por separado pero, sobre todo, juntos, ayudan a explicar la formación de nuevos actores (o sujetos), individuales y colectivos, y sus procesos participativos y colaborativos en el marco del cambio sociocultural y político. Conllevan una experiencia relacional diversa que se combina con lo común de la interacción humana, al mismo tiempo que con su pluralidad.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-188/ensayo/identidades-e-interseccionalidad

El nuevo progresismo de izquierdas. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 187 (febrero 2020)

Síntesis del Informe sobre las características sociodemográficas y de cultura política, de los electorados, particularmente de los progresistas o de izquierda, a partir del Barómetro del CIS:

“El perfil mayoritario de la base social y electoral de las fuerzas del cambio de progreso es el siguiente: Joven, urbano, de clase trabajadora y estudios medios, con cultura política progresista, feminista, ecologista y de izquierdas. Algunos de estos rasgos rompen o matizan cierto estereotipo sobre el electorado de Unidas Podemos y sus convergencias y aliados. Tiene unas diferencias significativas con los del conjunto de la sociedad y, en particular, los del Partido Socialista, la otra formación caracterizada de izquierdas o progresista y que, conjuntamente, van a gobernar España con un proyecto compartido…

Los desafíos estratégicos y políticos para las fuerzas del cambio, así como el reto de su propia configuración organizativa, teórica y de liderazgo, son impresionantes. Comienza un nuevo ciclo político e institucional, en el marco de la continuidad de una grave crisis social para la mayoría popular y con las imprescindibles agendas transformadoras, social y democrática. Del acierto de su gestión y sus relaciones con el Partido Socialista, así como de su capacidad de articular a una parte relevante de la sociedad, junto con la activación cívica, van a depender los equilibrios representativos de ambas fuerzas y el futuro del cambio real de progreso.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-187/ensayo/el-nuevo-progresismo-de-izquierdas

Nuevo Gobierno: Unidad para cambiar. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (14/01/2020)

A raíz de la encuesta de 40dB explico la actitud y las expectativas de los electorados progresistas y de las derechas respecto de la cohesión y la gestión del nuevo Ejecutivo de coalición:

“Dos aspectos generales se pueden destacar. Primero, la fuerte división social existente respecto de la actitud ante el nuevo Ejecutivo plural, entre la mayoría de los electorados de las tres derechas, escéptica, y la mayoría de la base social de progreso, esperanzada. Segundo, aparte de la desconfianza de la gente votante a las derechas, estimulada por sus dirigentes a través de la estrategia de la crispación, es relevante la existencia de sectores socialistas y, en menor medida, de Unidas Podemos que consideran al Gobierno plural excesivamente dividido e incapaz de afrontar los grandes retos transformadores. Son temas para reflexionar…

En definitiva, además de hacer frente a la oposición crispada de las derechas e impulsar un proyecto de cambio de progreso, con sabiduría, justicia, firmeza democrática y serenidad (las clásicas prudencia, justicia, fortaleza y templanza), el nuevo Gobierno progresista de coalición tiene dos grandes desafíos: forjar una dinámica unitaria, plural desde la lealtad al proyecto compartido, e iniciar unas reformas sociales y democráticas inaplazables. Estas, aunque sean parciales y lentas, deben prefigurar un compromiso real de cambio, democrático e igualitario, y un horizonte transformador. Ello permitirá una mayor conexión institucional con las mayorías sociales, facilitará la participación cívica y permitirá fortalecer el progresismo de izquierdas que garantice el cambio de ciclo político de progreso. La pugna por la legitimidad de este proyecto democratizador y por la justicia social va a ser dura. Su fracaso abriría las puertas a la involución social y política. El desafío afecta a toda la ciudadanía progresista y de izquierdas. Con realismo, habrá que reafirmar el sí se puede.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/nuevo-gobierno-unidad-cambiar/20200114082545170048.html

Nueva etapa gubernamental. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 185 (diciembre 2019)

“El preacuerdo del presidente socialista Pedro Sánchez y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, responde a las demandas y expectativas de una mayoría progresista amplia. Contiene propuestas para encarar los grandes retos sociales, institucionales y territoriales. Tiene unas posiciones integradoras e intermedias de los planteamientos de ambas formaciones políticas, con sus riesgos y sus límites, entre ellos la necesidad de ampliar sus apoyos parlamentarios, en particular los de ERC, cuestión a resolver en las próximas semanas. Aquí expongo una valoración general sobre el carácter del nuevo sanchismo y el marco del necesario acuerdo gubernamental cuyas características y alcance están por determinar.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-185/ensayo/nueva-etapa-gubernamental

Resiliencia y mal menor, en Pensamiento Crítico (octubre 2019)

“Se necesita una reflexión estratégica. Por mi parte, aquí la abordo con esta aportación teórica en torno a un concepto nuevo, resiliencia, como actitud resistente y adaptativa ante importantes dificultades, y su conexión con otra idea antigua, proveniente de la conciencia trágica griega, la cultura del mal menor como elección obligada entre dos males. Se trata de profundizar en un enfoque realista y crítico que tiene grandes implicaciones políticas y que atraviesa el debate público.”

Referencia web original: http://www.pensamientocritico.org/resiliencia-y-mal-menor/

El antineoliberalismo de Nancy Fraser. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (12/09/2019)

Una evaluación de su pensamiento estratégico en la que destaco su caracterización del neoliberalismo progresista, una alianza contrahegemónica multidimensional, la oposición al neoliberalismo y el autoritarismo y la pugna por la hegemonía en los movimientos sociales:

“Por tanto, como señala FRASER, dominación de clase y jerarquía de estatus son parte integral de la sociedad capitalista. La opresión de género o etnia-raza no son superestructurales (o culturales), sino estructurales respecto del orden social institucionalizado: son facetas de la misma gente… popular (y algunas también de sectores oligárquicos). Así, frente a la actitud superficialmente moralizante que hoy impera en los círculos progresistas, afirma que ‘lo que debería distinguir a la izquierda de esas posturas es la atención a las bases estructurales fundamentales de la opresión social’.

En definitiva, hay que reconocer que el racismo y el sexismo no son solo ‘superestructurales’ o culturales, sino ‘estructurales’. Con esa posición se combate la idea tradicional y excluyente de clase trabajadora (a veces identificada con los varones blancos) como opuesta a mujeres, inmigrantes, personas de color… que serían segmentos sin pertenencia de clase trabajadora, cuando en muchos campos son mayoritarios. De ahí se deduce su afirmación de que el ‘reconocimiento y la distribución son fundamentales para este análisis por razones históricas’ y para un proyecto transformador.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/antineoliberalismo-nancy-fraser/20190912120601166066.html

Realizo un comentario sobre la ‘identidad de clase’, a propósito del estudio de Alberto Garzón sobre la expresión electoral de la clase trabajadora:

“El artículo, avance de una investigación más amplia pendiente de publicar, pone de relevancia el factor de clase respecto de la expresión político-electoral. Es decir, valora la interacción entre la realidad ‘objetiva’ de clase del electorado y su identificación política. Tiene un enfoque realista con abundante justificación empírica y alusiones teóricas. No obstante caben algunos comentarios relacionados con la necesidad de una visión multidimensional, inclusiva y renovada del concepto de clase y superadora del determinismo económico para definir mejor la formación de un sujeto social y político democrático-igualitario y su papel transformador en el actual contexto.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/proposito-estudio-alberto-garzon/20190813115151165304.html

Carácter de los sujetos, de Antonio Antón en Nueva Tribuna (12/07/2019)

Extracto de una Comunicación al reciente Congreso Español de Sociología (Valencia, julio de 2019) donde explico el concepto de sujeto colectivo como agente activo que comparte realidades, vínculos, trayectorias y demandas, así como los procesos de reconocimiento e identificación y la experiencia de los movimientos sociales y la unidad popular.

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/caracter-de-los-sujetos/20190712110616164436.html

Habrá trabajo, pero de mala calidad, Antonio Antón en CTXT (8/05/2019)

“El problema principal del empleo es su precarización, no su desaparición. Según la OIT, 2.000 millones de personas, el 61% de la población activa mundial, tenía un puesto informal en 2016… La crisis socioeconómica y las políticas de ajuste y austeridad aplicadas en esta última década han ocasionado graves consecuencias sociolaborales: paro masivo, precarización del empleo, devaluación salarial, segmentación y segregación y desequilibrio en las relaciones laborales. Disminuye el empleo decente o de calidad y se genera empobrecimiento, desigualdad e incertidumbre. Por tanto, hay que volver a analizar con realismo estas tendencias, hacer frente a los prejuicios convencionales y explicar sus implicaciones sociolaborales y normativas. [En este artículo analizo] primero, las tendencias del empleo mundial. Segundo, el impacto tecnológico en el empleo señalando que el problema principal es el tipo de poder. Tercero, una de sus implicaciones normativas: la renta básica. Termino con unas conclusiones.”

Referencia web original: https://ctxt.es/es/20190508/Politica/26017/Antonio-Anton-empleo-economia-trabajo-calidad-temporalidad-precariedad.htm

Debates sobre feminismo, Antonio Antón, en Pensamiento Crítico (22/03/2019)

“El feminismo tiene numerosos retos por delante para el fortalecimiento de su impacto transformador de relaciones sociales y estructuras institucionales machistas. A pesar de la masiva sensibilización feminista, este año no se han producido avances significativos frente a esa realidad discriminatoria y sí nuevos riesgos de involución derivados de la regresión de las derechas. El proceso de este nuevo 8 de marzo está demostrando su capacidad unitaria, expresiva y movilizadora, la exigencia de reconocimiento y derechos de las mujeres (y personas LGTBIQ) y la articulación de unas demandas cívicas por una igualdad fuerte y efectiva. Primero hago un análisis de la activación feminista, particularmente, de las jóvenes. Segundo, expongo varias reflexiones de carácter teórico sobre el feminismo.”

Referencia web original: http://www.pensamientocritico.org/debates-sobre-feminismo/

Salir del bloqueo, Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 176, febrero/2019

Versión completa donde detallo los dilemas estratégicos y organizativos de las fuerzas del cambio:

“Es necesaria una profunda reflexión y un impulso renovado para avanzar en la democracia y la igualdad, así como en la consolidación y unidad de las fuerzas del cambio. Partiendo de estos hechos, desde un enfoque crítico de la sociología política y de los movimientos sociales, me centro en tres aspectos encadenados y complementarios para clarificar las opciones progresivas. Primero, las dificultades y características de una estrategia de progreso por parte de las fuerzas del cambio, considerando las implicaciones del ascenso del bloque reaccionario de las tres derechas y la ambivalencia de la dirección socialista. Segundo, cómo superar la situación de bloqueo político y, especialmente, la subjetividad de ansiedad existente en mucha gente progresista por el temor a un retroceso político y representativo, así como fortalecer, con fundamentos realistas, una activación cívica y una voluntad colectiva igualitarias y democratizadoras en torno a un renovado proyecto de país, democrático, social y plurinacional. Tercero, cómo avanzar en una vertebración organizativa del conjunto de las fuerzas del cambio y, en particular, de Podemos sobre la base de una unidad y colaboración desde la pluralidad y el talante democrático e integrador, puestos en cuestión ahora por la crisis en Madrid (y estatal), a raíz de la candidatura autonómica de Íñigo Errejón con la plataforma Más Madrid y la respuesta contundente de la dirección… Por último, explico la necesidad y las características de un proyecto renovado de cambio.”

Referencia web original: 

http://www.mientrastanto.org/boletin-176/ensayo/salir-del-bloqueo

Reeditado (24/02): http://www.pensamientocritico.org/salir-del-bloqueo/ 

Formación y diversidad del sujeto. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 173 (1/11/2018)

En este ensayo, “apunto a una articulación democrática y participativa del sujeto como actor cívico en sus distintas configuraciones parciales, trayectorias específicas e interacciones socioculturales y políticas, sean movimientos sociales, tendencias sociopolíticas o corrientes de opinión, con una dinámica y una base social vinculadas a las clases trabajadoras o capas populares (pueblo). Ese sujeto colectivo o corriente popular está conformado histórica y relacionalmente, a través de la interacción práctica por intereses y demandas compartidas, bajo el respeto a su pluralidad interna; por tanto, con mecanismos democráticos, unitarios y flexibles, y con objetivos y dinámicas comunes diferenciadas del poder dominante.”

Referencia web original:

http://www.mientrastanto.org/boletin-173/ensayo/formacion-y-diversidad-del-sujeto

Lecciones catalanas. Antonio Antón, en Pensamiento Crítico (6/10/2018)

Tras una pequeña síntesis introductoria del contexto, el objeto de estas reflexiones es la valoración de los fundamentos ideológico-políticos del nacionalismo excluyente catalán representado por el liderazgo de C. Puigdemont, en el marco del conflicto nacional y social en Cataluña y España y la reacción del nacionalismo conservador español. En particular, explicaré su relación con el etnopopulismo, así como su singularidad y su diferenciación respecto de las tendencias de extrema derecha y las dinámicas de recomposición de las élites que se están produciendo en diversos países europeos. De esta experiencia se sacan diferentes enseñanzas estratégicas y teóricas. Son, aunque no solo, lecciones catalanas a considerar para el cambio político de progreso en España y la Unión Europea.

ARTÍCULOS DESTACADOS AJENOS:

Hasta diciembre de 2019. Los posteriores en Art.ajen.destacados 

Chantal Mouffe y la superación de Carl Schmitt. José Luis Villacañas, en Pensamiento al margen nº 10 (2019)

Interesante y denso ensayo de filosofía política, crítico con el populismo reaccionario de Schmitt o el socioliberalismo de Giddens, y superador de la propia Mouffe en debates básicos sobre: la democracia, el pluralismo y la hegemonía; la justicia y la igualdad, y la relación de lo social, la política y el Estado. En particular, es sugerente su énfasis en la autonomía de lo social respecto de lo político, la construcción relacional e histórica de las relaciones de poder, la identidad y la hegemonía y su defensa del republicanismo frente al liberalismo. Falta por profundizar el carácter y la dimensión del conflicto social, con una concepción de la justicia y la igualdad sustantiva que evite el formalismo y complete la teoría republicana. Dada su amplitud, abajo, en mi blog SE HACE CAMINO AL ANDAR expongo un resumen del mismo.

Referencia web original: https://pensamientoalmargen.com/wp-content/uploads/2019/05/Chantal-Mouffe-y-la-superaci%C3%B3n-de-Carl-Schmitt.pdf

Continúa: 

"En suma, no estoy de acuerdo en que “todo orden es político”. El absolutismo de lo político no respeta la estructura evolutiva de occidente, basada siempre en algún tipo de división de poderes. Por supuesto que todo orden social está basado en una diferencia y supone una exclusión. Pero no por ello todo orden es político y basado en la decisión política de inclusión/exclusión. Por eso hay muchos ellos/nosotros. De otro modo, se haría de la decisión policía una decisión de valencia total sobre lo social y entonces no veo la manera de evitar la intensificación amigo/enemigo desde lo político. Esta intensificación la veo como algo que está íntimamente relacionado con la condición total de la producción de orden desde la política. En suma, no toda exclusión/inclusión procede de una articulación hegemónica política. El absolutismo de lo político ha llevado por supuesto tanto a la reacción impolítica como a su secuela, el pensamiento de la inmunología. Ninguna de las dos opciones resiste una mirada sobre el orden social y su dinámica propia…

Si lo social fuera sólo el orden sedimentado de lo político (y no una lógica relativamente autónoma de las sedimentaciones mismas), no veo cómo se podría impedir una total adecuación entre Estado y relaciones sociales. De este modo, no veo cómo podría reemerger lo político desde una situación hegemónica ni cómo sería posible una contra-hegemonía. Entonces no veo cómo podría existir la diferencia entre lo político y la política. Una hegemonía impediría toda otra política al conformar lo social de un modo total. En realidad este era el sueño de la dictadura del proletariado…

Mi argumento es que creo que ese fondo común simbólico, con sus implicaciones acerca del significado de justicia, implica reconocer la dimensión de lo social como entregado a una cierta y propia dinámica autónoma. Ese camino hace inevitable el continuo reajuste de las tradiciones políticas. El símbolo común de las identidades agónicas debería ser la existencia de la sociedad democrática, con sus diferencias en la interpretación de la justicia y la equidad, su pluralidad de poderes informales, su libertad hermenéutica y existencial, sus tensiones entre igualdad y justicia, sus continuos reajustes entre popolo minuto y popolo grasso, su exceso frente a todo poder por la inmanejable sedimentación histórica que la constituye…

Para Mouffe la clave política es que las relaciones entre poder y orden social suelen quedar cosificadas si no hay una formación de contra-hegemonía. Y esta es una cuestión muy importante. Se trata de la desarticulación de una cosificación extrema del poder social en poder político y viceversa… En conclusión, el intento de Chantal Mouffe es ofrecer a la democracia los fundamentos intelectuales adecuados para convertirla en una forma histórica poderosa, radical y emancipadora. Para eso reconoce que es preciso articular liberalismo y democracia. Mis argumentos se orientan en el sentido de que ese liberalismo es más bien social, no político ni económico, y mi tesis es que sólo el republicanismo sintetiza el liberalismo de la movilidad social con la democracia de forma adecuada. Por supuesto que este argumento implica la desaparición de la verdad absoluta. Lo cual a su vez implica abandonar el racionalismo liberal y conocer los límites de todo consenso.

En muchas ocasiones sin embargo, Mouffe propone que esto sólo puede suceder si se está en condiciones de “devolver la dimensión ética al corazón de lo político y establecer los límites de la intervención del Estado sin postular la neutralidad del mismo”. Esta magnífica idea, identificar límites a la acción del Estado sin postular la neutralidad liberal, no acaba de desplegarse en la obra de Chantal Mouffe, pero creo que es la decisiva para fijar la idea de lo que significaría hoy una tradición republicana. Su base es que ningún Estado puede cerrar el fortín de proyección sobre la sociedad civil. Esto determina, lo quiera el Estado o no, que la movilidad social que crece en sus márgenes es inevitable. Por supuesto, este exceso de la sociedad respecto del Estado ha de tener que ver con la comprensión de que las raíces de la adopción de una identidad política no están a disposición completa de la hegemonía en acto. La pluralidad política no puede ser eliminada por la hegemonía en acto justo porque esta no instituye la totalidad de lo social. Y no puede hacerlo porque esa pluralidad es un requisito de formación de la subjetividad de sus ciudadanos. La autonomía no es un atributo que los individuos llevan consigo desde su origen, sino una conquista de los mismos en su propio proceso vital, algo que no puede lograrse sin una adecuada inserción en instancias supraindividuales todavía no plegadas por completo a la forma hegemónica…

El núcleo común simbólico sería para ella la adhesión a los principios del régimen o constitución democrático-liberal, a una relación societas civilis sive res publica en tanto espacio de pluralidad. Se trata, por supuesto, de la imposibilidad de interpretación unitaria de los principios de libertad e igualdad, pero también del instituto del Estado, pero de la adhesión a esta dinámica que vincula en la unidad la sociedad civil y la república. Ésta es toda la homogeneidad que se necesita para la democracia, una homogeneidad no sustancial que reclama un procedimiento democrático agonal para dilucidar la vigencia de una interpretación de esa igualdad y libertad. Y esto implica que esta diversa interpretación de los principios homogéneos ideales sirve para construir una política de poder. Éste es el sentido de la retórica que aspira a que hegemonía y contrahegemonía puedan ofrecerse con la suficiente densidad como para integrar lo que Gramsci llamaba principios civilizatorios… Que esa tradición nacional-popular siga siendo hegemónica en España significa algo muy concreto para nosotros; a saber, que todavía entre nosotros es dominante la tradición nacional-católica. Y que ahí está el antagonismo verdadero.”

Referencia web original: https://pensamientoalmargen.com/wp-content/uploads/2019/05/Chantal-Mouffe-y-la-superaci%C3%B3n-de-Carl-Schmitt.pdf

Chantal Mouffe y la superación de Carl Schmitt. José Luis Villacañas (RESUMEN):

“Mouffe propone que lo propio del demos es una igualdad política, no una homogeneidad sustancial. La esfera de la política no consiste en estar políticamente interesado en defender una homogeneidad sustancial, sino en estar políticamente interesado en una relación agonística. Las opciones que hay que refutar, por tanto, son dos. Primera, la que entiende la política desde el consenso y la reconciliación, bajo la premisa del racionalismo liberal y universalista, pues no puede explicar la exclusión sobre la que se levanta todo demos. Esto implica que la identidad necesaria a la democracia requiere diferencia, adscripción a un demos particular, y que reconocerlo es la mejor manera de neutralizar su exacerbación. Pero hay que superar la concepción del demos como una homogeneidad basada en una unidad sustancial. Así que es preciso reconciliar identidad del demos y pluralidad o heterogeneidad interna…

La idea de identidad que Chantal Mouffe cree necesaria a la democracia no es comunitarista, ni homogénea, ni basada en las ilusiones de la cohesión nacional. En su opinión, “la necesidad de identificaciones colectivas nunca va a desaparecer, ya que es constitutiva del modo de existencia de los seres humanos”. Por tanto, sea cual sea la identidad del demos, debe asumir el pluralismo y la heterogeneidad de las identificaciones colectivas…

Hay posiciones existenciales refractarias a la fundamentación racional y por eso hay pluralidad, un argumento que nos recuerda al politeísmo weberiano. Negar ese carácter refractario a la razón y plural de las posiciones existenciales es dar paso a la operación ideológica de naturalizar o esencializar las dimensiones factuales existenciales… Se trata de no asumir la homogeneidad sustantiva que implica que toda pluralidad es fuente de enemistad. Para no mantener implicaciones comunitaristas, Mouffe propone llamar a esa limitada homogeneidad necesaria para la democracia más bien “comunalidad” o “commonality”. Esta tiene que ser suficientemente fuerte para instituir un demos, pero suficientemente débil para ser compatible con ciertas formas de pluralismo. Y eso implica una comprensión pluralista de la ciudadanía democrática. Creo que este argumento es específicamente republicano…

En suma, el pueblo ideal no es sino la exigencia de articular el demos real, dotarlo de fuerza política. Y frente al liberalismo, este proceso de articulación es completamente diferente a un proceso de organización de intereses. Vemos así que los esfuerzos de hacer la democracia liberal viable, de tal modo que pueda escapar tanto al liberalismo como al schmittianismo, pasa por reconstruir argumentos republicanos…

Chantal Mouffe apuesta por un universo pluralista tanto en política interna como externa y sin embargo no abandona el concepto de hegemonía. Apuesta por una unidad de pueblo pero con diferentes interpretaciones de la identidad… Su hegemonía no es irreversible, no es un estado definitivo, no cierra otras posibilidades, pero debe ofrecer una identidad al demos entero…

En mi opinión, tal articulación superadora es viable sólo si los supuestos republicanos emergen de forma explícita…

Todo esto supone generar una identidad colectiva y plural sin la forma amigo/enemigo, de tal manera que no se aspire a su eliminación y a la homogeneización consiguiente. Las identidades colectivas se reconocen así como posibilidades de identificación del mismo pueblo. Y eso implica mantener el esquema de la hegemonía. Esto es posible porque Mouffe, en este punto de su argumento, apuesta por una noción relacional de la identidad…

La tesis de Mouffe es que esta constelación teórica implica una rearticulación de las diferencias ellos/nosotros. Estas son relacionales y no esenciales. Por eso su planteamiento es posible dentro de la democracia. Con ello hemos resuelto los problemas de ajuste entre antagonismo y hegemonía. El antagonismo es esencial, la hegemonía contingente, la contrahegemonía necesaria; pero toda hegemonía aspira a la interpretación del demos desde una identidad. Esa contingencia hegemónica asume la reversibilidad de interpretaciones justo porque toda identidad es relacional, móvil, y así se impide la elevación de la diferencia agonística a diferencia absoluta amigo/enemigo. Carl Schmitt es evadido de forma coherente en ambos aspectos… Giddens no fue capaz de defender con claridad que no son las tradiciones las portadoras de elementos fundamentalistas, sino que más bien la destrucción de esas mismas tradiciones genera un espacio vacío que no puede ser dialógicamente llenado, y que ya carente de toda razón insuficiente despliega la arbitrariedad del fundamentalismo y la pulsión carente de ideal del yo. Desde este punto de vista, la valoración de la decisión existencial a favor de identidades colectivas como integradora y moderadora de fundamentalismo, parece acertada. Así que podemos concluir que fue algo precipitado creernos la teoría de la modernidad reflexiva, asumir la modernidad perfecta, y olvidar la dialéctica de la Ilustración…

Las ilusiones de una modernidad reflexiva se han hundido con la crisis de 2008. La previsión de que la globalización, la destradicionalización y la reflexividad crearan espacios dialógicos se han mostrado ilusorios. Tras la globalización ha emergido el diktat de la gobernanza mundial como soporte de la globalización. No ha habido espacios dialógicos. Desde luego no ha habido confianza activa. Y la dinámica de individualización se ha mostrado como la otra cara de la impotencia. La crisis ha determinado que la afirmación de la sociedad actual como éxito de la modernización occidental carecía de bases. El optimismo de que la modernización es ya un dispositivo automático sin necesidad de cuidados políticos es iluso…

En suma, Mouffe denuncia con energía que estos autores trabajan desde la aceptación hegemónica del poder neoliberal. Frente a ellos, el agonismo es radical porque aspira a la “transformación de las relaciones de poder existentes y el establecimiento de una nueva hegemonía”. En realidad, todos ellos desean ocultar la dimensión hegemónica de la política del neoliberalismo que ellos mismos han ayudado a imponer… Sigue rondándonos la pregunta: ¿qué tipo de hegemonía es esta que asume la legitimidad perenne de una contra-hegemonía? Creo que no podemos comprender el pensamiento de Chantal Mouffe en este sentido sin referirnos a la cuestión social. La premisa básica de Mouffe es este punto es que todo orden es “articulación temporal y precaria de prácticas contingentes”. De ahí se deriva algo muy asumible: la frontera entre lo social y lo político ya es inestable. Este fue el campo de batalla que identificó Gramsci. Sin embargo, no estamos del todo de acuerdo en que “el poder es constitutivo de lo social, porque lo social no podría existir sin las relaciones de poder mediante las cuales se le da forma”.

En realidad, disentimos matizadamente en que la comprensión de lo social sea “el despliegue de una lógica exterior a sí misma”. Es resultado de una lógica exterior y de una propia, en la medida en que lo social es siempre sobre-determinación. Aquí tenemos una diferente apreciación de la relación entre societas civilis y res publica y por lo tanto abordamos uno de los elementos centrales del republicanismo. Creo que el fundamento de la diferencia es que en mi posición reconozco un poder informe, anclado en la propia realidad social, que es también formador de lo social. Ese ámbito del poder social es el que estudió Foucault y el que Weber caracterizó como Macht, a diferencia del poder coactivo legítimo del Gewalt estatal. La capacidad del poder formalizado político sobre lo social no es completamente determinante y por eso hay contingencia en la hegemonía. La línea de trincheras que traza el Estado para invadir la sociedad no es un fortín inexpugnable. De ahí, de ese campo social que no se deja determinar completamente por lo político, surge la inevitable posición contra-hegemónica que tiene toda hegemonía. Hay una dimensión a su manera democrática de lo social que fundamenta la democracia política y la sostiene…

Sigue...

Amplio análisis sobre las principales encrucijadas y estrategias políticas, con la necesidad de priorizar la política social y avanzar en la plurinacionalidad, frente al giro hacia el centro en lo socioeconómico y a la visión uninacional del PSOE, así como la conveniencia de mayor unidad del espacio del cambio. Selecciono varios párrafos:

“La diferencia entre el PP y el PSOE fue primordialmente en las áreas sociales, culturales e identitarias, y no tanto en el área económica. Tal dilución de su vocación transformadora también se reflejó en el abandono de la visión plurinacional del Estado español que había tenido durante la clandestinidad, y en la reproducción de la visión uninacional, convirtiéndose en el máximo defensor (junto con el PP) del régimen borbónico del 78…

En definitiva, y como resultado del sesgo conservador de las instituciones representativas y del Estado, España siempre mantuvo durante el período democrático un gran subdesarrollo social y una orientación uninacional…

El gran problema para España y para Catalunya fue que no fueron las izquierdas sino las derechas nacionalistas catalanas las que lideraron a posteriori el gobierno catalán y utilizaron el tema nacional para ocultar las políticas altamente regresivas en el tema social (además de ocultar su enorme corrupción). El gran error de ERC (y de la CUP) fue apoyar tal gobierno, liderado por la sección más reaccionaria, excluyente y antipática del independentismo, representada por el presidente Torra, uno de los políticos menos populares hoy en Catalunya. Y el otro gran error de ERC fue precisamente no aprobar el presupuesto pactado entre PSOE y UP, origen de la crisis política actual…

Por otra parte, la limitada vocación de diálogo del PSOE con las fuerzas independentistas y su temor (casi terror) a que las derechas, profundamente uninacionalistas, lo acusen de “traidor a la patria” explican (pero no justifican) que la alianza con UP, que como he dicho necesitaría también el apoyo de ERC, no dejara dormir a Sánchez. El gran error de Sánchez es no atreverse a redefinir el significado de “patriotismo”, identificando como tal el amor y el compromiso con el bienestar y calidad de vida de la mayoría de la ciudadanía que son las clases populares. En su lugar, aceptó la visión reaccionaria que de este patriotismo tienen las derechas. Definir a las derechas españolistas como patriotas es una tergiversación del significado de patriotismo, pues históricamente estas derechas supuestamente patrióticas han sido (y continúan siendo) las máximas responsables del retraso social y económico del país…

En España el tema social y el tema nacional están muy relacionados, pues las derechas (incluyendo las catalanas) siempre han utilizado las banderas para esconder sus políticas públicas reaccionarias, así como su corrupción… Y de ahí su [del PSOE] deseo de jugar a dos bandas: una, conseguir el apoyo de UP en las áreas sociales, y otra, el de C’s en las áreas económicas. Tal estrategia, la supeditación de lo social a lo económico, ha sido siempre la característica principal del PSOE. La exclusión de las áreas económicas del gobierno en la brevísima propuesta (de solo 24 horas) del gobierno de coalición era consecuencia de ello…

Mientras, las izquierdas a la izquierda del PSOE necesitan una amplia coalición entre ellas, incluyendo la integración orgánica entre Podemos e IU, pues sus culturas políticas complementarias se enriquecen uniéndose, ofreciendo a la vez una coalición abierta a la colaboración de otros partidos y confluencias en un proyecto común. Las divisiones (y luchas partidistas entre ellas) han sido lo que las ha debilitado siempre. Fue un indicador muy positivo que, a pesar de las notables diferencias en la estrategia a seguir frente a las propuestas de Sánchez (diferencias muy legítimas y necesarias), las distintas sensibilidades, con gran sentido de compromiso y sacrificio, aceptaran un proyecto y una estrategia común a pesar de los desacuerdos. Ello ha abierto toda una serie de posibilidades…

Una última observación. El surgimiento de nuevas formaciones políticas dentro del espacio político de izquierdas no tendría que ser un obstáculo para el proyecto transformador, siempre y cuando se establecieran amplias alianzas electorales en un proyecto común. La historia de este país, incluyendo la más reciente, muestra que la división y atomización de las izquierdas han sido unas de las mayores causas de su debilidad y escasa influencia política.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2019/09/23/las-ocultadas-raices-de-la-gran-crisis-politica-actual/

Interesantes reflexiones. Expresa una visión más amplia, inclusiva y renovada de la clase social y la lucha de clases, aunque mantiene ese lenguaje clásico, convertidas en marco de referencia del conjunto de antagonismos y conflictos sociales y luchas de frontera (producción/reproducción social, política/economía, naturaleza/humanidad). No prioriza la contradicción capital-trabajo, ni establece jerarquías y frente al capitalismo como estructura conjunta de poder definida como orden social institucionalizado, no solo económico, en el que interactúan las relaciones de clase, género y raza, la explotación y la expropiación, con la necesidad de vincular la distribución y el reconocimiento. Así, realza la importancia de la reproducción social (como base de la discriminación de las mujeres y ámbito mayoritario de la actividad femenina), la necesidad de la diferenciación del feminismo popular (del 99%) del feminismo liberal o corporativo de las élites (del 1%) en el marco del criticado neoliberalismo progresista, al igual que reclama esa orientación anti-élite neoliberal en los distintos movimientos antirracistas, LGTBI y ecologistas. Demanda que el movimiento feminista, directamente o con alianzas con esos movimientos próximos (incluido el movimiento ‘obrero’), asuma un programa transformador más multilateral y anticapitalista. Entre otras, son ideas expuestas más sistemáticamente en su reciente libro “Capitalismo. Una conversación desde la Teoría Crítica” que merece una evaluación detallada en otro momento, en particular sobre el impacto y la articulación unitaria de los movimientos sociales (progresistas) y su conexión con un programa (y una dinámica) anticapitalista o igualitario-emancipador, como objetivo sociopolítico (concepto y significante) englobador de sus especificidades (clase, género, raza-etnia…) y los distintos procesos y niveles (reivindicación inmediata, acción social y estrategia y representación política) de cambio. Selecciono varias respuestas de la entrevista:

“Diría que hoy día las luchas por la reproducción social son la vanguardia de la izquierda anticapitalista y antisistema. Las mujeres están en el frente y eso significa formar parte de la centralidad, de una nueva forma de pensar lo que es la política feminista…

Creo que sí estamos ante una nueva ola, o que al menos hay potencial para que así sea, si hacemos una ruptura real con este feminismo liberal corporativo. El neoliberalismo ha perpetrado un asalto brutal contra lo que llamamos la reproducción social, contra todas las actividades destinadas al mantenimiento y la reproducción de personas: la crianza de los niños, la educación, el cuidado de la gente mayor, cosas como la educación pública, la sanidad, el transporte, las pensiones o la vivienda. Porque todo esto forma parte de la reproducción social y no solo el cuidado de los niños, los mayores y otras actividades realizadas dentro del hogar. El neoliberalismo ha aplastado todo esto… Diría que hoy día las luchas por la reproducción social son la vanguardia de la izquierda anticapitalista y antisistema. Las mujeres están en el frente y eso significa formar parte de la centralidad, de una nueva forma de pensar lo que es la política feminista…

Primero de todo, creo que tenemos que repensar qué entendemos por lucha de clases. Esa imagen de los años treinta de los obreros industriales organizados en sindicatos es una parte de lo que es la lucha de clases, pero diría que la lucha por la reproducción social también es lucha de clases, porque no hay producción ni trabajo industrial si no tienes a alguien que realice el trabajo de producir a los trabajadores y de reponerlos, que cuide de la próxima generación que les va a reemplazar. Por eso, la reproducción social es central para la producción capitalista y el trabajo que produce a toda esta gente y que constituye su sociabilidad supone mucho trabajo, tanto como el trabajo en las fábricas. Lo que constituye una clase no es solo la relación de la producción en la fábrica, también la relación de la reproducción social que produce a las y los trabajadores. Todo esto es parte de la lucha de clases. La idea de la lucha de clases en el pasado era bastante estrecha. No creo que el feminismo del 99% sea una alternativa a la lucha de clases, no creo que esté en competición con la lucha de clases, creo que se ha constituido otro frente en la lucha de clases, que debería aliarse con el movimiento obrero más clásico y ser un aliado también de lo que mencionaste, de la lucha antirracista, la lucha por los derechos de las personas migrantes, y la lucha por los derechos de las personas LGTBIQ…

Necesitamos poner en el centro del feminismo la dimensión de clase y raza. El feminismo para el 99% tiene que ser un movimiento antirracista, tiene que hacer suyas las problemáticas de las mujeres pobres y racializadas, que son la mayoría de mujeres, y poner sus necesidades en el frente, no las necesidades de las empresarias y sus demandas para romper el techo de cristal. Y esto también es así para la lucha LGTBIQ. Aquí ocurre también algo interesante, porque diría que en este movimiento [LGTBIQ] también hay un ala liberal que es hegemónica y un sector más amplio de gente cuyas necesidades y problemas son marginalizados. Hay una lucha similar en el seno del movimiento LGTBIQ y me gustaría que nuestro feminismo del 99% hablara también por las mujeres trans, queer y lesbianas, que el movimiento LGTBIQ para el 99% fuese el aliado natural del feminismo del 99%...

Creo que el feminismo liberal, junto al antirracismo liberal, al movimiento LGTBIQ liberal y a lo que llamamos capitalismo verde, todos estos movimientos que fueron hegemónicos, fueron incorporados al bloque hegemónico de poder que en EE UU constituyó el neoliberalismo progresista. Estos movimientos prestaron su carisma y su ideología para crear la ilusión de que esta política horrible de la financiarización, la precarización del trabajo, la reducción de salarios, etc., podía ser progresista, progay, promujeres y todo eso.

Esto ocurrió así y por eso es tan importante que la nueva ola feminista rompa con ese tipo de feminismo y abra un nuevo camino. Siempre es posible ser hegemonizado y apropiado por fuerzas que son más poderosas, existe siempre esa posibilidad y es importante que los movimientos emancipatorios estén alerta. Hoy en día, nos han dicho que tenemos dos opciones para elegir: el populismo autoritario de derechas, que es racista, xenófobo y bastante desagradable, o volver a la protección liberal, al neoliberalismo progresista, que podría ser antirracista y todo lo demás. Pero esta es una elección falsa. Tenemos que rechazar las dos opciones, no solo el populismo racista y supremacista, también el neoliberalismo progresista. Vivimos un momento de crisis monumental en el que tenemos la oportunidad de tomar un nuevo camino para crear un movimiento antisistema para el 99%, en el que el feminismo del 99% esté conectado con los otros movimientos para el 99%: el obrero, el que lucha por el clima, el de las y los migrantes, etc.”

Referencia web original: https://vientosur.info/spip.php?article14983

Amplio e ilustrativo comentario sobre la aportación del más importante historiador británico, todavía hoy sugerente para interpretar el conflicto social y la formación de los sujetos democrático-igualitarios. Destaco algunos aspectos:

“La influencia de investigadores veteranos como Dona Torr, A. L. Morton o Maurice Dobb asentó el modus operandi del Grupo, que estudió la historia como un proceso complejo donde las determinaciones estructurales no anulaban la capacidad creativa de los sujetos, y donde el motor del cambio social se situaba en los conflictos sociales generados en torno al control del excedente económico, sin descuidar el papel central que consideraban que tenía la disputa por las ideas (contraviniendo con ello la versión oficial del marxismo aceptada en su propio partido)…

Thompson forma parte de ese grupo de científicos que nos han enseñado que la objetividad y el máximo rigor en la investigación no tienen por qué contradecirse con un apasionado compromiso político por transformar la sociedad… Nunca se recordará lo suficiente que el principal motivo que llevó a Thompson a abandonar el PCGB fue la falta de democracia interna y de respeto del pluralismo en el partido…

Según Thompson la corrupción del partido estaba estrechamente ligada a una degeneración teórica en la tradición marxista que sustituía la acción consciente del individuo por grandes abstracciones…

Para el historiador británico el principal enemigo a batir era la degeneración economicista del marxismo, su obsesión por comprender la vida cultural e intelectual como una «superestructura» derivada mecánicamente de un proceso «económico» entendido de forma abstracta. Pero el economicismo no era algo inevitable en la tradición marxista, dirá Thompson, sino más bien el resultado de un proceso de corrupción ideológica que había comenzado a finales del siglo XIX y se había consumado en el estalinismo… En su reconstrucción de las bases republicanas de la tradición socialista Thompson estaba desbrozando una interesantísima senda de investigación cuyos mejores frutos son todavía recientes o están aún por explorar… En este sentido, el gran protagonista de Costumbres en común es el artículo titulado «La economía “moral” de la multitud en la Inglaterra del siglo XVIII»…

En resumen, lo que Thompson examina en esta obra es, según sus propias palabras, la «dialéctica de la interacción entre “economía” y “valores”», retomando así la crítica al economicismo de obras anteriores: Las relaciones económicas son, a la vez, relaciones morales; las relaciones de producción son al mismo tiempo relaciones, de opresión o de cooperación, entre personas; y existe una lógica moral, al igual que una lógica económica, que se deriva de estas relaciones. La historia de la lucha de clases es al mismo tiempo la historia de la moralidad humana.“

Referencia web original: http://www.sinpermiso.info/textos/introduccion-a-costumbres-en-comun-de-e-p-thompson

VIII Informe sobre Exclusión y desarrollo social en España. Fundación Foessa y Cáritas (junio-2019)

Riguroso y amplio estudio (594 pp.) de los mejores investigadores y expertos en ciencias sociales sobre este tema. Recojo un amplio extracto de su presentación:

“El VIII Informe FOESSA, de este año 2019, da cuenta de las secuelas de los últimos diez años en términos de cohesión social después de un período de recuperación económica. Pero no renuncia a la caracterización de cómo se ha producido la transición de nuestro modelo social y en definir sus principales rasgos. Es un informe de la postcrisis, pero simultáneamente podría ser un informe de la precrisis en la que nos encontramos. En el año 2014 hablábamos del creciente proceso de dualización social. Una de cada cuatro personas se encontraba en el espacio de la exclusión social. Hoy la recuperación económica y del empleo, aún en su versión precaria, ha conseguido reducir la materialidad de la exclusión, pero no la erosión del ámbito de los derechos. Hemos conseguido reducir el espacio de la exclusión, pero se mantiene por encima del existente en el año 2007.

Sin embargo, hoy, la sociedad integrada comienza a partirse en dos grandes bloques. Por un lado, los que no se reconocían en el espacio de la exclusión pero que estuvieron en él, y que han sabido aprovechar las oportunidades que el crecimiento del empleo ha ofrecido. Miran hacia adelante sin reconocerse en la pobreza, pero la precariedad les hace perpetuarse en el filo de la navaja, sin colchón sobre el que recaer Índice VIII Informe sobre exclusión y desarrollo social en España 2019 24 ante nuevas vicisitudes. La próxima recesión les encontrará con una capacidad de resistencia disminuida, sin reservas y mirando hacia los que quedan delante de ellos preguntándose si les dejarán caer.

Por otro lado, se encuentran los que no sufrieron la crisis, y que han reforzado sus posiciones de bienestar e integración en un sistema cada vez más excluyente, protagonistas de un modelo de desarrollo económico donde lo ecológico se encuentra en un segundo plano. Son los que todavía creen en un Estado benefactor, pero donde el merecérselo como fórmula de accesibilidad al mismo se ha vuelto la clave que debe guiar cualquier acción solidaria. Su responsabilidad en la Sociedad Desvinculada es alta, en la medida que la clave del éxito, y para muchos de la supervivencia, se encuentra solamente en el propio esfuerzo, en la individualidad, sin tener en cuenta el origen, las oportunidades, los elementos estructurales y demás aspectos condicionantes que nos permiten estar incluidos en nuestra sociedad. Sin tener en cuenta, a veces sin conciencia, de que ellos mismos han sido beneficiados de una posición de partida más adelantada en la carrera de la vida, y por tanto de una serie de privilegios en relación a aspectos tan importantes como la educación, los apoyos familiares, los servicios a los que han tenido acceso, los lugares donde vivieron, incluso el capital social que les conectó y ayudó a progresar en los momentos decisivos.

Desde el inicio de la crisis de 2007 hasta hoy hemos observado e investigado a través de nuestros informes de coyuntura cómo ha ido evolucionando el eje integración–exclusión en nuestra sociedad. Hemos seguido sus elementos estructurales y llamado la atención sobre la fragmentación social sobre la base de un debilitamiento de los derechos sociales. Hemos testado la reconfiguración del empleo y los mecanismos familiares como soportes básicos de la inclusión.

Todo ello en un contexto donde no se han creado nuevas políticas públicas que hayan impactado en la reducción de la exclusión social de una forma importante y suficiente. Donde se ha dejado al albur del mercado de trabajo y la resistencia de las familias, principalmente, los mecanismos para la inclusión. La contienda política subyacente, donde diversos ciclos electorales se han desarrollado de forma convulsa y con escasa capacidad para el diálogo, ha desplazado la cuestión social a los márgenes del debate. Paralelamente, la polarización social, que ya detectábamos desde hace años en los aspectos materiales de la inclusión, se ha trasladado a los elementos identitarios y de carácter cultural, generando una nueva dificultad que no beneficia a las personas en mayor situación de exclusión. No huimos de este nuevo reto, al que dedicaremos partes sustanciales de nuestro trabajo.”

Referencia web original: https://caritas-web.s3.amazonaws.com/main-files/uploads/sites/16/2019/05/Informe-FOESSA-2019-completo.pdf

"No podemos vivir sin identidades": Michael J. Sandel (22/05/2019)

Entrevista a este prestigioso filósofo. Interesante su enfoque de las identidades en este mundo globalizado y de la moral no solo como sentimiento sino también como pensamiento o razón, con interacción entre ambos. Selecciono varias respuestas:

“P. Citaba ahora a Europa. En breve se celebran elecciones al parlamento de la UE y existe mucha preocupación por el auge de la extrema derecha. Nos anunciaron el fin de la historia y el triunfo del liberalismo y, sin embargo, crecen el autoritarismo y las identidades cerradas y excluyentes. ¿Qué ha pasado? ¿La crisis económica es una explicación suficiente o no tanto? Porque la historia no sólo no ha terminado sino que parece, de pronto, mostrar su peor cara.

R. Hay dos explicaciones. En parte se trata de una reacción en contra de cuatro décadas de globalización neoliberal que no sólo constituyeron un programa económico sino que además desacreditaron y minimizaron formas de identidad y de pertenencia como el estado nación y comunidades aún más específicas dentro de los estados nación. La globalización neoliberal ha hecho que la gente sienta que no pertenece a ninguna comunidad concreta más allá de la comunidad global. Y esto ha generado un deseo de reafirmar la identidad nacional y otras identidades más específicas. No podemos vivir sin identidades, únicamente en abstracto.

P. ¿No podemos ser ciudadanos del mundo?

R. ¡No solamente! Salvo que podamos construir y articular identidades afirmativas que sean nacionales, y también particulares, continuará este retorno de la hostilidad hacia los forasteros, por así decirlo, que la derecha ha aprovechado. Aquí lo importante para quienes se oponen a esta tendencia no es solamente insistir en ser ciudadanos del mundo sino proporcionar una forma constructiva, positiva y eficaz de crear un sentimiento de pertenencia dentro de la nación y en comunidades más pequeñas y a la vez plurales.

P …La psicología moderna demostraría que no somos racionales para nada sino seres profundamente emocionales y llenos de sesgos. Su propia posición no es muy diferente, me parece...

R. Es una pregunta muy sutil, jajajaja. A ver, voy a ver si soy capaz de responderle distinguiendo entre dos relatos distintos de la relación entre los sentimientos y la razón. Y ahí yo estoy en desacuerdo con los psicólogos aun cuando usted tenga razón cuando dice que hay ciertas similitudes en mis ideas. Pero hay también una diferencia importante. Desde un punto de vista psicologicista, los sentimientos y las emociones primero se dan y luego los racionalizamos, convertimos sentimientos que ya tenemos en razones. Ese es un punto de vista. Y me parece engañoso por el segundo punto de vista, el mío. Sí es cierto que todo comienza con una intuición moral que se parece un poco a los sentimientos iniciales de los que hablan los psicólogos. Primero tengo una opinión sobre el discurso del odio y la libertad de expresión, o sobre si la riqueza crea demasiada desigualdad en el mundo y así sucesivamente. Pero esa intuición moral no está estrictamente separada del pensamiento sino que ya contiene ideas, razones, que quizás no están del todo articuladas, pero la razón ya está presente en la intuición moral. El sentimiento no es puro.

P. ¿Y tampoco la razón?

R. Eso es. Del mismo modo, la razón no es una actividad de la mente separada de las intuiciones ni de los sentimientos. No existe una mente que pueden estudiar los científicos como si fuera una entidad separada sino que está conectada desde el primer momento a las convicciones. Cuando la filosofía se mueve entre las intuiciones y los principios morales muchas veces regresa a esas intuiciones para revisarlas, para modificar los propios principios. La filosofía, tal y como yo la entiendo, es un movimiento constante de ida y vuelta entre las intuiciones y los principios morales. Mientras que para los psicólogos son dos impulsos separados. Y eso es un error peligroso porque hace imposible el diálogo verdadero y la persuasión.”

Referencia web original: https://www.elconfidencial.com/cultura/2019-05-22/michael-j-sandel-filosofia-moral-entrevista_2013638/?fbclid=IwAR0So_BEdbHlUawgU_QqYK0xjWw3Y0BfJLqKqAYDl9OndemXRprZe9e1n20

28 de abril: más luces que sombras. Albert Recio Andreu (1/05/2019)

Buen análisis del escenario poselectoral y adecuado razonamiento (que comparto) sobre la actitud a adoptar por las fuerzas del cambio. Hago una amplia selección:

“El balance sintético de estas elecciones es bastante simple. Ha escampado la tormenta que amenazaba con un bienio negro. En España existe, al menos en potencia, una posibilidad de articular una política progresista con una estructura que reconozca la complejidad nacional. Que exista una posibilidad no garantiza que se llegue a buen puerto. Requiere que los nacionalistas periféricos giren hacia una propuesta federalista y que la fuerza hegemónica, el PSOE, tenga el coraje y la voluntad de llevarla a cabo. Si los primeros tensan la cuerda y el último se enroca, volverán las tensiones y la derecha tendrá de nuevo opciones de volver a meter cuña. La segunda conclusión es que la división de la derecha en tres proyectos ha ayudado a su debacle…

Queda un largo trecho hasta la formación del Gobierno. Pero de momento parece claro que la opción favorita del PSOE es la de volver a gobernar en solitario. En esto no hay novedad, pues forma parte de una larga tradición de un partido que sigue pensándose como hegemónico y no quiere contaminarse con pactos. Tiene varias opciones alternativas. Una es, en teoría, el pacto con Ciudadanos, el teóricamente preferido por las grandes empresas…

La segunda alternativa es el pacto con Unidas Podemos (y con el posible apoyo de alguna fuerza nacionalista o autonómica). Es seguramente el Gobierno que mejor representaría el resultado de las urnas. Pero UP, por más moderado que aparezca, sí que espanta a los poderes fácticos. Y sus demandas pueden ser consideradas demasiado costosas, tanto en el plano de las políticas económicas y sociales como en el del encaje territorial. El PSOE prefiere tener las manos libres para ganar visibilidad y poder maniobrar sin ataduras. Otra cosa es que pueda. Y ahí posiblemente lo que ocurra en las elecciones de mayo puede ser crucial: si arrebata alcaldías a los Ayuntamientos del cambio (o éstos simplemente las pierden), tendrá más posibilidades de desarrollar su política autónoma que si las cosas van por otro derrotero. Por esto el 26 de mayo puede decantar la situación…

Unidas Podemos ha experimentado una caída significativa, pero sin llegar a la debacle de experiencias anteriores. Y, quizás, remontando un poco en la fase final donde Pablo Iglesias supo lanzar un mensaje entendible. La caída no es solo una consecuencia del vaivén de votos en el seno de la izquierda. Es también un efecto de todos los errores anteriores, de los enfrentamientos internos (tanto en Podemos como en Izquierda Unida), de los personalismos excesivos, de las deserciones de líderes insensatos (Nuet, Errejón, Llamazares…). Habiéndolo hecho tan mal el resultado es hasta bueno.

No estamos sin embargo eximidos de sustos. La opción de UP de entrar en el Gobierno y forzar un giro a la izquierda es lógica a la luz de la situación. Otra cosa es que esta demanda acabe por dominar todo el debate y ensombrezca cuestiones cruciales y desestime otras alternativas. Los políticos tienden, a menudo, a hacer de la necesidad virtud, lo que acaba por confundir a la parroquia y hacer ininteligible el proyecto propio. Hay que hacer una reflexión seria de dónde se está y adónde se quiere ir. Y a qué precio hay que entrar en el Gobierno y en qué condiciones hay que optar por otra alternativa.

La cuestión ahora no pasa solo por digerir los resultados y no enloquecer con la formación de Gobierno. Pasa también por reflexionar sobre qué modelo organizativo puede desarrollarse para que la pareja de hecho se estabilice. También es constatable que, a pesar de que las clases sociales parecen difuminadas, persisten. Y el voto de la izquierda se concentra en los barrios más humildes, donde predomina la población de bajos ingresos y limitado poder social. Basta con consultar los mapas de voto por distritos en las grandes ciudades para saber que el eje izquierda-derecha sigue siendo un eje de clase.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-179/notas/28-de-abril-mas-luces-que-sombras

Interesante y amplia entrevista sobre el feminismo. Selecciono tres respuestas significativas:

Hablemos de feminismo. Usted lleva militando y teorizando desde los años 70. ¿Cómo ha cambiado el movimiento?

“Para mí este es el momento más emocionante de mi vida desde los años 60 y 70. Creo que estamos viendo una ruptura con el feminismo corporativo liberal que ha dominado las últimas décadas, el feminismo de Sheryl Sandberg, Christine Lagarde o Hillary Clinton. Ahora creo que hay una ruptura, las feministas más jóvenes se han dado cuenta de que esa vía está muerta, de que ese camino solo nos lleva a más Trumps. Porque eso conecta al feminismo con las fuerzas que, básicamente, destruyen la vida de la gente en todo el mundo. Hay un sentimiento de que necesitamos una nueva dirección, en gran parte centrada en la lucha por la reproducción social, las escuelas, las viviendas, el transporte público, la sanidad. Todas aquellas áreas donde el neoliberalismo empuja a los Estados a “desinvertir” en nombre de la austeridad. Esto se ve en las huelgas en aquellos trabajos donde predominan las mujeres, profesoras, enfermeras…

Se ve en cosas como el #MeToo, que es fundamentalmente una lucha de clases (una revuelta contra los jefes) y sobre el derecho a tener un espacio de trabajo libre de violencia, asaltos y abusos. Aunque los medios han puesto el foco en Hollywood, el centro real de esta lucha está en la agricultura, en las camareras de piso, en las empleadas domésticas, y también en las actrices que son muy vulnerables al abuso. Muchos de estos colectivos tienen menos recursos, no tienen papeles y no les queda más opción que rendirse. Estas son las áreas vanguardistas de la lucha feminista, y no solo de la feminista, también de la social, y punto. Dada la debilidad de los sindicatos en los centros manufactureros tradicionales, la primera línea de la lucha ya no es la industria como lo era en los años 30. Esta es una crisis que pone la reproducción social como centro y frente de batalla. Y por lo tanto, a las mujeres. Es una nueva situación estructural: tenemos nuevas generaciones de mujeres a las que no les interesa el feminismo de las élites liberales. Es un momento tremendamente fructífero, muy emocionante. Por supuesto, la misma crisis que ha propiciado el cambio en el feminismo también ha causado el auge de movimientos repugnantes, supremacistas, xenófobos, anti-inmigración y racistas. Es un momento de riesgo y de oportunidad.

Para lograr un cambio, entendemos que el capitalismo tiene que ir desapareciendo, poco a poco pero sin pausa. ¿O qué sistema se propone?

No sé si necesitamos un nombre para ese sistema, aunque yo lo llamaría socialismo democrático, pero no soy dogmática, puede tener otros nombres. Creo que la idea central es que ya no es suficiente el pensamiento de los movimientos socialistas tradicionales, no basta con cambiar las relaciones de producción y socializar la propiedad de los medios de producción. Lo que de verdad tenemos que pensar es la relación entre producción y reproducción. La relación entre la economía y el sistema político. ¿Cómo dibujamos la línea entre las cuestiones que marcan las relaciones entre el mercado, los propietarios de las empresas y las decisiones democráticas? Tenemos también que pensar en una nueva relación con la naturaleza, que no esté basada en los combustibles fósiles. El cambio es mayor de lo que propone el socialismo tradicional. Porque no está centrado solo en la producción, sino en otros aspectos de la vida.

Hay algo de controversia dentro de la izquierda porque algunos dicen que el protagonismo del feminismo o el ecologismo favorecen la división de la clase trabajadora. ¿Qué les diría?

Estoy completamente en desacuerdo. Lo han entendido completamente al revés. Primero, ¿qué quieren decir con clase trabajadora? ¿No son las mujeres parte de la clase trabajadora? ¿No lo son las personas trans? ¿Las migrantes, las racializadas? ¿Quién creen que está haciendo el trabajo para que la sociedad siga funcionando? Necesitamos una definición completamente diferente de lo que es la clase trabajadora. No son solo hombres blancos en fábricas, de hecho, hay cada vez menos de ellos en la clase trabajadora. El tipo de feminismo por el que abogo es un movimiento de clase, contra el 1% o el 10%, y eso tiene que ver con poner las preocupaciones de las mujeres pobres, racializadas, migrantes y de la clase trabajadora en el centro, en vez de integrar a las clases profesional y directiva en el feminismo. Estamos en plena lucha de clases dentro del feminismo: debemos reorientarlo hacia la clase trabajadora. Además creo que si le dices a la gente que no hable de sus problemas reales no creas solidaridad, no consigues que se unan a tu movimiento. Les llevas a un camino de exclusión, y no necesitamos un feminismo excluyente, ni una clase obrera excluyente. Necesitamos una posición en la que todas estas corrientes se comuniquen y se apoyen mutuamente. Diciéndoles “shhh, estáis dividiendo”, les echas fuera. Tendrían que estar diciendo justo lo contrario, deberían estar diciendo: “Queremos ser parte de vuestra lucha y que seáis parte de la nuestra”.

Referencia web original: https://ctxt.es/es/20190403/Politica/25374/nancy-fraser-feminsimo-trump-adriana-m-andrade-elena-de-sus.htm

Interesante estudio demoscópico. Selecciono varios datos y tres valoraciones significativas sobre la percepción de la amplia desigualdad de género, la posición mayoritaria a favor de la regulación de la prostitución y la idea general de un feminismo consolidado en la sociedad:

“La opinión pública tiene una visión bastante contundente con respecto a la desigualdad de género: el 82% de los/las españoles/as cree que en este país existe desigualdad entre mujeres y hombres con respecto a sus derechos sociales, políticos y económicos. Únicamente el 6% se muestra en desacuerdo con esta afirmación…

La desigualdad de género se manifiesta en múltiples ámbitos. Tiene un componente que podríamos llamar “sistémico”, pero también se encuentra en la experiencia cotidiana de las mujeres. El machismo se detecta en las relaciones inter-personales y desde ahí llega hasta el funcionamiento de las instituciones… Una percepción generalizada de desigualdad de género en la sociedad española no es incompatible con un avance muy notable de actitudes feministas. El 52% de la ciudadanía ya se siente feminista. Entre los hombres este sentimiento está menos extendido, aunque casi la mitad de ellos se considera feminista (45%). Entre las mujeres lo hace el 58,6%. Este dato es quizá la confirmación más acabada de la naturaleza transversal del feminismo contemporáneo…

Los más feministas son los votantes progresistas, muy por encima de los votantes conservadores. Entre las/os votantes de Unidos Podemos, el 74% se reconoce feminista; en el electorado del PSOE hay también una mayoría, aunque algo más ajustada, con un 56,7%. Los electorados del PP y de Ciudadanos son prácticamente idénticos en este aspecto: no llegan a cuatro de cada diez los/las que se sienten feministas: a pesar de que se trata de porcentajes bajos, son lo suficientemente importantes como para que los partidos de la derecha no puedan enarbolar un discurso abiertamente anti-feminista…

Contrariamente a lo que sucede en el resto de asuntos por los que pregunta la encuesta, la prostitución despierta opiniones contrarias a lo que piensa una parte importante del movimiento feminista. Seis de cada diez personas están a favor de la legalización, mientras que sólo una de diez optaría por abolirla. Cabe destacar que el 28% no tiene claras sus posiciones, ya sea porque aún no sabe qué pensar o porque no esté de acuerdo con ninguna de las dos opciones de respuesta que se plantean. Se trata, por tanto, de un asunto en el que una parte de la opinión pública aún está por definirse…

Los datos de esta primera encuesta sobre feminismo permiten llegar a algunas conclusiones. En primer lugar, el feminismo, lejos de ser una burbuja, constituye en la actualidad una de las fuerzas sociales y políticas más potentes. El feminismo ha conseguido colarse en el “sentido común” de la sociedad: conductas y situaciones que hace no tanto se podían percibir por amplias mayorías como normales o tolerables, hoy resultan inadmisibles. Se ha producido una concienciación muy importante en este tema. Así, se señalan deficiencias en la igualdad de género tanto en la esfera familiar y personal como en el mundo laboral y en el funcionamiento de muchas instituciones y sectores de la vida pública. En segundo lugar, el feminismo es un movimiento transversal...

En tercer lugar, hay consensos suficientemente amplios para que los poderes públicos emprendan una política ambiciosa de reformas en cuestiones de género.”

Referencia web original: 

https://ctxt.es/es/20190227/Politica/24654/Bel%C3%A9n-Barreiro-encuesta-barometro-feminismo.htm

¿Adónde vamos? Albert Recio Andreu (01/02/2019)

Valoraciones sensatas y realistas y criterios unitarios y constructivos para ‘manejar los problemas’ en las fuerzas del cambio. Selecciono varios párrafos:

“Reducir el problema de Madrid a un asunto de comportamientos personales es trivializar la cuestión. Hay temas de debate cruciales que afectan tanto a la configuración de las candidaturas como al proyecto sociopolítico. En el primer campo el debate es entre una elección militante, refrendaria, de los componentes de las candidaturas y la formación de un equipo en torno a la persona que lidera el proyecto. Algunos lo plantean como un conflicto entre democracia y autoritarismo, pero esta es una forma maniquea de presentar la cuestión…

La otra cuestión es indudablemente política y ha estado presente en toda la trayectoria de Podemos: la elección entre una definición de izquierdas (en la línea de Unidos Podemos) y una apuesta “populista de izquierdas” en que prime el ofrecimiento de honestidad y responsabilidad con lo público. El movimiento de Errejón y Carmena se explica porque interpretan que el fracaso de Unidos Podemos en Andalucía es atribuible al hecho de haber abandonado la segunda opción en aras de la confluencia de Podemos con Izquierda Unida. Algo que resulta discutible por varias cuestiones…

Una cosa es adecuar el discurso, plantear respuestas realistas, y otra es olvidar que casi todos los grandes temas que tiene planteados el país conducen a una confrontación de ideas y proyectos que podemos situar en el eje izquierda-derecha. En la crisis de la izquierda en la general, y en la específica de Unidos Podemos, persisten otros muchos problemas que se acaban expresando en conflictos como el que estoy aquí tratando de entender…

En el núcleo del problema está sin duda la transformación que ha experimentado la sociedad, y que afecta a los tradicionales puntos de anclaje de las políticas de izquierdas. Los cambios son múltiples y variados, mutaciones en la estructura social propiciados por el propio desarrollo capitalista y las políticas públicas…

Reducir toda la cuestión, como se hace en uno de los debates actuales, a que se trata de un problema de identidades es erróneo. Es cierto que proliferan las identidades parciales, fragmentarias, pero su aparición es en buena medida el resultado de la dificultad de aprehender de forma sencilla una realidad compleja y de construir una alternativa que sepa desarrollar un enfoque integrador de los problemas y las respuestas a la situación actual…

Así mismo, la ausencia de esta visión explica también los problemas organizativos y políticos de la izquierda actual, en particular de Unidos Podemos y las confluencias. Ahí persisten diferencias de visión, tanto de la naturaleza de los problemas como de la forma de abordarlos…

Hay que tratar de manejar estos problemas. En el plano analítico y de las propuestas políticas, se trata de desarrollar un marco de referencia que permita situar la complejidad y traducirla en una propuesta de acción comprensible. En el plano organizativo, se trata de buscar las fórmulas que permitan ser respetuosos con todo el mundo pero que sean compatibles con la concreción de una propuesta común…

A nivel municipal creo que no hay otra alternativa que apoyar a los “ayuntamientos del cambio”. En los otros planos, lo primero es pedir a todas las partes, a Podemos, Izquierda Unida, Llamazares y Errejón (e incluso apelar a los nacionalistas periféricos), que trabajen para evitar lo peor, esto es, que encuentren una fórmula de actuación electoral común, que cuando lo hagan sean capaces de explicarlo a sus respectivas bases, sean capaces de mostrar a esta parte de la masa social progresista, solidaria y sensible, que padece la situación pero no se moviliza, que se trata realmente de una situación peligrosa, de que realmente todo el mundo está dispuesto a impedir lo peor, que los proyectos son más importantes que las siglas y las personas.”

Referencia web original:

http://www.mientrastanto.org/boletin-176/notas/adonde-vamos

Tomar partido: cambio de época y nuevos tiempos difíciles. Roberto Rodríguez Guerra (23/12/2018)

Selecciono varios párrafos de esta densa e interesante reflexión:

“Todo parece indicar que estamos ante una crisis de largo plazo -que acaso haya llegado para quedarse- en la que son notorios los enormes problemas sociales y económicos generados por el neoliberalismo. Pero también las demandas de –cuando menos- una reforma sustancial de la composición y funcionamiento de las instituciones y órganos fundamentales del Estado, así como del papel de los partidos políticos y de la sociedad civil (lo social) en la vida política. El sentido en que tal reforma se lleve a cabo está abierto y dependerá sin duda de la evolución de algunas de estas tendencias, así como del papel que en tal proceso desempeñen los diversos actores políticos y sociales. Y la reacción de la ciudadanía, de los partidos de izquierda y de los movimientos sociales alternativos será fundamental a este respecto…

El precio de este doble proceso –es necesario destacarlo- es un cierto giro del péndulo en la batalla ideológica, un giro por el cual estamos ante un desdibujamiento de los discursos de la izquierda y, por el contrario, una radicalización de los discursos de la derecha…

En todo caso, si tuviese que caracterizar el momento presente de alguna manera me atrevería a indicar que todo apunta hacia un momento de «relativa inestabilidad» de la vida política y el sistema político. De «inestabilidad» porque todos los fenómenos anteriormente señalados apuntan a un tiempo complejo en que asistimos a una crisis sistémica (como lo muestran los enormes y crecientes problemas socioeconómicos relacionados con la pobreza, la desigualdad, la precarización de la vida y el trabajo,...) y a una deslegitimación de las instituciones fundamentales del Estado de difícil solución…

De inestabilidad «relativa» porque si bien es cierto que perduran las vías institucionalizadas de participación (elecciones, partidos, parlamentos, ejecutivos), también lo es, por un lado, que persisten los movimientos de indignación ciudadana y el municipalismo popular como espacios amables de acción colectiva y de participación política y, por otro, que cada vez cobran mayor presencia los movimientos regresivo-autoritarios, así como porque –sobre todo en el espacio de la derecha- es perceptible una cruda polarización política e ideológica cuya finalidad es no solo descalificar burdamente al otro (la izquierda) y preservar el internamente disputado espacio electoral de la derecha. Es también anular toda posibilidad de avance social y democrático e, incluso, cuestionar algunos de los fundamentos del Estado social democrático de derecho…

Creo, sin embargo, que el problema fundamental sigue siendo que “las grandes masas se han apartado de las ideologías tradicionales, [y que] no creen ya en lo que antes creían». Es más, las tendencias recientes muestran que cada vez cobran mayor presencia las soluciones supuestamente salvíficas, abiertamente autoritarias y antisociales. De este modo, el trasfondo y las posibles respuestas a esta situación obligan, entre otras cuestiones, a una reflexión previa y en profundidad sobre los proyectos socioeconómicos, ideológicos y organizativos de la izquierda, sobre las respuestas que la izquierda puede y debe dar aquí y ahora a estos fenómenos y, en especial, a una revisión de las relaciones entre la izquierda parlamentaria y la izquierda social…

En el cada vez más incierto contexto actual y ante el avance del fascismo social y la ultraderecha política, deberíamos apostar por un «involucramiento crítico» tanto en el espacio socio-político como en el espacio político-institucional…

Es mucho lo que nos jugamos en los «nuevos tiempos difíciles» que se avecinan. Y frente a ellos creo que es preciso «tomar partido y comprometerse» tanto con los movimientos sociales como con la política institucional.”

Referencia web original:

https://robertorodriguezguerra.files.wordpress.com/2018/12/DEBATE01dic2018.pdf

V. Navarro avanza en la clarificación de la relación entre el tema nacional y el social y en la diferencia entre soberanismo e independentismo: “El tema nacional, que absorbe el debate político, oculta la crisis social creada por los dirigentes de ambos lados de la crisis nacional…

La vía independentista es solo una versión del soberanismo, pues hay otras formas de éste (tales como la defensa de la soberanía popular, la soberanía federal, la soberanía confederal y un largo etcétera) que quedan olvidadas, cuando no ocultadas, en esta monopolización del concepto de soberanismo…

Asumir que el independentismo es la única forma de soberanismo es profundamente erróneo…

Por otra parte, acercarse a la corriente independentista (que es lo que están pidiendo los autodefinidos “soberanistas” rebeldes en Catalunya en Comú) es apoyar su visión esencialista de carácter exclusivamente identitario, que antagoniza a las clases populares que se siente españolas, y que son la mayoría de la población en Catalunya y en España. Lo que es necesario es un soberanismo popular, construido a partir de una alianza con otras naciones y pueblos de España, para establecer no solo una cultura sino también un Estado republicano, en el que se pueda ejercer la soberanía dentro de una fraternidad y solidaridad interterritorial. Esta es la vía de las fuerzas derivadas del 15-M, que fueron un vendaval de aire fresco en un ambiente asfixiante y que hoy representan la esperanza de construir otra España, con su diversidad y plurinacionalidad basadas en la solidaridad y la fraternidad.”

Referencia web original:

https://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2018/11/08/los-enormes-costes-sociales-de-las-tensiones-interterritoriales-en-espana/

¿Populismo o/y socialismo? Crítica amistosa a Chantal Mouffe.Vicenç Navarro, en Público (18/10/2018).

Acertada crítica a los límites del populismo de izquierda para explicar las relaciones de poder y el carácter del bloque dominante y el dominado, el actual proceso sociopolítico y su multidimensional interacción y, sobre todo, elaborar una estrategia socialista democrática-igualitaria. Añadiría, entre otros, un matiz particular sobre su concepto de clase social trabajadora para insertarla mejor en un enfoque relacional e histórico en el que convergen las experiencias, intereses y demandas compartidas o comunes de las distintas expresiones socioculturales y populares.

Selecciono algunos párrafos significativos: “Respuesta a Chantal Mouffe: el populismo de izquierdas no es suficiente. Ni que decir tiene mucho de lo que subraya Chantal Mouffe tiene gran valor y no se puede desmerecer sin más. Pero su menosprecio por el socialismo y el análisis de clase le impide claramente entender lo que ha estado ocurriendo y lo que ahora está pasando en estos países que ella cree conocer bien. A la luz de lo que conocemos de los años transcurridos desde los años ochenta es difícil de aceptar que el declive electoral que han sufrido los partidos de izquierdas europeos y norteamericanos (el Partido Demócrata, que con gran generosidad puede definirse como la izquierda estadounidense, y los partidos socialistas y socialdemócratas en Europa) se deba a su “estancamiento” en el análisis y discurso de clases…

Es cierto que uno de los elementos de transversalidad que podría unir a estos grupos diferentes es el nacionalismo. Ahora bien, el nacionalismo per se no tiene por qué permitir una movilización frente al responsable de la victimización, que puede ser de la misma nacionalidad…

¿Cuál podría ser otro elemento de transversalidad que englobara a la mayoría de las clases populares? Y es ahí donde la clase social adquiere una gran relevancia. La mayoría de mujeres, de negros y de ancianos, por ejemplo, en cualquier país capitalista desarrollado, son miembros de la clase trabajadora y otros sectores de las clases populares (es interesante señalar que, no solo objetiva sino también subjetivamente, hay más personas en EEUU que se autodefinen de clase trabajadora que de clase media, según las encuestas más elaboradas que se han hecho preguntándole a la población por su pertenencia dentro de la estructura social). 

En realidad, la precariedad está alcanzando grandes dimensiones, no solo entre la clase trabajadora, sino también en amplios sectores profesionales, siguiendo un proceso de “proletarización” de grandes sectores de las clases medias. De ahí que el proyecto socialista (que prioriza el bienestar de las clases populares) requiere un lugar común donde estas causas se encuentran enraizadas, una comunalidad que incluso adquiere más importancia cuando el adversario común es la clase dominante, que también pertenece a la raza y género dominantes. 

Es importante subrayar, sin embargo, que el cambio de género y de raza de las élites no necesariamente beneficia a la mayoría de las mujeres (que son de clase trabajadora) y de los negros (que son también la mayoría de clase trabajadora). En este sentido, el nivel de vida de las clases populares negras en EEUU no cambió durante el mandato del presidente negro Obama, próximo al capital financiero del país.” 

Buen punto de partida para la reflexión. No obstante, señalo algunos aspectos a matizar y ampliar:

1) Hay que clarificar mejor el carácter de la reacción nacionalista frente a la globalización y el establishment.

2) El llamado populismo de derechas es un síntoma del malestar socioeconómico de muchas capas populares, pero también de una dinámica autoritaria, conservadora y segregadora funcional para sectores oligárquicos empeñados en frenar una salida progresiva y democrática a la crisis sistémica; así, llamarlos populistas (expresión del pueblo) difumina el aspecto principal de su identificación política: su carácter reaccionario o de derecha extrema.

3) Está bien señalar lo inadecuado del significante populismo de izquierdas como expresión para identificar el fenómeno Podemos (y todavía menos para las convergencias y candidaturas municipalistas) y vincularlo mejor como expresión de nueva izquierda (a vincular con la vieja izquierda renovada), así como señalar la insuficiencia del carácter defensivo y no tanto propositivo del populismo. 

Pero esa es una de sus limitaciones: debe definir mejor su sentido político de progreso, su proyecto de cambio igualitario-democrático-solidario y superar su ambigüedad en el plano teórico-ideológico como exclusiva lógica política. El problema no es tanto su identificación ‘popular’ o ‘de clase’; la representación política debe aspirar a ser amplia frente al poder establecido. La cuestión clave es esa masiva articulación sociopolítica, con fuerte arraigo y participación popular, con un proyecto de cambio de progreso más definido. 

Selecciono las ideas, a mi parecer, más relevantes y positivas:

“La adaptación de los partidos socialistas o socialdemócratas al neoliberalismo ha sido una de las principales causas del crecimiento de tales movimientos populistas…

El descenso del apoyo popular y electoral a tales partidos de la izquierda y su sustitución por los partidos populistas explica que hayan estado surgiendo nuevas sensibilidades dentro de las izquierdas que estén intentando canalizar este enfado popular (que es justo, lógico y predecible), respondiendo a las demandas fruto de esta queja…

Ahora bien, definir a estos movimientos como populistas es un gran error… Todos estos movimientos de la nueva izquierda salen y están enraizados en las izquierdas. Llamarlos populistas es un intento de identificarlos con otras formaciones de claro sentido derechista…

Los grandes límites del populismo: la necesidad de combinar lo nuevo con lo antiguo. La estrategia de defensa de los de abajo frente a los de arriba (o del pueblo frente a las élites), aunque necesaria, tanto electoralmente como tácticamente, es dramáticamente insuficiente, pues no reconoce, como acabo de indicar, que no todos los miembros del pueblo tienen intereses iguales…

Olvidar categorías de poder como clase social o la relevancia del socialismo es semejante a negar la ley de la gravedad.” 

A diez años del crac financiero. Albert Recio (1/9/2018)

Reflexión interesante sobre la necesidad de una respuesta para salir de la crisis social, política y ecológica a la que nos lleva el capitalismo neoliberal. Selecciono un par de párrafos: 

"La pregunta verdaderamente relevante es por qué ante tamaño desastre no se ha configurado una propuesta mínimamente sólida para, cuando menos, propiciar alguna política nueva. Hay un vacío enorme entre la evidencia (incluso en los medios convencionales) del tamaño de las desigualdades y los peligros de la crisis ambiental y la inexistencia de propuestas de cambio movilizadoras. 

El auge de las propuestas derechistas y el repliegue hacia lo nacional-identitario en casi todos los países desarrollados tiene una de sus bases en esta falta de alternativas a la hegemonía capitalista. Una hegemonía que se ha consolidado menos por méritos propios que por el fracaso de sus presuntos oponentes. Este debería ser el núcleo de trabajo de cualquier persona interesada en afrontar en serio los problemas de la sociedad actual, especialmente de aquella gente que lleva años peleando en mil y una resistencia a los impactos del capitalismo. Y, más especialmente, entre la gente con capacidad técnica e intelectual para hacerle frente… 

En 2008 se pusieron de manifiesto muchos de los peores aspectos del capitalismo neoliberal. Diez años más tarde, estamos más o menos en la misma situación, pero en muchas partes del mundo los problemas sociales y ecológicos se han agravado. Y existen nuevas amenazas que conducen a la barbarie.

Por eso es tan necesario contar con alguna hoja de ruta que nos permita salir de esta situación. No la hemos tenido en el momento de la crisis (lo que facilitó que se acabara imponiendo la salida neoliberal). Y seguimos sin tenerla, demasiado ensimismados en cultivar las diferencias. Demasiado incapaces de construir un mínimo esquema a partir de las cosas que conocemos o deberíamos conocer. Urge una reconstrucción del pensamiento crítico que vaya más allá de la denuncia. Que aporte respuestas que nos alejen del mundo de la desigualdad insoportable, la catástrofe ambiental, la exclusión social y el autoritarismo que dominan el ambiente." 

Acertado artículo de V. Navarro. Entresaco algunos párrafos:

"Lo que esconden los indicadores del “supuesto éxito”: el deterioro muy notable del bienestar y calidad de vida de las clases populares… Lo que hemos visto es cómo la aplicación de las políticas públicas neoliberales ha debilitado los instrumentos creados por el mundo del trabajo para defender sus intereses, como los sindicatos. Las reformas laborales, por ejemplo, estaban encaminadas a “flexibilizar” el mundo del trabajo. 

El término flexibilizar quiere decir eliminar los derechos laborales y sociales conseguidos por los trabajadores durante la época dorada del capitalismo (1945-1980), donde un pacto social se había conseguido entre el mundo del capital y el mundo del trabajo. De ahí que la solución exigiría un cambio político, observación especialmente importante, pues las causas políticas del deterioro del mercado de trabajo se ignoran constantemente, atribuyendo tal deterioro a la automatización, a la robotización o a cualquier otro elemento, sin tener en cuenta que, a su vez, tales variantes técnicas son determinadas por el contexto político. Parte de este debilitamiento del mundo del trabajo han sido los cambios en los partidos políticos que habían sido creados por este y que se han ido distanciando de su base electoral, haciendo suyas muchas de las medidas neoliberales que han contribuido a tal distanciamiento. 

El creciente control de estos partidos políticos (la mayoría de tradición socialdemócrata) por la clase media ilustrada (profesionales de formación universitaria que desarrollan intereses de clase propios, distintos a los que había sido su base electoral) explica su renuncia a políticas redistributivas y su conversión al neoliberalismo, tal y como ha ocurrido con los gobiernos Clinton, Obama, Blair, Schröder, Hollande, Zapatero, entre otros.

El colapso de la socialdemocracia y otras izquierdas es un indicador de ello. Es lógico y predecible que los movimientos antiestablishment de base obrera hayan ido apareciendo como respuesta."

Interesante, aunque matizables algunas conclusiones, especialmente la 'canalización de las clases populares a través del populismo de derechas': 

“El hecho de que el nuevo Gobierno acepte sin oposición el marco del euro puede imposibilitar la creación de un escenario de protección para las capas de población más castigadas por la crisis… En plena crisis de la globalización financiera, la eurozona sigue siendo el máximo exponente del neoliberalismo, algo que no hace más que acelerar la respuesta de las clases populares europeas: su canalización es la derecha populista y el deterioro de la integración europea... 

Para concluir, la fórmula del nuevo gobierno liderado por Pedro Sánchez es una de las últimas balas en el marco de la eurozona para un país en el que sigue batallando un social-liberalismo en decadencia. El PSOE sigue apostando por la integración europea que tantos réditos le proporcionó en los años ochenta, aunque, en aquel momento, el neoliberalismo comenzaba su época dorada. En la actualidad, nos encontramos ante la ruptura de esa integración, del orden mundial de posguerra y con la fase b de Polanyi en marcha... 

De forma contraria, cada día nos encontramos más cerca de una nueva crisis a nivel mundial, que probablemente estalle en EEUU y repercuta de forma drástica en la zona euro (de forma similar al 2011-2012). En esta tesitura, Polanyi nos proporciona pistas ante el desmoronamiento de la estructura mundelliana: la atomización y flexibilización del “factor trabajo” tiene como respuesta la mencionada fase b. La sociedad en busca de sí misma, esto es, en busca de pertenencia, protección y seguridad. La disputa política se dirimirá en la canalización de esta pulsión social y en la capacidad de proporcionar un proyecto viable en este sentido, algo que está lejos de ofrecer el gobierno continuista del PSOE." 

Excelente valoración de las principales polémicas en el movimiento feminista, con una posición clara y argumentada sobre: “El feminismo como objetivo y como ideología, el proteccionismo que limita la autonomía personal, los problemas de la concepción identitaria del movimiento, con una idea rígida de la mujeres o la masculinidad, la caracterización de los delitos de odio y su abuso sin diferenciar niveles de agresión, así como la tendencia problemática a una actitud punitiva y de censura en vez de reforzar la propia autonomía y capacidad de las mujeres, o a crear la impresión de un ambiente de agresividad masculina generalizada y de un peligro constante para las mujeres; es decir, se dio lugar a lo que podemos considerar un ‘pánico moral’.” 

La necesidad de un movimiento feminista progresista y popular. Entresaco algunas ideas de V. Navarro: 

"De ahí que el impacto que las políticas públicas que se propongan dependa mucho no solo de género sino también de la composición por clase social de la fuerza política que la proponga… 

Las mujeres trabajadoras reciben salarios menores que los hombres. Pero lo que es importante subrayar –y que no se subraya en los medios- es que los salarios de las mujeres trabajadoras (y de los hombres trabajadores) son de los más bajos de la UE. De ahí que luchar por cerrar la brecha salarial es necesario pero insuficiente. Lo que se necesita es complementar la reivindicación de conseguir igualdad, de género, con la demanda de terminar con la explotación laboral, pues la mayoría de las mujeres son trabajadoras con salarios muy bajos. Tener mujeres en la estructura de poder es necesario pero no suficiente para mejorar su bienestar…

Es importante y urgente que todos los movimientos reivindicativos (incluyendo el de la mujer) se alíen y colaboren en la transformación profunda de nuestra sociedad para eliminar la explotación de la mujer junto con otras explotaciones, como la explotación de clase que también afecta a la mayoría de las mujeres que pertenecen a las clases populares. Desde este punto de vista, el movimiento feminista actual en España representa un punto de referencia internacional pues su horizonte es claro –cambiar profundamente la sociedad- en alianza y no en contraposición a otras fuerzas y movimientos sociales y políticos reivindicativos que comparten tal objetivo… 

Una de las grandes aportaciones del movimiento feminista en España ha sido el poner el tema social en el centro del debate político y económico. Y ello es consecuencia de la identificación de la causa feminista con los deseos y aspiraciones de la mujer de clase popular, y que beneficia a todas las mujeres (y a todos los hombres). Hoy el énfasis por ejemplo en la economía de los cuidados es fundamental para mejorar la calidad de vida de la población así como mejorar la eficiencia económica."

Europa está paralizada. Gabriel Flores (3/07/2018)

Buen balance de la cumbre europea:

“Europa está completamente paralizada. Vive paralizada, plenamente consciente de su inacción y de las múltiples crisis que sufre, que las políticas de austeridad y devaluación salarial impuestas no han hecho más que agravar y extender al terreno político y electoral en beneficio de fuerzas xenófobas y antieuropeístas. En ninguna de las dos materias claves que estaban sobre la mesa de la cumbre, política migratoria y reforma de la eurozona, han aportado nada nuevo. Simplemente, no hay acuerdo… 

La política migratoria de la UE queda así confinada a un estrecho territorio, el de una disputa con la extrema derecha antieuropeísta en el que una de las partes, el actual bloque de poder encabezado por Merkel que marca el incierto y peligroso rumbo del proyecto de unidad europea, acepta algunos de los criterios de los xenófobos y buena parte de la dureza que exigen las fuerzas políticas de la extrema derecha en el tratamiento de las personas inmigrantes. Malos tiempos y mal rumbo para la unidad europea en una situación de evidente deterioro político.” 

Después de Piketty: el debate sobre la desigualdad continúa. Lídia Brun e Ignacio González (27/6/2018)

Interesante recensión: Tres economistas recopilan en 'Debatiendo con Piketty' artículos académicos de múltiples disciplinas que abren nuevas líneas de investigación sobre el reparto de la riqueza. Selecciono algunos extractos:

“La evidencia de que trabajo y capital son complementarios sugiere, más bien, que el reparto cada vez más desigual entre trabajo y capital no se explica fundamentalmente por el desplazamiento tecnológico del trabajo, sino sobre todo por factores institucionales. Precisamente, uno de los principales aspectos de Debatiendo con Piketty es la lectura institucional y política de la obra del francés… 

El capítulo 9 ahonda en otra explicación institucional clave y, en nuestra humilde opinión, es una de las contribuciones más importantes del libro… Una parte importante de Debatiendo con Piketty aborda una aparente contradicción en el relato de C21, que oscila entre unas “dinámicas inexorables” del capitalismo que llevan a mayor desigualdad, frente al reclamo continuo de que “el nivel de desigualdad en una sociedad es una decisión política”… estamos convencidos de que la pluralidad política e ideológica que destilan los diferentes capítulos, que abarcan desde teorías neoclásicas como la del capital humano hasta teorías de corte institucionalista y otras teorías heterodoxas, es intencional y dota al libro de una riqueza teórica sorprendente… Debatiendo con Piketty es un libro importante y que apunta en la dirección correcta”. 

Interesante clarificación para evitar la confusión de llamar a todo ‘populismo’ (de derechas, centro o izquierdas), confiando en que el ‘momento populista’ tiene ventajas para la igualdad y la emancipación. No hay que interpretar las tendencias reaccionarias de derecha extrema o neofascistas como beneficiosas para las clases populares y el marco democrático. Hay que vincularlas con una tendencia autoritaria de parte de la propia dinámica y élite neoliberal: 

“No basta con evocar un “momento populista”. Si Chantal Mouffe rechaza hablar de extrema derecha, prefiriendo la expresión “populismo de derecha”, esta filosofía aboga “por un populismo de izquierdas”: ambos tendrían en común un “núcleo democrático”, puesto que hacen visibles, ofreciéndoles, claro está, respuestas distintas, las reivindicaciones de “categorías populares”, es decir, de los “perdedores de la globalización neoliberal”. Sin embargo, no solo los dirigentes neoliberales no dudan en movilizar un populismo xenófobo, sino que a su vez también los líderes populistas, de Trump a Orbán pasando por Erdoğan, promueven políticas neoliberales. Resulta pues dudoso atribuir al voto favorable de los segundos 'la expresión de resistencias a la condición posdemocrática engendrada por treinta años de hegemonía neoliberal'…

Por eso hoy es importante llamar gato a un gato: negarse a nombrar este neofascismo autoriza a quedarse de brazos cruzados. El rigor intelectual escrupuloso de algunos sirve como pretexto para la tibia cobardía política de muchos. Los eufemismos impiden así la movilización de un antifascismo que, lejos de ser el respaldo democrático de las políticas económicas actuales, designaría la responsabilidad del neoliberalismo respecto del auge del neofascismo: no hay ninguna necesidad de dejarse llevar por la ilusión de que el populismo, que es el síntoma, podría ser el remedio.” 

El poder y el concepto. Fernando Broncano (6/05/2018)

Muy interesante la interpretación de ‘violación’ frente a la sentencia de 'La Manada':

“Hay puntos sutiles filosóficos que desvelan profundas fracturas en la sociedad. Los conceptos, al final, son relatos de la experiencia de la humanidad y la experiencia es la forma en que los humanos damos sentido a las puras vivencias corporales. La lucha contra la violencia sexual no es solamente una lucha por la liberación de las mujeres del dominio patriarcal, sino por la conquista de un nuevo sentido de libertad sexual y de relaciones afectivas entre todos los humanos. Es una lucha que libera tanto a mujeres como a hombres. La lucha por el concepto es una lucha por la libertad real de todos”. 

Sugerente ensayo crítico de R. Ceano sobre el populismo de izquierdas. Es largo y denso. Se puede ir directamente a las conclusiones (6 pp.): "Deconstruyendo a Laclau". Señala los límites de esta teoría que se queda en una lógica política de polarización con sobrevaloración del discurso en la construcción del sujeto político y con ambigüedad del sentido político de su proyecto transformador. Salvo matices, coincide con mi valoración. Ha sido funcional para conformar una nueva representación política: Podemos. Pero hay que superar el enfoque populista, avanzar en una teoría alternativa crítica y realista (superadora también del marxismo determinista) para hacer frente a la conformación y consolidación de los sujetos sociopolíticos o fuerzas del cambio y definir mejor las estrategias transformadoras en esta nueva fase histórica.

Muy interesante V. Navarro, en particular frente a la desorientación de alguna gente de izquierdas en este tema del impacto tecnológico: 

"La revolución digital puede ser un instrumento de liberación o de opresión, dependiendo de quién la controle. Bajo las condiciones salvajes del mundo neoliberal, puede empeorar la calidad de vida de la ciudadanía, en tanto trabajadores y empleados y en tanto usuarios y consumidores… 

Ni que decir tiene que tal revolución digital puede eliminar puestos de trabajo, aunque en general en niveles menores de los que se indican. Pero lo que se olvida es que tal revolución digital también puede facilitar la creación de empleo. Que haga una cosa o la otra depende de quién controle el diseño, el uso y la utilización de la automatización. Es decir, depende de las relaciones de poder en el proceso de producción y distribución de bienes y servicios, así como de los medios de información. 

En otras palabras, el impacto que tal Cuarta Revolución tenga dependerá del contexto político en donde se establezca. De ahí que mientras en un contexto la robótica puede disminuir e incluso facilitar la reducción del tiempo de trabajo y aumentar el goce y placer del mismo; en otro contexto puede tener un impacto contrario…"