Sociólogo y politólogo.  Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid (2003/2022)

Artículos propios

Año 2021

Con párrafos seleccionados, un breve comentario y la referencia web original. El texto completo pinchando en el enlace. Para acceder a los anteriores:

Publicaciones (resto de años)

SE HACE CAMINO AL ANDAR

SE HACE CAMINO AL ANDAR

Transversalidad para la igualdad. Antonio Antón, en Público (26/12/2021)

Al calor de la reforma laboral y el frente amplio una reflexión sobre sus fundamentos teóricos. Selecciono varios párrafos:

"El concepto de transversal tiene una nueva relevancia. En un reciente artículo, “Transversalidad progresiva”, he expuesto sus principales características y su función como identificación política en el debate actual. Ahora profundizo en su combinación con otra idea fuerza, la igualdad, en el contexto del nuevo proyecto de Yolanda Díaz que analizo en “El sentido del frente amplio”.

Transversal es el sentido del diálogo social y la negociación colectiva como proceso cooperativo para conseguir beneficios para todas las partes implicadas. Es el actual acuerdo tripartito para la reforma laboral que, aun con concesiones mutuas, supone un avance en los derechos de la gente trabajadora y la capacidad contractual de los sindicatos para reducir la precariedad laboral. Y la patronal ha preferido limitar algo su alcance transformador y no descolgarse ni seguir la estrategia de confrontación de las derechas. Sabía que las fuerzas progresistas tienen la prioridad de avanzar en la justicia social y democrática y que su transversalidad siempre debe estar orientada hacia la igualdad, objetivo conseguido. Así, este acuerdo amplio o transversal es un paso relevante ya que supone una mejora sustantiva para los derechos sociolaborales, un cambio de la tendencia regresiva y, además, facilita su durabilidad. Veamos su significado histórico y su fundamentación teórica…

Desde una perspectiva progresista, el objetivo a conseguir es la mayor igualdad de posiciones, estatus y capacidades (más completa que la de oportunidades), el empoderamiento cívico, la no-dominación. Y ello de forma transversal, sin discriminación de sexo, etnia, condición social u orientación política, sexual o cultural.

En definitiva, la transversalidad es un enfoque positivo y sugerente para la ampliación de la base social y electoral de las fuerzas del cambio, el frente amplio, y sus alianzas sociales e institucionales, así como su desarrollo discursivo y sociopolítico. Se trata de avanzar en un marco unitario y constructivo de debate y definición programática y estratégica y evitar su uso confuso. Pero exige un esfuerzo suplementario para aclarar los malentendidos, huir del fetichismo de la eficacia de su simple enunciación y afinar el análisis de la complejidad de sus diversos componentes y equilibrios relacionales. Entre ellos su adecuada combinación con el otro elemento fundamental para una estrategia progresista: la apuesta por el cambio de progreso, por la oposición a las dinámicas regresivas y autoritarias y en favor de los derechos humanos y sociales, de la democracia y la igualdad.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/55053/transversalidad-para-la-igualdad/

Retos feministas, por Antonio Antón, en Acción en Red – Madrid (20/12/2021)

Se tratan dos temas controvertidos que suponen desafíos para el feminismo, los colectivos LGTBI y las fuerzas progresivas: la dimensión de la violencia machista y, más en general, del machismo, en el contexto del avance feminista y sus estrategias emancipadoras; y el reconocimiento de los derechos de las personas trans, en un debate con fuerte contenido simbólico y teórico.

Referencia web de esta versión:  https://www.accionenredmadrid.org/retos-feministas/

Contexto y debates sobre el frente amplio. Antonio Antón, en Rebelión (18/12/2021)

Explico dos cuestiones relevantes en el debate actual: el marco y el sentido de la propuesta de frente amplio, y la experiencia de qué se puede transformar por las fuerzas del cambio de progreso y sus alianzas, con la interacción entre el contexto estructural e histórico y la capacidad transformadora y de agencia de un sujeto sociopolítico alternativo.

Referencia web original: https://rebelion.org/contexto-y-debates-sobre-el-frente-amplio/

Significados de la transversalidad. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (17/12/2021)

Analizo la diversidad de significados, a veces contrapuestos en su sentido político, de esta referencia relevante para el nuevo proyecto de frente amplio. Selecciono varios párrafos:

“La palabra transversalidad (y transversal) adquirió una nueva relevancia en el ámbito político, en particular entre representantes de Podemos y las fuerzas del cambio para definir uno de sus ejes estratégicos. Ahora, se ha vuelto a poner de actualidad en torno al nuevo proyecto de frente amplio propuesto por Yolanda Díaz, tal como explico en “Liderazgos para la nueva etapa”. Veamos sus precedentes y características, en el marco más general de la renovación de las izquierdas, tal como analizo en el libro “Perspectivas del cambio progresista”...

Aquí me interesa distinguir dos planos que afectan a la transversalidad o a una estrategia transversal: composición sociodemográfica y posición político-ideológica. En el primero se debe responder a cuál es la base social de una fuerza política o social, a quién y con qué prioridades se pretende defender, articular o representar. Tiene que ver con una composición interclasista y representativa de las distintas categorías sociales (de condición socioeconómica, género y edad, étnicas-nacionales, culturales…). El segundo, normativo, define qué orientación sociopolítica y cultural, qué carácter o significado tienen los intereses, demandas y proyectos, más o menos universalistas o particularistas, así como más o menos ambiguos o definidos…

Lo transversal se opone, por una parte, al reduccionismo de clase de algunas corrientes marxistas, más rígidas y economicistas, y por otra parte, al fundamentalismo identitario, el exclusivismo nacionalista y la fragmentación particularista postmoderna. Al mismo tiempo, desde un enfoque popular e igualitario, hay que diferenciarlo del consenso o centrismo liberal…

Dos hechos relevantes han incrementado la importancia de este concepto y la necesidad de precisarlo para clarificar una estrategia de cambio: su vinculación con el centrismo (y la prevalencia de las clases medias y el continuismo del poder neoliberal), o con un progresismo popular multidimensional y el engarce con la renovación de las izquierdas…

Desde esa experiencia podemos decir que hay dos tipos fundamentales de transversalidad que hay que discernir. Uno sería el consenso liberal centrista. Otro, la transversalidad popular y multitemática progresista como oposición al poder establecido acogiendo la acción igualitaria emancipadora frente a las diversas fuentes de dominación y desigualdad. O sea, tiene más que ver con los grandes valores de igualdad, libertad y solidaridad de la tradición de la izquierda democrática y transformadora.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/significados-transversalidad-filosofia-identidad/20211217173529193609.html

Transversalidad progresiva. Antonio Antón, en Público (17/12/2021)

Expongo las características de la transversalidad y su función como identificación política en el debate actual. Selecciono aquí varios párrafos:

“Transversalidad es un concepto que ha vuelto a resurgir mediáticamente al calor del nuevo proyecto de Yolanda Díaz, tal como expongo en un reciente artículo: “El sentido del frente amplio”. Está enmarcado en la renovación de las fuerzas del cambio, cuyos ejes y contexto explico en mi último libro: “Perspectivas del cambio progresista”. Detrás de esa palabra existen diferentes significados, se trata de clarificarlos. Avanzo mi valoración para desechar una idea unilateral, bastante común en el ámbito mediático: transversalidad no es consenso entre derechas e izquierdas, ni centrismo liberal o populismo centrista. Veamos su recorrido histórico para precisar su contenido y su función como identificación política en el debate actual…

Por tanto, la transversalidad como centralidad progresiva y popular no es centrismo; es ser eje del proceso político a través de la representación y la defensa de la mayoría social con unos valores democrático-igualitarios. No es neutralidad o ambigüedad respecto de las ideas y las prácticas conservadoras, reaccionarias, sexistas o racistas. Es reconocer toda la realidad y pluralidad existentes, conectar con los mejores valores cívicos de la mayoría ciudadana, proyectar un discurso de progreso e impulsar la transformación social y cultural de la sociedad en un sentido (universal) igualitario y solidario.

En definitiva, este proceso sociohistórico nos da pistas de otro contenido de la palabra transversal. No es moderación, equilibrio y mediación entre la derecha y la izquierda gobernantes del anterior bipartidismo, ni el punto medio entre la gente (común) y el poder político-económico. Expresa compartir proyectos, posiciones y composición social plural e integradora pero, sobre todo, con los grandes valores democráticos y dentro del campo ‘popular’, de las capas subordinadas, de los de abajo o subalternos, frente a los de arriba, la oligarquía o las clases dominantes (por supuesto, con excepciones y situaciones intermedias).

Ante situaciones desiguales de estatus o de poder no debe haber neutralidad, sino solidaridad, apoyo mutuo y reequilibrio de condiciones de la gente en desventaja. Y con el criterio universal de articular la igualdad y la libertad. Por tanto, transversalidad (popular y progresista) tiene un significado sustantivo democrático, igualitario y emancipador, en grados diferentes, pero opuesto a posiciones y actitudes autoritarias, regresivas y dominadoras.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/54723/transversalidad-progresiva/

¿Qué se puede?. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (10/12/2021)

Aquí, voy a hacer referencia a dos aportaciones significativas e interrelacionadas para este debate interesante y controvertido: por una parte, la de Ignacio Sánchez-Cuenca, en su reciente artículo “¿Por qué no se pudo?”, a propósito de la posición de Íñigo Errejón, expresada en su último libro, “Con todo. De los años veloces al futuro”; por otra parte, la de Manolo Monereo en su artículo “Yolanda Díaz: ¿una forma-partido del mundo del trabajo?”. Selecciono varios párrafos:

“El ¡SI SE PUEDE! tuvo un gran valor movilizador para imprimir un cambio imprescindible ante el continuismo del bipartidismo gobernante y conectaba con las aspiraciones populares de ese amplio campo sociopolítico progresivo y alternativo. Pero quedaba sin definir el alcance del cambio, su ritmo y sus plazos, muchas veces sustituido por metáforas, más o menos voluntariosas (asaltar los cielos) o ambiguas (construir pueblo) en términos estratégicos.

Lo que se pudo transformar ha sido el final del bipartidismo y reequilibrar la representación política de las izquierdas o fuerzas progresistas, así como disputar con el PSOE la hegemonía en ese campo, aunque enseguida neutralizada por la contraofensiva y aislamiento de todos los poderes, incluida la inicial y latente colaboración socialista en su aislamiento.

Pero, sobre todo, ha permitido consolidar una representación político-institucional diferenciada de la socialdemocracia, con un ideario transformador y un condicionamiento inmediato de las políticas públicas, incluido su participación gubernamental, en tensión ambos con su discurso épico. Así, se ha conseguido esa acción institucional y unitaria de UP con el PSOE, con una gestión limitada y un ritmo lento (y condicionado por la crisis derivada de la pandemia), pero claramente progresiva y reformadora con impacto positivo para las mayorías populares…

Segundo, sobre el carácter y la composición del sujeto de cambio. En ese sentido, por mi parte, mejor que base social de la clase trabajadora, hablaría de clases populares (mayoritariamente de clase trabajadora y clases medias estancadas o descendentes), pero sobre todo desde un enfoque sociopolítico y relacional de su formación e impacto…

En definitiva, se trata de combinar realismo analítico, subjetividad transformadora y pragmatismo estratégico. Es el desafío para la necesaria activación cívica, la renovación de las fuerzas del cambio, del nuevo sujeto llamado frente amplio tras un proyecto unitario realmente progresivo y reformador de país.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/que-se-puede/20211210184015193410.html

El sentido del frente amplio. Antonio Antón, en Público (8/12/2021)

Expongo una reflexión sobre el carácter transformador de progreso del frente amplio propuesto por Yolanda Díaz. Transcribo los párrafos finales:

“Desde mi punto de vista, ese carácter transformador de progreso (igualitario-emancipador-solidario o espacio violeta, verde y rojo), más allá de las etiquetas y la dimensión de su base social, y ya ejemplificado en la propia gestión de Yolanda Díaz y su reconocido liderazgo por el grupo confederal de Unidas Podemos y sus confluencias, es la razón de ser de ese proyecto renovador.

Además, está subyacente no solo el freno al declive de Unidas Podemos y el reagrupamiento de todo el conglomerado de las fuerzas del cambio, sino el legítimo reequilibrio representativo de todo ese conjunto, y que su representatividad e influencia sea más favorable respecto del Partido Socialista, para garantizar mejor ese impulso reformador. Se trata de fortalecer de forma unitaria el conjunto del bloque progresista, incluido los sectores nacionalistas periféricos, tras un proyecto compartido de país y frente a las tentaciones centristas y los intentos reaccionarios.

Al mismo tiempo, supone recomponer sus respectivos papeles y su capacidad articuladora y representativa, con el resultante de un nuevo acuerdo programático y de gestión institucional, dando por supuesto que ambas formaciones del actual Gobierno de coalición son partidarias de renovar sus alianzas y se estabilizan los acuerdos de la actual mayoría parlamentaria progresista. Este es el contexto de este ilusionante proyecto. Queda pendiente analizar detenidamente las particularidades de la propuesta de frente amplio y sus distintas interpretaciones. Volveremos sobre ello.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/54442/el-sentido-del-frente-amplio/

Respuestas a la reforma laboral del PP. Antonio Antón, en Mientras Tanto (1/12/2021)

Un amplio ensayo donde explico la respuesta cívica y sindical frente ella y su influencia en el proceso actual de su derogación”. Transcribo su introducción:

“Analizo desde un punto de vista sociológico e histórico la reforma laboral del PP del año 2012, todavía en vigor, así como la respuesta cívica y sindical frente ella. Se trataba de deslegitimar su carácter agresivo con la mayoría social y generar las condiciones sociopolíticas para su derogación, con la garantía de los derechos sociolaborales. Junto con la evidencia pública de sus efectos perniciosos, la experiencia de la movilización sindical para derogarla tuvo y sigue teniendo un impacto en su escasa legitimidad social.

Aquí se explican las características de aquel fuerte y masivo conflicto sociopolítico para destacar su influencia en el actual proceso de su derogación frente a la oposición de la patronal y las derechas, que presionan para su continuidad. Ese objetivo figura en el acuerdo del Gobierno de coalición, como cuestión fundamental de su agenda sociolaboral progresiva, y es un tema central en las negociaciones del diálogo social, dentro de la propuesta de las izquierdas y los sindicatos de iniciar un cambio profundo de las relaciones laborales y del mercado de trabajo, tan desiguales y precarias para la mayoría social. Fue la palanca que permite en la fase actual abordar un giro progresivo en el modelo laboral y de relaciones contractuales.

Está por ver la decisión definitiva del Ejecutivo en el marco del diálogo social y sus apoyos parlamentarios. Más allá del significado estricto de la palabra derogación como eliminación de esa norma y su sustitución por otra nueva que articule un nuevo marco normativo, se puede decir que ya existen algunos aspectos importantes que no están sujetos a cambio, como las condiciones discrecionales para el despido y la rebajada cuantía de su indemnización; es decir, parece que no va a ser ‘integral’, aun con el deseo de que se utilice más la flexibilidad interna (ERTES, movilidad…) respecto de la externa (despidos).

La cuestión es que, al menos, debería ser sustancial en dos ámbitos fundamentales: uno, reducir significativamente la precariedad laboral, con sus consecuencias de devaluación salarial, desprotección, inseguridad y subordinación de la gente trabajadora, y garantizar el empleo decente y de calidad; dos, recomponer el equilibrio en las relaciones laborales y contractuales con el refuerzo de la negociación colectiva sectorial (y la ultraactividad de los convenios) frente al enorme poder empresarial que deja más indefensas a las capas trabajadoras de las pymes y con mayores desventajas para el sindicalismo.

El riesgo es que solo se produzca una modificación descafeinada, que defienden sectores poderosos e influyentes en el propio Partido socialista, por mucho que la arropen de retóricas modernizadoras. La continuidad de elementos especialmente lesivos impediría el desarrollo de un nuevo modelo social, laboral y contractual, reto ineludible para dejar atrás esta nefasta etapa regresiva para la gente trabajadora y, en general, para las capas populares. Ese resultado conllevaría negativas consecuencias sociopolíticas para la legitimación cívica del cambio de progreso y la garantía de su continuidad como mayoría institucional.

Lo destacable ahora en este ensayo, además de señalar el profundo carácter antisocial y regresivo de la reforma laboral del PP, es explicar la amplitud e intensidad de la oposición social y sindical a la misma, que legitima la posición gubernamental, sindical y de la mayoría parlamentaria progresista para adoptar una posición de firmeza tras un cambio sociolaboral sustantivo.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-207/ensayo/respuestas-a-la-reforma-laboral-del-pp

Liderazgos para la nueva etapa. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (24/11/2021) y Rebelión (9/12/2021)

Artículo en el que trato, a partir de la experiencia pasada, algunas características para forjar nuevos liderazgos del llamado frente amplio. Transcribo su introducción:

“Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno progresista de coalición, representa y coordina en el Ejecutivo a Unidas Podemos y sus confluencias (Catalunya en Comú Podem y Galicia en común, de la cual es diputada). Ha sido propuesta por esas formaciones para encabezar la candidatura compartida para las próximas elecciones generales, a través de un frente amplio. Tenemos, por tanto, la perspectiva de una renovada plataforma política y la conformación de nuevos liderazgos, aunque ella solo está dando los primeros pasos y no ha comunicado su compromiso definitivo.

He tenido ocasión de analizar el abandono de la política institucional de Pablo Iglesias, anterior líder de Podemos y representante del espacio político confederal de Unidas Podemos y sus aliados, así como la tarea de conformar nuevos liderazgos en el marco más general explicado en el libro “Perspectivas del cambio progresista”. Retomando ese diagnóstico sintetizo aquí las aportaciones e insuficiencias de la controvertida gestión política y organizativa del liderazgo anterior para exponer algunos ejes a tener en cuenta en la nueva etapa política que comienza.

Se trata de explicar los elementos de continuidad, de renovación y de adecuación a la nueva problemática socioeconómica y política y, particularmente, con vistas al impulso del espacio del cambio de progreso. Discernir y combinar las tres tareas y su contenido es, a veces, complejo y tiene impacto para la orientación, en este caso, de las fuerzas del cambio. No entro en los matices de su denominación, llámese frente amplio, izquierda del PSOE, espacio alternativo o violeta, verde y rojo, plataforma de progreso, bloque histórico...

Queda un camino democrático, de consulta y participación, para la elaboración programática y del perfil del proyecto de país, así como para la articulación política, plural y democrática, con la negociación de los distintos niveles organizativos y su papel y composición, partiendo de la realidad representativa y la experiencia reciente: los liderazgos (llámense representación político-institucional, coordinación confederal, núcleo dirigente o rector…), la vertebración partidaria y personal con sus reequilibrios y la consolidación y ensanchamiento de una amplia base sociopolítica y electoral.

Me voy a referir, sobre todo, a dos aspectos interrelacionados que la propia Yolanda Díaz, desde su propia tradición política, ya ha avanzado como dificultades a superar: evitar el ‘ruido’ en la acción política, y desechar los ‘egos’ en la vertebración organizativa. Veamos, de forma más profunda y desde la sociología política crítica, el sentido y la dimensión de esos dos problemas internos para encauzar su tratamiento más adecuado y colectivo.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/liderazgos-nueva-etapa/20211124170314192970.html

Referencia de la nueva versión en Rebelión (9/12/2021): https://rebelion.org/liderazgos-para-la-nueva-etapa/

Hacia el giro sociolaboral. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (15/11/2021)

La experiencia de la movilización sindical para derogar la reforma laboral del PP de 2012 tuvo y sigue teniendo un impacto en su escasa legitimidad social, tal como he señalado en un reciente artículo, La oposición social a la reforma laboral del PP. Aquí se explica las características de aquel fuerte y masivo conflicto sociopolítico para destacar su impacto en el actual proceso de su derogación frente a la oposición de la patronal y las derechas, que presionan para su continuidad. Ese objetivo figura en el acuerdo del Gobierno de coalición, como cuestión fundamental de su agenda sociolaboral progresiva, y es un tema central en las negociaciones del diálogo social, dentro de la propuesta de las izquierdas y los sindicatos de iniciar un cambio profundo de las relaciones laborales y del mercado de trabajo, tan desiguales y precarias para la mayoría social. Fue la palanca que permite en la fase actual abordar un giro progresivo en el modelo laboral y de relaciones contractuales.

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/giro-sociolaboral/20211115134851192720.html

Una versión inicial se publica en Rebelión (10/11/2021): https://rebelion.org/la-apuesta-por-el-giro-social-y-laboral/

La experiencia frente a la reforma laboral del PP. Antonio Antón, en Público (10/11/2021)

Analizo desde un punto de vista sociológico e histórico la respuesta cívica y sindical frente a la reforma laboral del PP, en el año 2012, para deslegitimar su carácter agresivo con la mayoría social y generar las condiciones sociopolítica para su derogación, con la garantía de los derechos sociolaborales. Esa experiencia tiene un impacto en la legitimidad social para derogarla, y explica por qué ese objetivo figura en el acuerdo del Gobierno de coalición y la propuesta de iniciar un cambio profundo de las relaciones laborales y del mercado de trabajo.

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/53464/la-experiencia-frente-a-la-reforma-laboral-del-pp/

La apuesta por el giro social y laboral. Antonio Antón, en Rebelión (10/11/2021)

Selecciono varios párrafos de esta valoración de esa experiencia de la movilización social contra la reforma laboral del PP del año 2012, que tiene un impacto en la legitimidad social para derogarla e iniciar ahora un cambio profundo de las relaciones laborales y del mercado de trabajo:

“A pesar de estar en el momento más álgido de la activación cívica representada por el movimiento 15-M (2010/2014), existen muchas dificultades para la movilización social generalizada que representaba la huelga general del 29 de marzo de 2012 contra la reforma laboral del PP y su política regresiva. En primer lugar, por el fuerte bloque de poder de la derecha y el mundo económico, su inmenso aparato institucional y mediático y su renovado apoyo electoral (aunque no para esas medidas restrictivas). En segundo lugar, hay que tener en cuenta factores estructurales (fragmentación del tejido productivo, capacidad coactiva empresarial, fragilidad de las capas trabajadoras…) y contextuales (imponente poder institucional a favor de estas políticas restrictivas, dificultades del sindicalismo, debilidad de las izquierdas…) …

Esta apuesta no consiguió la total paralización productiva del país ni una participación generalizada de toda la población, pero tiene los apoyos sociales necesarios en los dos planos fundamentales: participación activa suficiente (en los paros y todas las actividades y manifestaciones de apoyo), y amplia legitimidad social, al contar con el rechazo de la mayoría ciudadana a esta reforma laboral. Fue un acto de reafirmación democrática y estímulo de la participación ciudadana, de freno a la involución social y exigencia de otra política socioeconómica, laboral y de empleo…

En resumen, este proceso de huelga general constituyó una prueba de la acción colectiva progresista y la reafirmación democrática de una amplia izquierda social o ciudadanía crítica. Al tercio de esa ciudadanía indignada, más implicada activamente en la movilización contra los recortes sociales, se sumó la simpatía y la solidaridad del tercio intermedio, entonces más pasivo y ambivalente. La persistencia y el refuerzo de la resistencia cívica de ese primer bloque social fue determinante para ensanchar la oposición social a esta política regresiva y restarle credibilidad ciudadana. Fue una respuesta contundente de una ciudadanía activa y un paso sustancial para fortalecer la oposición popular a esas políticas antisociales y deslegitimar a sus gestores. Se extendió una mayor comprensión ciudadana hacia los justos objetivos de este conflicto social, factor clave para debilitar y revertir esta política socioeconómica y laboral regresiva.

Pese a las dificultades evidentes para forzar la retirada inmediata de la reforma laboral, se le redujo su legitimidad y credibilidad social, y reforzó las condiciones sociopolíticas para obtener su derogación. Fue un paso clave para frenar la ofensiva liberal y regresiva del nuevo Gobierno del PP, y supuso ya una importante erosión de su plan antisocial. Fue un fuerte impulso social para exigir un giro social de la política socioeconómica y laboral. Necesitaba continuidad y una estrategia progresista de firmeza para consolidar y ampliar los apoyos sociales y generar una dinámica de cambio social profundo hacia una salida de la crisis económica más democrática y equitativa.

Todo este proceso de indignación popular progresista y activación cívica de esos años (2010/2014) conformó las bases sociopolíticas para el desarrollo del cambio de progreso en el siguiente lustro, tal como explico en el libro “Perspectivas del cambio progresista” Ahora, con una nueva mayoría parlamentaria progresista, se pone en marcha la implementación del giro social hacia un nuevo modelo de empleo y relaciones laborales.”

Referencia web original: https://rebelion.org/la-apuesta-por-el-giro-social-y-laboral/

La oposición social a la reforma laboral del PP. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (8/11/2021) y Rebelión /17/11/2021)

Análisis de la resistencia cívica y sindical para deslegitimar una reforma laboral agresiva con la mayoría social y generar las condiciones sociopolítica para su derogación, con la garantía de los derechos sociolaborales. Selecciono varios párrafos:

“Las direcciones confederales de CCOO y UGT convocaron una huelga general para el día 29 de marzo de 2012 contra la reforma laboral del Gobierno del PP y su política de recortes sociales. Tal como he explicado en un reciente artículo, La reforma laboral del PP, es una norma que facilita y abarata el despido, empeora las condiciones laborales y precariza el empleo; no crea empleo y prolonga la crisis; perjudica a la mayoría de la sociedad y desequilibra las relaciones laborales con un fuerte incremento del poder empresarial. Junto con las medidas de restricción del gasto público y el recorte de prestaciones y servicios públicos, trata de imponer una fuerte regresión en los derechos sociolaborales y consolidar unas condiciones de vida y empleo precarias para la mayoría y, especialmente, para los sectores más vulnerables.

Hay, por tanto, una motivación clara para una fuerte y masiva oposición social que, vista desde ahora, conviene recordar. Es la base de su deslegitimación actual y el emplazamiento cívico que tiene el actual Gobierno progresista de coalición, el conjunto de fuerzas progresistas y, particularmente, el sindicalismo para derogarla y aprobar un nuevo modelo de empleo y relaciones laborales.

La amplitud y la profundidad de esa política regresiva liberal-conservadora, su pretensión de generalización y persistencia, en una situación de agravamiento del desempleo y las consecuencias sociales de la crisis económica, exigían una respuesta social masiva y contundente. Era preciso un amplio respaldo popular, una firme participación ciudadana. Había que poner un freno consistente a estas medidas antisociales para forzar su cambio.

Se trataba de una acción de reafirmación democrática y de progreso que, tras todo el proceso de protesta social, la formación de un espacio sociopolítico de cambio y la configuración de un acuerdo progresista entre el Partido Socialista y Unidas Podemos, terminó por desalojar del Gobierno al Partido Popular. Se abrió un periodo de cambio de progreso, en el que la agenda social y laboral era fundamental, tal como detallo en el libro “Perspectivas del cambio progresista”.

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/oposicion-social-reforma-laboral-pp/20211108175758192555.html

Retos feministas. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 206-noviembre

Expongo aquí dos temas controvertidos que suponen desafíos para el feminismo, los colectivos LGTBI y las fuerzas progresivas: la dimensión de la violencia machista y, más en general, del machismo, en el contexto del avance feminista y sus estrategias emancipadoras, y el reconocimiento de los derechos de las personas trans, en un debate con fuerte contenido simbólico y teórico.

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-206/ensayo/retos-feministas

La reforma laboral del PP. Antonio Antón, en Público (29/10/2021), y en Rebelión (3/11/2021)

Artículo con mi valoración crítica, del que extraigo su introducción:

“El Gobierno del PP, a primeros del año 2012, a comienzos de la legislatura y tras sus primeras medidas de restricción presupuestaria aprueba e impone, con su mayoría parlamentaria y sin diálogo social con los agentes sociales, una reforma laboral profundamente regresiva: abarata y facilita el despido, recorta derechos y condiciones laborales, precariza el empleo y debilita la regulación laboral y la negociación colectiva.

Sus objetivos son dobles: por un lado, la subordinación de trabajadores y trabajadoras, el abaratamiento de los costes laborales y asegurar una inserción laboral en la inseguridad, y, por otro lado, el incremento de los beneficios empresariales y el fortalecimiento de la capacidad empresarial para disponer arbitrariamente de las personas empleadas y en paro. El resultado es un fuerte desequilibrio en las relaciones laborales: por una parte, mayor indefensión para las capas trabajadoras y marginación de sus representantes sindicales y, por otra parte, mayor poder y control empresarial.

Lejos de constatar el fracaso de las anteriores reformas laborales para crear empleo, asegurar su calidad y atender las demandas ciudadanas de superar el paro y garantizar la protección al desempleo, aquella contrarreforma laboral del PP desarrolla su contenido regresivo y profundiza su impacto antisocial. Esta valoración global ya la escribí y publiqué en aquel momento. Apenas he tenido que reelaborar la crítica; sigue plenamente vigente.

La actualidad del debate en el propio Ejecutivo progresista de coalición para concretar el plan para su derogación me ha llevado a volver sobre el significado real de su inmediata aplicación. Se trata de transformar en profundidad el modelo regresivo de relaciones laborales y del mercado de trabajo que todavía está en vigor y cuyo compromiso es un punto central del acuerdo de Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos. Entro en el análisis de los principales componentes de la reforma laboral del Partido Popular, que insiste en mantener.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/53203/la-reforma-laboral-del-pp/

Referencia web de la versión en Rebelión: https://rebelion.org/la-reforma-laboral-del-pp/

Perspectivas del cambio progresista (reseña). Antonio Antón, en Nueva Tribuna (26/10/2021), y en Rebelión (27/10/2021)

El libro, “Perspectivas del cambio progresista” (224 pp.), de Antonio Antón, tiene un hilo conductor, el análisis de las dinámicas sociopolíticas transformadoras que permiten evaluar las perspectivas progresistas del cambio social y político en España. Está compuesto por seis capítulos intercalados que conforman tres áreas temáticas interconectadas: procesos amplios de activación social y cívica (movimiento 15-M y nueva ola feminista); experiencias de acción política y electoral (enseñanzas del 4-M y el espacio violeta, verde y rojo y las perspectivas de las izquierdas), y reflexiones teóricas desde un enfoque social, realista y crítico (debates de las izquierdas y nueva cuestión social).

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/ensayo-perspectivas-cambio-progresista/20211026100235192163.html

Derechos trans y feminismo. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (19/10/2021)

Nueva versión de la que selecciono un párrafo:

“Con estos precedentes se legitima la nueva normativa que coloca a España en la vanguardia de la defensa de los derechos de las personas trans. Los objetivos del proyecto de ley, ampliado al conjunto de los colectivos LGTBI, en el que están inscritas las personas trans, están claros y son coherentes con los criterios europeos, basados en los derechos humanos: prevenir y eliminar todo tipo de discriminación que afecte a la percepción social del colectivo LGTBI y a sus familiares, garantizar y promover el derecho a la igualdad real y establecer la rectificación registral relativa al sexo y al nombre de las personas, dando validez jurídica a su tránsito de sexo con la sola expresión de la voluntad de la persona (mayor de 16 años), ratificada a los tres meses. Los colectivos LGTBI están de enhorabuena por ese avance en sus derechos.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/derechos-trans-feminismo/20211019081658191999.html

Contra el machismo. Antonio Antón, en Público (12/10/2021), y en Rebelión (20/10/2021)

A partir del análisis del reciente e interesante barómetro "Juventud y género. Identidades, representaciones y experiencias en una realidad social compleja", expongo varias reflexiones sobre el alcance de la violencia machista y el avance feminista:

“Lo destacado ahora, mediáticamente, es la actuación y visibilidad, junto con grupos reaccionarios y coactivos de una minoría de varones jóvenes, de un sector social significativo de una quinta parte que mira para otro lado, sin deslegitimar esa violencia machista y que reacciona de forma autoritaria frente a los avances igualitarios feministas.

En todo caso, analizando las dobles tendencias sociales no se puede afirmar que aumenta la oposición social al feminismo y las políticas de igualdad entre hombres y mujeres, sino todo lo contrario. Es decir, se han reforzado los dos campos: en una minoría, una actitud más desacomplejada, permisiva con las agresiones machistas y homofóbicas; en una mayoría, una mayor conciencia feminista y tolerante con la diversidad de opciones sexuales y de género.

Por tanto, a mi parecer, el aspecto más relevante y ascendente es el avance feminista en la mayoría de la juventud (y la sociedad), que también se refleja en el estudio. Así, la conciencia feminista crece entre la gente joven en este periodo de cuatro años, desde 2017 -antes de la nueva ola de activación feminista-, aunque con desigualdad por sexo. Una gran mayoría de mujeres jóvenes constata la existencia de desigualdad de género (70%) y la identificación feminista (67%), desde menos de la mitad (46%); pero también asciende esa conciencia feminista en varones jóvenes que pasa del 24% al 33%...

Se trata de un enfoque realista y relacional, que prioriza el comportamiento y la subjetividad, en este caso, la actitud transformadora igualitaria-emancipadora-solidaria, alejado de la idea determinista de que todos los varones son machistas (o malos) y todas las mujeres son feministas (o buenas); o bien, es más riguroso que la idea buenista, derivada de una antropología optimista, de que todos los seres humanos son buenos por naturaleza y solo hay algunas disfunciones personales a tratar por la vía penal o solo cultural. En este sentido, este análisis empírico también debilita la opinión individualista liberal (o postmoderna) de que no tiene relevancia la posición estructural de la amplia subordinación y desventaja femenina o, en sentido contrario, la persistencia de privilegios masculinos amparados en grupos de poder.

Por tanto, se percibe la existencia de realidades estructurales y político-ideológicas que amparan y refuerzan esa desigualdad y marginación por razones de sexo u opción sexual y de género, que necesitan una respuesta en esos ámbitos institucionales y socioculturales que incluyan y acompañen los cambios de mentalidades y los esfuerzos individuales. Esta es una enseñanza importante a la hora de encarar las estrategias políticas y los cambios normativos. Por una parte, para que no se queden en la mera retórica, más o menos complementada con la exclusiva acción penal; por otra parte, para no fiarlo todo a la acción cultural o la expectativa del cambio individual. Es imprescindible la solidaridad colectiva, la cobertura institucional y la transformación socioeconómica.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/52668/contra-el-machismo/

Referencia de la versión en Rebelión (20/10/2021): https://rebelion.org/contra-el-machismo/

El individuo y lo común. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 205-octubre

Selecciono varios párrafos de esta nueva versión sobre esta interacción clave para comprender la sociedad actual:

“El proceso de individualización tiene un carácter doble, como la propia modernidad. Por un lado, libera a las personas de las ataduras de las rigideces estamentales y las estructuras sociales y de poder premodernas, poniendo el énfasis en la igualdad y la libertad de los individuos. Por otro lado, tiende a destruir los vínculos sociales y comunitarios que reforzaban las experiencias y las costumbres comunes de las capas populares que se enfrentan a los nuevos poderes emergentes (económicos e institucionales) que constriñen las bases para su libertad y su igualdad reales…

Bilbao encadena los tres procesos: individualización, fuerza de trabajo (libre e igual en lo formal) y economía de mercado como nueva relación de dominación de las nuevas élites (burguesas). Es en ese marco en el que explica la justificación liberal de la relación del nuevo individuo como fundamento de la sociabilidad, entendida como nuevo orden social… capitalista. Es una profunda crítica a los fundamentos del liberalismo que apunta a generar otras bases de la sociabilidad, que no pueden ser las de la sociedad tradicional desigualitaria y dominadora de las viejas élites que pretendían representar su particular bien común…

Pero el núcleo duro del individuo, como base del orden social, se mantiene como fuente de legitimidad, junto con el apoyo de las instituciones públicas, más o menos subsidiarias. Se combina la cultura individualista liberal, con una amalgama de estructuras sociales e intereses y valores globales, constituyéndose la dominante tendencia liberal-conservadora…

Se trata de respetar al individuo, al ser humano con sus derechos, y combinarlo con el bien común, ambos siempre en disputa por su sentido, su representación y su equilibrio. Pero ello supone volver a los fundamentos de la sociabilidad (u orden social), es decir, a valorar el carácter doble del individuo en su componente individual y su carácter social, de vínculo colectivo y pertenencia a unas redes sociales. Es un proceso que no es natural sino construido de forma sociocultural, estructural e histórica en el que importa la agencia humana y la subjetividad, empezando por la propia ética progresiva y los valores de libertad, igualdad y solidaridad.

Por tanto, iniciamos una nueva versión de la teoría crítica que supera el viejo liberalismo, así como las tendencias colectivistas totalizadoras (holistas) presentes en los populismos reaccionarios y las tradiciones conservadoras. Estas son funcionales para las élites dominadoras en diversas instancias, desde el Estado, con su doble función de dominación y control social por las élites dominantes y de garantía de servicios colectivos o neutrales, hasta el machismo y la división sexual del trabajo, así como el supremacismo étnico-nacional. Pero también es un debate no resuelto entre las izquierdas, que requiere una experiencia popular prolongada igualitario-emancipadora-solidaria y una nueva elaboración teórica. Es una tarea pendiente que hay que profundizar.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-205/ensayo/el-individuo-y-lo-comun

Derechos trans y feminismo. Antonio Antón, en Éxodo nº 158, septiembre 2021 (pp. 59-61)

“La nueva normativa coloca a España en la vanguardia de la defensa de los derechos de las personas trans”

Referencia web original: https://flipbooks.es/exodo/158_exodo/

La pugna cultural y lo común en las izquierdas. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (24/09/2021)

“Este ensayo tiene dos partes. En la primera, Izquierdas y guerras culturales, hago una valoración de este tema a partir de la aportación del profesor de sociología Ignacio Sánchez-Cuenca. En la segunda, El individuo y lo común, profundizo en los fundamentos teóricos del liberalismo para destacar la importancia para las izquierdas de la tradición comunitaria, aprovechando una reseña valorativa del catedrático Carlos Prieto sobre la aportación del sociólogo Andrés Bilbao…

Hay que investigar desde la teoría crítica, así como promover la activación cívica y elaborar una estrategia política transformadora para una alternativa, sociopolítica y cultural, igualitario-emancipadora. Es lo que necesitan las izquierdas y los sectores progresistas…

Se trata de respetar al individuo, al ser humano con sus derechos, y combinarlo con el bien común, ambos siempre en disputa por su sentido, su representación y su equilibrio. Pero ello supone volver a los fundamentos de la sociabilidad (u orden social), es decir, a valorar el carácter doble del individuo en su componente individual y su carácter social, de vínculo colectivo y pertenencia a unas redes sociales. Es un proceso que no es natural sino construido de forma sociocultural, estructural e histórica en el que importa la agencia humana y la subjetividad, empezando por la propia ética progresiva y los valores de libertad, igualdad y solidaridad.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/pugna-cultural-comun-izquierdas/20210924123921191329.html

Esta investigación académica (31 pp.) tiene cinco partes: 1) Procesos de identificaciones feministas; 2) Carácter y tendencias de los feminismos; 3) El significado de la identidad feminista; 4) Identidades y sujetos feministas, 5) Conclusiones. Identidades y formación de sujetos. Es el desarrollo de la Comunicación (6 pp.), titulada “Desventajas de género y cuarta ola feminista”, presentada y debatida en el Comité de Investigación de Sociología del Género (15 y 16 de julio de 2021). Una versión inicial se presentó al Simposio de la Federación Española de Sociología, en el área temática “Estructura y desigualdad social, procesos de exclusión y grupos sociales”, del 5 al 13 de julio de 2021. Señalo el resumen introductorio:

“El feminismo ha adquirido una nueva relevancia sociopolítica y cultural, particularmente en España. Incluso se habla de otra ola feminista, la cuarta, por perfilar sus características específicas. La agenda feminista se ha reforzado para hacer frente a la nueva dimensión de las desventajas de las mujeres, en términos de desigualdad y prepotencia machista, sin suficiente protección pública. Todo ello ha consolidado la necesidad de la activación feminista para promover un cambio sustantivo y real, la llamada cuarta ola, junto con la emergencia de nuevas tendencias y élites feministas.

La reactivación feminista, con su dinámica expresiva, sus objetivos y sus procesos identificadores, en sus distintos niveles, ha cobrado una nueva dimensión los últimos años. Tiene un gran impacto en los ámbitos político-institucionales y culturales, en la transformación y legitimidad de los distintos actores, así como en la conformación de una dinámica más amplia y multidimensional de cambio de progreso frente a las tendencias machistas (o patriarcales).

La acción por la igualdad y la emancipación femenina se enfrenta a la discriminación, la desigualdad y la dominación de las mujeres, así como a los factores estructurales e institucionales que las mantienen, en particular a las tendencias conservadoras, reaccionarias o autoritarias.

Los fundamentos de la subordinación femenina están claros: gravedad de las desigualdades sociales, laborales y de estatus, con desventaja para las mujeres; persistencia de la violencia y las coacciones machistas, con mayor dependencia e inseguridad para ellas; insuficiente reconocimiento de las libertades para desarrollar las distintas opciones vitales, sexuales o de género.

Constituyen los tres ejes fundamentales expresados en la actual ola feminista: por la igualdad social, económico-laboral y relacional o de estatus de las mujeres; contra la presión y las agresiones machistas, y por la emancipación y la capacidad de decisión sobre sus trayectorias y preferencias personales.

A partir de ese diagnóstico se profundiza en los procesos de identificaciones feministas, el carácter y las tendencias de los feminismos, así como el significado de la identidad feminista y su relación con los sujetos feministas.”

Referencia web original: https://documentcloud.adobe.com/link/review?uri=urn:aaid:scds:US:96d610b7-d109-48d8-a61d-d447a38a3187

Perspectivas para las izquierdas. Antonio Antón, en Rebelión (2/09/2021)

Analizo los rasgos de la nueva etapa política, las características de los electorados y su perfil ideológico, la polarización izquierdas y derechas y los desafíos para las fuerzas del cambio. Destaco varios párrafos:

“Aparecen tres dilemas relevantes a dilucidar: ¿Tiene suficiente consistencia el proyecto y las fuerzas progresistas, representado por el actual sistema de alianzas, para liderar otra legislatura y profundizar en su agenda reformadora, frente al supuesto avance electoral de las derechas pero aisladas del bloque nacionalista? Aparte de la pugna en las derechas, con la probable absorción de Ciudadanos por parte del Partido Popular y la persistencia de VOX, con la correspondiente derechización de ambos ¿se va a modificar el mapa de las izquierdas con una recomposición de sus equilibrios estratégicos y representativos, con mayor o menor prevalencia del Partido Socialista, y las inclinaciones centristas de un sector del mismo, respecto del espacio del cambio, con una agenda firme de progreso?. ¿Va a avanzar un proceso colaborativo y confluyente entre las fuerzas del cambio (Unidas Podemos junto con En Comú Podem y Galicia en Común, con Más País-Compromís, así como con otros sectores diferenciados del PSOE), que no solo permita ampliar el campo electoral común y su reflejo institucional sino promover una mayor activación cívica?...

Como decía antes, a pesar de cierto crecimiento de MP/Comprom. y relativo debilitamiento de UP/ECP, las diferencias de uno a tres son sustanciales, se mantienen y su traducción a escaños (según KEY DATA) sería de 6 a 21, con perjuicio para ambos yendo separados, y con la reducción institucional de los primeros, prácticamente, al ámbito de dos territorios, Madrid y País Valenciano. Esa división de candidaturas les penalizaría para las elecciones generales que es donde hay una mayor constricción para traducir los votos en escaños por la ley electoral, al menos en 46 provincias.

Por tanto, el reto que tienen ambos es cómo ensanchar el conjunto del espacio del cambio, diferenciado del Partido Socialista, al mismo tiempo que dar pasos en su colaboración para presentar una alternativa creíble y unitaria, particularmente, para las elecciones generales de 2023. A estos dos rasgos, compatibilidad y complementariedad de sus respectivas bases electorales y eficacia en su traducción parlamentaria, se añaden las dificultades y los beneficios de remontar las tensiones pasadas y articular sus respectivos perfiles políticos y legítimos intereses partidistas desde el respeto a la pluralidad, liderazgos compartidos y formas de entendimiento democráticas y cooperativas. Pero sobre ello habrá que volver con detenimiento.”

Referencia web original: https://rebelion.org/perspectivas-para-las-izquierdas/

El individuo y lo común. Antonio Antón, en Público (2/09/2021), y reeditado en Rebelión (17/09/2021)

Reflexiono sobre varias ideas de actualidad y trasfondo teórico a raíz de una reseña de Carlos Prieto sobre Andrés Bilbao:

"El individuo es el sujeto sobre el que se ha construido la modernidad; el doble sentido de la individualización; el individuo (y el Estado) la base liberal del orden social, y lo común, eje imprescindible para la sociabilidad. Selecciono varios párrafos: “El individuo es el sujeto sobre el que se ha construido la modernidad. El talante prometeico impulsado desde el Renacimiento permitirá el desborde de la naturalización del orden social derivado del pensamiento tradicional y su fundamentación religiosa. El concepto de individuo, inédito en la historia anterior, a lo largo de los siglos XVII y XVIII entrará en pugna con las referencias colectivas de Dios, Patria y Rey del Antiguo Régimen para constituirse en soporte de la sociabilidad. Legitimará la nueva dinámica de la economía de mercado, basada en el beneficio propio, y garantizará la inserción laboral de la nueva fuerza de trabajo a través del nuevo contrato (supuestamente) libre. La cobertura ideológica dominante es el liberalismo.

La particularidad actual es que, dado el desenfrenado individualismo, base del consumismo compulsivo y la competitividad instrumental frente al ‘otro’, en el marco de las fuertes desigualdades sociales de la actual etapa neoliberal, se han generado reafirmaciones populares en lo común, en el interés general. Y es preciso valorar su significado según su función social de acuerdo con los otros dos ejes valorativos: el respeto individual y los valores universales progresistas de libertad, igualdad y solidaridad.

En la actual experiencia de la pandemia, con la crisis de los sistemas de protección social, sanitaria y de cuidados, la exigencia feminista por evitar el sobreesfuerzo femenino en la reproducción vital y la mayor necesidad de apoyo público y colectivo se ha revalorizado la importancia de lo común; a lo que habría que complementar con la sostenibilidad medioambiental, base material para la reproducción de la humanidad…

El proceso de individualización tiene un carácter doble como la propia modernidad. Por un lado, libera a los individuos de las ataduras de las rigideces estamentales y las estructuras sociales y de poder premodernas, poniendo el énfasis en la libertad y la igualdad de los individuos. Por otro lado, tiende a destruir los vínculos sociales y comunitarios que reforzaban las experiencias y las costumbres comunes de las capas populares que se enfrentan a los nuevos poderes emergentes (económicos e institucionales) que constriñen las bases para su libertad y su igualdad reales…

Bilbao encadena los tres procesos: individualización, fuerza de trabajo (libre e igual en lo formal) y economía de mercado como nueva relación de dominación de las nuevas élites (burguesas). Es en ese marco en el que explica la justificación liberal de la relación del nuevo individuo como fundamento de la sociabilidad, entendida como nuevo orden social… capitalista. Es una profunda crítica a los fundamentos del liberalismo que apunta a generar otras bases de la sociabilidad, que no pueden ser las de la sociedad tradicional desigualitaria y dominadora de las viejas élites que pretendían representar su particular bien común…

La experiencia y el significado de lo común, al igual que la individualización, tampoco son unívocas. La solución no está en la premodernidad comunal; tampoco en una postmodernidad con acentuación del individualismo. La interacción y el reequilibrio de los dos componentes, individual y colectivo, es imprescindible para una nueva modernidad más equilibrada y justa…

Se trata de respetar al individuo, al ser humano con sus derechos, y combinarlo con el bien común, ambos siempre en disputa por su sentido, su representación y su equilibrio. Pero ello supone volver a los fundamentos de la sociabilidad (u orden social), es decir, a valorar el carácter doble del individuo en su componente individual y su carácter social, de vínculo colectivo y pertenencia a unas redes sociales. Es un proceso que no es natural sino construido de forma sociocultural, estructural e histórica en el que importa la agencia humana y la subjetividad, empezando por la propia ética progresiva y los valores de libertad, igualdad y solidaridad.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/51819/el-individuo-y-lo-comun/

Reedición en Rebelión (17/09/2021): https://rebelion.org/el-individuo-y-lo-comun/

Debates sobre las izquierdas. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 204 (septiembre 2021)

En este ensayo he reunido tres reflexiones sobre las izquierdas y la pugna cultural, sus perfiles estratégicos y teóricos y su impacto en sus identificaciones:

“Los debates sobre el carácter de las izquierdas o, si se quiere, sobre las fuerzas progresistas y alternativas, es recurrente desde el siglo XIX y, especialmente en las últimas décadas. Es inmenso el reto estratégico, político y teórico para afrontar las grandes transformaciones del capitalismo y los reequilibrios de fuerzas sociales y políticas y, sobre todo, para conformar un proceso transformador igualitario-emancipador. Se ha producido la crisis de la socialdemocracia con su giro centrista o de tercera vía, así como la de la izquierda comunista, tras el derrumbe del Este y el modelo soviético. Por otra parte, se han generado algunas dinámicas renovadoras, por la aparición de la llamada nueva izquierda y los nuevos movimientos sociales, ya en los años sesenta y setenta. En el marco de la crisis socioeconómica y la imposición prepotente de políticas neoliberales regresivas, muchas de ellas compartidas por los partidos socialistas en Europa, se han generado nuevas respuestas populares y democráticas de carácter progresivo. Se está reconfigurando la representación política de las izquierdas o el espacio violeta, verde y violeta, aparte de la temática de la plurinacionalidad o la crisis territorial.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-204/ensayo/debates-sobre-las-izquierdas

Electorados y su perfil ideológico. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (24/08/2021)

Estudio amplio donde valoro las tendencias electorales, con la polarización entre izquierdas y derechas, así como la autoubicación ideológica de esos electorados y los retos para las fuerzas progresistas. Selecciono el comienzo y el final:

“En la primera parte de este análisis, “Nueva etapa”, he tratado las características e interrogantes de esta nueva etapa política de la segunda mitad de la legislatura, con una valoración de los principales problemas percibidos por la población y la necesaria agenda socioeconómica, democrática y sanitaria. En esta segunda parte, también a partir de los datos del CIS en su Estudio 3330, Barómetro de julio 2021, evalúo dos aspectos complementarios: primero, las tendencias electorales con el voto definido para unas próximas elecciones generales; segundo, la composición de los bloques ideológicos en el eje izquierda / derecha, particularmente, la identificación ideológica de los electorados de las tres fuerzas progresistas o de izquierda: Partido Socialista, Unidas Podemos (junto con sus confluencias En Comú Podem y Galicia en Común) y Más País-Compromís (junto con Equo). Las próximas elecciones serán las andaluzas para finales de 2022 -si no se adelantan-, previas al nuevo ciclo de las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2023.

Las elecciones generales no son inminentes, probablemente se agote la legislatura y falta más de la mitad de ella. Sin embargo, tanto en la sociedad como, sobre todo, en las direcciones de los partidos políticos comienzan a desarrollarse expectativas y planes para ampliar su legitimidad social y su apoyo electoral e incrementar sus posiciones de poder institucional desde el que implementar sus respectivos proyectos y alianzas para la siguiente legislatura. Y va a ser decisiva la gestión del Ejecutivo progresista y sus aliados parlamentarios, confrontada a la oposición de las derechas, respecto de los principales problemas de la sociedad, tal como son percibidos por las mayorías sociales con su articulación cívica y bajo la pugna política, discursiva y mediática…

Tercero, la relación entre los electorados de UP/ECP y MP-Comprom. muestra el rasgo común de su pertenencia a las izquierdas, más del 90% de sus respectivos electorados se definen así, complementado con un fuerte progresismo ecologista y feminista. Eso permite una alta compatibilidad ideológica de las bases sociales de ambas formaciones para conforman un espacio unitario, aunque haya un pequeño sesgo representativo: muy igualado entre la izquierda moderada, diferencia significativa en la izquierda transformadora y muy relevante en la izquierda radical.

Como decía antes, a pesar de cierto crecimiento de MP/Comprom. y relativo debilitamiento de UP/ECP, las diferencias de uno a tres son sustanciales, se mantienen y su traducción a escaños (según KEY DATA) sería de 6 a 21, con perjuicio para ambos yendo separados, y con la reducción institucional de los primeros, prácticamente, al ámbito de dos territorios, Madrid y País Valenciano. Esa división de candidaturas les penalizaría para las elecciones generales que es donde hay una mayor constricción para traducir los votos en escaños por la ley electoral, al menos en 46 provincias.

Por tanto, el reto que tienen ambos es cómo ensanchar el conjunto del espacio del cambio, diferenciado del Partido Socialista, al mismo tiempo que dar pasos en su colaboración para presentar una alternativa creíble y unitaria, particularmente, para las elecciones generales de 2023. A estos dos rasgos, compatibilidad y complementariedad de sus respectivas bases electorales y eficacia en su traducción parlamentaria, se añaden las dificultades y los beneficios de remontar las tensiones pasadas y articular sus respectivos perfiles políticos y legítimos intereses partidistas desde el respeto a la pluralidad, liderazgos compartidos y formas de entendimiento democráticas y cooperativas. Pero sobre ello habrá que volver con detenimiento.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/analisis-sociologico-electorados-perfil-ideologico/20210824160807190524.html

Tendencias electorales: las espadas están en alto. Antonio Antón, en Público (19/08/2021)

Explico las expectativas electorales contradictorias, complemento de otros dos artículos recientes, ‘Identificaciones ideológicas de los electorados’ y ‘Nueva etapa’:

“Analizo, en primer lugar, la encuesta del CIS por ser la más amplia, aunque contrasto sus resultados con otras del ámbito privado... La suma de las izquierdas estatales, con un 47,6%, mantiene una sustancial ventaja respecto de las derechas estatales, con un 38,1%. Hoy en día la estrategia de acoso y crispación de las derechas no ha conseguido dividir y derribar al Gobierno ni recuperar un apoyo electoral significativo que aventure su alternancia gubernamental. Es evidente el aumento electoral del PP, pero a costa de CS, junto con el mantenimiento de VOX. En el interior de cada bloque se produce cierto reequilibrio representativo. En las izquierdas, el PSOE (32,3%) aumenta su ventaja respecto de UP/ECP/GC (11,3%), casi triplicando sus votos, pero apenas llega al doble si contamos las dos fuerzas del cambio, con el 4% de MP/Compr., que asciende ligeramente, con un trasvase de 1,7 puntos, aunque todavía está muy lejos de UP (con sus convergencias), que casi la triplica…

Como se ve según en la tabla adjunta, los datos de este estudio demoscópico, que coinciden con otras encuestas privadas, no pueden ser más dispares con los del CIS. Son similares los de MP/Compr. y CS, pero a las izquierdas le da casi nueve puntos menos (siete al PSOE y 1,5 a UP), con un total de 38,9% (133 escaños) y se los da a las derechas, con una suma del 47,3% (175), a falta de un escaño para la mayoría absoluta. Son evidentes el frenesí de la dirección del Partido Popular, que se reafirma en su estrategia destructiva y de bloqueo, y la preocupación del Gobierno progresista, con su plan de relanzamiento tras la remodelación del Gabinete. Veremos su desarrollo.

Dejo aquí esta prospectiva electoral. Las diferencias demoscópicas son grandes, queda mucho trecho, las espadas están levantadas y, como decía, va a ser decisiva la gestión de esta nueva etapa por todas las partes implicadas, incluido el nivel de activación pública y legitimidad social ante la agenda socioeconómica, democrática (incluido el conflicto catalán) y sanitaria. Desde el punto de vista analítico solo nos queda seguir con rigor los hechos objetivos que condicionan las actitudes sociales y las pertenencias colectivas.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/51571/tendencias-electorales-las-espadas-estan-en-alto/

Ambivalencia de las identidades. Antonio Antón, en Rebelión (17/08/2021)

Destaco varios párrafos sobre el debate de este tema de importancia y actualidad:

“El tema de las identidades ha cobrado una nueva relevancia, con nuevas formas y lenguajes, por las grandes transformaciones de las viejas identidades y la reconfiguración de otras nuevas. Se produce en el marco de la pugna sociopolítica y cultural por la prevalencia hegemónica de unos grupos sociales, con su estatus y privilegios de poder, frente a otros emergentes. En particular, se trata de la pugna representativa y de legitimidad entre élites tradicionales y nuevos liderazgos, así como en qué sentido hay una renovación y fortalecimiento de las fuerzas progresistas o de izquierdas frente a la involución conservadora que se reafirma en sus propios procesos identitarios.

La cuestión es que esos procesos de identificación sociopolítica (nacionales, étnicos-culturales, de clase social, sexo…) son diversos y ambivalentes (reaccionarios y progresistas, machistas y feministas…), así como más o menos densos o fluidos e integradores o excluyentes. Por tanto, no todas las identidades colectivas son iguales y hay que analizarlas según su papel específico en un contexto determinado y desde referencias universalistas de una ciudadanía libre e igual o la ética de los derechos humanos.

El vivo debate suscitado en torno a la novela ‘Feria’, de Ana Iris Simón, es sintomático del entrecruzamiento de las distintas identificaciones y su contradictorio sentido sociopolítico y cultural. Es muy variada la interrelación de tendencias y movimientos sociales, así como de identidades, pertenencias colectivas, autopercepción ideológica o perfiles sociopolíticos a la hora de conformar sujetos transformadores. En dos recientes artículos en Rebelión he expuesto una aproximación: Carácter de las identidades y Hacia un espacio feminista, ecologista y de izquierdas.

Aquí complemento la reflexión con unos comentarios a raíz de una aportación del sociólogo Jorge Lago, Identidad y reacción, que tiene interés para debatir. Su contenido critica a lo que denomina vieja izquierda esencialista y cierta fragmentación posmoderna y defiende un sujeto superador de ambas tendencias, aunque no evalúa la versión socioliberal. Expongo algunos problemas y valoraciones desde la sociología crítica…

Por tanto, junto con aportaciones interesantes, ese texto mantiene otras posiciones idealistas, con la preponderancia del ‘horizonte’ para crear fuerza política, similares al discurso voluntarista del populismo de Laclau, inadecuado para forjar un sujeto emancipador, con fuertes pertenencias colectivas progresivas. Al rechazar a las identidades colectivas, tachadas de reaccionarias, se queda sin las energías sociales necesarias que implementen una dinámica transformadora. Su alternativa de crear un horizonte, como proyecto discursivo, es insuficiente. Bienvenido sea el debate teórico para clarificar el proceso de conformación unitaria de las fuerzas del cambio, con un enfoque más realista y crítico.”

Referencia web: https://rebelion.org/ambivalencia-de-las-identidades/

Referencia web de la versión original en Nueva Tribuna (30/07/2021): https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/ambivalencia-identidades/20210730105530189879.html

Identificaciones ideológicas de los electorados. Antonio Antón, en Público (17/08/2021)

Analizo diversos datos de interés, proporcionados por el Barómetro de julio del CIS, que informan de las identificaciones ideológicas de los respectivos electorados, en el eje Izquierda / Derecha y, en el marco de la nueva etapa política, pueden dar pistas sobre su comportamiento electoral. Selecciono varios párrafos sobre lo común y lo complementario de los electorados de izquierdas:

“Por último, en el gráfico sobre la autoubicación ideológica de los electorados de las tres fuerzas progresistas, detallo su distribución por cada uno de los segmentos de 1 (Izquierda) a 10 (Derecha). Varios rasgos hay que destacar. 

Primero, las tres formaciones representan a un electorado muy mayoritario de izquierdas. Al PSOE le apoyan una media del 7% de los segmentos ideológicos de derechas, y a las dos fuerzas del cambio, apenas unas décimas. En el segmento de centro no llegan a sumar la cuarta parte, con una proporción significativa del PSOE y muy poca de las otras dos…

Segundo, comparando el PSOE con la suma de ambas fuerzas del cambio, la representatividad socialista adquiere mucha ventaja en el segmento 4 (izquierda moderada) con una relación de tres a uno (45,6% / 12,5%) y, al contrario, en el segmento 2 (izquierda transformadora) las fuerzas del cambio (40,1%) sobrepasan ampliamente la representatividad socialista (32,6%), con una proporción intermedia en el segmento 3 (izquierda transformadora). Lo curioso, que ya se notaba en el estudio de las elecciones de 2019, es que entre la gente identificada como de izquierda radical (segmento 1), casi el 10% del total, la mayoría se inclina por el PSOE (36,5% / 29,5%). O sea, contra lo que pareciera por la imagen partidista respectiva, el Partido Socialista (el sanchismo) ha conseguido una fuerte representatividad en ese segmento, disputándole la mayoría de este a ambas fuerzas del cambio. Significa que esos distintos segmentos pueden convivir bajo el mismo paraguas partidista y que aparte de esta dimensión ideológica hay otras variables que explican el voto…

Tercero, la relación entre los electorados de UP/ECP y MP-Comprom. muestra el rasgo común de su pertenencia a las izquierdas, más del 90% de sus respectivos electorados se definen así, complementado con un fuerte progresismo ecologista y feminista. Eso permite una alta compatibilidad ideológica de las bases sociales de ambas formaciones para conforman un espacio unitario, aunque haya un pequeño sesgo representativo: muy igualado entre la izquierda moderada, diferencia significativa en la izquierda transformadora y muy relevante en la izquierda radical.

Como decía antes, a pesar de cierto crecimiento de MP/Comprom. y relativo debilitamiento de UP/ECP, las diferencias de uno a tres son sustanciales, se mantienen y su traducción a escaños (según KEY DATA) sería de 6 a 21, con perjuicio para ambos yendo separados, y con la reducción institucional de los primeros, prácticamente, al ámbito de dos territorios, Madrid y País Valenciano. Esa división de candidaturas les penalizaría para las elecciones generales que es donde hay una mayor constricción para traducir los votos en escaños por la ley electoral, al menos en 46 provincias.

Por tanto, el reto que tienen ambos es cómo ensanchar el conjunto del espacio del cambio, diferenciado del Partido Socialista, al mismo tiempo que dar pasos en su colaboración para presentar una alternativa creíble y unitaria, particularmente, para las elecciones generales de 2023. A estos dos rasgos, compatibilidad y complementariedad de sus respectivas bases electorales y eficacia en su traducción parlamentaria, se añaden las dificultades y los beneficios de remontar las tensiones pasadas y articular sus respectivos perfiles políticos y legítimos intereses partidistas desde el respeto a la pluralidad, liderazgos compartidos y formas de entendimiento democráticas y cooperativas. Pero sobre ello habrá que volver con detenimiento.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/51462/identificaciones-ideologicas-de-los-electorados/

Nueva etapa. Antonio Antón, en Público (14/08/2021)

Trato las características e interrogantes de esta nueva etapa de la segunda mitad de la legislatura, con la necesaria agenda socioeconómica, democrática y sanitaria y con las expectativas de los reequilibrios de poder y de proyectos en las próximas elecciones generales que profundizaré en una segunda parte. Selecciono varios párrafos:

“No hemos llegado a mitad de la legislatura. Está lejos el horizonte de las elecciones generales. Pero esta nueva etapa es decisiva para consolidar la dinámica del cambio de progreso y garantizar su continuidad y refuerzo en la próxima legislatura. Aunque el Gobierno de coalición entre Partido Socialista y Unidas Podemos y sus confluencias no tiene mayoría parlamentaria, hay una mayoría relativamente sólida de acuerdo de legislatura, apoyo a los presupuestos y estabilidad gubernamental, en el que son importantes la colaboración de los nacionalismos periféricos, en particular ERC y PNV. En pugna por su prevalencia entre las derechas, toda la estrategia del Partido Popular, en colaboración con VOX y Ciudadanos, para dividir y hacer caer al Ejecutivo y adelantar las elecciones generales ha fracasado.

Tras la fase más dura de la crisis sanitaria y socioeconómica derivada de la pandemia, habiendo desplegado un amplio escudo social y frenado la estrategia de bloqueo y crispación de las derechas, el Gobierno progresista y el bloque de la investidura comienzan otra etapa con nuevos retos: la recuperación económica de la mano de los planes y la financiación europea; la culminación de la ambiciosa agenda social frente a la aguda crisis socioeconómica, y el encauzamiento de la cuestión catalana y la crisis territorial. La reciente remodelación del Gabinete expresa su voluntad de avanzar en esos retos y aspira a agotar la legislatura hasta finales de 2023 (o primeros del 2024), con la tarea de consolidar la victoria del bloque progresista en esas elecciones generales y asegurar el cambio de progreso en la siguiente legislatura.

Aparecen tres dilemas relevantes a dilucidar: ¿Tiene suficiente consistencia el proyecto y las fuerzas progresistas, representado por el actual sistema de alianzas, para liderar otra legislatura y profundizar en su agenda reformadora, frente al supuesto avance electoral de las derechas pero aisladas del bloque nacionalista? Aparte de la pugna en las derechas, con la probable absorción de Ciudadanos por parte del Partido Popular y la persistencia de VOX, con la correspondiente derechización de ambos ¿se va a modificar el mapa de las izquierdas con una recomposición de sus equilibrios estratégicos y representativos, con mayor o menor prevalencia del Partido Socialista, y las inclinaciones centristas de un sector del mismo, respecto del espacio del cambio, con una agenda firme de progreso?. ¿Va a avanzar un proceso colaborativo y confluyente entre las fuerzas del cambio (Unidas Podemos junto con En Comú Podem y Galicia en Común, con Más País-Compromís, así como con otros sectores diferenciados del PSOE), que no solo permita ampliar el campo electoral común y su reflejo institucional sino promover una mayor activación cívica?”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/51402/nueva-etapa/

Carácter de las identidades. Antonio Antón, en Rebelión (6/08/2021)

Vuelvo sobre este tema candente. Destaco varios párrafos:

“En un libro reciente, Identidades feministas y teoría crítica, valoro diversas aportaciones teóricas sobre el carácter de las identidades. Aquí parto de esa evaluación crítica y sintetizo el marco teórico de esta interacción entre procesos identificadores y formación de los sujetos en un plano más general, y priorizo el análisis de la conformación de identidades colectivas de carácter sociopolítico progresivo. No entro en las dinámicas identitarias como expresión de los rasgos sociodemográficos, étnicos y culturales de la gran variedad de grupos sociales y su contradictorio significado. Me centro en el comportamiento, en la experiencia relacional y procesual de un actor o agente activo con el objetivo de superar la realidad de subordinación y con una finalidad transformadora, igualitaria emancipadora. A través de la activación cívica se conforma la identidad colectiva y se configura un sujeto colectivo transformador, en interacción y convergencia en un proceso progresivo más global…

Las personas no se pueden separar de su vínculo social, son relacionales. La identidad colectiva expresa las características vitales comunes y su reconocimiento público. La pertenencia e identificación a un movimiento social, como el feminismo, implica participación y cooperación, compartir experiencias y apoyo mutuo, no solo ideas. Esa práctica social solidaria es el componente clave para formar un sujeto social, particularmente progresista. Las capas subordinadas, a diferencia de las capas poderosas o privilegiadas, no se asientan en el dominio o control de significativas estructuras económicas e institucionales; necesitan de su participación democrática como mayorías sociales subalternas que expresan una fuerza social transformadora. Su acción colectiva y su subjetividad, su activación cívica, son la base de su formación como sujeto activo. La identidad colectiva se transforma en sujeto social. Sin identificación no hay proceso de emancipación colectiva.

La pertenencia a la humanidad es insuficiente para explicar las relaciones sociales y su vinculación con distintas pertenencias grupales y sus condiciones específicas. Por tanto, no tenerlas en cuenta es un ejercicio de escapismo de la realidad social, de impotencia para comprenderla y transformarla. Es caer en el idealismo discursivo inoperativo, de sobrevalorar la función constructiva de realidad sociopolítica a través de la difusión de ideas abstractas sin encarnar en una dinámica social concreta. O bien, permanecer en la adaptación acrítica respecto de los respectivos grupos de poder que imponen su particular visión e identificación de forma hegemónica, o sea, con apariencia universalista cuando son particularistas.

La divulgación programática o la difusión de horizontes de cambio es insuficiente para conformar un sujeto colectivo transformador de carácter progresivo. Su articulación no la genera el discurso, sino que deriva de la acción práctica igualitaria-emancipadora frente a las realidades concretas de subordinación y discriminación, en la que evidentemente influye la subjetividad. Esa experiencia común solidaria, convenientemente interpretada y orientada, es la que genera identificaciones compartidas y procesos superadores de la fragmentación grupal en torno a una dinámica unitaria y un proyecto conjunto.”

Referencia web original: https://rebelion.org/caracter-de-las-identidades/

Ambivalencia de las identidades. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (30/07/2021)

Desarrollo el debate de este tema de importancia y actualidad. Destaco varios párrafos:

“El tema de las identidades ha cobrado una nueva relevancia, con nuevas formas y lenguajes, por las grandes transformaciones de las viejas identidades y la reconfiguración de otras nuevas. Se produce en el marco de la pugna sociopolítica y cultural por la prevalencia hegemónica de unos grupos sociales, con su estatus y privilegios de poder, frente a otros emergentes. En particular, se trata de la pugna representativa y de legitimidad entre élites tradicionales y nuevos liderazgos, así como en qué sentido hay una renovación y fortalecimiento de las fuerzas progresistas o de izquierdas frente a la involución conservadora que se reafirma en sus propios procesos identitarios.

La cuestión es que esos procesos de identificación sociopolítica (nacionales, étnicos-culturales, de clase social, sexo…) son diversos y ambivalentes (reaccionarios y progresistas, machistas y feministas…), así como más o menos densos o fluidos e integradores o excluyentes. Por tanto, no todas las identidades colectivas son iguales y hay que analizarlas según su papel específico en un contexto determinado y desde referencias universalistas de una ciudadanía libre e igual o la ética de los derechos humanos.

El vivo debate suscitado en torno a la novela ‘Feria’, de Ana Iris Simón, es sintomático del entrecruzamiento de las distintas identificaciones y su contradictorio sentido sociopolítico y cultural. Es muy variada la interrelación de tendencias y movimientos sociales, así como de identidades, pertenencias colectivas, autopercepción ideológica o perfiles sociopolíticos a la hora de conformar sujetos transformadores. En tres recientes artículos en Nueva Tribuna he expuesto una aproximación: 'Ciudadanía e identidades', 'Una izquierda nueva y transformadora' y 'Una izquierda feminista y ecologista'.

Aquí complemento la reflexión con unos comentarios a raíz de una aportación del sociólogo Jorge Lago, Identidad y reacción, que tiene interés para debatir. Su contenido critica a lo que denomina vieja izquierda esencialista y cierta fragmentación posmoderna y defiende un sujeto superador de ambas tendencias, aunque no evalúa la versión socioliberal. Expongo algunos problemas y valoraciones desde la sociología crítica…

Por tanto, junto con aportaciones interesantes, ese texto mantiene otras posiciones idealistas, con la preponderancia del ‘horizonte’ para crear fuerza política, similares al discurso voluntarista del populismo de Laclau, inadecuado para forjar un sujeto emancipador, con fuertes pertenencias colectivas progresivas. Al rechazar a las identidades colectivas, tachadas de reaccionarias, se queda sin las energías sociales necesarias que implementen una dinámica transformadora. Su alternativa de crear un horizonte, como proyecto discursivo, es insuficiente. Bienvenido sea el debate teórico para clarificar el proceso de conformación unitaria de las fuerzas del cambio, con un enfoque más realista y crítico.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/opinion/antonio-anton/ambivalencia-identidades/20210730105530189879.html

Cuarta ola feminista. Antonio Antón, en Público (25/07/2021)

Expongo el contexto y la relevancia de esta cuarta ola feminista, primera parte de la comunicación “Desventajas de género y nueva ola feminista” al Simposio de la Federación Española de Sociología y el encuentro del Comité de Investigación de Sociología del Género (julio de 2021). Transcribo varios párrafos:

“Los fundamentos de la subordinación femenina están claros: gravedad de las desigualdades sociales, laborales y de estatus, con desventaja para las mujeres; persistencia de la violencia y las coacciones machistas, con mayor dependencia e inseguridad para ellas; insuficiente reconocimiento de las libertades para desarrollar las distintas opciones vitales, sexuales o de género. Constituyen los tres ejes fundamentales expresados en la actual ola feminista: por la igualdad social, económico-laboral y relacional o de estatus de las mujeres; contra la presión y las agresiones machistas, y por la emancipación y la capacidad de decisión sobre sus trayectorias y preferencias personales.

Los contextos sociopolítico-cultural y económico-laboral están bien definidos. Primero, amplio y duradero descontento feminista y popular, convertido en activación cívica masiva a partir de 2018 y, especialmente, entre las mujeres jóvenes que han profundizado su identificación feminista. Todo ello como respuesta cívica y solidaria ante la incapacidad de las élites gobernantes y las principales políticas institucionales para superar esas lacras, sobre todo durante el Gobierno anterior del Partido Popular de M. Rajoy.

Pero también, por las insuficiencias de la normativa, la gestión y el entramado institucional impulsados en la época anterior por el Ejecutivo socialista de R. Zapatero. Así, la Ley de igualdad y la Ley contra la violencia machista, desde hace quince años, tuvieron un efecto inicial positivo de sensibilización feminista, pero han sido incapaces de garantizar un cambio real en esas condiciones de subordinación y desventaja de las mujeres, quedando en el formalismo retórico, con ausencia de políticas preventivas y sustantivas, y el punitivismo contraproducente. Sus procesos legitimadores se han agotado y exigen un nuevo impulso transformador.

Al mismo tiempo, desde el reaccionarismo ultraconservador aparecen nuevos riesgos de involución sociocultural respecto de la relativa posición social igualitaria conseguida, así como nuevas desventajas derivadas del sobreesfuerzo exigido a las mujeres en el ámbito laboral y de los cuidados en la actual crisis sanitaria, socioeconómica y de fragilidad de los servicios públicos. Esas reacciones se producen, precisamente, ante los amplios avances democrático-igualitarios en las relaciones interpersonales y las mentalidades, así como ante las nuevas exigencias de un cambio real y sustantivo por la igualdad y la libertad de las mujeres, reforzado por un amplio campo progresista. El choque de expectativas, principalmente entre las jóvenes, desde una cultura democrática e igualitaria y con dinámicas reales desventajosas es evidente. Es la base del malestar, la indignación y la activación feminista.

Este marco sociopolítico y de legitimidad de la acción cívica feminista, está conectado con el empeoramiento del contexto socioeconómico y la precarización del empleo esta década por las crisis socioeconómicas y las políticas de recortes sociales, laborales y servicios públicos, que han debilitado la protección social pública y el empleo decente, ahora agravados por la crisis sanitaria. Ello genera un incremento del sobreesfuerzo femenino en la gestión de los cuidados y la reproducción vital, así como mayores consecuencias negativas en el ámbito laboral-profesional, sus condiciones de vida y su estatus público, lo que ha perjudicado especialmente a las mujeres de las capas populares y, particularmente, a las jóvenes con mayor incertidumbre para sus proyectos vitales. Es hora de un impulso transformador y unitario de la nueva agenda feminista por la igualdad de género.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/51066/cuarta-ola-feminista/

El 4M según el CIS: Percepción, realidad y expectativas. Antonio Antón, en Público (12/07/2021) y Rebelión (24/07/2021)

Analizo los resultados del 4M en la CAM, en particular, dos aspectos: 1) la percepción, la realidad y las expectativas en el espacio del cambio y 2) a dónde va el descenso del electorado del PSOE, así como sus implicaciones en el marco estatal. Selecciono varios párrafos:

“Los resultados de las elecciones autonómicas de Madrid, del pasado 4 de mayo, están claros: Por un lado, el éxito del Partido Popular de Ayuso, la debacle de Ciudadanos y la persistencia de VOX; por otro lado, el refuerzo del espacio del cambio, Más Madrid y Unidas Podemos, que aunque supera ampliamente al Partido Socialista, que sufre un gran fiasco, no logra compensar su descenso y conlleva el fracaso de una alternativa gubernamental de izquierdas…

Me centro en dos aspectos analíticos que tienen trascendencia política y exigen un estudio riguroso. Están sometidos a diversas interpretaciones, ya que tienen importancia para el devenir de una alternativa progresista a las derechas: a) hacia dónde se ha ido el descenso del voto al Partido Socialista y cuál es su papel y su orientación renovadora, así como el impacto del marco estatal del Gobierno de coalición; b) cuál es la dimensión del voto del espacio del cambio de progreso, Más Madrid y Unidas Podemos, con las particularidades de su crecimiento, procedencia e interacción para plasmar de forma realista una dinámica colaborativa…

En definitiva, lo destacable es que el espacio del cambio, sumadas ambas fuerzas (Más Madrid y Unidas Podemos) que han crecido, se ha reforzado con más del 24% de representatividad electoral (17% + 7,2%), y ha desbordado al propio Partido Socialista, que no llega al 17%, como principal dinámica progresista o de izquierdas. El reto, particularmente en el ámbito estatal, es promover una colaboración en el próximo ciclo electoral de autonómicas, municipales y generales del año 2023, pero para ello conviene partir de un diagnóstico realista y compartido de la representatividad de cada cual y de sus expectativas de acuerdo con su particular perfil político…

Su desafío es la consolidación del acuerdo progresista del gobierno de coalición. Daría credibilidad a la dinámica reformadora de progreso para la vida de la mayoría social, con un freno a las derechas, y encarrilaría la segunda fase de la legislatura con el objetivo de ganar las próximas elecciones generales con un proyecto de país compartido con el bloque de la investidura. La experiencia madrileña habría servido para impulsar ese cambio.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/50575/el-4m-segun-el-cis-percepcion-realidad-y-expectativas/

Activación feminista frente a desventajas de género. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (13/07/2021)

Expongo sintéticamente el contexto, los conceptos principales y la conclusión desarrollados en una Comunicación al Simposio de la Federación Española de Sociología, línea temática “Estructura y desigualdad social, procesos de exclusión y grupos sociales”, 12 de julio de 2021.

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/activacion-feminista-frente-desventajas-genero/20210712191826189371.html

Hacia un espacio feminista, ecologista y de izquierdas. Antonio Antón, en Rebelión (2/07/2021)

En un artículo reciente Izquierdas y guerras culturales he abordado la emergencia de los nuevos movimientos sociales y las controversias culturales para la renovación y/o superación de las izquierdas. Ahora me centro en la configuración de una nueva dinámica sociopolítica diferenciada de la socialdemocracia dominante, así como en las características de los tres componentes fundamentales, aparte de la plurinacionalidad y la democratización, que tiene este nuevo proceso en el campo social progresivo, feminista, ecologista y social, y su articulación en un espacio político transformador.

Referencia web original: https://rebelion.org/hacia-un-espacio-feminista-ecologista-y-de-izquierdas/

Desventajas de género y nueva ola feminista. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 203 (julio)

Comunicación al Encuentro Intercongresual del Comité de Investigación de Sociología del Género, julio de 2021, de la que extraigo varios párrafos:

“En los últimos años, el principal proceso de movilización social progresista ha sido el feminista, dentro de un marco más amplio de cambio social y político-electoral. Se produce en un contexto de agravamiento de la situación de desigualdad y dominación de las mujeres y, específicamente, ante un crecimiento de la conciencia de su injusticia y un deterioro de las mentalidades machistas y conservadoras.

La crisis sanitaria y socioeconómica derivada de la pandemia, añadida a los efectos de la crisis social y económica iniciada en 2008, ha agudizado esas desventajas de las mujeres en un triple sentido: un mayor el sobreesfuerzo en la función de cuidados y garantía en la reproducción social y de la vida; un mayor impacto de paro y precarización en sus empleos, y una mayor desigualdad percibida como injusta en su estatus social y vital. Por otro lado, persiste el bloqueo institucional a las mejoras en ese campo, sobre todo por los Gobiernos anteriores del Partido Popular cuyas políticas han perdido legitimidad social. Tras quince años de limitada y contraproducente gestión institucional, centrada en la inacción trasformadora, preventiva y de recursos prácticos, el desvío punitivista y la reacción puritana, se ha percibido la impotencia institucional y de esas políticas.

Se ha reforzado la agenda feminista para hacer frente a la nueva dimensión de las desventajas de las mujeres, en términos de desigualdad y prepotencia machista, sin suficiente protección pública, así como de todas las personas discriminadas por la desigualdad de género y entre los géneros o por su opción sexual. Todo ello ha consolidado la necesidad de la presión movilizadora feminista para promover un cambio sustantivo y real, la llamada cuarta ola, junto con la emergencia de nuevas tendencias y élites feministas…

En conclusión, la identidad feminista es positiva y legítima no solo porque expresa un compromiso liberador de un grupo social discriminado sino porque está inscrita en un proceso igualitario-liberador de la humanidad. La activación feminista se enlaza con la articulación más amplia y compleja de un campo sociopolítico y cultural de progreso. La pertenencia al feminismo la da la interacción social frente al machismo como orden estructural, el comportamiento personal y colectivo frente a la desigualdad de género, reforzada por una subjetividad emancipadora. En ese sentido, hay que fortalecerla, no diluirla.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-203/ensayo/desventajas-de-genero-y-nueva-ola-feminista

Una izquierda feminista y ecologista. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (28/06/2021)

Transcribo un extracto:

“En la primera parte de este estudio, Una izquierda nueva y transformadora, he explicado la configuración de una nueva dinámica sociopolítica diferenciada de la socialdemocracia dominante y he abordado su relación con las llamadas guerras culturales y la emergencia de los nuevos movimientos sociales. En esta segunda parte me centro en las características y la combinación de los tres componentes fundamentales, aparte de la plurinacionalidad y la democratización, que tiene este nuevo proceso en el campo social progresivo y el espacio político transformador: feminista, ecologista y social…

Pero según los datos del CIS sobre las recientes elecciones en la Comunidad de Madrid, tenemos los siguientes resultados del adjunto gráfico sobre la autoubicación ideológica del electorado en el eje izquierda/derecha (en la escala hasta 1-10); selecciono las tres principales fuerzas progresistas, Partido Socialista, Unidas Podemos y Más Madrid, de especial relevancia en esta región.

En esta escala el centro puro es 5,5; es decir, se considera izquierda los segmentos que hay por debajo de ese punto y derecha los que están por encima. Así, acumulados los cinco primeros (1 a 5) la suma de la identificación de izquierda es: PSOE, 89,6%; MM, 96,6%, y UP, 97%. Pero, incluso, si no contamos el segmento cinco del llamado centroizquierda (o izquierda moderada), tenemos que el sentido nítido de pertenencia a la izquierda sigue siendo ampliamente mayoritario en sus electorados respectivos: 70,9%; 85,2%, y 92,8%.

Significa dos cosas, especialmente en las dos fuerzas del cambio de progreso. Una, en sus electorados no hay apenas transversalidad ideológica; se definen claramente en este eje político-ideológico por su identificación de izquierdas, y apenas tienen electorado de centro derecha (7,5%, 2,9% y 2,3%), con un escaso No sabe/No contesta (3%, 0,6% y 0,7%.). Dos, esa pertenencia de izquierdas la hacen compatible con una actitud feminista, ecologista y progresista, en una combinación mixta.

Por tanto, esos electorados tienen un perfil sociopolítico múltiple, que he definido como violeta, verde y rojo. Dicho de otra forma, esos tres rasgos son complementarios en una izquierda nueva y transformadora, aunque tengan sus dinámicas específicas y sus equilibrios e intersecciones entre ellas en el plano social, o bien, distintas prioridades en su combinación y su representación en el plano político e institucional.”

Referencia web original: https://nuevatribuna.publico.es/articulo/sociedad/izquierda-feminista-ecologista/20210628161020189045.html

El espacio violeta, verde y rojo. Antonio Antón, en Público (25/06/2021)

Selecciono varios párrafos:

“Esos tres colores simbolizan tendencias sociopolíticas y culturales específicas de la población de carácter feminista y ecologista, con fuerte componente social, en lo que vengo llamando nuevo progresismo de izquierdas. Aunque tenga elementos transversales, ideológico-culturales y de composición sociodemográfica, ese espacio se diferencia del centrismo liberal, así como de la vieja izquierda economicista, está confrontado a las inercias conservadoras y de derechas y tiene unos rasgos democráticos y populares. Su combinación expresa un campo sociopolítico diferenciado de la socialdemocracia, y supone una renovación y superación de las izquierdas tradicionales. Se trata de una nueva y pujante corriente sociocultural y/o político-electoral de carácter progresivo y democrático…

O sea, la gran mayoría de las personas autodefinidas ecologistas o feministas se identifican con las izquierdas, siendo compatible y mayoritaria la triple pertenencia, particularmente en UP. Sin embargo, hay personas de ambos grupos, violeta y verde, que se autoubican en el centro liberal (incluso en el neoliberalismo), al igual que ante el conflicto socioeconómico en que algunos segmentos prefieren la tercera vía socioliberal o centrista (rosa, mejor que rojo). Ello significa que la actitud feminista y medioambientalista, así como la demanda socioeconómica, solo es parcialmente transversal en el eje izquierda/derecha, y que en el sentido sociopolítico e ideológico, especialmente la gente joven, mayoritariamente participan de esa amplia corriente multidimensional del nuevo progresismo de izquierdas…

Para explicar las tendencias sociopolíticas de fondo conviene diferenciar también dos planos del nivel de implicación en la acción colectiva: uno, el de la participación activa con cierto sentido de pertenencia a un movimiento social, con sus repertorios de acción, sus objetivos y sus referencias expresivas y representativas, incluido la vinculación con el amplio y fragmentado tejido asociativo y de voluntariado social; dos, la vinculación con sectores más amplios que legitiman y avalan a ese sector activo, pero sin una involucración directa en los procesos de movilización social y con una definición partidista más abierta y ambivalente…

El espacio político-electoral violeta, verde y rojo, con su carácter transformador de las relaciones sociales y no solo cultural, se fue reafirmando en ese primer lustro de experiencia cívica y democrática a gran escala…

Nos encontramos con la actual fase de perplejidad y búsqueda de alternativas de recomposición y refuerzo de ese espacio en los dos planos: en el ámbito sociopolítico y cultural, con la correspondiente activación cívica y sindical, y en el de la articulación de la representación político-institucional. La reflexión es doble, porque la solución viene del acierto y la interacción de ambas dinámicas.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/50281/el-espacio-violeta-verde-y-rojo/

Una izquierda nueva y transformadora. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (22/06/2021)

Transcribo un extracto de la introducción:

“Aunque hay precedentes históricos, podemos situar la emergencia de una nueva izquierda social en los años sesenta y setenta del pasado siglo (mayo francés -1968-, otoño caliente italiano -1969-, transición democrática en España, pacifismo estadounidense…), con los llamados nuevos movimientos sociales (feministas y ecologistas, pero también pacifistas, antirracistas o de solidaridad internacional…) y el impulso o readecuación de los viejos movimientos populares (sindicales, vecinales…), ambos tipos con una significativa renovación cultural y democrática.

Sus trayectorias tienen sus altibajos en las décadas siguientes, hasta el nuevo proceso de protesta social, conocido simbólicamente como movimiento 15-M (2010/2014), con el desarrollo de la activación cívica masiva por la democratización y la justicia social, o sea, frente a las políticas de austeridad y recortes sociales y laborales y las dinámicas prepotentes de las élites gobernantes en la gestión de la crisis socioeconómica e institucional en esos años.

La expresión pública de ese gran proceso de protesta cívica tuvo dos niveles de implicación. Un sector activo de varios millones, con la particularidad de su persistencia y su firmeza reivindicativa, con claridad sobre los adversarios (los poderosos o poder establecido, donde se incluyó al gobierno socialista de Zapatero) y diferenciado del campo propio (la gente popular, los de abajo). Así mismo, demostró su creatividad expresiva en torno a esas ideas fuerza, de más democracia y justicia social. Y obtuvo un nivel muy alto de legitimidad (entre el 60% y el 80%) a su indignación y sus demandas básicas contra la gestión institucional regresiva y por la exigencia de cambios democráticos y sociales reales.

La experiencia de la acción popular progresiva en ese lustro de 2010/2014 tenía tres características: adversarios poderosos claros pero con una gestión antisocial y poco democrática que les restaba credibilidad popular; amplios procesos participativos, con gran cobertura de legitimidad ciudadana de sus objetivos transformadores, y una articulación asociativa de nuevos liderazgos sociales, sobre todo juveniles. Esa conjunción fue lo que conformó las bases sociales del espacio de cambio de progreso, transversal en su contenido reivindicativo y democrático. Se situaba claramente a la izquierda del aparato socialista que practicaba en ese momento el neoliberalismo prepotente con retórica de centrismo liberal, y solo con su fuerte desgaste electoral esos años ha iniciado cierta recomposición de la mano de un sanchismo más firme ante las derechas…

Por tanto, a todo este conglomerado político de fuerzas del cambio de progreso lo podemos llamar una izquierda nueva y transformadora, vinculada a una amplia izquierda social o campo progresista, aunque es distinta a otras expresiones históricas de nueva izquierda. En ese sentido, hay que admitir la necesidad de la ‘resignificación’ de la izquierda (Chantal Mouffe), aunque no desde el idealismo discursivo sino desde el realismo crítico y un enfoque sociohistórico. Además, se debe diferenciar de las tendencias centristas o de tercera vía dominantes en la socialdemocracia europea y, sobre todo, reformular sus características ante la nueva etapa histórica en la que hemos entrado, partiendo de la multidimensional experiencia popular (E. P. Thompson).

Así, en la primera parte, explico la vinculación entre las izquierdas y las guerras culturales y, en la segunda parte, analizaré la conformación del espacio violeta, verde y rojo y la combinación de esos procesos e identificaciones para la configuración unitaria de las fuerzas del cambio de progreso.”

Referencia web original: https://nuevatribuna.publico.es/articulo/sociedad/izquierda-nueva-transformadora/20210622115632188871.html

Izquierdas y guerras culturales. Antonio Antón, en Público (7/06/2021)

A raíz de un artículo de Sánchez-Cuenca, explico el carácter de las izquierdas y la falta de rigor de la dicotomía materialista/postmaterialista para interpretar los nuevos y viejos movimientos sociales y la actual pugna sociopolítica y cultural. Transcribo la primera parte:

"El tema del carácter de las izquierdas y sus guerras culturales es importante y vuelve a estar de actualidad. Está originado por su situación de crisis, su fragmentación y su desconcierto estratégico, así como por la disparidad de sus interpretaciones.

Una aproximación con muchas ideas interesantes es la Ignacio Sánchez-Cuenca (Las guerras culturales de la izquierda), uno de los sociólogos más significativos en España. Parto de ese diagnóstico común para avanzar en lo que considero más sustantivo: en qué sentido se debe promover su renovación para hacer frente a los retos del presente y futuro; por un lado, qué rasgos son válidos y necesitan una simple adecuación y, por otro lado, qué componentes son problemáticos y hay que superarlos.

Hay una primera dificultad sobre el propio concepto y expresión de izquierda. Sintéticamente, es un campo sociopolítico con varios criterios normativos y valores: relevancia de la igualdad social, garantía de la protección social y el Estado de bienestar, regulación del mercado con importancia de lo público, defensa de la democracia, las libertades y el pluralismo, solidaridad popular. Esos ejes, compartidos en la tradición de las izquierdas democráticas (socialdemócratas y eurocomunistas), no son exclusivos de las izquierdas ni todas han sido respetuosas con ellos, por ejemplo, existen prácticas burocrático-antipluralistas. Además cabe citar tres rasgos controvertidos en el encaje de estas corrientes que, aunque antiguas, han ido adquiriendo una nueva relevancia en la pugna social y cultural con distintas sensibilidades: la igualdad de género, la conciencia ecologista y la actitud antirracista y de solidaridad internacional.

A partir de esta posición básica compartida, me permito hacer unas observaciones con ánimo constructivo sobre varios problemas analíticos y de enfoque, algunos vinculados a errores interpretativos de las ciencias sociales dominantes desde los años sesenta y setenta. Me refiero a la clasificación dicotómica de tendencias y valores materialistas y postmaterialistas, derivado de la sociología anglosajona o, en la tradición francesa, la polarización entre posiciones estructuralistas y posestructuralistas (o posmodernas). Solamente cito a un sociólogo prestigioso, el francés Alain Touraine, cuyos límites interpretativos, en el marco de la crisis social actual, señalan el techo de la sociología convencional, tal como explico en el libro Movimiento popular y cambio político. Nuevos discursos (2015).

Primero, ¿por qué se asocia al movimiento ecologista, el antirracista o el feminista como culturales o postmaterialistas? Su acción colectiva se fundamenta, en el caso del primero, en transformar las estructuras productivas, vitales y de consumo que amenazan la sostenibilidad (física y material, incluido su habitabilidad) del planeta y, en el caso de los otros dos, en la desigualdad de estatus derivada de la raza o grupo étnico y del género, o sea, combaten las desventajas relacionales, distributivas y de poder de las mujeres y grupos subordinados. Por no citar otros problemas de actualidad vinculados a la ‘seguridad social’, como las demandas sobre la vivienda, la protección pública, la sanidad, la educación, lo laboral (paro/ERTES/precariedad), la fiscalidad y las pensiones.

En todos ellos se combina lo distributivo y la seguridad vital con la cultura (popular) de la justicia social y el deseo de un estilo de vida libre y decente. Existe una interacción ‘social’ entre lo material y lo cultural de la gente, y la ‘agencia’ es fundamental.

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/49732/izquierdas-y-guerras-culturales/

Se publica en Rebelión (10/06/2021): https://rebelion.org/izquierdas-y-guerras-culturales/

Ciudadanía e identidades. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (29/05/2021)

“La identidad feminista es positiva y legítima no solo porque expresa un compromiso emancipador de un grupo social discriminado sino porque está inscrita en un proceso igualitario-liberador de la humanidad, en una ciudadanía universal con personas iguales y libres. La activación feminista se enlaza con la articulación más amplia y compleja de un campo sociopolítico y cultural de progreso. La pertenencia al feminismo la da la interacción social frente al machismo como orden estructural, el comportamiento personal y colectivo frente a la desigualdad de género, reforzada por una subjetividad emancipadora.

En ese sentido, hay que fortalecerla, no diluirla. La identidad feminista, como explico en mi libro Identidades feministas y teoría crítica, es fundamental para la transformación de la desigualdad de género y la conformación de personas libres e iguales. Pero para explicar su significado, es preciso enmarcarlo en el debate más general sobre el papel de las identidades y su vinculación con una dinámica global progresista.”

Referencia web original: https://nuevatribuna.publico.es/articulo/sociedad/sociologia-ciudadania-identidades-humanidad/20210528172904188141.html

Fortalecer la identidad feminista, no diluirla. Antonio Antón, en Público (27/05/2021)

Explico el carácter de las identidades y su evolución histórica y contextual, la relación entre identidad particular y ciudadanía universal, el sentido de la identificación como relación social y reconocimiento y la idea de que la identidad feminista es clave para el sujeto feminista transformador. Destaco varios párrafos finales:

“Estos conceptos de pertenencia, identidad o sujeto tienen un carácter relacional y sociohistórico o procesual. El aspecto principal es el del comportamiento prolongado, las prácticas y vínculos sociales en relación con otros grupos sociales. En este caso, en la participación en los procesos igualitarios y de emancipación de la subordinación femenina y la discriminación derivada de la desigualdad de género.

O sea, se puede decir que para ser feminista no es imprescindible tener una identidad de género mujer (o varón o no binario), pero sí, valga la redundancia, ‘actuar’ de forma feminista, con criterios igualitario-emancipadores que es lo que define al feminismo. El feminismo es inclusivo de todas las personas participantes en ese proceso de liberación frente a la desigualdad de género y entre los géneros, por su superación como orden jerárquico discriminatorio. En ese sentido, es excluyente o crítico frente a comportamientos machistas; no es transversal sino dicotómico, enfrentado al machismo y el poder patriarcal-capitalista, aunque se produzcan situaciones intermedias.

La identidad, lo que somos, no deriva mecánicamente de nuestro sexo o las condiciones materiales, ni solo de nuestros deseos o proyectos. Quienes somos lo construimos a través de nuestra experiencia relacional, mediada por nuestra vivencia, interpretación y aspiraciones, y condicionado por nuestro estatus y las estructuras sociales y de poder. En ese sentido, tiene más que ver con lo que hacemos y con quién y cómo nos relacionamos; forma parte de la interacción humana, que genera reconocimiento y estatus diferenciados, base de la identificación personal y grupal.

Y como tal realidad, en la que se integran condiciones, relación social y subjetividad, de forma interactiva y procesual, las identidades, personales y grupales, pueden ser más o menos ambivalentes, abiertas, inclusivas, densas y múltiples y conectadas con el estatus y los derechos como ser humano. En el movimiento feminista y, en particular, en la presente ola feminista ha predominado la acción colectiva progresiva, contra la violencia machista, por la igualdad social y de género y por la libertad para decidir las propias trayectorias vitales.

Existen, aparte del sector permanente de activistas, diversos niveles de identificación con el feminismo: más del 80% de la población es partidaria de la igualdad entre mujeres y hombres; más de la mitad (casi dos tercios de mujeres y un tercio de los varones) tienen conciencia feminista, y varios millones, mayoría mujeres, han participado en las actividades y movilizaciones feministas que, en sentido estricto constituirían el movimiento feminista, en cuanto sujeto social activo legitimado por los dos niveles anteriores. Pues bien, esos procesos identificatorios y participativos tienen un contenido igualitario-emancipador y, aun con sus luces y sombras, rigideces e insuficiencias, son progresivos y beneficiosos para la sociedad.

En conclusión, la identidad feminista es positiva y legítima no solo porque expresa un compromiso liberador de un grupo social discriminado sino porque está inscrita en un proceso igualitario-liberador de la humanidad. La activación feminista se enlaza con la articulación más amplia y compleja de un campo sociopolítico y cultural de progreso. La pertenencia al feminismo la da la interacción social frente al machismo como orden estructural, el comportamiento personal y colectivo frente a la desigualdad de género, reforzada por una subjetividad emancipadora. En ese sentido, hay que fortalecerla, no diluirla.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/49430/fortalecer-la-identidad-feminista-no-diluirla/

La influencia del movimiento 15-M. Antonio Antón, en Público (20/05/2021)

Un balance sintético de su impacto sociopolítico como experiencia de la que aprender para abordar los retos venideros en esta década que comienza. Selecciono los párrafos finales:

“El amplio proceso de protesta social y cívica estuvo simbolizado por el movimiento 15-M, pero fue más variado. Como tal proceso de activación progresista masiva se agotó en el año 2014, aunque esa experiencia colectiva tuvo una influencia decisiva en la conformación de un campo sociopolítico diferenciado de la socialdemocracia. En el siguiente lustro, desde 2014/2015 hasta la actualidad, se produce una transformación cualitativa de los dos campos, el social y el político-electoral-institucional.

Por una parte, se debilita la activación cívica masiva y se agota ese proceso de movilización social, incluida la sindical (se produjeron tres huelgas generales en 2010 y 2012) y la de las mareas sectoriales (enseñanza, sanidad…). Aparte de algunas movilizaciones concretas como las de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) o la de los pensionistas, solo tiene una relativa continuidad en otro gran proceso singular de movilización progresista a partir de 2018: la cuarta ola feminista, contra la violencia machista, por la igualdad social y por la libertad para decir el propio proyecto vital, fortaleciendo los procesos de identificación feministas.

Por otra parte, se configuró el llamado espacio del cambio de progreso, en torno a Podemos y sus aliados, convergencias y candidaturas municipalistas, muchos de cuyos componentes, sobre todo jóvenes, se socializan en ese proceso participativo anterior. Así, junto con valores y mentalidades más democráticas, igualitarias y solidarias, se trasladan al campo electoral e institucional elementos de fondo que han pervivido durante toda esta década: democratización institucional y justicia social, con una recomposición del sistema representativo, el fin del bipartidismo y la constitución de las fuerzas del cambio, con cierta renovación de otras formaciones partidarias, en particular, el Partido Socialista.

Lo que se mantiene, a pesar de todos los esfuerzos de sectores poderosos para su desgaste, en particular su expresión política, es una base social amplia que llamo ‘nuevo progresismo de izquierdas’, con fuerte componente social, democrático, feminista y ecologista, compuesto sobre todo por gente joven, mayoría precaria, con identificación sociopolítica de izquierdas.

Aquel amplio proceso de movilización social progresiva del primer lustro de la década cuestionó las políticas regresivas de los poderosos, reafirmó la acción colectiva por mayor democracia y justicia social y configuró una gran corriente social crítica más igualitaria y solidaria. Y permitió, en su segundo lustro, la formación del llamado espacio sociopolítico y electoral del cambio de progreso, con una influencia institucional relevante, en el marco del acuerdo del Gobierno de coalición progresista, con el comienzo, lleno de límites y altibajos, de un proceso de reformas sociolaborales y democráticas significativas pese a las grandes dificultades estructurales y la oposición de las derechas y grupos de poder.

En definitiva, la experiencia de esta década permite clarificar la interacción de los procesos sociales de activación cívica con la conformación de las bases sociales de progreso y los fundamentos del cambio electoral e institucional. Es conveniente aprender de ella para abordar de forma realista pero ambiciosa los nuevos retos de esta nueva década.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/49236/la-influencia-del-movimiento-15-m/

Movimiento 15-M: Expresión colectiva de una ciudadanía indignada. Antonio Antón, en Rebelión (13/05/2021)

Este ensayo es un extracto (revisado y sin citas) de los libros “Resistencias frente a la crisis. De la huelga general del 29-S al movimiento 15-M” (Germanía, 2011) y “Ciudadanía activa. Opciones sociopolíticas frente a la crisis sistémica” (Sequitur, 2013). Cito su presentación:

‘El movimiento 15-M simboliza el conjunto de protestas sociales y cívicas de todo el lustro de 2010 a 2014, que es mucho más variado. Después de una década conviene este recordatorio para valorar con perspectiva histórica este amplio proceso de indignación popular y acción colectiva progresista y su impacto sociopolítico. Se trata de evaluar esta experiencia de la ciudadanía crítica y sacar enseñanzas para los retos presentes y futuros de los movimientos sociales y el espacio del cambio de progreso.’

Referencia web original: https://rebelion.org/wp-content/uploads/2021/05/Movimiento-15M-REB.pdf

Lecciones madrileñas. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (10/05/2021)

En este amplio ensayo analizo los resultados de las elecciones del 4M en la CAM y saco diversas enseñanzas para contribuir a un debate necesario para una reflexión autocrítica y la reorientación estratégica de las principales fuerzas de las izquierdas. Selecciono varios párrafos iniciales:

“Los resultados de las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid, así como la experiencia de su campaña electoral expresan varias enseñanzas. Se conocen los cuatro hechos básicos: victoria del trumpismo del Partido Popular de Isabel Díaz Ayuso, que ha absorbido al electorado de Ciudadanos; consolidación del ultraderechismo de VOX, con fuerte influencia político-ideológica y limitado peso institucional; fracaso de la estrategia errática y perdedora del socialista Gabilondo, con su inicial orientación centrista y excluyente, que ha arrastrado a la derrota de una alternativa creíble y unitaria de izquierdas, y crecimiento del espacio del cambio de progreso, con el incremento significativo de ambas fuerzas, Más Madrid y Unidas Podemos, cuya representación conjunta desborda ampliamente la representatividad del Partido Socialista.

El bloque de las derechas se concentra, se fortalece y queda hegemonizado por el PP de Ayuso, y en el bloque de las izquierdas o campo progresista se produce una doble tendencia: debilitamiento del PSOE junto con ascenso de MM y UP, aunque insuficiente para compensar el fuerte descenso socialista...

En ese sentido, y a falta de algunos datos que nos podrá reportar el estudio poselectoral del CIS, particularmente sobre las transferencias de votos y las características de cada electorado, se trata de profundizar en dos aspectos. Por un lado, en el significado y la interacción de esos cuatro hechos relevantes, a través de la adjunta tabla sobre los resultados electorales. Por otro lado, la reflexión sobre la configuración y las perspectivas de las izquierdas, a partir de los tres gráficos siguientes sobre la evolución de las diferencias entre izquierdas y derechas, la comparación entre el electorado socialista y el de las fuerzas del cambio de progreso y la evolución de la composición interna de ellas.”

Referencia web original: https://nuevatribuna.publico.es/articulo/actualidad/elecciones4m-analisis-poselectoral-victora-derecha-derrota-izquierda/20210510163345187567.html

Publicado en Rebelión (19/05/2021): https://rebelion.org/lecciones-madrilenas/

Nuevos liderazgos. Antonio Antón, en Público (10/05/2021)

Tras una valoración del papel y la aportación del líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, hago una reflexión de sus insuficiencias como experiencia para tener en cuenta en la conformación de nuevos liderazgos, unitarios y plurales, necesarios para fortalecer y unir el espacio del cambio de progreso. Selecciono varios párrafos:

“El primer defecto, el voluntarismo político, está combinado con sus muchas virtudes: iniciativa política, flexibilidad táctica, firmeza transformadora, perspicacia analítica, resiliencia frente a la adaptación posibilista...

Tiene que ver con insuficiencias sobre el sentido de la realidad, la infravaloración de las relaciones de fuerzas sociales y políticas, la prevalencia de la acción discursiva o la comunicación para construir dinámicas sociopolíticas, la prioridad por la acción institucional sin vertebrar una amplia articulación social. Está relacionado con otro debate histórico todavía irresuelto: la inadecuación de un modelo de Partido, como aparato electoral y soporte de la acción institucional, infravalorando el arraigo social, la activación popular y los vínculos fuertes, con la debida autonomía y respeto, con las dinámicas asociativas del campo social, más allá de intentar su representación en la acción político-institucional…

La segunda insuficiencia también está interrelacionada con otras cualidades como la honestidad personal, el compromiso moral o la actitud participativa y democrática, comparativamente mejor que la mayoría de otras élites partidarias. Se refiere a los límites de las capacidades para la articulación unitaria y democrática de representaciones complejas y diversas…

Son dos aspectos fundamentales que corregir y madurar para la nueva etapa donde la dirección de Podemos y del grupo confederal, incluyendo a IU y En Comú Podem, tiene la tarea de ser un factor proactivo en la conformación de un conglomerado más amplio y diverso del espacio del cambio progresista, con nuevas bases de cooperación con Más País y otras fuerzas soberanistas y de izquierda…

No obstante, esa prioridad por mantener una identidad específica, cuando hay grandes puntos programáticos y de proyecto compartidos, es contraproducente ante la constricción de la distribución electoral, al menos en 44 provincias que no llegan a diez escaños, y salvo en Madrid y Barcelona. Es decir, hay que pretender la efectividad en la representación electoral e institucional, superando esa restricción representativa que penaliza la división en dos candidaturas progresistas diferenciadas del PSOE. O sea, el perfil propio o el interés partidista cortoplacista debe ser negociado para garantizar una representación efectiva y equilibrada, de forma coaligada, del conjunto del conglomerado del espacio común del cambio de progreso.

Es la enseñanza principal para mejorar las capacidades unitarias y de respeto al pluralismo con un liderazgo compartido y un proyecto común, que es el reto mal gestionado en este lustro pasado y que es esencial para conformar un proceso más justo, igualitario, solidario y sostenible medioambientalmente.

Es la moraleja de esta experiencia histórica en defensa de un proyecto común de país. Este ciclo iniciado hace una década, lo quiere clausurar prematuramente el poder establecido, mientras se ha demostrado en Madrid que goza de buena salud, superando con ventaja entre ambas formaciones al propio Partido Socialista. La competencia por la prevalencia particularista en la orientación política y las posiciones institucionales de cada sensibilidad deben estar subordinadas al interés compartido por consolidar y ensanchar ese espacio y esa representación.

Y, además, esa cooperación sería favorable para otra dimensión estratégica fundamental: ser capaces de conectar y promover los procesos populares de activación cívica, dentro de una dinámica transformadora de progreso, que consoliden a largo plazo las propias bases sociales del cambio con un plan social y democrático alternativo. La salida de Pablo Iglesias, como él mismo ha dicho, puede favorecer el acometer esa tarea ineludible. Es momento de nuevos liderazgos capaces de afrontar los desafíos venideros.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/48912/nuevos-liderazgos/

Referencia edición en Rebelión (12/05/2021): https://rebelion.org/nuevos-liderazgos/

La victoria de las izquierdas en el 4M. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (26/04/2021)

Este estudio sociológico tiene dos partes. En la primera expongo el marco general y las expectativas y los retos electorales de las fuerzas progresistas para definir un perfil transformador ganador. En la segunda, a partir de datos de CIS y con diversos gráficos, analizo dos cuestiones relevantes que dan soporte a ese proyecto social y democrático: La autoubicación ideológica y la identificación subjetiva de clase social, y la opinión cívica sobre el refuerzo de los servicios públicos y los impuestos.

Casi todos los estudios demoscópicos privados publicadas hasta ahora dan como ganador para las elecciones regionales de la CAM al bloque de las derechas liderado por la líder del Partido Popular madrileño, Isabel Díaz Ayuso. La victoria sería clara si entra Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, cosa dudosa, con su disposición a la negociación de un gobierno de derechas gobierno con Ayuso, y estaría ajustada si queda fuera. Solo, prácticamente, la anterior encuesta del CIS, del 5 de abril, señala un empate técnico (68 escaños) entre ambos bloques, derecha e izquierda, mientras la publicada el 22 de abril abre una horquilla entre 65 y 69 escaños para la suma de las derechas (PP y VOX, Cs se queda fuera) y entre 67 y 73 escaños para las tres izquierdas (PSOE, MM y UP). En esas semanas ha aumentado algo la voluntad de participación electoral, aunque todavía hay un 20% de personas indecisas. Los resultados globales son similares, y utilizaré los datos desagregados de la primera encuesta. Hay cierto empate y la victoria no está decantada, aunque frente a la resignación inicial han crecido las expectativas de ganar las elecciones para el bloque de izquierdas.

Las amenazas de muerte recibidas por el candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias y su familia, el ministro del Interior y la directora general de la Guardia Civil, junto con las provocaciones de los dirigentes de VOX, han dado un giro a la campaña y han puesto en el primer plano la defensa de la democracia y frente a la reacción fascista, con un previsible incremento de la participación electoral progresista.

Referencia web original: https://nuevatribuna.publico.es/articulo/actualidad/victoria-izquierdas-4m-politica-elecciones/20210426152116187042.html

Una versión se edita en Mientras Tanto nº 201 (mayo 2021): http://www.mientrastanto.org/boletin-201/ensayo/la-victoria-de-las-izquierdas-en-el-4-m

La apuesta de progreso. Antonio Antón, en Público (25/04/2021)

En esta segunda parte, tras el estudio sociológico, 4M: Identificación ideológica y modelo social, hago una valoración general sobre la necesidad de conformar una alianza de izquierdas en la CAM, con un análisis de la inconsistencia centrista del candidato socialista. Selecciono varios párrafos:

“En el plano político-institucional, para garantizar la gobernabilidad se enfrentan dos modelos básicos: derechas e izquierdas. La alternativa intermedia de Gabilondo de pactar con Cs y excluir a UP, no es realista ni operativa. No obstante, en el plano programático y de hegemonía gestora, el candidato socialista insiste en su opción centrista. Su estrategia socioeconómica y fiscal es continuista, expresamente renuncia al cambio de progreso y a un pacto de izquierdas con una gobernabilidad compartida y negociada de las tres fuerzas progresistas; deja fuera del gobierno a UP, calificada inicialmente como extremista y radical, e impone una mayor subordinación a MM, que debiera oponerse con firmeza a ese veto…

Por tanto, aunque hay cierta complicidad frente a las derechas, todavía no hay un modelo social y democrático coherente del bloque progresista ni un discurso unitario que dé soporte a una alianza gubernamental y de gestión política con los mejores ejes igualitarios y solidarios de las izquierdas, de corte progresivo o socialdemócrata clásico, convenientemente renovados. Es la referencia en que se incardinan los programas reformadores de MM y UP, con la integración de la agenda social y democrática con la medioambiental y feminista, fundamental para la identificación de sus bases sociales. Ante la inconsistencia de un polo político y discursivo unitario y movilizador de conjunto, son necesarios mayores estímulos de firmeza transformadora, unidad y confianza para la entusiasta activación electoral de las mayorías sociales con un proyecto ganador de cambio de progreso…

Hay causas estructurales, históricas y sociopolíticas de fondo que explican ese relativo empate electoral en la región más rica, desigual y con mayor poder del estado. La victoria o la derrota va a depender de pequeñas variaciones de voto. Pero la motivación principal sigue siendo el sentido y la capacidad de la gobernabilidad y el tipo de proyecto social y democrático a construir de cada bloque político; no se trata de quién es la formación más votada, parece claro que va a ser el PP, sino de la configuración de la alianza ganadora, su representatividad social y cívica y su articulación programática y gestora. En ese sentido, las izquierdas tienen margen para crecer y consolidar su victoria. Habrá que volver sobre ello con los resultados electorales.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/48408/la-apuesta-de-progreso/

4M: Identificación ideológica y modelo social. Antonio Antón, en Público (22/04/2021)

En este estudio sociológico, a partir de datos de CIS y con diversos gráficos, analizo dos cuestiones relevantes para explicar las expectativas y los retos electorales de las fuerzas progresistas y definir un perfil transformador ganador: La autoubicación ideológica y la identificación subjetiva de clase social, y la opinión cívica sobre el refuerzo de los servicios públicos y los impuestos. Transcribo el primer párrafo y el último:

“Dos aspectos concretos e inmediatos pueden contribuir en un sentido o en otro a inclinar la balanza electoral del 4M. Uno, cuáles son las claves de la identificación de las izquierdas y las posibilidades de ascenso participativo, incremento de los electorados progresistas y, por tanto, de conseguir su victoria electoral. Y dos, cuál es exactamente la opinión y los deseos de la población, muchas veces tergiversados, sobre dos temas entrelazados que definen el modelo social progresista y alternativo a Díaz Ayuso, la líder de las derechas: refuerzo de los servicios públicos y suficiencia fiscal. O sea, la polarización política es entre una opción de progreso, protección pública e igualdad, y otra de involución social y democrática y privilegios de las minorías pudientes. La tercera opción intermedia, de Gabilondo, si no rectifica, le rectifican, lo suplantan o lo complementan va a ser difusa, poco creíble y perdedora…

En definitiva, hay una mayoría social, en torno a los dos tercios de la población partidaria de un modelo social y fiscal progresivo, con suficiente representatividad y legitimidad democrática para implementar un cambio de progreso confrontado con el modelo regresivo, segregador y autoritario del Partido Popular de Ayuso. Las izquierdas deben ganar el 4M e implementar un proyecto democrático, solidario e igualitario.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/48330/4m-identificacion-ideologica-y-modelo-social/

La encrucijada electoral madrileña. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 200 (abril 2021)

Analizo el contexto de las elecciones del 4 de mayo con el reto de desalojar a Díaz Ayuso y su alianza con la ultraderecha del Gobierno madrileño, la propuesta centrista y excluyente de Gabilondo con la difícil unidad progresista y la necesaria cooperación entre Más Madrid y Unidas Podemos. Selecciono varios párrafos:

“Se produce cierta complejidad y, al mismo tiempo, impaciencia por comprender y adecuarse a las nuevas condiciones y objetivos. Se encadenan los dos ámbitos, el estatal y el de la Comunidad de Madrid. Se combinan las tareas inmediatas, derrotar a las derechas del Partido Popular y Vox (Ciudadanos se va cayendo), en su principal feudo de poder institucional y con su radicalización trumpista, con los objetivos a medio plazo: impulsar el cambio de progreso en lo que queda de legislatura y ganar las elecciones generales (previstas para dentro de más de dos años) por las fuerzas de izquierdas para asegurarlo en la siguiente, así como consolidar el gobierno de coalición, la alianza progresista y la articulación plurinacional…

La continuada gestión institucional del Partido Popular durante el último cuarto de siglo se puede resumir en cuatro ejes: políticas neoliberales y de recorte de los servicios públicos; incremento de la desigualdad social y la precarización laboral, vital y habitacional de las mayorías sociales; degradación democrática derivada de la corrupción demostrada y la manipulación mediática e institucional, y conservadurismo reaccionario, centralista y antifeminista…

Se trata de afrontar, desde un proyecto progresista y solidario de país, los grandes retos presentes: atajar la crisis sanitaria y socioeconómica; relanzar la modernización económica, productiva y medioambiental; fortalecer la cohesión social, la igualdad de género y la protección pública, y regenerar y democratizar la vida institucional y la regulación de la plurinacionalidad…

Lo que se ventila este cuatro de mayo en Madrid es la alternativa entre la involución social y democrática y el avance de progreso y sus implicaciones en los dos ámbitos, regional y estatal…

Aquí, me detengo en valorar esa tercera opción, propuesta por Gabilondo. Las tres ideas que adelanto son: es irrealista al confiar en el acuerdo con Ciudadanos; es divisiva al romper el campo común progresista y desplazar abiertamente a Unidas Podemos, generando una dinámica competitiva con su izquierda, y es desactivadora de la movilización electoral de las izquierdas por un cambio progresista, elemento clave y colectivo del conjunto del campo progresista para incrementar su participación y vencer a las derechas. Por tanto, la conclusión es que es perdedora, frustra los deseos de cambio de progreso y no incrementa las expectativas de mejora electoral de las fuerzas progresistas. Expresa la dificultad de la unidad entre las izquierdas…

Cabe otra hipótesis, acariciada por un sector socialista y diferentes grupos de poder por si falla la anterior de mayoría de las derechas. En esa circunstancia de presencia institucional de Cs y contando con su secundaria disponibilidad para formar un gobierno centrista con la exclusión de UP, también se abriría la posibilidad de la alternativa del socialista Gabilondo. Sin embargo, exigiría otras tres condiciones adicionales: la suficiencia de la suma de ese tripartito (PSOE, Cs y MM), la irrelevancia de UP para formar Gobierno y la aceptación por MM del veto socialista (y de Cs) a UP. A pesar de los deseos de Gabilondo, es dudoso que se cumplan esas cuatro condiciones para alumbrar ese proyecto centrista, excluyente y de ruptura del campo progresista, con efectos desestabilizadores para el gobierno de coalición estatal…

Solamente comento el frágil y engañoso ropaje discursivo con el que pretende justificarlo: transversal, plural y abierto. Son bellas palabras que en este contexto adquieren un significado contrario a su sentido unitario e integrador…

Por último, esa propuesta centrista y excluyente también conlleva sus riesgos para Más Madrid, si aparece muy subordinado a ese plan. Necesita rechazarlo con firmeza. No solo verbalmente con la opinión en contra del veto a Unidas Podemos, sino con el compromiso común de estas dos formaciones de impedirlo, es decir, de exigir conjuntamente un gobierno y una política de progreso sin exclusiones. Se trata de avanzar en la cooperación y no en la competitividad…

Derrotar a las derechas es lo prioritario. En particular, no ha sido posible una alianza electoral y existen proyectos diferentes de los dos grupos políticos, aparte de reticencias históricas. No obstante, aparte de un mínimo compromiso de cooperación, ese acuerdo básico facilitaría un entendimiento de ambas fuerzas para encarar el reto más importante a medio plazo: la unidad electoral del espacio del cambio de progreso en las próximas elecciones generales.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-200/ensayo/la-encrucijada-electoral-madrilena

Identidades feministas y teoría crítica (Prólogo). Antonio Antón, en Nueva Tribuna (31/03/2021)

Selecciono los primeros párrafos de la Introducción de la 3ª edición ampliada del libro del mismo título (266 pp.) (Ver texto completo)

“El movimiento feminista ha reforzado su influencia social. Sus demandas básicas son apoyadas por una amplia mayoría cívica, especialmente entre mujeres. Hace tres años, con ocasión del éxito de la movilización feminista en torno al 8 de marzo de 2018, escribí un artículo titulado Nueva marea por la igualdad, con el que, una vez reelaborado, comienzo este análisis. Valoraba la conformación de una nueva marea social plenamente justificada frente a la discriminación de género, el acoso machista, la brecha salarial y la desigualdad social y laboral. Y señalaba su impacto sociopolítico transformador ante la evidencia de los límites de la gestión institucional y judicial. Incluso leyes positivas como la de Igualdad entre hombres y mujeres (2007) y Contra la violencia de género (2004), tras más de una década de aplicación, han dejado ver sus insuficiencias, al quedarse en medidas parciales, en la retórica o en simples medidas punitivas.

Persiste la conciencia mayoritaria de injusticia por la amplia desigualdad de género y la percepción de la consolidación del feminismo en la sociedad. Son ilustrativos de ello los resultados demoscópicos de la consultora 40db valorados por Belén Barreiro (CTXT, 27/02/2019): El 82% de la ciudadanía cree que hay desigualdad entre mujeres y hombres en todos los derechos.

El feminismo tiene numerosos retos por delante para el fortalecimiento de su impacto transformador de relaciones sociales y estructuras institucionales machistas. A pesar de la masiva sensibilización feminista, para el 8 de marzo del año 2019 no se produjeron avances significativos frente a esa realidad discriminatoria y sí nuevos riesgos de involución derivados de la regresión de las derechas. Nuevamente, el proceso del 8 de marzo de 2020 ha demostrado su capacidad unitaria, expresiva y movilizadora, la exigencia de reconocimiento y derechos de las mujeres (y personas LGTBI) y la articulación de unas demandas cívicas por una igualdad fuerte y efectiva.

Este texto, titulado Identidades feministas y teoría crítica, gira en torno a seis cuestiones fundamentales definidas en sus seis capítulos. Partiendo de la realidad de discriminación de las mujeres, se analiza el sentido y el contexto de la nueva ola de la activación cívica feminista y la configuración de las identificaciones. Así mismo, se valoran diversas aportaciones teóricas de pensadoras feministas como las norteamericanas Judith Butler (Deshacer el género), Nancy Fraser (Capitalismo. Una conversación desde la teoría crítica) y Patricia Hill y Sirma Bilge (Interseccionalidad). Igualmente, se analizan varios libros recientes de feministas españolas, entre ellas Clara Serra (Leonas y zorras. Estrategias políticas feministas), Carmen Heredero (Género y coeducación), María Pazos (Contra el patriarcado. Economía feminista para una sociedad justa y sostenible) y María Martínez (Identidades en proceso).

Por tanto, junto con la explicación los procesos movilizadores e identificadores y sus vínculos con la dinámica interseccional se abordan diversas cuestiones teóricas para contribuir al desarrollo de un feminismo crítico, popular y unitario con un eje sustantivo democrático-igualitario-emancipador. El análisis se realiza desde la teoría crítica, en particular de la sociología de los movimientos sociales, la acción colectiva y el cambio social, con un enfoque realista, relacional y sociohistórico.”

Referencia web original: https://nuevatribuna.publico.es/articulo/cultura---ocio/identidades-feministas-teoria-critica/20210331132906186228.html

La difícil unidad progresista. Antonio Antón, en Público (30/03/2021)

Segunda parte del análisis de las elecciones en la Comunidad Autónoma de Madrid en la que hago una valoración crítica de la posición centrista y excluyente del candidato socialista Gabilondo, y señalo la necesidad de un Gobierno progresista y la cooperación entre Unidas Podemos y Más Madrid. Transcribo el primer párrafo:

“Ante las elecciones madrileñas del cuatro de mayo ya se están delimitando los campos de fuerzas y alianzas políticas. Tras el posicionamiento de Ángel Gabilondo, candidato socialista, son tres las alternativas básicas de gobernabilidad: derechas, con la hegemonía del Partido Popular y su necesaria alianza con la ultraderecha de VOX, con una posición influyente aunque no entre en el Gobierno; izquierdas o progresista, con el acuerdo de las tres formaciones, Partido Socialista, Más Madrid y Unidas Podemos, siguiendo el modelo integrador, plural y transformador del gobierno de coalición estatal y aun sin descartar un papel subalterno de Ciudadanos; centroizquierda, de Partido Socialista, Más Madrid y Ciudadanos, éste con un papel destacado, pero, sobre todo, con la exclusión de Unidas Podemos y la reafirmación de una política centrista y continuista en materia fiscal, distributiva y social.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/47741/la-dificil-unidad-progresista/

Publicado en Rebelión (3/04/2021): https://rebelion.org/la-dificil-unidad-progresista/

La derrota de Ayuso. Antonio Antón, en Público (23/03/2021)

Analizo en este artículo la encrucijada político-electoral, a nivel regional y estatal, ante las elecciones madrileñas del 4 de mayo y la apuesta por un gobierno progresista en la Comunidad de Madrid. Destaco un par de párrafos:

“Más allá del ruido informativo creado, es preciso analizar estos hechos con perspectiva. Se entremezclan diferentes dimensiones políticas y temporales, en un contexto de grave situación socioeconómica y confrontación política y mediática. No hay que perder de vista la tarea estratégica para las fuerzas progresistas de los planes de modernización económica, la democratización institucional y el refuerzo de las políticas sociales y del Estado de bienestar frente a la fuerte precariedad laboral y vital y la desigualdad social y de género, cuyo epicentro está, precisamente en Madrid, la región más rica de España y de concentración de mayor poder…

Se produce cierta complejidad y, al mismo tiempo, impaciencia por comprender y adecuarse a las nuevas condiciones y objetivos. Se encadenan los dos ámbitos, el estatal y el de la Comunidad de Madrid. Se combinan las tareas inmediatas, derrotar a las derechas del Partido Popular y Vox (Ciudadanos se va cayendo), en su principal feudo de poder institucional y con su radicalización trumpista, con los objetivos a medio plazo: impulsar el cambio de progreso en lo que queda de legislatura y ganar las elecciones generales (previstas para dentro de más de dos años) por las fuerzas de izquierdas para asegurarlo en la siguiente, así como consolidar el gobierno de coalición, la alianza progresista y la articulación plurinacional.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/47598/la-derrota-de-ayuso/

Feminismos y derechos humanos. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 199 (marzo, 2021)

Desarrollo de mi intervención en un debate, junto con Violeta Assiego, en Acción en Red el 29/01/2021. Trato las siguientes cuestiones:

La nueva ola feminista, Carácter y ejes de los feminismos, Las distintas corrientes feministas y sus fundamentos ideológicos, Algunas definiciones sobre la clasificación de los feminismos, La unidad y la pugna interna en el feminismo, Identidades y formación de actores y sujetos colectivos, La pertenencia al feminismo, Diferenciar identidad de género de identidad feminista, El carácter relacional del feminismo, Pelea por la orientación feminista, Movimientos sociales y movimientos globales (post o trans) y La reafirmación feminista.

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-199/ensayo/feminismos-y-derechos-humanos

Reeditado por Rebelión (18/03/2021): https://rebelion.org/feminismos-y-derechos-humanos/

Referencia del debate telemático con Violeta Assiego, actual Directora General para la infancia y la adolescencia del Ministerio de Derechos sociales: https://www.youtube.com/watch?v=IrEV_CYW210

Pugna por la hegemonía feminista. Antonio Antón, en Público (14/02/2021)

A raíz del debate sobre la defensa de los derechos de las personas trans, en este artículo analizo la pelea por la orientación feminista desde una mirada sociológica sobre el impacto y los reequilibrios representativos en el feminismo y los colectivos LGTBI y, en particular, sobre la necesidad de su refuerzo precisando la debilidad de algunos argumentos que diluyen su importancia en aras de un difuso sujeto postfeminista. Selecciono los párrafos finales:

“El feminismo, como comportamiento y cultura igualitario-emancipadores contra la opresión femenina, tiene unas bases estructurales y sociohistóricas duraderas y específicas; y más allá de la convergencia en procesos democrático-populares, sujetos globales e identidades múltiples va a tener una fuerte autonomía e identificación propia, aunque sea un feminismo interseccional.

No se puede diluir en un proyecto difuso de exigencia de derechos indiferenciados. No se puede difuminar bajo un discurso posfeminista sin arraigo popular. El no-sujeto colectivo, el individualismo radical e irrealista, sea liberal o postmoderno, no tiene futuro. El gran sujeto esencialista, tampoco. La activación feminista, en el marco de una amplia corriente social de progreso, tiene unas bases sólidas.

El discurso postfeminista es ambiguo y tiene un carácter doble. Puede ser compatible con el feminismo si lo fortalece y añade un componente interseccional y unitario con otros procesos igualitario-emancipadores, en particular los movimientos LGTBI. Pero es contraproducente para el feminismo una interpretación que, en defensa de un supuesto sujeto superador, lo diluya, infravalorando su papel sociopolítico y cultural contra la desigualdad de género. Es el pretexto utilizado de forma sesgada por la corriente socioliberal y excluyente que pretende apropiarse del feminismo para neutralizar su capacidad transformadora e igualitaria y aislar a la tendencia popular y crítica, impulsora principal de la nueva ola feminista.

En definitiva, el feminismo ha demostrado una gran capacidad expresiva, democrática y solidaria. La tarea progresista es su refuerzo como sujeto autónomo, en convergencia con otros procesos igualitario-emancipadores, sin dejarse arrebatar la bandera simbólica y la acción transformadora por la igualdad y la libertad de las mujeres en cuanto grupo social subordinado.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/45645/pugna-por-la-hegemonia-feminista/

Dinámicas identificadoras feministas. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (11/02/2021)

En este artículo explico que las identidades se construyen social e históricamente; son diversas, variables y contingentes, y que la identidad, como pertenencia colectiva y reconocimiento público, tiene un anclaje en una realidad material, institucional y sociocultural, en su contexto histórico; encarna una dinámica sustantiva de las relaciones sociales. Selecciono los primeros párrafos:

“Los procesos identificadores se configuran a través de la acumulación de prácticas sociales continuadas, en un marco estructural y sociocultural determinado, que permiten la formación de un sentido de pertenencia colectiva a un grupo social diferenciado con unos objetivos compartidos. Como expresión de los rasgos comunes de un grupo social las identificaciones pueden ser más o menos densas, abiertas, inclusivas y múltiples respecto de otras identidades y condiciones, así como de los valores más universales como los derechos humanos o la ciudadanía. Su carácter sociopolítico, regresivo o progresivo, igualitario o reaccionario, y su sentido ético, bueno o malo, positivo o negativo, dependen de su papel sociohistórico y relacional en un contexto específico respecto de los grandes valores de igualdad, libertad y solidaridad.

La identidad feminista, que no femenina, como reconocimiento propio e identificación colectiva, está anclada en una realidad doble: subordinación considerada injusta, y experiencia relacional igualitaria-emancipadora. Supera, por un lado, las dinámicas individualistas y, por otro lado, las pretensiones cosmopolitas, esencialistas e indiferenciadas.

En la medida que se mantenga la desigualdad y la discriminación de las mujeres, sus causas estructurales, la conciencia de su carácter injusto y la persistencia de los obstáculos para su transformación, seguirá vigente la necesidad del feminismo, como pensamiento y acción específicos. Y su refuerzo asociativo e identitario, inclusivo y abierto, será imprescindible para fortalecer el sujeto sociopolítico y cultural llamado movimiento feminista y su capacidad expresiva, articuladora y transformadora.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/sociologia-feminismo-genero-dinamicas-identificadoras-feministas/20210211170959184474.html

Conformación del sujeto feminista. Antonio Antón, en Público (7/02/2021)

Este texto expone sintéticamente las características del cambio feminista y sus tendencias, las enlaza con los procesos identificadores y la conformación de un sujeto sociopolítico feminista y defiende un feminismo crítico con valores universales igualitarios. Forma parte de la presentación de la Comunicación al X Congreso andaluz de Sociología (Jaén, 23 de enero de 2021), titulada Feminismos: Procesos identificadores y formación de sujetos, que tiene tres partes: "Identificaciones y tendencias feministas", "Identidades y sujetos feministas" y "Sujeto feminista: ni esencialista ni posmoderno".

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/45066/conformacion-del-sujeto-feminista/

Nueva cuestión social y teoría crítica. Antonio Antón, en Rebelión (4/02/2021)

Cito una parte de la introducción de mi Comunicación al reciente X Congreso andaluz de Sociología (texto completo de 15 pp.):

“Un pensamiento crítico se distingue por estos tres rasgos fundamentales: realismo analítico (objetividad y procedimientos científicos), finalidad transformadora (ética y sociopolítica) y función identificadora (cohesionadora y legitimadora) para la formación de un actor o sujeto colectivo. Los tres están en tensión, en una interacción compleja respecto de las prioridades y necesidades de la acción colectiva. No se pueden valorar en abstracto, cada uno tiene sus propias reglas y su integración es difícil.

Existe la dificultad para mantener el rigor (principios, valores y procedimientos) de la ciencia y evitar su subordinación al poder, neoliberal o liberal, así como es necesario defender su autonomía y su papel. Aunque sea difícil la neutralidad de la llamada ciencia, especialmente, en las ciencias sociales, hay que reafirmarse en el valor de la ciencia (auténtica) y desenmascarar la pseudo-ciencia, con el irracionalismo y el subjetivismo. Después es cuando viene la complejidad de su relación con el comportamiento social y los intereses materiales de la gente, así como con la psicología, la ética y las teorías sociales, más o menos científicas y/o utópicas.

Aquí, analizo varios aspectos relevantes, como el debate sobre los errores del liberalismo económico y la crisis ideológica de las izquierdas y la forma de abordarla. Así, se exponen tres aspectos concretos relacionados con cuestiones teóricas y culturales, con un claro impacto para las estrategias de transformación social y la renovación de las izquierdas y fuerzas alternativas de progreso: 1) los errores de los fundamentos del liberalismo económico, en particular la existencia de los fallos del mercado y cómo hacer frente a la ofensiva neoliberal; 2) las insuficiencias del liberalismo como respuesta a la crisis ideológica de las izquierdas y la necesidad de elaborar una teoría social alternativa; 3) la importancia de un enfoque y una actividad críticos en el terreno de las ideas.

Son cuestiones ya tratadas hace siete años en mi libro Ciudadanía activa. Opciones sociopolíticas frente a la crisis sistémica (Antón, 2013), en el contexto del primer lustro de la protesta social en España (2010/2014). Las he reelaborado ante la experiencia de este segundo lustro (2015/2020) de consolidación de un espacio político-electoral e institucional, democrático, crítico y popular, diferenciado de la socialdemocracia y con responsabilidades gubernamentales compartidas con el Partido Socialista, con los correspondientes desafíos inmediatos para su unidad y un cambio real de progreso.”

Referencia web original: https://rebelion.org/nueva-cuestion-social-y-teoria-critica/

Feminismos: Procesos identificadores y formación de sujetos. Antonio Antón, en Rebelión (3/02/2021)

Comunicación al X Congreso andaluz de Sociología, Jaén, 21, 22 y 23 de enero de 2021 (17 pp.). Transcribo varios párrafos de su introducción:

“Este texto estudia las características del cambio feminista y sus tendencias y las enlaza con los procesos identificadores y la conformación de un sujeto sociopolítico feminista. Tiene tres partes. La primera, “Identificaciones y tendencias feministas”, analiza los tres niveles de identificación feminista y explica el carácter social, con un gran componente cultural, del movimiento feminista. La segunda, “Identidades y sujetos feministas”, señala dos aspectos complementarios de carácter teórico: el sentido de la pertenencia feminista como proceso de identificación y la formación de actores y sujetos colectivos, en particular el movimiento feminista. La tercera, “Sujeto feminista: ni esencialista ni posmoderno”, critica los fundamentos teóricos deterministas o esencialistas y los postmodernos o culturalistas, que predominan en las élites feministas y expone las características de un enfoque social, realista, crítico, relacional, multidimensional y sociohistórico, más fructífero para explicar la formación de los sujetos colectivos, en particular, los procesos de identificaciones feministas…

Por tanto, junto con la explicación los procesos movilizadores e identificadores y sus vínculos con la dinámica interseccional, aquí se señalan diversas cuestiones teóricas para contribuir al desarrollo de un feminismo crítico, popular y unitario con un eje sustantivo democrático-igualitario-emancipador.

Tiene un doble plano metodológico, analítico y teórico. Valora datos empíricos de diversas encuestas de opinión y considera aportaciones teóricas de diversas personas feministas de distintas corrientes: socialista, estructuralista y posmoderna. Junto con la explicación de los procesos identificadores feministas, se señalan diversas cuestiones teóricas para contribuir al desarrollo de un feminismo crítico, popular y unitario con un eje sustantivo democrático-igualitario-emancipador, que define el enfoque del texto. El análisis se realiza desde la teoría crítica, en particular de la sociología de los movimientos sociales, la acción colectiva y el cambio social, con un enfoque realista, relacional y sociohistórico.

El contexto del que parte deriva de la conformación de la nueva ola de activación feminista, su pluralidad asociativa e interpretativa y los debates surgidos para definir e influir en ese amplio conglomerado sociopolítico del movimiento feminista y su influencia política y cultural. No se entra en una valoración más amplia de la historia del feminismo y sus aportaciones sociales y teóricas, sino de su actual impacto sociopolítico y cultural, la pugna interpretativa y los recientes debates por influir en su dinámica y orientación. En definitiva, evalúa el sentido de las identidades feministas y su relación con la formación del sujeto feminista y su influencia transformadora en el contexto actual.”

Referencia web original: https://rebelion.org/feminismos-procesos-identificadores-y-formacion-de-sujetos/

¿Una teoría «queer» anticapitalista? Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 198 (febrero 2021). Publicado en Nueva Tribuna (22/02/2021)

Valoro aquí el libro “La Política de todes. Feminismo, teoría queer y marxismo en la intersección”, de Holly Lewis, con aportaciones de interés y algunas matizaciones. Selecciono los dos párrafos finales:

“En definitiva, los procesos de identificación y activación feminista se conforman en base a la dinámica binaria de polarización por el cambio de las relaciones sociales desiguales y dominadoras, expresadas con especial agudeza en la violencia machista y los mecanismos segregadores. El enfoque no binario es incapaz de explicar la profundidad de la realidad desigual y apoyar una estrategia transformadora eficaz. Pero esa polarización binaria absoluta, aplicada a otros campos (de género, sexo u opción sexual, por no hablar de otros tipos de relaciones interpersonales) generan dinámicas sectarias y excluyentes. Más, cuando distintas identidades de género o normatividades sexuales pueden ser legítimas y complementarias y forjar trayectorias unitarias o cooperativas frente a adversarios comunes y aun con disensos y conflictos parciales. La solución es la combinación de esa firmeza transformadora igualitaria-emancipadora con el respeto y la tolerancia a la diversidad y el pluralismo de las opciones vitales de cada persona y grupo social.

En resumen, hay un intento de superación, por una parte, de ideas posmodernas y, por otra parte, del estructuralismo mecanicista y excluyente, a través de un feminismo (o una dinámica queer) social y relacional, ni determinista ni solo cultural (o idealista). A pesar de los límites de pensadoras interesantes como Holly Lewis, este esfuerzo por superar las deficiencias de esas posiciones extremas esencialistas y posestructuralistas, buscando enfoques más multidimensionales e interactivos constituye una vía fructífera para elaborar un feminismo (y una teoría queer) transformador, en el marco de una teoría social crítica y realista y una dinámica igualitaria y emancipadora.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-198/ensayo/una-teoria-queer-anticapitalista

Referencia de la reedición de Rebelión: https://rebelion.org/una-teoria-queer-anticapitalista/

Feminismos y derechos humanos. Violeta Assiego y Antonio Antón (29/01/2021)

Debate telemático en Voces críticas en La Bóveda (118´)

Los feminismos han cobrado una nueva relevancia en torno a tres ejes: por la igualdad relacional, contra la violencia machista y por la libertad de opciones vitales, sexuales y de género. En el plano teórico se debate sobre el sentido de las identidades feministas y la formación del sujeto feminista y su interseccionalidad. ¿Cuáles son las diversas controversias y fundamentaciones?

Referencia web original: https://www.youtube.com/watch?v=IrEV_CYW210

Nueva ola y corrientes feministas. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (29/01/2021)

Artículo en el que explico las características de la nueva activación feminista, su contexto y sus corrientes e influencias ideológicas. Selecciono tres párrafos:

“Se genera una triple dinámica. Primero, el agotamiento del feminismo institucional, socioliberal o elitista, sobre todo el vinculado al aparato socialista (aunque no solo ni todo él), derivado de los límites de la gestión institucional y normativa, sobre todo con su punitivismo, inacción y puritanismo, aunque con argumentaciones esencialistas o deterministas y excluyentes. Segundo, la emergencia de un nuevo feminismo transformador, con distintas influencias sociopolíticas y culturales, pero con un carácter popular, interseccional y crítico y una orientación igualitaria y emancipadora. Tercero, la involución de un reaccionarismo conservador, en los ámbitos mediático y político, representado por las derechas extremas y la Iglesia Católica.

En definitiva, frente a interpretaciones deterministas o idealistas y desde un enfoque social, realista y crítico, hay que destacar la combinación de tres dinámicas: a) una realidad de mayores desventajas socioeconómicas, vitales, relacionales y de estatus para capas populares, especialmente, las mujeres; b) una incapacidad institucional y normativa, desde el impulso inicial del primer Gobierno socialista de Zapatero hace ya tres lustros, cada vez más evidente de no ser suficiente para impedir ese retroceso y garantizar un avance igualitario-emancipador, y c) una mayor conciencia de su injusticia desde los valores de igualdad con varios niveles de identificación y articulación feministas. Todo ello ha reforzado la necesidad de la presión movilizadora feminista para promover un cambio sustantivo y real, y ha producido un desborde del casi monopolio representativo, regulador y gestor de la acción institucional feminista junto con la emergencia de nuevas élites feministas…

La diferenciación principal en el seno del feminismo hay que plantearla en función de su actividad y capacidad transformadora de las relaciones de desigualdad y subordinación de las mujeres, es decir, por su papel de cambio sustantivo de su posición social desventajosa. Así, respecto del avance real en la igualdad y la emancipación, como he avanzado, existen dos grandes corrientes: el feminismo crítico, popular y transformador, y el feminismo socioliberal, retórico y formalista.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/nuevaola-corrientesfeministas-historia-feminismo/20210129111146183977.html

Feminismos: Procesos identificadores y formación de sujetos. Antonio Antón Morón. Comunicación al X Congreso andaluz de Sociología (Jaén, 23/01/2021) (17 pp.)

Este texto estudia las características del cambio feminista y sus tendencias y las enlaza con los procesos identificadores y la conformación de un sujeto sociopolítico feminista. Tiene tres partes. La primera, “Identificaciones y tendencias feministas”, analiza los tres niveles de identificación feminista y explica el carácter social, con un gran componente cultural, del movimiento feminista. La segunda, “Identidades y sujetos feministas”, señala dos aspectos complementarios de carácter teórico: el sentido de la pertenencia feminista como proceso de identificación y la formación de actores y sujetos colectivos, en particular el movimiento feminista. La tercera, “Sujeto feminista: ni esencialista ni posmoderno”, critica los fundamentos teóricos deterministas o esencialistas y los postmodernos o culturalistas, que predominan en las élites feministas y expone las características de un enfoque social, realista, crítico, relacional, multidimensional y sociohistórico, más fructífero para explicar la formación de los sujetos colectivos, en particular, los procesos de identificaciones feministas.

Reseña de la Federación Española de Sociología (FES) del libro del mismo título (346 pp.) (20/01/2021)

Referencia web original: https://fes-sociologia.com/noticia/Cambios-en-el-Estado-de-bienestar-Antonio-Anton-ed-Rebelion-346-pp-2021

El refuerzo del Estado de bienestar. Antonio Antón, en Público (13/01/2021)

Aquí explico las condiciones y las estrategias para el avance (o retroceso) del papel protector, redistribuidor y regulador del Estado de bienestar, en el actual marco europeo de modernización económica. Selecciono varios párrafos:

“El aspecto más relevante es que este proceso regresivo, dominante en las élites institucionales hasta hace poco, es valorado como injusto por amplios sectores de la sociedad. Ello ha condicionado el actual giro europeo más expansionista ante la actual crisis sanitaria y socioeconómica derivada de la pandemia. La desigualdad y la injusticia social han llegado a ser intolerables…

Lo que se ventila es la legitimación de los distintos actores en pugna, los fundamentos que justifican unas posiciones u otras y, sobre todo, los criterios normativos, las políticas y los cambios institucionales necesarios para superarla y poner las bases de una salida de progreso y una democracia social, frente al modelo regresivo y reaccionario de las derechas…

Las grietas económicas y sociopolíticas producidas, especialmente las brechas internas y entre países, el Norte y el Sur, han supuesto que, ahora, las políticas económicas dominantes en la Unión Europea y, específicamente, su nuevo plan de recuperación económica para los próximos años haya tenido que abandonar la rigidez austeritaria y adoptar medidas más expansionistas, de modernización económica y de protección y cohesión social, aunque están por ver su alcance y su implementación…

Los principales grupos de poder pretenden frenar el desarrollo de una dinámica de progreso que tiene la legitimidad de una mayoría social y parlamentaria, intentando desactivar el apoyo social a este Gobierno de coalición de izquierdas. Tratan de impedir un proyecto de modernización económica, democratización institucional y refuerzo del débil Estado de bienestar, con la mejora de los servicios públicos y la protección social, que constituyen el reto principal del actual Ejecutivo progresista. Su firmeza y capacidad política y el grado de apoyo ciudadano para superar ese desafío van a condicionar la senda social y político-institucional de esta década que comienza y el modelo de país resultante.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/43736/el-refuerzo-del-estado-de-bienestar/

Cambios en el Estado de bienestar. Antonio Antón, en Rebelión (6/01/2021)

Introducción del libro Cambios en el Estado de bienestar, publicado por Rebelión en abierto, 02/01/2021 (346 pp.). Ver texto completo.

Referencia web original: https://rebelion.org/cambios-en-el-estado-de-bienestar/

Un feminismo fuerte, igualitario y crítico. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 197 (01/01/2021)

Ensayo donde explico el feminismo como sujeto social, su pugna interna, las características de los tres feminismos, sus discrepancias, la tradición transformadora progresista del feminismo, las insuficiencias de los feminismos socioliberal y postmoderno y la apuesta por un feminismo crítico por la igualdad y la emancipación de las mujeres. Transcribo un apartado:

“Las tres principales tendencias feministas actuales se constituyen respecto de los tres ejes de la acción feminista de esta cuarta ola: por la igualdad social y relacional, frente a la violencia machista y por la libertad sexual y de género. La pugna interpretativa, argumentativa y representativa de sus élites respectivas expresa una fragmentación organizativa y una debilidad de liderazgo y teórica. Se enfrentan a la tarea democrática de adquirir autoridad y posiciones de prestigio y estatus, con actitudes diferenciadas en esos tres ejes, aunque con ideas básicas comunes que facilitan la expresión masiva de las grandes movilizaciones feministas. Lo analizo desde la sociología crítica.

El problema de fondo que subyace es el descontento popular feminista por la falta de igualdad sustantiva en las relaciones sociales, laborales e institucionales, interpelada, interpretada, representada y orientada desde esa trayectoria igualitaria y transformadora, hoy oscurecida en el ámbito mediático. Las tres sensibilidades, socioliberal, posmoderna y crítica o transformadora, conforman un impacto heterogéneo por abajo, en el conjunto de las bases feministas, entre las que no hay una articulación organizativa estable, ni una referencia cultural unificada ni una cohesión ideológica. En el amplio conglomerado llamado movimiento feminista, predomina el eclecticismo o posiciones mixtas e intermedias respecto de esos diferentes posicionamientos de las élites o personas más activistas.

El activismo discursivo, mediático y en redes sociales, busca la legitimidad en los procesos de formación de liderazgos de las personas y grupos de referencia. Pero, a veces, el exceso de confrontación con estilo descalificador debilita el interés común. Sus efectos son la desactivación de la acción colectiva (e individual) por la igualdad real de la mayoría de las mujeres (y capas subalternas), así como la polarización extrema sobre los otros dos ejes sin avanzar en su transformación preventiva y real: medidas necesarias para acabar con la violencia machista, dando respuesta a la situación de las mujeres víctimas, y favorecer la libertad de opciones sexuales y de género.

Los tres ejes temáticos constituyen la experiencia sustantiva de las actuales movilizaciones feministas ante la persistencia y gravedad de sus desventajas. Es el fundamento que sostiene su carácter transformador y unitario. Pero hay algunas élites, con distintas justificaciones, que priorizan su interés corporativo por ocupar posiciones de privilegio o situar su marco interpretativo particular como el dominante.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-197/ensayo/un-feminismo-fuerte-igualitario-y-critico

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