Sociólogo y politólogo.  Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid (2003/2022)

Artículos propios. Año 2022

Con párrafos seleccionados, un breve comentario y la referencia web original. El texto completo pinchando en el enlace. Para acceder a los años anteriores en la entrada correspondiente de la Portada y de Publicaciones.

Escenarios de la izquierda alternativa. Antonio Antón, en Rebelión (28/12/2022)


“El pasado 6 de diciembre se ha publicado el barómetro mensual de diciembre de la acreditada agencia de investigación 40dB. El objeto de estudio demoscópico no puede ser más relevante: las características de los electorados, principalmente de las izquierdas, con la vista puesta en las elecciones generales de fin de 2023 y, en particular, los escenarios posibles de división o unidad de la izquierda del PSOE y su configuración interna, así como sus implicaciones para la gobernabilidad progresista en la próxima legislatura. Tras algunas matizaciones metodológicas y conceptuales, utilizo los propios datos de la encuesta para explicar el perfil ideológico de las izquierdas y los principales problemas de la gente, así como los escenarios electorales de la izquierda alternativa en que puede multiplicar o restar, la composición de los electorados y las transferencias de votos…


En definitiva, la línea programática y las estrategias políticas y de alianzas pueden ser objeto de negociación y compromiso, ya que no hay grandes diferencias, aunque sí diversos énfasis y prioridades. Pero la cuestión clave pasa por una solución pactada en la oferta político-organizativa como frente amplio unitario. Supone una articulación negociada y sujeta al principio de realidad representativa, cuyo indicio apunta esta encuesta con las hipótesis planteadas. Habrá que valorarlas en los próximos meses junto con otros estudios demoscópicos, los resultados electorales de las elecciones municipales y autonómicas, así como con las valoraciones cualitativas y realistas de las capacidades y potencialidades de los distintos grupos políticos, desechando corporativismos sectarios y pugnas destructivas. Frente al riesgo de división y sus consecuencias de restar, se trata de la apuesta por multiplicar, con una solución equilibrada.”


Referencia web original:

https://rebelion.org/escenarios-de-la-izquierda-alternativa/

La unión y la división del frente amplio. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (27/12/2022)


La encuesta de 40dB, recientemente publicada, tiene la virtud de exponer los dos posibles escenarios de la izquierda del PSOE para las elecciones generales, de su división y su unión. En un artículo reciente “La izquierda del PSOE” expongo diversas precisiones metodológicas y conceptuales, y utilizo los propios datos de la encuesta para explicar el perfil ideológico de las izquierdas y los principales problemas de la gente. Aquí me detengo en varios aspectos: las consecuencias de multiplicar o restar en el caso de que el conjunto del espacio del cambio vaya unido o dividido, la composición de los electorados y la transferencia de votos, la relación entre Sumar y el frente amplio, con la opinión sobre la forma de la candidatura de Sumar en el caso de la unión del conjunto de la izquierda alternativa, y las características y la articulación de los dos planos, el político y el cívico.


Referencia web original:

https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/union-division-frente-amplio-elecciones-podemos-sumar-politica/20221227165009206442.html

Multiplicar o restar. Antonio Antón, en Público (20/12/2022)


Con abundantes datos y gráficos, a partir de la encuesta de 40dB sobre la izquierda del PSOE, explico con suficiente justificación empírica y sociológica los dos escenarios de unidad y división y las implicaciones políticas. Selecciono varios párrafos:

 

“Como se ve, el total de votos de las izquierdas apenas se modifica en cualquier escenario y respecto a los resultados de las elecciones generales de noviembre de 2019 y la propia estimación de la encuesta en los tres supuestos: sin la presencia de SUMAR, con la unión y con la división de la izquierda del PSOE. No obstante, hay un desplazamiento de entre ochocientos mil y hasta un millón de votos (entre un 3% y un 4%) desde el Partido Socialista hacia el frente amplio en las dos hipótesis, de unión y de división. Paradójicamente, el frente amplio consigue más votos en el caso de ir divididos, por el rechazo de algunos sectores a la compañía y el liderazgo de otros grupos yendo juntos en la misma candidatura.


Dicho de otra forma, el ir separados no penaliza la participación y el apoyo electoral al conjunto de grupos políticos del espacio alternativo; lo que si penaliza ostensiblemente es su traslación a escaños, dada la restricción de la ley electoral que castiga su adjudicación en las provincias pequeñas, mientras, pasando del 15% y siendo tercera fuerza, por delante de VOX, facilita su acceso en las provincias medianas. Además, con la división, el conjunto de las izquierdas baja 22 escaños hasta 136, desde los 158 de 2019; tendría 27 escaños menos que si se produce la unión de la izquierda alternativa que alcanzaría 163 escaños, mientras las derechas se quedarían con 159 escaños (con 151 en 2019)…


En definitiva, la línea programática y las estrategias políticas y de alianzas pueden ser objeto de negociación y compromiso, ya que no hay grandes diferencias, aunque sí diversos énfasis y prioridades. Pero la cuestión clave pasa por una solución pactada en la oferta político-organizativa como frente amplio unitario. Supone una articulación negociada y sujeta al principio de realidad representativa, cuyo indicio apunta esta encuesta con las hipótesis planteadas. Habrá que valorarlas en los próximos meses junto con otros estudios demoscópicos, los resultados electorales de las elecciones municipales y autonómicas, así como con las valoraciones cualitativas y realistas de las capacidades y potencialidades de los distintos grupos políticos, desechando corporativismos sectarios y pugnas destructivas. Frente al riesgo de división y sus consecuencias de restar, se trata de la apuesta por multiplicar, con una solución equilibrada.”


Referencia web original: 

https://blogs.publico.es/otrasmiradas/67074/multiplicar-o-restar/

La izquierda del PSOE. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (19/12/2022)


Un análisis a partir de la encuesta de 40dB sobre las características ideológicas del espacio del cambio, el doble papel de SUMAR en los dos escenarios, de división y unión. Selecciono varios párrafos:


“El pasado 6 de diciembre se ha publicado el barómetro mensual de diciembre de la acreditada agencia de investigación 40dB. El objeto de estudio demoscópico no puede ser más relevante: las características de los electorados, principalmente de las izquierdas, con la vista puesta en las elecciones generales de fin de 2023 y, en particular, los escenarios posibles de división o unidad de la izquierda del PSOE y su configuración interna, así como sus implicaciones para la gobernabilidad progresista en la próxima legislatura. Tras algunas matizaciones metodológicas y conceptuales, utilizo los propios datos de la encuesta para explicar el perfil ideológico de las izquierdas y los principales problemas de la gente…


Con respecto a la sigla, está pendiente de su formalización por parte de Yolanda Díaz y su equipo tras el proceso de escucha y la elaboración programática de sus treinta y cinco grupos de expertos. SUMAR hasta ahora tenía un sentido doble. Por un lado, era un movimiento ciudadano y, por otro lado, sería una plataforma política para apoyar su candidatura y articular su campaña en las elecciones generales de fin de año 2023. Pero, en este caso, y es una virtud de la encuesta con los dos escenarios, puede tener un doble desarrollo y distinta función: por una parte, un grupo político adicional junto con otros, en el escenario de división; por otra parte, en el caso de la unión y compartiendo con otros, un conglomerado o frente amplio que ya no sería ni se llamaría SUMAR sino que estaría abierto al proceso negociador colectivo y plural.


La falta de reconocimiento mutuo y negociación leal entre los diferentes grupos políticos abocaría a un SUMAR limitado, con una simple (y disminuida) recomposición del electorado alternativo. Dicho de otra forma, lo que multiplica, aparte del liderazgo de Yolanda Díaz, es sobre todo la configuración unitaria del espacio del cambio de progreso con una dinámica plural e integradora en los planos estatal y territorial. Lo primero es necesario, pero sin lo segundo es incapaz de desencadenar la dinámica general ilusionante y los buenos resultados electorales y políticos que vaticina la configuración del frente amplio, y solo consistiría en una trasferencia de voto, con similares resultados globales: escasa suma de votos y ligera disminución de escaños. Evitar esa necesaria negociación para una solución pactada y unitaria, imponiendo el marco organizativo de su primacía dirigente, es divisivo, incluso restaría respecto de la situación representativa actual con un fiasco de expectativas. Luego vuelvo sobre ello.”


Referencia web original: 

https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/izquierda-psoe-sumar-yolanda-diaz-politica/20221219113735206134.html

Una solución pactada para sumar. Antonio Antón, en Público (18/12/2022)


Un análisis empírico con una conclusión política y diversas reflexiones. Selecciono varios párrafos:


El estudio de 40dB analiza los dos escenarios extremos, el de la unidad en una candidatura unitaria de la izquierda del PSOE (con 57 escaños) y el de su división (32 escaños), 25 menos, así como las grandes diferencias de sus efectos políticos…


El factor diferencial decisivo que genera el resultado global más favorable es la unidad de todo el espacio alternativo. No es la aportación de la propia Yolanda Díaz y su equipo, condición necesaria pero no suficiente, sino la propia dinámica de unificación del conjunto, por su impacto político de credibilidad transformadora y capacidad unitaria y representativa, así como por la superación de las restricciones de la normativa electoral.

La conclusión general es nítida: la unidad de esa representación política a la izquierda del Partido Socialista es fundamental. No solo beneficia al conjunto de ese frente amplio, sino que garantiza la viabilidad de un gobierno de progreso en alianza con el PSOE. Lo que se ventila es la consolidación de los avances sociales, democráticos y de cohesión territorial que mejoren la situación de la mayoría social, o bien el riesgo de una fuerte involución social y democrática, derivada de las políticas regresivas y autoritarias que promueven las derechas.


Por tanto, estamos ante una situación delicada de gran trascendencia política e institucional, para las condiciones sociopolíticas de la sociedad y el proyecto progresista de país. La responsabilidad colectiva de la representación política de ese espacio es decisiva para garantizar el escenario unitario que multiplica y evitar el escenario desunido que resta. La opción unitaria queda confirmada como la mejor para el conjunto popular y esa izquierda transformadora, y también para el país y su progreso social y democrático. La polémica se establece sobre cuáles son las mejores condiciones y procesos para construirla.


La disputa de los relatos busca la mayor legitimidad de cada actor para defender sus posiciones políticas y sus intereses particulares en la nueva configuración política, para demostrar que tienen coherencia con esa finalidad unitaria clave y los reequilibrios internos más equitativos. Doy por supuesto que nadie apuesta, de entrada, por la división, aunque se señalen los obstáculos y las condiciones para la unidad. Se abre un proceso dialogador complicado, que empieza por la necesidad de escucha mutua y el reconocimiento de los interlocutores, en un plural marco organizativo deliberativo y decisorio.


Las dificultades son muchas y una de ellas es la adjudicación de las responsabilidades de los actores y las estrategias que faciliten o impidan el avance hacia esa unidad. Este campo de juego afecta a la propia interpretación de los hechos y los resultados demoscópicos. En consecuencia, es preciso el máximo rigor y objetividad en el análisis de la realidad (en ello me detendré más adelante), para definir mejor el camino a recorrer. Es lo que podemos aportar desde las ciencias sociales como contribución a una solución pactada para sumar.”


Referencia web original: 

https://blogs.publico.es/otrasmiradas/67002/una-solucion-pactada-para-sumar/


Referencia de la versión en Rebelión (21/12/2022): 

https://rebelion.org/una-solucion-pactada-para-sumar/

Una senda de firmeza. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (11/12/2022)


Análisis de la coyuntura sociopolítica y las estrategias políticas, del que transcribo varios párrafos:


“Joan Coscubiela, ha publicado una aproximación a un tema complejo e interesante, titulada ‘A vueltas con la polarización y la crispación’ (7/12/2022). Junto con agudos comentarios en sus respuestas reconoce que sus ‘dudas y desconcierto se acrecientan’. Es una buena actitud que invita a profundizar en el tema; así que me permito algunas reflexiones complementarias.


Está bien diferenciar la polarización de la crispación, esta última a desechar y la primera a valorar su alcance y su sentido. Su tesis es que en el ámbito socioeconómico es más fácil llegar a acuerdos desde una actitud moderada y que en el ámbito de las identidades se genera mayor conflictividad y posiciones extremas. Veamos algunos matices…


Pero el terreno de los intereses -en sentido amplio- no necesariamente es más proclive a la conciliación y moderación, si se defiende con firmeza a las capas populares. Hay una polarización social de fondo justificada por la deriva regresiva y desigualitaria de los poderes económicos, particularmente desde la gestión autoritaria de la crisis socioeconómica y financiera de 2008/2014, de recortes sociolaborales y derechos sociales y democráticos, con graves consecuencias, algunas todavía vigentes y reforzadas por la crisis sanitaria y la inflación derivada de guerra en Ucrania…


La cuestión es la pugna política y comunicativa para situar las responsabilidades en un campo político, la izquierda o la derecha, que se exacerba con el objetivo interesado de afianzar los dos proyectos políticos básicos existentes: un avance de progreso o una involución social y democrática…


La solución pasa por la mayor implicación democrática y pública en el apoyo a la opción de progreso, con la correspondiente activación cívica y el refuerzo de las expectativas de avance político-electoral en los comicios del próximo año para garantizar otra legislatura de consolidación del progreso social y la democratización, con un proyecto a largo plazo de democracia social avanzada e integradora en su plurinacionalidad.


No hay solución centrista o contemporizadora con el modelo reaccionario y su estructura de poder; es imprescindible la firmeza práctica y discursiva que el propio Gobierno ya reafirmó en el debate del Estado de julio, con su giro hacia la izquierda…


En definitiva, hay que reafirmar y ensanchar una senda de firmeza progresista y democrática y la activación de los sectores populares como garantía para neutralizar las reacciones conservadoras y autoritarias y afianzar las dinámicas transformadoras de progreso que den certidumbre a las mayorías sociales hacia la mejora de sus condiciones materiales, sociopolíticas, institucionales y culturales, amenazadas por la pretensión de involución política de las derechas. Y ello supone también reforzar y ampliar una identificación cívica de progresismo democrático y de izquierdas, con un proyecto de país más justo: igualitario, libre y solidario.”


Referencia web original:  

https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/senda-firmeza/20221211093413205828.html

La comunidad y lo común. Antonio Antón, en Rebelión (10/12/2022)


Conferencia pronunciada en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid (diciembre de 2022). Transcribo su introducción:


En esta ponencia explico cuatro aspectos encadenados: 1) El concepto de comunidad y el vínculo social de los individuos, con el doble sentido del proceso de individualización. 2) La interacción entre intereses y derechos individuales y colectivos, es decir, entre procesos de empoderamiento personal y relaciones comunitarias. 3) El carácter de la solidaridad (fraternidad y sororidad) y su relación con la igualdad y la libertad y cómo se configuran en el contrato social y la experiencia del feminismo. 4) Los sujetos y la democracia participativa, en particular el papel de los movimientos sociales y las identidades parciales y su relación con un sujeto global y el universalismo.


Como se puede ver son temas complejos y de fuerte debate en las ciencias sociales y la filosofía política, así como con importantes implicaciones sociopolíticas para la acción colectiva y la transformación social de carácter igualitario-emancipador-solidario. Será preciso detenerse en algunas clarificaciones del sentido de algunos conceptos básicos sometidos a polémica interpretativa. Parto del marco sociopolítico explicado en el libro “Dinámicas transformadoras. Renovación de la izquierda y acción feminista, sociolaboral y ecopacifista”.


Referencia web original: 

https://rebelion.org/la-comunidad-y-lo-comun/

La lucha de clases antifranquista. Antonio Antón en Mientras Tanto nº 218 (1/12/2022)


Reseña del libro de Xavier Domènech, que hace un acertado y riguroso análisis sociohistórico de la formación de la clase obrera española como sujeto social, es decir, como movimiento obrero, así como aportaciones teóricas de interés. Transcribo varios párrafos:


“Empiezo con la reproducción de la primera cita del excelente libro del historiador y exlíder de En Comú Podem Xavier Domènech, Lucha de clases, franquismo y democracia. Obreros y empresarios (1939-1979), que acaba de publicar. Es la culminación de dos décadas de investigación histórica sobre este periodo y no es casualidad que empiece por una referencia del historiador británico, cuyo enfoque sobre la formación de las clases trabajadoras, en cuanto sujeto sociopolítico conformado de forma sociohistórica a través de su experiencia relacional, sus ‘costumbres en común’, compartimos ambos y que he tenido ocasión de tratar recientemente.


Como dice la presentación del libro su hilo conductor es la experiencia de resistencia y conflictividad de los trabajadores y trabajadoras frente a la dictadura franquista. Se trata de la formación de un nuevo y amplio sujeto sociopolítico llamado movimiento obrero, por su composición de clase trabajadora y su contenido reivindicativo sociolaboral. No obstante, además de su carácter de clase, en su propia formación, y de forma desigual según las zonas y sectores, le acompañan tres rasgos identificadores: su composición mixta de género, su sensibilidad plurinacional y su carácter político democratizador y antifranquista. En ese proceso construyeron un mundo de valores y desarrollaron formas de vida y solidaridad, que recogieron muchas tradiciones de gente trabajadora y sus organizaciones precedentes de la época de la República, pero que se adaptaron a las nuevas condiciones económicas y políticas para constituir el principal desafío al franquismo, con una experiencia en común particular y una nueva unidad e identificación de clase, por supuesto, en distintos niveles…


Xavier Domènech hace un acertado y riguroso análisis sociohistórico de la formación de la clase obrera española como sujeto social, es decir, como movimiento obrero, en esas décadas pasadas, a través de la interacción de esas tres dinámicas transformadoras y pertenencias colectivas. En una clase trabajadora diversa había en su interior especificidades nacionales (incluido la fuerte inmigración interior) y de género, así como particularidades de clase obrera distintas y en colaboración con sectores de las clases medias, tanto en los barrios populares cuanto en el ámbito cultural y profesional. La polarización, la lucha de clases, se estableció frente al Régimen franquista y las clases dominantes, conformándose esa identificación colectiva democrática y social, popular y de clase trabajadora, con rasgos plurinacionales y del incipiente feminismo.


Por otra parte, E. P. Thompson y Xavier Domènech con él, aparte del distanciamiento con el estructuralismo o el marxismo economicista y determinista, influyente en los años sesenta y setenta y hoy en declive, profundizan en esta nueva fundamentación teórica sociohistórica y relacional, que comparto. Supera también la retórica posestructuralista, muy diversa, que se ha ido ensanchando en los años ochenta y noventa y que goza de predicamento en diferentes corrientes políticas y movimientos sociales.


Así, explícitamente, critica la posición idealista de que los sujetos son construidos discursivamente y que la experiencia es un evento lingüístico, cuando, de forma realista, hay que destacar su carácter relacional y su proceso evolutivo, inserto en sus condiciones materiales de existencia, así como en el conjunto de tradiciones, normas y valores que permean su subjetividad. Se supera el simple mecanicismo economicista y el culturalismo idealista, por un enfoque más multidimensional e interactivo, con el acento en la experiencia vivida e interpretada del actor o sujeto colectivo. Se reafirma lo social, como dinámica viva y de agencia, vinculada a la realidad real de la gente, frente a su cosificación o su dilución en la abstracción conceptual y la muerte del sujeto.”


Referencia web original:

https://mientrastanto.org/218/de-otras-fuentes/la-lucha-de-clases-antifranquista/

SUMAR en la encrucijada. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 218 (1/12/2022)

Junto con una carta abierta a Yolanda Díaz, explico las características y desafíos de SUMAR con tres aspectos fundamentales: la distinción entre movimiento ciudadano y plataforma político-electoral, el cambio de primacía dirigente en el espacio del cambio y el principio de realidad y la pugna partidista. Destaco los párrafos finales:

“En conclusión, las distancias son grandes. Como he pretendido explicar no es solo un debate de ideas más o menos realistas sino de intereses (legítimos) de reconocimiento representativo y de estatus y capacidad de influencia política en una gran encrucijada. Los riesgos de ruptura y división son significativos. Sus consecuencias serían mucho mayores que las de las experiencias traumáticas anteriores. En esta ocasión, sus efectos podrían contribuir a impedir la continuidad de otra etapa de progreso y abrir las puertas a la revolución derechista, sin que tampoco se beneficie el Partido Socialista (o las izquierdas nacionalistas).

Igualmente, demostraría la impotencia política y la incapacidad democrática y unitaria de la nueva representación político-institucional de las fuerzas del cambio, tan duramente construida. La frustración de la gente de izquierdas y la desafección popular podría ser profunda y duradera. No se puede llegar a ese abismo. Hay que atajar cuanto antes ese recorrido. La seria responsabilidad compartida por todos los principales actores. Sería lo de menos, comparado con el desgaste y el sufrimiento colectivo de la mayoría social y de la gente más activa de este histórico proceso de cambio.

Me dirigió a ti, dando por supuesto tu mayor responsabilidad en la articulación de una solución pactada. Como todos los acuerdos, y tú lo sabes mejor que nadie, supone hacer concesiones mutuas y defender los aspectos básicos comunes. Tu liderazgo se verá fortalecido por ello.”

Referencia web original: https://mientrastanto.org/218/ensayo/sumar-en-la-encrucijada/


Reeditado en Voces críticas nº 31 (15/12/2022), Boletín de Acción en Red-Madrid:

https://mailchi.mp/76252b051e48/voces-crticas-boletn-sociocultural-accin-en-red-madrid-diciembre-2022

Carta abierta a Yolanda Díaz. Antonio Antón en Nueva Tribuna (29/11/2022) y Rebelión (22/11/2022)

Versión ampliada de la misiva pública anterior que le dirijo a la líder de SUMAR para contribuir a aclarar la situación para una articulación unitaria y sólida del espacio del cambio y evitar su fractura ya que se está ventilando el cambio de primacía dirigente en el espacio del cambio. Selecciono varios párrafos:

“Me preocupa la clarificación del sentido de este proceso y las controversias suscitadas. Desde el principio has dejado clara una característica fundamental: SUMAR no va de partidos políticos, de siglas y puestos. Cabría, pues, distinguir entre SUMAR-movimiento ciudadano y SUMAR-plataforma político-electoral (pendiente de confirmar la sigla) …

La finalidad del proceso participativo ciudadano tiene una positiva finalidad articuladora y democratizadora del nuevo proyecto y, al mismo tiempo, una función política inmediata: legitimar tu candidatura como portavoz del conjunto y fortalecer tu capacidad para condicionar el carácter y los ritmos de la plataforma político-electoral a construir…

SUMAR, por tanto, se convierte en un grupo político con la prioridad del apoyo, junto con todo el conglomerado, a una candidata que se supone que se presentará por la circunscripción de Madrid y al conjunto de partidos políticos que deben afrontar esta fase electoral y de avance político e institucional…

En todo caso, justificar el monopolio representativo de SUMAR, exigiendo la dilución política de Podemos y los demás grupos políticos, dada la supuesta existencia de un clima general de desconfianza en los partidos y, en particular, por su falta de representatividad actual o futura y su carácter de partidos políticos, no parece muy realista ni, desde luego, muy unitario…

No se puede correr el riesgo de la división con todas las implicaciones que conlleva. La gestión de una solución pactada es prioritaria. Tu responsabilidad en ese proceso es fundamental. Por eso he dirigido a ti esta carta abierta. Espero que se refuerce el liderazgo colectivo de las fuerzas del cambio y, en particular, el tuyo en esa tarea unitaria.”

Referencia web inicial: https://rebelion.org/carta-abierta-a-yolanda-diaz/

La lucha de clases antifranquista. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (20/11/2022) y Rebelión (30/11/2022)

Reseña del libro de Xavier Domènech. La historia social y su aportación teórica y política. Transcribo varios párrafos:

“Empiezo con la reproducción de la primera cita del excelente libro del historiador y exlíder de En Comú Podem Xavier Domènech, Lucha de clases, franquismo y democracia. Obreros y empresarios (1939-1979), que acaba de publicar. Es la culminación de dos décadas de investigación histórica sobre este periodo y no es casualidad que empiece por una referencia del historiador británico, cuyo enfoque sobre la formación de las clases trabajadoras, en cuanto sujeto sociopolítico conformado de forma sociohistórica a través de su experiencia relacional, sus ‘costumbres en común’, compartimos ambos y que he tenido ocasión de tratar recientemente.

Como dice la presentación del libro su hilo conductor es la experiencia de resistencia y conflictividad de los trabajadores y trabajadoras frente a la dictadura franquista. Se trata de la formación de un nuevo y amplio sujeto sociopolítico llamado movimiento obrero, por su composición de clase trabajadora y su contenido reivindicativo sociolaboral. No obstante, además de su carácter de clase, en su propia formación, y de forma desigual según las zonas y sectores, le acompañan tres rasgos identificadores: su composición mixta de género, su sensibilidad plurinacional y su carácter político democratizador y antifranquista. En ese proceso construyeron un mundo de valores y desarrollaron formas de vida y solidaridad, que recogieron muchas tradiciones de gente trabajadora y sus organizaciones precedentes de la época de la República, pero que se adaptaron a las nuevas condiciones económicas y políticas para constituir el principal desafío al franquismo, con una experiencia en común particular y una nueva unidad e identificación de clase, por supuesto, en distintos niveles…

Xavier Domènech hace un acertado y riguroso análisis sociohistórico de la formación de la clase obrera española como sujeto social, es decir, como movimiento obrero, en esas décadas pasadas, a través de la interacción de esas tres dinámicas transformadoras y pertenencias colectivas. En una clase trabajadora diversa había en su interior especificidades nacionales (incluido la fuerte inmigración interior) y de género, así como particularidades de clase obrera distintas y en colaboración con sectores de las clases medias, tanto en los barrios populares cuanto en el ámbito cultural y profesional. La polarización, la lucha de clases, se estableció frente al Régimen franquista y las clases dominantes, conformándose esa identificación colectiva democrática y social, popular y de clase trabajadora, con rasgos plurinacionales y del incipiente feminismo.

Por otra parte, E. P. Thompson y Xavier Domènech con él, aparte del distanciamiento con el estructuralismo o el marxismo economicista y determinista, influyente en los años sesenta y setenta y hoy en declive, profundizan en esta nueva fundamentación teórica sociohistórica y relacional, que comparto. Supera también la retórica posestructuralista, muy diversa, que se ha ido ensanchando en los años ochenta y noventa y que goza de predicamento en diferentes corrientes políticas y movimientos sociales.

Así, explícitamente, critica la posición idealista de que los sujetos son construidos discursivamente y que la experiencia es un evento lingüístico, cuando, de forma realista, hay que destacar su carácter relacional y su proceso evolutivo, inserto en sus condiciones materiales de existencia, así como en el conjunto de tradiciones, normas y valores que permean su subjetividad. Se supera el simple mecanicismo economicista y el culturalismo idealista, por un enfoque más multidimensional e interactivo, con el acento en la experiencia vivida e interpretada del actor o sujeto colectivo. Se reafirma lo social, como dinámica viva y de agencia, vinculada a la realidad real de la gente, frente a su cosificación o su dilución en la abstracción conceptual y la muerte del sujeto.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/lucha-clases-antifranquista/20221120123132205172.html

A la atención de Yolanda Díaz. Antonio Antón, en Público (18/11/2022)

Carta pública que le dirijo a la líder de SUMAR, de la que selecciono aquí varios párrafos:

“Mi intención con estas notas, ante los evidentes desencuentros producidos con referentes de Podemos, es contribuir a aclarar la situación para una articulación unitaria y sólida del espacio del cambio y evitar su fractura, factor clave para avanzar en la mejora social de la mayoría popular y el proceso democratizador del país…

Me preocupa la clarificación del sentido de este proceso y las controversias suscitadas. Desde el principio has dejado clara una característica fundamental: SUMAR no va de partidos políticos, de siglas y puestos. Cabría, pues, distinguir entre SUMAR-movimiento ciudadano y SUMAR-plataforma político-electoral (pendiente de confirmar la sigla) …

O sea, se está ventilando el cambio de primacía dirigente de todo el conglomerado sin explicitar el problema, hasta que ha explotado estos días. En conclusión, las distancias son grandes. Como he pretendido explicar no es solo un debate de ideas más o menos realistas sino de intereses (legítimos) de reconocimiento representativo y de estatus y capacidad de influencia política en una gran encrucijada. Los riesgos de ruptura y división son significativos. Sus consecuencias serían mucho mayores que las de las experiencias traumáticas anteriores.

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En esta ocasión, sus efectos podrían contribuir a impedir la continuidad de otra etapa de progreso y abrir las puertas a la involución derechista, sin que tampoco se beneficie el Partido Socialista (o las izquierdas nacionalistas). Igualmente, demostraría la impotencia política y la incapacidad democrática y unitaria de la nueva representación político-institucional de las fuerzas del cambio, tan duramente construida. La frustración de la gente de izquierdas y la desafección popular podría ser profunda y duradera. No se puede llegar a ese abismo. Hay que atajar cuanto antes ese recorrido. La responsabilidad sería compartida por todos los principales actores. Sería lo de menos, comparado con el desgaste y el sufrimiento colectivo de la mayoría social y de la gente más activa de este histórico proceso de cambio.

Me he dirigido a ti, dando por supuesto tu mayor responsabilidad en la articulación de una solución pactada. Como todos los acuerdos, y tú lo sabes mejor que nadie, supone hacer concesiones mutuas y defender los aspectos básicos comunes. Tu liderazgo se verá fortalecido por ello.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/66072/a-la-atencion-de-yolanda-diaz/

La pugna por el liderazgo en el espacio del cambio. Antonio Antón, en Rebelión (15/11/2022)

Una versión ampliada de ‘SUMAR y la hegemonía en el espacio del cambio’. Destaco varios párrafos:

"Ha saltado una tensión larvada. Hay que aproximarse con el máximo rigor y objetividad sobre su carácter para buscar una solución pactada o, al menos, reducir su impacto negativo. En el conflicto entre Yolanda Díaz y su equipo con la dirección de Podemos existen dos factores específicos. Uno, las diferencias políticas. Dos, la expectativa del cambio de primacía en la gestión política y del poder político-institucional del espacio del cambio renovado…

Hay que analizar e intercambiar valoraciones sobre los intereses, expectativas y aspiraciones de cada fuerza política, siempre respetando el principio de realidad y la apuesta por la unidad en la pluralidad. Muchas veces es difícil de objetivar, pero es el punto de partida imprescindible para acordar los equilibrios representativos que pueden compensarse con otras variables…

Ahora, el debate enconado se sitúa en cuál es el marco político-organizativo que va a tener prevalencia en su decisión, para colocarse mejor en esa negociación y aunque se supone que con una ratificación democrática masiva y las justificaciones políticas correspondientes. Y se dibujan dos posibilidades. O es Yolanda Díaz con su equipo de SUMAR que se arroga la exclusividad de la conducción del proceso. O es a través de una negociación multilateral y abierta con todos los grupos del espacio del cambio y, en particular, con Podemos, hasta ahora la fuerza más representativa y, por supuesto, con el protagonismo de la candidata consensuada…

En conclusión, las distancias son grandes. Como he pretendido explicar no es solo un debate de ideas más o menos realistas sino de intereses (legítimos) de reconocimiento representativo y de estatus y capacidad de influencia política en una gran encrucijada. Los riesgos de ruptura y división son significativos. Sus consecuencias serían mucho mayores que las de las experiencias traumáticas anteriores. En esta ocasión, sus efectos podrían contribuir a impedir la continuidad de otra etapa de progreso y abrir las puertas a la involución derechista, sin que tampoco se beneficie el Partido Socialista (o las izquierdas nacionalistas).

Igualmente, demostraría la impotencia política y la incapacidad democrática y unitaria de la nueva representación político-institucional de las fuerzas del cambio, tan duramente construida. La frustración de la gente de izquierdas y la desafección popular podría ser profunda y duradera. No se puede llegar a ese abismo. Hay que atajar cuanto antes ese recorrido. La responsabilidad sería compartida por todos los principales actores. Sería lo de menos, comparado con el desgaste y el sufrimiento colectivo de la mayoría social y de la gente más activa de este histórico proceso de cambio. El liderazgo de Yolanda Díaz depende de que impulse y se alcance una solución pactada.”

Referencia web original: https://rebelion.org/la-pugna-por-el-liderazgo-en-el-espacio-del-cambio/

SUMAR y la hegemonía en el espacio del cambio. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (13/11/2022)

Artículo con el contenido expresivo del título del que destaco varios párrafos:

“En el conflicto entre Yolanda Díaz y su equipo de SUMAR con la dirección de Podemos se añaden dos factores específicos en el proceso de articulación de las fuerzas del cambio y su renovación y ampliación. Uno, las diferencias políticas. Dos, la expectativa del cambio de primacía en la gestión política y del poder político-institucional del espacio del cambio renovado…

Con respecto a lo primero no hace falta repasar las pequeñas discrepancias, más allá de los ruidos comunicativos instrumentalizados en los medios y redes sociales. Desde mi punto de vista son menores y no impiden un amplio acuerdo político y programático, así como de estrategias y alianzas, arbitrando la regulación de la pluralidad… Si se aspira a desarrollar un proyecto de país para una década es preciso avanzar en el contenido, condiciones y marco temporal de los tres aspectos encadenados: programa, estrategia y sujeto político y social…

Es necesario un reformismo fuerte con políticas públicas protectoras, reguladoras y distribuidoras, basadas en la igualdad y las libertades individuales y colectivas. Así, aunque haya distintas sensibilidades más moderadas o transversales o más transformadoras y confrontativas, no creo que sea motivo de ruptura política. Las dinámicas reformadoras de fondo dependen de la activación cívica, aspecto fundamental que a veces queda en la periferia de las estrategias políticas. En todo caso, sí es imprescindible regular los conflictos políticos y orgánicos, respetar la pluralidad, fortalecer la cultura unitaria y los procedimientos democráticos, decisorios y de debate, y desechar todo tipo de sectarismos, prepotencias y descalificaciones…

Hay que analizar e intercambiar valoraciones sobre los intereses, expectativas y aspiraciones de cada fuerza política, siempre respetando el principio de realidad y la apuesta por la unidad en la pluralidad… Lo que parece evidente, al menos para las elecciones generales por su sistema electoral, es que la unidad es posible, positiva y deseable… Queda formalizada una sigla, en febrero, aspirante a ser la principal representación orgánica y pública, diferenciada de las estructuras de los partidos de todo el conglomerado…

No se puede llegar a ese abismo. Hay que atajar cuanto antes ese recorrido. La responsabilidad sería compartida por todos los principales actores. Sería lo de menos, comparado con el desgaste y el sufrimiento colectivo de la mayoría social y de la gente más activa de este histórico proceso de cambio. El liderazgo de Yolanda Díaz depende de que impulse y se alcance una solución pactada.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/yolanda-diaz-sumar-hegemonia-espacio-cambio/20221113092429204901.html

Frente a la violencia machista. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (7/11/2022)

El avance feminista en la sociedad es una evidencia, tal como he señalado en el libro “Dinámicas transformadoras. Renovación de la izquierda y acción feminista, sociolaboral y ecopacifista”. Lejos de las explicaciones esencialistas hay que exponer la diversa realidad social. Hay más conciencia feminista en las personas jóvenes y casi en dos tercios de mujeres y un tercio de varones, incrementándose estos porcentajes en los últimos años.

Es decir, existe una proporción de dos a uno, favorable a las mujeres, en la vinculación colectiva con el feminismo en ese nivel básico de actitud favorable a la igualdad de hombres y mujeres. Pero si consideramos a la gente activa que ha participado en la acción colectiva feminista estos años, unos cuatro millones de personas que propiamente es la base directa del movimiento feminista en cuanto sujeto sociopolítico, la proporción de mujeres aumenta, y todavía se incrementa más si contamos solo las personas más estables y organizadas, de varias decenas de miles, con abrumadora mayoría de mujeres…

[La violencia machista] Es un hecho grave y masivo. Reconocerlo no es ser victimista; es un ejercicio imprescindible de realismo para transformarlo. Esa lacra genera una pérdida de calidad democrática, convivencial y solidaria en la sociedad. Y la impotencia institucional no se la pueden permitir el feminismo y, en general, las fuerzas progresistas. El Gobierno de coalición, pienso, que debe ser consciente de ello. Los resultados de la reciente ‘Macroencuesta de la Violencia contra la Mujer’ confirman la amplitud de la violencia machista, en particular hacia las mujeres jóvenes: Un 38% de las encuestadas de entre dieciséis y veinticuatro años contesta que ha padecido violencia en su pareja y el 21% fuera de ella. La diferencia es significativa respecto de las mujeres adultas (de veinticinco y más años), cuyos porcentajes de haber sufrido violencia en la pareja y fuera de ella son, respectivamente, el 22% y el 12%. Si vamos al acoso sexual, la dimensión de los datos es también desigual por edad, pero muy altos: el 60% en las jóvenes y el 38% en las adultas han sufrido esa experiencia. No es de extrañar que sean las mujeres jóvenes, en las que se acumulan la coacción de la violencia y el acoso machista, la precariedad de sus condiciones laborales y las desventajas en sus trayectorias vitales las que abanderen la conciencia y la acción feministas.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/frente-violencia-machista-feminismo-genero-mujeres/20221107130539204690.html

Una segunda versión se publica en Rebelión (19/11/2022): https://rebelion.org/frente-a-la-violencia-machista/

La estrategia reaccionaria segregadora. Antonio Antón, en CTXT (7/11/2022)

Una crítica a la estrategia divisiva de la extrema derecha:

“Como sabemos, y la experiencia masiva de estos años ha evidenciado, esa idea del ascenso social generalizado por méritos propios ha perdido credibilidad entre mayorías ciudadanas, ya que los ganadores son minoría y utilizan sus privilegios de poder. La realidad de la desigualdad social y la discriminación y sus causas estructurales e institucionales son palpables mayoritariamente.

Por tanto, la dinámica neoliberal y conservadora debe ser más sofisticada: aparte de promover la segmentación y el individualismo, potencia las ventajas relativas y los agravios comparativos de cada escalón de la estructura social respecto de su peldaño inferior. Es el fundamento divisivo de la reacción insolidaria del ‘sálvese quien pueda’, también en el ámbito grupal, para que cada segmento social aproveche los escasos recursos disponibles de una posición relativa ventajosa y compitan entre sí…

Comento, brevemente, la polarización de la actitud entre las formaciones progresistas y las fuerzas reaccionarias de extrema derecha en un campo sociopolítico significativo. Me refiero al ámbito nacional y de origen étnico, o sea, al racismo y el nacionalismo excluyente…

No me extiendo, lo que pongo de relieve en ambos casos es la argumentación victimista de lo español (o la nación española como dice VOX), que estaría arrinconado o en riesgo casi de supervivencia por enemigos ‘exteriores’ de otras culturas, que como con la inmigración tenderían a la disgregación ‘nacional’, o por otros nacionalismos, como el catalán, que destruirían lo español en Cataluña, empezando por el idioma castellano y terminando con el desmontaje de las estructuras del Estado (centralista) con la colaboración de las izquierdas… traidoras a España por su propio interés corporativo de controlar el poder y, por tanto, ilegítimas. Es la estrategia segregadora que la extrema derecha promueve de forma sistemática, que hay que frenar.”

Referencia web original: https://ctxt.es/es/20221101/Firmas/41243/Antonio-Anton-vox-victimismo-derecha-privilegios-extrema-derecha.htm

Soberanía popular y movimiento cívico. Antonio Antón, en Rebelión (3/11/2022)

Reflexión sobre la participación ciudadana como base de la democracia. Destaco varios párrafos:

“En la mejor tradición democrática, desde la Revolución Francesa, el pueblo es la base de la legitimidad del poder político, es el fundamento de la soberanía popular, de sus instituciones representativas y de los poderes del Estado. Por tanto, es la mayoría social y ciudadana, de forma directa en las elecciones y expresiones públicas o a través de su representación institucional, libremente elegida, la que tiene la legitimidad democrática para decidir las políticas públicas y el tipo de Régimen político, así como los ejes del contrato social y cívico de país.

Existe una amplia tradición popular latinoamericana, desde hace un siglo, expresada en la idea de que ¡Sólo el pueblo salva al pueblo!. Ha cobrado relevancia política y mediática por las victorias de las fuerzas populares progresistas y de izquierda en Chile y Colombia, que con amplios procesos participativos, unitarios y democráticos también se han acogido a una idea similar: ¡El pueblo unido jamás será vencido!. Suponen una experiencia variada pero con una característica común: la diferenciación política frente a los poderosos y sectores reaccionarios, junto con la activación cívica popular…

Por otro lado, las fuerzas del cambio y su nueva configuración de frente amplio, junto con el proyecto SUMAR, aparte de su adecuación y responsabilidad política y orgánica, deberían conseguir una mayor consistencia y unidad estratégica, con un debate abierto y unitario que permita profundizar en un proyecto progresista de país, fortalezca un movimiento cívico e impulse las dinámicas transformadoras y de renovación de las izquierdas. Es el reto que se está ventilando ahora: combinar una dinámica participativa ciudadana con la recomposición de la representación política.”

Referencia web original: https://rebelion.org/soberania-popular-y-movimiento-civico/

Victimismo y emancipación. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 217 (noviembre 2022)

“Este ensayo trata tres aspectos interrelacionados en torno a esas dos ideas clave del título. El primero, a raíz de la idea popular de ¡Solo el pueblo salva al pueblo!, revaloriza la activación cívica de las capas populares como motor para el cambio social y político de progreso. El segundo, El victimismo y su instrumentalización, critica la reacción ultraderechista y su involución autoritaria y machista que manipula el victimismo de algunos sectores sociales con una posición de ventaja relativa para incrementar la división, la segregación y la neutralización de las demandas de las mayorías populares subalternas y las fuerzas progresistas. El tercero, La liberación femenina la protagonizan las mujeres, explica los fundamentos del feminismo como proceso igualitario liberador respecto de la persistente desigualdad de género y la violencia machista, con la implicación mayoritaria de las mujeres. Añade la precisión de que el movimiento feminista no es victimista ni exagera la situación de subordinación y discriminación de las mujeres, sino que es realista y su necesaria reafirmación transformadora constituye, junto con otros procesos democratizadores, un motor emancipador para el conjunto de la sociedad.”

Referencia web original: https://mientrastanto.org/217/ensayo/victimismo-y-emancipacion/

Reseña publicada por la Federación Española de Sociología (FES)

“Este libro consta de seis capítulos complementarios. Los dos primeros sitúan el marco general de la trayectoria política progresista y varios de los debates sobre el diagnóstico y la estrategia reformadora de las izquierdas. Los tres siguientes profundizan en tres aspectos específicos (sociolaboral, feminismo y pacifismo) de gran relevancia, que tienen un impacto global: los cambios en el mercado de trabajo y las relaciones laborales, en este contexto de persistencia de la crisis social y la gestión del Gobierno de coalición progresista; los retos del feminismo y el debate sobre su orientación y su identidad, y la configuración de un nuevo pacifismo ante la guerra en Ucrania y los actuales conflictos geopolíticos. Y el sexto es una valoración más teórica sobre el papel de las identidades, la conformación de los sujetos colectivos y la acción por la hegemonía ideológico-cultural.”

Ediciones Dyskolo (305 pp.). Descarga libre: https://payhip.com/preview/VjlmR

Referencia web original: https://fes-sociologia.com/noticia/Dinamicas-transformadoras-Renovacion-de-la-izquierda-y-accion-feminista-sociolaboral-y-ecopacifista-Antonio-Anton-Moron-1666270776

La liberación femenina la protagonizan las mujeres. Antonio Antón, en Público (23/10/2022)

Analizo la persistencia la desigualdad de género, la apuesta contra la violencia machista y la idea de que el feminismo no es victimista, para explicar la conclusión general de que son las mujeres, con distintos niveles de implicación, las que protagonizan realmente la acción feminista y su propia liberación. Selecciono varios párrafos:

“Lejos de las explicaciones esencialistas hay que exponer la diversa realidad social. Hay más conciencia feminista en las personas jóvenes y casi en dos tercios de mujeres y un tercio de varones, incrementándose estos porcentajes en los últimos años.

Es decir, existe una proporción de dos a uno, favorable a las mujeres, en la vinculación colectiva con el feminismo en ese nivel básico de actitud favorable a la igualdad de hombres y mujeres. Pero si consideramos a la gente activa que ha participado en la acción colectiva feminista estos años, unos cuatro millones de personas que propiamente es la base directa del movimiento feminista en cuanto sujeto sociopolítico, la proporción de mujeres aumenta, y todavía se incrementa más si contamos solo las personas más estables y organizadas, de varias decenas de miles, con abrumadora mayoría de mujeres.

Por tanto, el feminismo tiene una composición mixta y es inclusivo respecto del sexo/género con aceptación de la cooperación de varones solidarios frente a las lacras patriarcales que también les afectan. Pero el protagonismo emancipador corresponde a las mujeres. Está derivado de su experiencia de padecer discriminación y la actitud crítica ante ella, así como del mayor peso cuantitativo y cualitativo de su conciencia y su participación feministas. En consecuencia, tampoco vale un planteamiento abstracto, elitista o indiferenciado respecto de la realidad desigual y su supresión. Se combinan la experiencia desventajosa vivida como injusta, la oposición a la misma y la actitud superadora de la desigualdad de género (y entre los géneros) …

La amplia ola feminista desde 2018, con una masiva indignación cívica y exigencia de cambios (en el contexto internacional del movimiento Me Too), cuestionó esa inacción institucional para dar una respuesta sustantiva, precisamente, ante dos nuevos hechos. En primer lugar, el agravamiento de las desventajas femeninas en los dos campos fundamentales: por un lado, la violencia machista (la movilización frente a la agresión de la ‘Manada’ en Pamplona fue un desencadenante de ese malestar y solidaridad feministas) y, por otro lado, las brechas laborales y la subordinación y los sobresfuerzos femeninos ante la crisis socioeconómica, la exigencia de cuidados y los recortes sociales. En segundo lugar, un nuevo contexto sociopolítico desde comienzos de esa década con la activación cívica y la articulación de un campo sociopolítico alternativo que favorecía la movilización popular progresista…

Todavía estamos asistiendo a la persistencia de la gravedad de la discriminación, la opresión y la violencia contra las mujeres y colectivos LGTBI. La acción feminista contra la desigualdad de género, en el doble campo institucional y cívico, es fundamental. El refuerzo de la identificación feminista, igualitaria-emancipadora, frente al machismo, opresivo-dominador, sigue siendo decisivo. Veamos solo unos datos recientes…

La experiencia del feminismo en estos más de dos siglos lo confirma: la liberación y la igualdad de las mujeres la protagonizan ellas mismas, con la cooperación de varones solidarios y agentes sociales e institucionales progresistas frente a la reacción machista, autoritaria y derechista que constituyen el adversario principal. La principal trampa es caer en la retórica y el formalismo sin llevar a cabo un proceso reformador sustantivo que dé confianza a las capas subalternas en el avance de su bienestar y credibilidad a la representación social e institucional tras un proyecto transformador de progreso. El motor del cambio es el refuerzo del feminismo con una perspectiva igualitaria-emancipadora.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/65259/la-liberacion-femenina-la-protagonizan-las-mujeres/

El victimismo y su instrumentalización. Antonio Antón, en Rebelión (20/10/2022)

Análisis crítico de la potenciación derechista del agravio comparativo y del victimismo como estrategia reaccionaria, diferenciado de la legítima indignación popular. Selecciono varios párrafos:

“Ante la exigencia generalizada de reconocimiento social, protección institucional y redistribución pública se suele producir por los poderes públicos una segmentación de las prioridades y la doble dinámica de negación de unos sectores y el ensalzamiento de otros. El conflicto entre clases populares y poder establecido, entre ricos y pobres, se distorsiona con una fragmentación, invisibilidad y jerarquización de los grupos desfavorecidos y una difuminación de los privilegiados.

Por un lado, se produce un victimismo divisivo que en el plano colectivo y político es instrumentalizado por la reacción derechista para ganar apoyo social en ese segmento de (supuestas) víctimas y contraponerlo a dinámicas progresistas. Por otro lado, se genera un malestar cívico justificado por el descenso social y las dificultades vitales, aunque a veces esa subjetividad tiene una valoración unilateral o parcial sobre las causas, prioridades, responsabilidades y alternativas que es, precisamente, la compleja labor que resolver por parte de la mediación política y sociocultural para darle un sentido transformador y unitario de progreso. Es el reto de la intermediación de los partidos políticos y los medios de comunicación que, como se sabe, han perdido credibilidad popular, debilitándose su función representativa y articuladora de las opiniones ciudadanas y su conversión en políticas públicas útiles para la gente.

El primer tipo de victimismo se conecta enseguida con los poderosos y las estructuras del Estado para sacar ventaja ilegítima sobre otros sectores populares sobre los que ejercer su sometimiento compartido con el poder autoritario, con una orientación de fondo antisocial y antidemocrática. Constituye el auténtico victimismo reaccionario instrumentalizado para una dinámica prepotente y segregadora.

El segundo tipo de malestar no es estrictamente victimismo, sino simplemente justa indignación popular, aunque puede conllevar algunas tendencias corporativas, sectarias y fanáticas que suelen ser minoritarias y marginales. Hay una delgada línea entre los dos tipos de queja que no hay que traspasar. La respuesta del poder establecido es siempre la eliminación del descontento cívico sin atacar sus causas, es decir, con la resignación pasiva o la amenaza de represión, o bien, como en el primer caso, con su manipulación en beneficio del grupo de poder correspondiente…

Como sabemos, y la experiencia masiva de estos años ha evidenciado, esa idea ha perdido credibilidad entre mayorías ciudadanas, ya que los ganadores son minoría y utilizan sus privilegios de poder. La realidad de la desigualdad social y la discriminación y sus causas estructurales e institucionales son palpables mayoritariamente. Por tanto, la dinámica neoliberal y conservadora debe ser más sofisticada: aparte de promover la segmentación y el individualismo, potencia las ventajas relativas y los agravios comparativos de cada escalón de la estructura social respecto de su peldaño inferior. Es el fundamento divisivo de la reacción insolidaria del ‘sálvese quien pueda’, también en el ámbito grupal, para que cada segmento social aproveche los escasos recursos disponibles de una posición relativa ventajosa y compitan entre sí.”

Referencia web original: https://rebelion.org/el-victimismo-y-su-instrumentalizacion/

¡Sólo el pueblo salva al pueblo!. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (19/10/2022)

Empezando con esa idea básica de tradición popular latinoamericana explico los fundamentos de la liberación de las capas populares a través de su acción colectiva democrática, de importancia para la formación de los movimientos cívicos y la recomposición y renovación del espacio del cambio en España. Selecciono varios párrafos:

“En todo caso, la conclusión normativa está clara. Es la mayoría social y ciudadana, de forma directa en las elecciones y expresiones públicas o a través de su representación institucional, libremente elegida, la que tiene la legitimidad democrática para decidir las políticas públicas y el tipo de Régimen político, así como los ejes del contrato social y cívico de país…

Son las personas y grupos sociales discriminados los más interesados en suprimir esa desventaja y acceder a los recursos sociales y materiales y el estatus ciudadano en condiciones iguales y libres…

No obstante, para la acción colectiva es importante la experiencia relacional, vivida e interpretada, pero no de la resignación y la adaptación a esa dinámica de subordinación sino, partiendo de esa realidad, de los esfuerzos individuales y las prácticas colectivas para superarla. Es decir, la cultura igualitaria y emancipadora se configura a través del comportamiento real y sustantivo por salir de la discriminación y avanzar en unas relaciones libres e iguales. Y esto último, es lo que va conformando la identificación colectiva progresista y la dinámica transformadora con un perfil emancipador, reforzado, en todo caso, con la explicación teórica del conjunto del proceso y sus conexiones estructurales y contextuales. Por tanto, es decisiva la vinculación, de forma directa o solidaria, con esa realidad doble: vivencia e interpretación de la injusticia y actitud de superarla…

En consecuencia, el problema analítico y sociopolítico es la formación de las fuerzas sociales y políticas de progreso, de base popular y en confrontación con los poderosos, superando la desconfianza popular en los partidos políticos. El propio Presidente socialista del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comprendido, aunque sea parcialmente y a efectos discursivos y de estrategia electoral, la nueva realidad y la conveniencia de su reorientación política hacia un reformismo fuerte, aunque sin abandonar del todo las pretensiones centristas y cierta moderación.

Por otro lado, las fuerzas del cambio y su nueva configuración de frente amplio, junto con el proyecto SUMAR, aparte de su adecuación y responsabilidad política y orgánica, deberían conseguir una mayor consistencia y unidad estratégica, con un debate abierto y unitario que permita profundizar en un proyecto progresista de país, fortalezca un movimiento cívico e impulse las dinámicas transformadoras y de renovación de las izquierdas. Es el reto que se está ventilando ahora: combinar una dinámica participativa ciudadana con la recomposición de la representación política.

Y para ello, aunque sea un ámbito complejo y costoso y, en cierto sentido, periférico respecto de la tarea principal del impulso de un movimiento ciudadano y el refuerzo de una formación política alternativa, hay que realizar un esfuerzo de investigación y debate teórico: superar las interpretaciones y discursos de economicismo mecanicista y de culturalismo elitista o socioliberal, ambos idealistas y disfuncionales por su desarraigo popular cuando, sobre todo, se trata de desarrollar un nuevo sujeto de cambio de progreso con un proceso reformador sustantivo que supere el continuismo liberal y la involución reaccionaria. Y eso sólo es posible con la activación y el protagonismo de las capas populares.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/solo-pueblo-salva-neoliberalismo-lucha-clases-latinoamerica/20221019134102204043.html

Acción sociopolítica y/o lucha ideológica. Antonio Antón, en Rebelión (13/10/2022)

Selecciono varios párrafos de este artículo:

“En mi último libro “Dinámicas transformadoras. Renovación de la izquierda y acción feminista, sociolaboral y ecopacifista”, analizo, entre otras cosas, los dos componentes, la acción sociopolítica y la actividad ideológica o cultural, que son complementarios pero también pueden estar en conflicto. Van siempre combinados, pero se trata de valorar las prioridades y sus jerarquías en la acción sociopolítica y cultural, en cada contexto. Aquí voy a precisar esta cuestión. La acción cultural es fundamental, claramente desde Gramsci, aunque ha tenido interpretaciones más culturalistas o más materialistas. La subjetivación o la identificación colectiva son elementos fundamentales para conformar sujetos colectivos transformadores. La dicotomía se establece sobre la prevalencia política y normativa entre la guerra cultural o combate ideológico o, bien, la activación popular con su orientación estratégica y teórica y la organización social… En definitiva, hay que dar más relevancia a vincularse y empujar la ola (o una marea suave), conscientes de ser un actor complementario en procesos más complejos que dependen de diversas circunstancias sociohistóricas, estructurales y político-institucionales que median sobre la realidad social. Supone cambiar de prioridades estratégicas, con talantes más democráticos e inclusivos. El cambio político-ideológico, para combinar realismo analítico y voluntad transformadora, será relevante para reforzar la nueva representación de la izquierda alternativa y fortalecer las dinámicas transformadoras de progreso. El reto inmediato: la configuración unitaria de un frente amplio, creíble y con un reformismo fuerte, asentado en una renovada corriente progresista de izquierdas.”

Referencia web: https://rebelion.org/accion-sociopolitica-y-o-lucha-ideologica/

Lucha de clases y/o pugnas identitarias. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (12/10/2022)

“En un artículo reciente, “La identificación de clase”, explicaba que la clase social trabajadora o popular, como sujeto de carácter sociopolítico, como dice el historiador E. P. Thompson, se forma a través de su experiencia relacional en el conflicto socioeconómico, la pugna sociopolítica y la diferenciación cultural respecto de las clases dominantes. En otro artículo “Significados del movimiento identitario”, exponía una reflexión sobre el significado y el contexto de los identitarismos o movimientos identitarios y su relación con los procesos igualitarios-emancipadores. Son aspectos que trato extensamente en el último libro “Dinámicas transformadoras. Renovación de la izquierda y acción feminista, sociolaboral y ecopacifista”. Aquí doy un paso más para profundizar en esta relación complementaria y contradictoria entre lucha de clases y/o pugnas identitarias para luego tratar el papel de la ideología y la lucha ideológica en la formación de los sujetos colectivos.”

Referencia web: https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/lucha-clases-pugnas-identitarias/20221012081046203784.html

Referencia web de la versión inicial en Rebelión (22/09/2022): https://rebelion.org/lucha-de-clases-y-o-pugnas-identitarias/

El surfismo y la ola. Antonio Antón, en Público (6/10/2022)

Me centro aquí en un aspecto particular pero que constituye un hilo conductor: la relación entre la experiencia cívica y popular y la configuración de su representación político electoral. Metafóricamente y de forma esquemática entre la ola y el surfismo. Transcribo la introducción de este artículo:

“En las últimas semanas he escrito varios artículos sobre las clases sociales, al calor de su revitalización por la dirección socialista en su confrontación con la derecha. Se trata de adoptar una visión más multidimensional del carácter y los conflictos de clase, considerando la existencia de tensiones irreductibles a ese marco o bien tendencias que son transversales o mixtas. La resignificación de las palabras clase y lucha de clases es fundamental para evitar malentendidos y clarificar lo principal, el carácter de la pugna sociopolítica de capas subalternas, con sus procesos de configuración de sus identidades colectivas y su formación como sujetos colectivos con dinámicas transformadoras y democráticas. Igualmente, hay que clarificar el significado de la llamada guerra cultural, pugna ideológica o disputa por el sentido.

Acabo de publicar el libro “Dinámicas transformadoras. Renovación de la izquierda y acción feminista, sociolaboral y ecopacifista”, donde desarrollo esta visión, junto con el análisis de las principales tendencias populares de cambio progresista. Me centro aquí en un aspecto particular pero que constituye un hilo conductor: la relación entre la experiencia cívica y popular y la configuración de su representación político electoral. Metafóricamente y de forma esquemática entre la ola y el surfismo.

Estamos ante cierto agotamiento de la experiencia de esta larga década en los dos aspectos fundamentales: el carácter e intensidad de la ola y la articulación político institucional de su representación, el o la surfista, junto con la incertidumbre sobre la dimensión del campo electoral alternativo que interrelaciona ambos.

Es el marco de preocupación para la renovación y la configuración del llamado frente amplio y el proyecto de Sumar de Yolanda Díaz, que habrá que valorar en otro momento. Ahora solamente señalo un aspecto general en el marco de la interacción entre, por un lado, la acción sociopolítica contando con los factores estructurales e histórico-relacionales de las mayorías populares (ola), y por otro lado, la acción discursiva-comunicativa y la gestión representativa e institucional de unas élites políticas progresistas (surfista).”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/64442/el-surfismo-y-la-ola/

Dinámicas transformadoras y renovación de la izquierda. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (4/10/2022) y Mientras tanto nº 217 (1/11/2022)

Acabo de publicar el libro titulado las “Dinámicas transformadoras. Renovación de la izquierda y acción feminista, sociolaboral y ecopacifista”, del que expongo su presentación en este artículo del que entresaco varios párrafos:

“Explica las características y el marco de la acción democrática y los dilemas de la política progresista, así como las tendencias transformadoras de carácter sociopolítico en España, en el marco europeo y desde un enfoque realista, social y crítico que profundiza en varios conceptos fundamentales para clarificar los procesos de cambio político, como la formación de las identificaciones, los sujetos colectivos y la hegemonía ideológica.

Consta de seis capítulos complementarios. Los dos primeros sitúan el marco general de la trayectoria política progresista y varios de los debates sobre el diagnóstico y la estrategia reformadora de las izquierdas. Los tres siguientes profundizan en tres aspectos específicos (sociolaboral, feminismo y pacifismo) de gran relevancia, que tienen un impacto global: los cambios en el mercado de trabajo y las relaciones laborales, en este contexto de persistencia de la crisis social y la gestión del Gobierno de coalición progresista; los retos del feminismo y el debate sobre su orientación y su identidad, y la configuración de un nuevo pacifismo ante la guerra en Ucrania y los actuales conflictos geopolíticos. Y el sexto es una valoración más teórica sobre el papel de las identidades, la conformación de los sujetos colectivos y la acción por la hegemonía ideológico-cultural…

Los textos son el resultado de tres investigaciones académicas, dos de ellas presentadas en el reciente XIV Congreso de Sociología (29 de junio a 2 de julio de 2022), y de la reelaboración de artículos y ensayos publicados en los últimos meses en varios medios, entre ellos Nueva Tribuna.

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/dinamicas-transformadoras-renovacion-izquierda-libro-cultura-izquierda/20221004121208203478.html

Identidad, sujeto y hegemonía. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 216 (octubre 2022)

En este ensayo explico siete aspectos: 1. En torno a E. P. Thompson, Laclau y Gramsci. 2. Ni marxista ni posmarxista. 3. Importancia de la ideología y prioridad a las dinámicas transformadoras. 4. Lucha de clases y/o pugnas identitarias. 5. Acción sociopolítica y/o lucha ideológica (o disputa por el sentido). 6. La ola y el surfista. 7. La prevalencia en la formación de sujetos no es la ideología, es la experiencia cívica. Transcribo el primer párrafo:

“En este texto, bajo este título con esos tres conceptos ‘Identidad, sujeto y hegemonía”, trato las características y la interacción de esos procesos constitutivos de las fuerzas sociopolíticas con una perspectiva progresista o igualitario emancipadora. Tiene dos partes. La primera es una reflexión más teórica en la que parto del comentario de tres interesantes libros de teoría social con referencias ideológicas más generales para definir la importancia de la ideología y el debate cultural y la necesidad de superar el marxismo y el postmarxismo. La segunda explica un aspecto fundamental de esa conversación: la interacción entre lucha de clases y pugna cultural o, bien, la combinación entre acción sociopolítica y lucha ideológica, en el marco del proceso renovador de la izquierda.”

Referencia web original: https://mientrastanto.org/216/ensayo/identidad-y-hegemonia/

Una valoración de tres libros de Xavier Domènech, Antonio Gómez Villar y José Luis Villacañas/Anxo Garrido, con esas distintas referencias intelectuales, en pro de un diálogo fructífero y una renovación teórica. Destaco varios párrafos:

“Dos aspectos son destacables y se entrecruzan en los tres textos: la relación de identidad popular, sujeto sociopolítico y hegemonía político-cultural, y la interacción entre la pugna sociopolítica (o lucha de clases) y la guerra cultural (o lucha ideológica o disputa por el sentido). Las perspectivas teóricas son diversas aunque se excluyen dos corrientes ideológicas, frente a las que se utilizan abundantes y acertados argumentos críticos. Por una parte, el liberalismo o el socioliberalismo, y por otra parte, el marxismo más economicista y determinista.

Las referencias teóricas más relevantes que enmarcan cada libro son las siguientes. En el primero, E. P. Thompson, que se definía como un humanista y materialista histórico, distanciado del marxismo ortodoxo althusseriano, y que a mi modo de ver supera la dicotomía estructura/superestructura a través de la experiencia relacional de los agentes subalternos y una revalorización de lo común. En el segundo, Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, postmarxistas defensores del populismo de izquierda y la relevancia del discurso en la construcción de la realidad social, aunque en el texto también se valoran los componentes estructurales y las aportaciones thompsonianas sobre el proceso histórico-relacional. Y en el tercero, Antonio Gramsci, el marxista más heterodoxo de entreguerras por la importancia que le da a la hegemonía cultural para la acción política transformadora e influyente en la evolución del eurocomunismo o neolaborismo (del que se reclama deudora la propia vicepresidenta Yolanda Díaz y gran parte de su equipo); desde ese enfoque gramsciano se abre un diálogo, por una parte, con la teoría populista, y por otra parte con el republicanismo cívico, del que el propio Villacañas es un experto…

Pues bien, los textos mencionados suponen aproximaciones para superar este bloqueo teórico y discursivo de estas décadas. Tienen un doble valor. Por un lado, de diálogo intelectual con un talante abierto, comprensivo y argumentado, que es de agradecer en el actual contexto de cierto sectarismo corporativo y fanatismo y rigidez de pensamiento; por otro lado, sitúa ese debate teórico en la coyuntura estratégica de los cambios político-sociales progresistas, referenciados principalmente al marco español, europeo y latinoamericano. Como casi siempre, la elaboración teórica progresista va por detrás de la experiencia popular del conflicto sociopolítico y exige, particularmente a las izquierdas y la intelectualidad crítica, una profunda renovación de pensamiento basado en un doble criterio: realismo analítico y voluntad transformadora…

Hay que dejar atrás la idea de una fuerte unidad ideológica y una gran cohesión organizativa de un bloque sociopolítico homogéneo. La experiencia de este último medio siglo y, en particular, de esta última y larga década, aportan muchas enseñanzas en esos tres campos cruciales en los que apunto más bien una actitud de seriedad crítica, voluntad unitaria y flexibilidad articuladora: Supone revalorizar el debate teórico riguroso, priorizar los acuerdos político-estratégicos transformadores y regular el pluralismo político organizativo, todo ello bajo el prisma de un proyecto de país (de Europa y del mundo) más justo y democrático. Estos tres libros, desde su seriedad científica y diversidad ideológica, aportan una saludable profundización y renovación teórica.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/63798/identidad-y-hegemonia-en-torno-a-e-p-thompson-laclau-y-gramsci/

Acción sociopolítica y/o lucha ideológica. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (22/09/2022)

Transcribo varios párrafos de esta reflexión crítica:

“Los dos componentes, la acción sociopolítica y la actividad ideológica o cultural, son complementarios pero también pueden estar en conflicto. Van siempre combinados, pero se trata de valorar las prioridades y sus jerarquías en la acción sociopolítica y cultural, en cada contexto. La acción cultural es fundamental, claramente desde Gramsci, aunque ha tenido interpretaciones más culturalistas o más materialistas. La subjetivación o la identificación colectiva son elementos fundamentales para conformar sujetos colectivos transformadores. La dicotomía se establece sobre la prevalencia política y normativa entre la guerra cultural o combate ideológico o, bien, la activación popular con su orientación estratégica y teórica y la organización social…

Por tanto, la cuestión a dilucidar es la dimensión de la prioridad a la acción comunicativa-discursiva o cultural-ideológica para conformar movimiento popular o espacios sociopolíticos, ampliar los campos electorales y ganar representación político-institucional de las fuerzas progresistas o izquierdas transformadoras… Pues bien, estamos ante cierto agotamiento de la experiencia de esta larga década en los dos aspectos fundamentales: el carácter e intensidad de la ola y la articulación político institucional de su representación, el surfista, junto con la incertidumbre sobre la dimensión del campo electoral alternativo que interrelaciona ambos…

La iniciativa articuladora de Podemos consistió, no en crear esa ola o campo sociopolítico crítico, formado en el lustro anterior, sino en ofrecerle un cauce electoral y una representación político institucional adecuados y, por tanto, darle más consistencia política, continuidad como agente sociopolítico y operatividad reformadora…

Es la tarea que parece que intenta abordar Yolanda Díaz y su equipo: conformar y fortalecer un movimiento ciudadano y articular una nueva plataforma político-electoral. Habrá que volver sobre ello en la medida que se avance en su clarificación. Ahora solo menciono una dificultad general: el peso ideológico de una lectura irrealista de la estrategia alternativa derivada del idealismo discursivo de la teoría populista, que es contraproducente para reajustar las tareas de refuerzo de la ola y el surfista; es decir, el movimiento popular y el campo sociopolítico alternativo, por un lado, y la nueva y unitaria representación política, por otro lado…

En definitiva, hay que dar más relevancia a vincularse y empujar la ola (o una marea suave), conscientes de ser un actor complementario en procesos más complejos que dependen de diversas circunstancias sociohistóricas, estructurales y político-institucionales que median sobre la realidad social. Supone cambiar de prioridades estratégicas, con talantes más democráticos e inclusivos. El cambio ideológico, para combinar realismo analítico y voluntad transformadora, será relevante para reforzar la nueva representación de la izquierda alternativa y fortalecer las dinámicas transformadoras de progreso.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/accion-sociopolitica-lucha-ideologica-15m-podemos-sumar/20220922123208203042.html

Lucha de clases y/o pugnas identitarias. Antonio Antón, en Rebelión (22/09/2022)

Doy un paso más para profundizar en esta relación complementaria y contradictoria entre lucha de clases y/o pugnas identitarias para luego tratar el papel de la ideología y la lucha ideológica en la formación de los sujetos colectivos. Selecciono varios párrafos:

“Se trata de adoptar una visión más multidimensional del carácter y los conflictos de clase, considerando la existencia de tensiones irreductibles a ese marco o bien tendencias que son transversales o mixtas…

Esa resignificación de las palabras clase y lucha de clases es fundamental para evitar malentendidos y aclarar lo principal, el carácter de la pugna sociopolítica de capas subalternas,con sus procesos de configuración de sus identidades colectivas y su formación como sujetos colectivos con dinámicas transformadoras y democráticas. Igualmente, hay que aclarar el significado de la llamada guerra cultural, pugna ideológica o disputa por el sentido…

Se trata de una renovada cultura democrática progresista y de izquierdas con fuerte contenido de justicia social que contribuye a conformar una cierta identificación cívico-popular diferenciada de los y las derechas reaccionarias, es decir, una poderosa pertenencia colectiva a un bloque sociopolítico o tendencia sociocultural en conflicto con el bloque de poder.

Es lo más parecido a la realidad que expresaba la vieja terminología de la lucha o conflicto de clases. Así, existe una interacción de la acción sociolaboral y económica-distribuidora-protectora con las experiencias e identificaciones en los otros campos sociopolíticos o movimientos sociales que están compartidos por muchas personas subalternas con una intersección experiencial o identidad múltiple y mestiza, de lo que se ha venido a denominar un espacio morado, verde y rojo, con su vertiente territorial y democratizadora.

Hay que superar esa dicotomía convencional de lo cultural, que no es solo lo subjetivo, y lo material, que no debe confundirse solo con lo económico sino que incorpora las relaciones sociales de dominación/subordinación que son hechos sociales bien materiales que condicionan los vitales y la igualdad y la libertad de las personas y grupos sociales…

Antes he asociado estas posiciones de la prevalencia de la acción comunicativa-discursiva con la teoría populista, dominante en la dirección inicial de Podemos, es decir, compartidas por el llamado pablismo y el errejonismo. Doy por supuesto que estas formulaciones ideológicas comunes pueden estar asociadas a posiciones políticas estratégicas distintas por su impacto político. Así, como se sabe, con ese rasgo común afín a un enfoque populista o posestructuralista de sobrevaloración del componente cultural-ideológico hay distintas sensibilidades políticas. Podemos resumir, en el caso de Íñigo Errejón, una preferencia por la transversalidad y una actitud más moderada; y en el caso de Pablo Iglesias, una posición más confrontativa y de exigencia transformadora…

Las identidades colectivas, como explica EP Thompson, no son previas al conflicto, a la práctica social, y las que construyen el sujeto. Ellas mismas se crean en ese proceso y lo refuerzan. Los componentes subjetivos, los mitos, relatos u horizontes, son fundamentales para conformar un movimiento popular… en la medida que son compartidos por la gente. Entonces, con esa incorporación, se transforman en fuerza social, en capacidad articuladora y de cambio.

Pero no es la subjetividad, las ideas (por sí solas), en abstracto, las que construyen el sujeto político. Sino que son los actores reales, en su práctica sociopolítica y de conflicto, en los que se encarnan determinada cultura ética y proyectos colectivos y en un contexto concreto, los que se definen en sujetos políticos y transforman la realidad. La mente y el cuerpo están interpenetrados en el ser humano. Y, sobre todo, el hecho social es relacional.”

Referencia web original: https://rebelion.org/lucha-de-clases-yo-pugnas-identitarias/

La identificacion de clase . Antonio Antón, enPúblico(9/09/2022) y enRebelión(13/09/2022)

Los procesos identificatorios y su trayectoria, interacción y multidimensionalidad como mediación entre situación de clase y formación de nuevos sujetos colectivos o campo sociopolítico del progresismo de izquierdas. Selecciona varios párrafos:

“Por tanto, lo que se reduce es el papel público de las clases trabajadoras como agente sociopolítico autónomo y con influencia social, objetivo estratégico del poder establecido. Ahora, con el nuevo discurso gubernamental, vuelve el lenguaje y la identificación de clase, aunque debería ser más coherente hablar en plural de clases trabajadoras y clases medias diferenciadas de las clases altas o dominantes. No se trata de un retroceso discursivo al utilizar una palabra convencional, sino de una adecuación interpretativa a la experiencia vital de la sociedad en el conflicto sociopolítico y las tareas estratégicas de las izquierdas o fuerzas progresistas que hay que profundizar…

Desde los años sesenta y setenta y, especialmente, en esta última década, con mayor activación cívica, los procesos de protesta social progresista y la conformación de las fuerzas del cambio, lo que se produce es una renovación y diversificación de las expresiones populares transversales, de composición mixta de clase media y clase trabajadora, con un nuevo dinamismo sociopolítico de movimientos sociales e izquierdas renovadas, con identificaciones parciales y fragmentarias de carácter popular.

Se puede decir que los nuevos movimientos sociales y también los tradicionales como el sindicalismo (incluyendo el confederal y los corporativos y los sectoriales de la administración pública), así como los partidos de izquierda y las grandes ONG tienen una composición mixta de clase, especialmente distinta entre sus bases sociales y sus núcleos líderes, muchos de clase media, y reflejan demandas populares comunes o interclasistas aunque diferenciadas de los poderosos.

La expresión sociopolítica y cultural tiene componentes transversales respecto de sectores de ambas clases sociales, trabajadoras y medios, en una nueva dinámica que, tal como avanzaba, se denomina progresismo de izquierdas, de fuerte contenido social, feminista y ecologista, superando la prevalencia de solo las demandas sociolaborales y económicas (o solo 'culturales'). Supone una concepción de clase (o bloque social) más diversa, compleja e interactiva de las distintas dimensiones sociales y culturales y, salvando el sesgo economicista y determinista de esa palabra en algunas tradiciones, se reafirma una visión de un conglomerado popular y democrático más interseccional e integrador…

Desde mi punto de vista, la clase social trabajador o popular, como sujeto de carácter sociopolítico, como dice el historiador EP Thompson, se forma a través de su experiencia relacional en el conflicto socioeconómico, la pugna sociopolítica y la diferenciación cultural respecto de las clases dominantes.”

Referencia web original : https://blogs.publico.es/otrasmiradas/63452/la-identificacion-de-clase/

Referencia web de la versión en Rebelión : https://rebelion.org/la-identificacion-de-clase/

Significados del movimiento identitario. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (1/09/2022) y en Rebelión (6/09/2022)

Reflexión sobre los identitarismos, el contexto de los movimientos identitarios y el identitarismo de género. Transcribo varios párrafos:

“Identitarismo o movimiento identitario se ha convertido en un concepto con distintos significados, la mayoría como descalificación o insulto. La interpretación dominante tiene que ver con el rechazo al nacionalismo etnicista (o racista), excluyente y reaccionario, promovido por las nuevas derechas, principalmente en Francia, con el ascenso de la ultraderecha, y EE. UU., con el supremacismo blanco ultraconservador trumpista…

En todo caso, este concepto de identitarismo hay que distinguirlo de las identidades o identificaciones colectivas con procesos de formación de nuevos movimientos y sujetos sociales con demandas parciales, desde los años sesenta, así como de las llamadas políticas de identidad como apoyo y refuerzo público a colectivos sociales discriminados, en general de carácter progresivo… Así, resurge el nuevo foco identitario reaccionario, que tiene un perfil nacionalista excluyente (en nuestro caso, un centralista y ultraconservador españolismo), supremacista, machista y autoritario, ante las minorías, que forman mayorías sociales diversas, que avanzaban en sus derechos civiles y sociales y en la integración sociocultural…

Primero, sintetizo una posición unilateral: La infravaloración de la desigualdad por sexo/género y, por tanto, de la acción por la igualdad (por sexo/género), con el objetivo central casi exclusivamente de la libertad. No obstante, esa realidad desigual en las relaciones sociales (no solo culturales) de dominación y desventajas, como se admite en ocasiones, es estructural y está conectada con los núcleos de poder. Y no es abstracta; o sea, en esas relaciones estructurales e institucionales existen ganadores y perdedores, personas privilegiadas y personas subordinadas; no todas las personas están en las mismas condiciones, desde la violencia machista, hasta la brecha salarial y laboral, el reparto de los cuidados y los estereotipos de género. Exigen políticas específicas de reversión de la situación desventajosa y vertebración de la igualdad…

En definitiva, se trata de comprender este punto de partida discriminatorio (aparte del de clase social, étnico-cultural…) como base del conflicto de sexo/género y la formación del sujeto feminista para lo que lo principal no es la pertenencia e identidad de género, sino la actitud sociopolítica igualitaria-emancipadora…

Contemporizar con este orden machista institucionalizado, que a veces se llama patriarcado, no facilita el aislamiento de la reacción ultraderechista. Todo lo contrario, puede convertirse en un pretexto para no cambiar en profundidad la desigualdad de género (y entre los géneros), con debilitamiento de su credibilidad representativa y su legitimidad cívica.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/identitarismos-feminismo-genero-politica-ultraderecha/20220901151925202345.html

Referencia de la versión en Rebelión con el título 'Identitarismos': https://rebelion.org/identitarismos/

Las clases sociales. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 215 (1/09/2022)

Transcribo la presentación de este ensayo:

“Los debates sobre el carácter de las clases sociales, su estructuración, formación y pugna, atraviesan las distintas corrientes ideológicas, políticas y socioculturales. En particular, existe una fuerte controversia histórica sobre la composición y el papel de las clases trabajadoras, supuestamente en declive, en contraposición con el auge político-mediático de las clases medias. Aquí voy a hacer alusión a algunas de estas posiciones, con el ánimo de actualizar los análisis y readecuar un enfoque realista, crítico y transformador. Primero, señalo el sentido de la mayor visibilidad mediática y política de las clases sociales derivado del nuevo discurso del presidente socialista del Gobierno, Pedro Sánchez, con el que ha arropado su nueva iniciativa política. Segundo, con abundantes datos sociológicos explico la situación de las clases sociales por su situación objetiva, la identificación subjetiva de clase y las trayectorias sociolaborales ascendentes y estancadas de las clases trabajadoras. Tercero, analizo varias controversias: el concepto relacional de clase y el nivel de rentas, la relación de dominio / subordinación y las alianzas de clase, el auge de las clases medias y su sesgo interpretativo, la transversalidad popular frente a clases dominantes y la clase social como sujeto colectivo.”

Referencia web original: https://www.mientrastanto.org/boletin-215/ensayo/las-clases-sociales

Clases trabajadoras y clases medias. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (16/08/2022) y en Rebelión (16/08/2022)

Sobre los fundamentos del análisis de clase y el marco político actual que da nueva relevancia a la polarización social y política de las clases sociales y explicación de sus características. Selecciono varios párrafos:

“Para analizar las clases sociales en su situación objetiva, el criterio principal es la diferenciación en la posición de dominio / subordinación (explotación, expropiación, discriminación, subalternidad) entre los grupos sociales en el conjunto de sus relaciones sociales, económicas, familiares y laborales, incluido el componente de género por la dependencia y desventaja de las mujeres en esas estructuras. Tiene que ver con la segmentación del estilo de vida y de consumo, o sea, con los niveles de ingresos, empobrecimiento y desigualdad social, así como con la edad y las capacidades académicas y étnico-culturales. Existen buenos indicadores de rentas, tipo de ocupaciones o formación escolar, pero el análisis debe ser más complejo e interactivo.

Junto con estas condiciones ‘objetivas’ y su conciencia social el aspecto principal para analizar la clase como sujeto social, tal como expresa E. P. Thompson, es su experiencia relacional, sociopolítica y cultural, aspecto que habrá que considerar…

No se trata solamente de la constatación de una realidad objetiva de situaciones de clase contrapuestas sino que se asocia a toda una retórica de polarización de intereses y estrategias políticas. Constituye el marco del llamado giro a la izquierda o, si se quiere, la confrontación ideológica y política y la reafirmación partidaria (‘vamos a por todas’) frente a las derechas desde el nuevo discurso socialdemócrata…

Solo pongo el acento en la necesidad de la coherencia entre ese marco discursivo de confrontación política, la estrategia reformadora, incluido los próximos presupuestos generales, y la expectativa de avanzar en los resultados esperados de incrementar el apoyo social y electoral…

Las clases sociales nunca se habían ido. Solo se habían transformado, especialmente, su marco interpretativo y discursivo. Ante cierta dilución de las clases trabajadoras en las últimas décadas, ahora vuelven aunque sea de la mano del concepto mixto de clase media y trabajadora. Lo principal ahora es impulsar un reformismo fuerte de progreso…

El dato global más relevante es la composición ampliamente mayoritaria de las clases trabajadoras que en 2012 eran el 75,2% del total frente al 21% de las clases medias y la minoría del 3,8% de las clases dominantes. Este porcentaje de las capas altas apenas se modifica, pero sí observamos una modificación sustancial de más de seis puntos de incremento en 2022 de las clases medias (hasta el 27,4%) y una reducción de las clases trabajadoras (hasta el 68,7%). Sin embargo, la desproporción entre ambas todavía es muy grande: las clases medias no alcanzan la mitad de las clases trabajadoras. Esa es la situación ‘objetiva’ de clase social y la tendencia generada…

Junto con esa relativa mejora en esos segmentos significativos y ese estancamiento en la mayoría trabajadora respecto de sus condiciones laborales, el conjunto continúa sometido a la prepotencia empresarial y sus presiones por el incremento de la productividad, así como a la pérdida de condiciones y derechos que todavía persiste de la época más dura de los recortes sociales y de los servicios públicos, la devaluación salarial y la austeridad económica y presupuestaria. Es la base material del todavía existente malestar social, junto con la desconfianza en la clase política por su insuficiente gestión reformadora que dé más seguridad y certidumbre vital a esas mayorías de clase trabajadora.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/clases-trabajadoras-medias-laboral-trabajo-gobierno/20220816113515201865.html

Referencia web versión en Rebelión: https://rebelion.org/clases-trabajadoras-y-clases-medias/

Vuelven las clases sociales. Antonio Antón, en Público (10/08/2022)

Analizo el sentido y el significado del giro discursivo de la dirección socialista sobre las clases sociales y la polarización política frente a las derechas. Transcribo varios párrafos:

“El presidente del Gobierno de coalición, el socialista Pedro Sánchez, lo ha declarado solemnemente en el Estado de la nación: el Ejecutivo progresista representa y defiende los intereses de la ‘clase media trabajadora’ frente a ‘poderes opacos’. Hay un reconocimiento de la existencia de clases sociales y del conflicto social entre ellas y entre sus representantes, en este caso entre la izquierda gobernante, con sus socios parlamentarios, y las derechas…

El aspecto débil del discurso es que esa expresión de clase es utilizada no como sujeto colectivo de acción y expresión cívica en la relación sociopolítica sino como objeto receptor al que se dirige la gestión de la representación política para conseguir su apoyo electoral y su legitimación social…

Aparte de los problemas antedichos sobre su significado, se trata de valorar la función de este discurso: intentar apropiarse la representatividad de la mayoría ciudadana y de reducir la del Partido Popular, que defendería solo los intereses de esa minoría oligárquica en contraposición con la defensa socialista de las amplias mayorías sociales. Aunque, como se sabe, la expresión político-electoral de la sociedad está más diversificada y condicionada por otras variables, además de la socioeconómica y de estatus.

No se trata solamente de la constatación de una realidad objetiva de situaciones de clase contrapuestas sino que se asocia a toda una retórica de polarización de intereses y estrategias políticas. Constituye el marco del llamado giro a la izquierda o, si se quiere, la confrontación ideológica y política y la reafirmación partidaria (‘vamos a por todas’) frente a las derechas desde el nuevo discurso socialdemócrata. El objetivo político está claro: ganar las elecciones municipales y autonómicas próximas, y preparar el terreno para garantizar la victoria en las elecciones generales de fin del año 2023. Todo ello ha suscitado nuevas ilusiones en el campo socialista.

Solo pongo el acento en la necesidad de la coherencia entre ese marco discursivo de confrontación política, la estrategia reformadora, incluido los próximos presupuestos generales, y la expectativa de avanzar en los resultados esperados de incrementar el apoyo social y electoral. Ese debería ser el sentido de la retórica sobre las bases sociales a representar, las clases medias y trabajadoras, y los adversarios a condicionar, los grupos poderosos, para desarrollar una gestión socioeconómica y laboral progresista, complementada con los avances democratizadores y la articulación territorial, especialmente el diálogo sobre el conflicto catalán.

Las clases sociales nunca se habían ido. Solo se habían transformado, especialmente, su marco interpretativo y discursivo. Ante cierta dilución de las clases trabajadoras en las últimas décadas, ahora vuelven aunque sea de la mano del concepto mixto de clase media y trabajadora. Lo principal ahora es impulsar un reformismo fuerte de progreso.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/62477/vuelven-las-clases-sociales/

Debates sobre la clase social. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (2/08/2022)

En este texto analizo varias controversias: el concepto relacional de clase y el nivel de rentas, la relación de dominio / subordinación y las alianzas de clase, el auge de las clases medias y su sesgo interpretativo, la transversalidad popular frente a clases dominantes y la clase social como sujeto colectivo. Selecciono varios párrafos:

“Los debates sobre el carácter de las clases sociales, su estructuración, formación y pugna, atraviesan las distintas corrientes ideológicas, políticas y socioculturales. En particular, existe una fuerte controversia histórica sobre la composición y el papel de las clases trabajadoras, supuestamente en declive, en contraposición con el auge político-mediático de las clases medias. Aquí voy a hacer alusión a algunas de estas posiciones, con el ánimo de actualizar los análisis y readecuar un enfoque realista, crítico y transformador…

El concepto colectivo de clase social es relacional. Se refiere a la posición de subordinación o dominación que las personas (ocupadas, paradas o inactivas) tienen en las relaciones sociales y productivas. Las clases trabajadoras tienen un estatus subalterno diferenciado respecto de otras posiciones sociolaborales de control o poder, las clases dominantes, con posiciones intermedias y contradictorias, las clases medias. Y, por supuesto, con distintos niveles de rentas o capacidad adquisitiva y nivel de vida y consumo…

Por tanto, esa mayoría social subalterna y sus familias deben depender de la venta de la propia fuerza de trabajo (los salarios y las prestaciones derivadas de ello, como las de desempleo y las pensiones contributivas). No obstante, hay personas trabajadoras, asalariadas y autónomas, que son de clase media, incluso una parte (altos ejecutivos) de clase alta, al tener una posición de dominio y privilegios en las relaciones productivas y laborales, así como en las estructuras sociales y con unas rentas altas… En todo caso, las clases trabajadoras, por sus condiciones objetivas, están en torno a los dos tercios, el doble que las clases medias, que no llegan a un tercio. La percepción social y, sobre todo, mediática, será diferente…

Destaco la relevancia de la ‘situación de clase’ de individuos y grupos sociales respecto de las relaciones de poder y estatus social, incluyendo su posición en las estructuras económicas, productivas, reproductivas y laborales, así como en las trayectorias socioculturales, incluidas las de género y étnico-nacionales, y las dinámicas institucionales y políticas…

Lo que se produce es una renovación y diversificación de las expresiones populares transversales, de composición mixta de clase media y clase trabajadora, con un nuevo dinamismo sociopolítico de movimientos sociales e izquierdas renovadas, con identificaciones parciales y fragmentarias de carácter popular…

La expresión sociopolítica y cultural tiene componentes transversales respecto de sectores de ambas clases sociales, trabajadoras y medias, en una nueva dinámica que denomino progresismo de izquierdas, de fuerte contenido social, feminista y ecologista, superando la prevalencia de solo las demandas sociolaborales y económicas (o solo ‘culturales’)…

Desde ese punto de vista, la clase social trabajadora o popular, como sujeto de carácter sociopolítico, como dice el historiador E. P. Thompson, se forma a través de su experiencia relacional en el conflicto socioeconómico, la pugna sociopolítica y la diferenciación cultural respecto de las clases dominantes.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/debates-clase-social/20220802100940201361.html

Referencia web de la versión en Rebelión (3/08/2022): https://rebelion.org/debates-sobre-la-clase-social/

Las clases trabajadoras existen. Antonio Antón, en Público (2/08/2022)

Con abundantes datos sociológicos explico la situación de las clases sociales por su situación objetiva, la identificación subjetiva de clase y las trayectorias sociolaborales ascendentes y estancadas de las clases trabajadoras. Transcribo varios párrafos:

“Para analizar las clases sociales en su situación objetiva, el criterio principal es la diferenciación en la posición de dominio / subordinación (explotación, expropiación, discriminación, subalternidad) entre los grupos sociales en el conjunto de sus relaciones sociales, económicas, familiares y laborales, incluido el componente de género por la dependencia y desventaja de las mujeres en esas estructuras. Tiene que ver con la segmentación del estilo de vida y de consumo, o sea, con los niveles de ingresos, empobrecimiento y desigualdad social, así como con la edad y las capacidades académicas y étnico-culturales. Existen buenos indicadores de rentas, tipo de ocupaciones o formación escolar, pero el análisis debe ser más complejo e interactivo. Junto con estas condiciones ‘objetivas’ y su conciencia social el aspecto principal para analizar la clase como sujeto social, tal como expresa E. P. Thompson, es su experiencia relacional, sociopolítica y cultural, aspecto que habrá que considerar…

El dato global más relevante es la composición ampliamente mayoritaria de las clases trabajadoras que en 2012 eran el 75,2% del total frente al 21% de las clases medias y la minoría del 3,8% de las clases dominantes. Este porcentaje de las capas altas apenas se modifica, pero sí observamos una modificación sustancial de más de seis puntos de incremento en 2022 de las clases medias (hasta el 27,4%) y una reducción de las clases trabajadoras (hasta el 68,7%). Sin embargo, la desproporción entre ambas todavía es muy grande: las clases medias no alcanzan la mitad de las clases trabajadoras. Esa es la situación ‘objetiva’ de clase social y la tendencia generada…

Por tanto, es relevante la existencia en torno a ese 6% o 7% de clase trabajadora ‘objetiva’ que se identifica, subjetivamente, con la clase media a la que aspira pertenecer, aunque todavía permanezca en esa situación bloqueada de clase trabajadora. Ello sí tiene implicaciones sociopolíticas y culturales, aunque acotadas a esa dimensión. Por otra parte, hemos visto cómo en esta década, desde la aguda crisis con fuerte desempleo de 2012 hasta la mejora relativa del empleo actual, ha habido otro 6% de personas que sí ha experimentado realmente esa movilidad ascendente de una situación de clase trabajadora a otra de clase media. Además, hay una movilidad ascendente dentro de la propia clase trabajadora, desde la situación de precariedad laboral, de paro o temporalidad, a una relación laboral más estable…

Junto con esa relativa mejora en esos segmentos significativos y ese estancamiento en la mayoría trabajadora respecto de sus condiciones laborales, el conjunto continúa sometido a la prepotencia empresarial y sus presiones por el incremento de la productividad, así como a la pérdida de condiciones y derechos que todavía persiste de la época más dura de los recortes sociales y de los servicios públicos, la devaluación salarial y la austeridad económica y presupuestaria. Es la base material del todavía existente malestar social, junto con la desconfianza en la clase política por su insuficiente gestión reformadora que dé más seguridad y certidumbre vital a esas mayorías de clase trabajadora.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/62459/las-clases-trabajadoras-existen/

Un reformismo fuerte. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (20/07/2022)

Reflexión sobre las perspectivas transformadoras del Gobierno de coalición progresista y el perfil de las fuerzas alternativas a raíz del proceso de SUMAR que lidera Yolanda Díaz. Selecciono varios párrafos:

“El problema es la debilidad de la determinación estratégica por parte de la dirección socialista para reforzar un proyecto de progreso consecuente con una alternativa política reformadora y de alianzas creíbles para las elecciones generales de 2023. Es lo que subyace en la pluralidad del campo progresista y se expresa en la pugna entre las tendencias continuistas con su geometría variable y las dinámicas transformadoras por un auténtico giro social, democrático y plurinacional, en el marco de las dificultades contextuales y la oposición agresiva de las derechas.

Cuando las estructuras institucionales y socioeconómicas, el mercado, adoptan políticas regresivas todavía es más importante un reformismo fuerte de carácter progresivo. Una gestión política de reformas parciales no compensa suficientemente la dimensión de los retrocesos impuestos a las capas populares. Estas se encuentran peor que antes y exigen responsabilidad a las instituciones públicas que no pueden justificarse en su incapacidad para revertir la involución social y democrática. Es cuando se produce incomprensión y desafección social a la gestión timorata o insuficiente. En una situación normalizada de crecimiento económico y progreso social las pequeñas reformas progresistas son positivas; añaden avances.

En una situación de crisis social y dinámica regresiva de incremento de la desigualdad y la discriminación se necesita un reformismo fuerte y más generalizado, no solo para paliar parcialmente sino para asegurar una situación y una esperanza creíble de mejora vital a las mayorías sociales. Es la necesidad de la actual estrategia frente a la inflación que pasa por revitalizar las funciones del Estado: reguladora (precios y oligopolios), protectora (prestaciones, servicios públicos) y redistribuidora (reforma fiscal progresiva)…

De forma sintética, en el caso de las izquierdas (europeas), podemos decir que sus señas de identidad están constituidas por los valores igualitarios y democráticos, frente a la subordinación relacional y el autoritarismo conservador, así como por las políticas redistribuidoras, protectoras y reguladoras del mercado junto con la importancia de lo público y lo común, frente a las posiciones insolidarias y mercantilistas de las derechas.

Tres dinámicas globales han cambiado o superado esa gran tradición de izquierdas democráticas, sin hacer distingos entre opciones socialdemócratas, eurocomunistas, laboristas, radicales o anarquizantes: la relativa renovación temática, expresiva y de discursos, impulsada por los nuevos movimientos sociales (feministas y LGTBI, ecologistas, pacifistas, antirracistas…) desde los años sesenta y setenta, que configuraron la llamada nueva izquierda renovadora; el giro socioliberal, en los años noventa, de la mayoría de la socialdemocracia europea hacia la tercera vía o nuevo centro, así como el declive del eurocomunismo (y la desaparición del bloque soviético); la ofensiva neoliberal y globalizadora de las derechas, al mismo tiempo que el giro autoritario y ultraconservador de las nuevas derechas reaccionarias; la respuesta popular progresista e indignada, a raíz de la crisis socioeconómica y las políticas prepotentes de austeridad de hace una década, con la reconfiguración del nuevo espacio alternativo llamado ‘violeta, verde y rojo’, o bien progresismo de izquierdas con un fuerte componente feminista y ecologista y, en España, con gran peso de la necesaria democratización institucional y la articulación de la plurinacionalidad.“

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/reformismo-fuerte-sumar-politica-yolandadiaz/20220720114801200877.html

La estrategia reformadora de las izquierdas. Antonio Antón, en Público (13/07/2022) y en Rebelión (22/07/2022)

Selecciono varios párrafos de esta reflexión general sobre la encrucijada gubernamental. Veremos cómo se clarifica en el debate de la nación y en las próximas semanas:

“Una de las tareas de las izquierdas o fuerzas progresistas es la consolidación y ensanchamiento de sus bases electorales, considerando que hay fuertes tendencias abstencionistas y cierta desafección popular, precisamente por la falta de eficacia reformadora que afecta de forma desigual a sus dos partes, la socialdemócrata y la transformadora o alternativa.

En un reciente artículo “El perfil alternativo” he analizado el sentido de la nueva apuesta de frente amplio a través del proceso de SUMAR liderado por Yolanda Díaz. Aquí trato la actitud hacia el centro social e ideológico, una parte del cual se puede considerar progresista y en disputa con las opciones de centro derecha, aparte de los nacionalismos periféricos, y la necesidad de una firme estrategia reformadora democrática-igualitaria…

Cuando las estructuras institucionales y socioeconómicas, el mercado, adoptan políticas regresivas todavía es más importante un reformismo fuerte de carácter progresivo. Una gestión política de reformas parciales no compensa suficientemente la dimensión de los retrocesos impuestos a las capas populares. Estas se encuentran peor que antes y exigen responsabilidad a las instituciones públicas que no pueden justificarse en su incapacidad para revertir la involución social y democrática. Es cuando se produce incomprensión y desafección social a la gestión timorata o insuficiente.

En una situación normalizada de crecimiento económico y progreso social las pequeñas reformas progresistas son positivas; añaden avances. En una situación de crisis social y dinámica regresiva de incremento de la desigualdad y la discriminación se necesita un reformismo fuerte y más generalizado, no solo para paliar parcialmente sino para asegurar una situación y una esperanza creíble de mejora vital a las mayorías sociales. Es la necesidad de la actual estrategia frente a la inflación que pasa por revitalizar las funciones del Estado: reguladora (precios y oligopolios), protectora (prestaciones, servicios públicos) y redistribuidora (reforma fiscal progresiva)…

De forma sintética, en el caso de las izquierdas (europeas), podemos decir que sus señas de identidad están constituidas por los valores igualitarios y democráticos, frente a la subordinación relacional y el autoritarismo conservador, así como por las políticas redistribuidoras, protectoras y reguladoras del mercado junto con la importancia de lo público y lo común, frente a las posiciones insolidarias y mercantilistas de las derechas…

Es el reto para el refuerzo de un cambio de progreso con un proyecto de país a medio plazo. Son los fundamentos de la nueva expectativa del proceso de SUMAR para configurar una nueva representación política, plural e integradora, así como superadora de las insuficiencias y límites de la izquierda tradicional y la experiencia alternativa de esta década. Y en el horizonte consolidar la coalición progresista con una fuerte estrategia reformadora para ganar las elecciones venideras. Veremos lo que da de sí el debate del estado de la nación sobre este necesario giro social y democrático.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/61781/la-estrategia-reformadora-de-las-izquierdas/

Una acción feminista igualitaria y transformadora. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (11/07/2022)

Transcribo varios párrafos de este extracto de la Comunicación de Sociología del Género presentada en el XIV Congreso de Sociología:

“A pesar de los grandes avances queda pendiente un gran camino por recorrer: el cambio de las desiguales relaciones sociales, culturales y de poder, en múltiples campos con el reparto igualitario de los papeles sociales o estatus; desde la distribución desigual de las tareas de cuidados, familiares y reproductivas (con la ampliación diferenciada en la crisis sanitaria actual) hasta la segmentación profesional y la precariedad laboral (consolidada en el crisis socioeconómica y las políticas neoliberales), los estereotipos discriminatorios en el ámbito educativo y cultural o el acoso y la violencia machista como presión por su control y dominación, llegando a la paridad representativa en las instituciones públicas y privadas y el reconocimiento de la diversidad de opción sexuales y de género.

El problema de fondo sigue siendo la desigualdad (en este caso, por sexo/género) de las relaciones sociales y su reproducción, con el amparo del poder establecido, asentado en un orden social divisivo con varias categorías sociales interrelacionadas (por sexo/género, clase social, raza-etnia-nación…) …

Supone partir de la constatación de un estatus desigual que da lugar a un conflicto social profundo y la necesidad de una política feminista transformadora de las desventajas femeninas que lleva a rebajar los privilegios masculinos, las estructuras de poder beneficiadas por esa desigualdad y la división de papeles sociales desiguales…

Por tanto, es necesario un feminismo transformador y crítico respecto de esa estructura de poder y división que reproduce las desigualdades (en este caso de sexo/género), con la perspectiva de favorecer a toda la humanidad, con unas relaciones justas, igualitarias-emancipadoras.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/feminista-igualitaria-transformadora-igualdad-lgtbi-desigualdad/20220711110015200471.html

El perfil alternativo. Antonio Antón, en Público (9/07/2022)

Transcribo la introducción:

“La palabra izquierda refleja una diversidad de posiciones que hay que valorar según los contextos, combinada con otras identificaciones, y que conlleva una triple dinámica renovadora: refuerzo, superación y ampliación. En un artículo reciente, Renovación de la izquierda y frente amplio, he analizado las características de la izquierda social y política, en particular los electorados del PSOE, Unidas Podemos y sus confluencias y Más País/Compromís, avanzando algunas conclusiones sobre la necesidad de la renovación de las formaciones del cambio de progreso para abordar la creación del llamado frente amplio liderado por Yolanda Díaz con su propuesta inicial de un proceso de escucha para SUMAR.

Aquí, como continuación, desarrollo dos cuestiones: la importancia de su identificación igualitaria, democrática y solidaria como un perfil sociopolítico renovado para afrontar la nueva etapa, y la clave para una refundación alternativa que es su dimensión transformadora, con credibilidad de un cambio de progreso real ante las mayorías cívicas. Todo ello bajo una articulación unitaria, participativa y plural con un liderazgo integrador.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/61662/el-perfil-alternativo/

Referencia web de la versión en Rebelión (13/07/2022): https://rebelion.org/el-perfil-alternativo/

La identidad feminista. Antonio Antón, en Público (3/07/2022)

Destaco varios párrafos sobre la relación entre procesos de identificaciones y formación del sujeto colectivo:

“Las identidades se construyen social e históricamente; son diversas, variables y contingentes. La identidad, como pertenencia colectiva y reconocimiento público, tiene un anclaje en una realidad material, institucional y sociocultural, en su contexto histórico; encarna una dinámica sustantiva de las relaciones sociales.

Los procesos identificadores se configuran a través de la acumulación de prácticas sociales continuadas, en un marco estructural y sociocultural determinado, que permiten la formación de un sentido de pertenencia colectiva a un grupo social diferenciado con unos objetivos compartidos. Como expresión de los rasgos comunes de un grupo social las identificaciones pueden ser más o menos densas, abiertas, inclusivas y múltiples respecto de otras identidades y condiciones, así como de los valores más universales como los derechos humanos o la ciudadanía. Su carácter sociopolítico, regresivo o progresivo, igualitario o reaccionario, y su sentido ético, bueno o malo, positivo o negativo, dependen de su papel sociohistórico y relacional en un contexto específico respecto de los grandes valores de igualdad, libertad y solidaridad…

La identidad feminista, que no femenina, como reconocimiento propio e identificación colectiva, está anclada en una realidad doble: subordinación considerada injusta, y experiencia relacional igualitaria-emancipadora. Supera, por un lado, las dinámicas individualistas y, por otro lado, las pretensiones cosmopolitas, esencialistas e indiferenciadas.

En la medida que se mantenga la desigualdad y la discriminación de las mujeres, sus causas estructurales, la conciencia de su carácter injusto y la persistencia de los obstáculos para su transformación, seguirá vigente la necesidad del feminismo, como pensamiento y acción específicos. Y su refuerzo asociativo e identitario, inclusivo y abierto, será imprescindible para fortalecer el sujeto sociopolítico y cultural llamado movimiento feminista y su capacidad expresiva, articuladora y transformadora. “

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/61424/la-identidad-feminista/

Renovación de la izquierda y frente amplio. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (1/07/2022)

Comunicación de Sociología Política al XIV CONGRESO DE SOCIOLOGÍA. Transcribo su introducción:

“Esta Comunicación tiene dos partes. En la primera, analítica, señalo la relevancia de este rasgo ideológico y sociopolítico, convenientemente renovado y combinado con otras identificaciones, para explicar las características de las fuerzas progresistas y sus electorados de una forma multidimensional, junto con las particularidades de las izquierdas estatales: Partido Socialista, Unidas Podemos y sus confluencias y Más País-Mès Compromís. Se trata de valorar no solo quién está a la izquierda de quién y su paradójico significado, sino los rasgos diferenciadores entre ellas. El análisis lo realizo a partir de los datos del estudio 3344, del Barómetro de diciembre de 2021 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), diferenciando las dos dimensiones de la percepción ideológica con la que se ubican las personas, el eje izquierda / derecha y las diez opciones político-ideológicas: conservadora, demócrata cristiana, liberal, progresista, socialdemócrata, socialista, comunista, nacionalista, feminista, ecologista En la segunda parte expongo varias valoraciones sobre el proyecto del llamado frente amplio, liderado por Yolanda Díaz que, a mi parecer, debería articular tres dinámicas combinadas respecto de la izquierda y su experiencia reciente: ampliación, renovación y superación. Así, pongo el acento en la identificación igualitaria, democrática y solidaria y la dimensión transformadora de las izquierdas.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/renovacion-izquierda-frente-amplio-yolanda-diaz-politica/20220701123054200119.html

Acerca del sujeto feminista. Antonio Antón Morón, en Mientras Tanto nº 214 (1/07/2022)

Destaco las conclusiones de este ensayo:

“En la formación de los sujetos colectivos lo relevante es la práctica relacional común y acumulada ante una situación discriminatoria y con una finalidad igualitaria-emancipadora. No es una simple unidad propositiva o de demandas de derechos. Exige compartir problemáticas similares y experiencias reivindicativas y de apoyo mutuo comunes y prolongadas, vividas e interpretadas.

El componente social de la interacción humana es el principal para forjar el reconocimiento y las pertenencias grupales e individuales y dar soporte a la acción colectiva. En ese sentido, hay varones feministas, solidarios con la causa feminista, que al igual que otras personas participan en ese sujeto feminista.

El feminismo, con sus distintos niveles de identificación y pertenencia colectiva y su pluralidad de ideas y prioridades, es un movimiento social, una corriente cultural, un actor fundamental que, en una acepción débil, se puede considerar un sujeto sociopolítico en formación, inserto en una renovada corriente popular más amplia que califico de nuevo progresismo de izquierdas, con fuertes componentes ecologistas y feministas.

La formación de un sujeto unitario superador de los sujetos o actores parciales va más allá de un liderazgo común (simbólico y legítimo), un objetivo genérico compartido (la democracia y la igualdad) o un enemigo similar (el poder establecido patriarcal-capitalista). Es un proceso sociohistórico y relacional complejo que necesita una prolongada experiencia compartida y una identificación múltiple que debe superar las tensiones derivadas de los intereses corporativos y sectarios producidos en cada élite respectiva.

El elemento sustantivo que configura ese proceso identificador feminista es la acción práctica, los vínculos sociales, la experiencia relacional por oponerse a esa subordinación y avanzar en la igualdad y la emancipación de las mujeres. La identificación feminista deriva del proceso de superación de la desigualdad basada en la conformación de géneros jerarquizados.

Para formar el sujeto sociopolítico, el llamado movimiento social y cultural feminista, es relativa la condición de la pertenencia a un sexo, un género o una opción sexual determinada, aunque haya diferencias entre ellas. Lo importante, en este caso, no es la situación ‘objetiva’ estática y rígida, sino la experiencia vivida y percibida como injusta de una situación discriminatoria y la actitud solidaria y de cambio frente a ella.

Desde la sociología crítica la pertenencia e identificación colectivas se van formado a través de las relaciones sociales, sobre la base de una práctica social prolongada, una interacción relacional solidaria tras esos objetivos de libertad e igualdad. Es decir, el hacerse e identificarse feminista es una conformación social, procesual e interactiva: supone comportamientos duraderos igualitarios-emancipadores y solidarios, interrelacionados con esa subjetividad. Es la experiencia vital, convenientemente interpretada, la participación en la pugna social y cultural en sentido amplio (incluyendo hábitos, estereotipos y costumbres además de subjetividad) frente a la desigualdad y la discriminación, la que va formando la identidad feminista, o cualquier otra de capas subalternas.”

Referencia web original: https://www.mientrastanto.org/boletin-214/documentos/acerca-del-sujeto-feminista

La paz en Europa. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 214 (1/07/2022)

Selecciono varios párrafos de este ensayo:

“Al calor de la guerra en Ucrania y sus implicaciones y al hilo de un nuevo y adecuado enfoque pacifista y progresista, analizo varios temas entrelazados: el debate sobre la crisis de la identidad europea, la nueva estrategia atlántica sobre su victoria militar frente a Rusia, el problema de la subordinación europea a la OTAN, la necesidad de la autonomía estratégica europea y la conveniencia de una actitud realista, pacifista y ética…

Es una muestra de un debate profundo, por parte de lo más granado de la gran intelectualidad progresista francoalemana que acompaña la conversación política, sobre el proyecto militar y de seguridad europeo, pilar fundamental de la identidad europea, junto con la construcción político-económica y de relaciones socioculturales de la UE…

Por tanto, hay que elaborar una tercera posición, realista, legítima, pacifista y con respaldo cívico. Enlaza con la construcción de la identidad europea o, si se quiere, con su modelo social y democrático acompañado de su autonomía de defensa y seguridad. La nueva apuesta estratégica de la OTAN es por la ‘victoria’ militar frente a Rusia; no se sabe en qué puede consistir su derrota y las posibles consecuencias reactivas, pero en todo caso el objetivo es claro: su debilitamiento político-militar y económico y con un gran refuerzo del apoyo armamentístico a Ucrania con armas pesadas y más sofisticadas. La escalada belicista está servida…

La consecuencia de la prolongación de la guerra, con las expectativas victoriosas y/o de desgaste de cada bando, es el agravamiento de las condiciones socioeconómicas y vitales ucranianas, europeas y mundiales y el debilitamiento de la democracia y los derechos humanos, así como el fortalecimiento del autoritarismo, el nacionalismo excluyente y el militarismo que reproduce los conflictos a medio y largo plazo. Pero la cuestión es que la suma y la coordinación de los ejércitos europeos sí suponen una gran ventaja militar frente a Rusia, sin necesidad del amparo estadounidense. La debilidad europea viene derivada de haber renunciado a su capacidad de decidir autónomamente de forma coordinada, no de que no tenga suficiente capacidad militar y de defensa. La solución es política: la autonomía estratégica real con un plan político-económico y de seguridad propio…

Es el declive de EEUU como imperio prepotente y exclusivo, particularmente en el campo político-económico, junto con la multipolaridad de intereses de poderes intermedios (China, India, Rusia, Irán…) y las tentaciones autónomas europeas lo que hace que las administraciones estadounidenses (con algunas diferencias entre demócratas y republicanos) intenten revertir el deterioro de su hegemonismo con una fuga hacia delante a través de su mayor fortaleza: incremento de la militarización y el intervencionismo…

Es el debate de fondo, subyacente también en la próxima cumbre de la OTAN: reforzar el intervencionismo militar de la Alianza Atlántica (y su conexión Indo-Pacífico) o apostar por una auténtica autonomía estratégica europea…

Habrá que esperar al desarrollo de la experiencia de las mayorías ciudadanas europeas (y del mundo) para comprobar la dimensión y la expresión pública que adquiere la indignación cívica masiva frente al deterioro vital, social, económico y político-cultural producido por esta estrategia insensata de la pugna imperial. Paralelamente, habrá que llenar de contenido y apoyo cívico una identidad europea autónoma, democrática y pacífica. Es la perspectiva de un nuevo movimiento pacifista y las tendencias progresistas frente a la involución autoritaria y militarista…

Pero no se trata solo de configurar otro polo más, con su hueco neocolonial al lado de otros grandes imperios. La autonomía estratégica o, si se quiere, la nueva identidad europea, tiene sentido para configurar una posición europea y mundial diferenciada de la política de bloques y el militarismo, siendo realistas con la seguridad propia e internacional, pero reforzando los componentes colaborativos, de desarrollo socioeconómico y sostenibilidad medioambiental a nivel mundial…

Junto con un pensamiento complejo es necesario un enfoque realista ligado a una teoría crítica, igualitaria-emancipadora-solidaria, es decir, a los grandes valores del progresismo europeo y los derechos humanos. La tendencia mayoritaria en las élites políticas e intelectuales es el posibilismo adaptativo a las dinámicas dominantes de los poderosos. Es cuando en nombre del realismo analítico y político se desplazan los ‘principios’, se manipulan o se quedan en retórica formalista. Se trata del oportunismo convencional.

Desde luego, existen fundamentalismos y fanatismos. Pero estoy mencionando las readecuaciones estratégicas y de discursos, a veces cínicos, en momentos críticos donde se ventilan identidades políticas, trayectorias de legitimación política y procesos transformadores. El designio adaptativo no es a la realidad del poder y sus intereses. El faro son las necesidades y demandas de las mayorías populares, atendiendo a la realidad de las relaciones de fuerzas sociopolíticas y, en su caso, de los equilibrios estratégico-militares y de poder…

Eso sí, para evitar caer en el posibilismo adaptativo y hacer frente a las dinámicas reaccionarias y autoritarias, hay que considerar los grandes valores asentados en la experiencia igualitaria-emancipadora-solidaria de la humanidad. Las estrategias alternativas deben ser realistas y tener en cuenta las grandes tendencias estructurales y sociopolíticas de fondo. Y la democracia, la paz, la seguridad y el bienestar social siguen siendo objetivos fundamentales.”

Referencia web original: https://www.mientrastanto.org/boletin-214/ensayo/la-paz-en-europa

Defensa europea y pacifismo. Antonio Antón, en Público (19/06/2022)

Destaco varios párrafos de este artículo:

“En un reciente artículo, “La identidad europea y la OTAN”, he repasado la polémica, particularmente francoalemana, sobre la crisis de la identidad europea y el cambio de estrategia militar de la OTAN hacia la ‘victoria’ total frente a Rusia. Aquí doy un paso más y explico el dilema de la estrategia de seguridad y defensa de Europa. Al calor de la guerra en Ucrania y sus implicaciones y al hilo de un nuevo y adecuado enfoque pacifista, progresista y crítico, analizo varios temas entrelazados: el problema de la subordinación europea a la OTAN, la necesidad de la autonomía estratégica europea y la conveniencia de una actitud realista, pacifista y ética…

Es el declive de EEUU como imperio prepotente y exclusivo, particularmente en el campo político-económico, junto con la multipolaridad de intereses de poderes intermedios (China, India, Rusia, Irán…) y las tentaciones autónomas europeas lo que hace que las administraciones estadounidenses (con algunas diferencias entre demócratas y republicanos) intenten revertir el deterioro de su hegemonismo con una fuga hacia delante a través de su mayor fortaleza: incremento de la militarización y el intervencionismo…

Es el debate de fondo, subyacente también en la próxima cumbre de la OTAN: reforzar el intervencionismo militar de la Alianza Atlántica (y su conexión Indo-Pacífico) o apostar por una auténtica autonomía estratégica europea. No para proyectar el mismo objetivo geopolítico y de dominación mundial, sino para avanzar en un orden socioeconómico y de regulación mundial más pacífico y cooperativo, a tenor de los grandes principios universales y del derecho internacional auspiciado por la ONU. Y, por supuesto, con garantías de seguridad y capacidad disuasiva ante los peligros derivados de la pugna de distintas élites nacionales-imperiales. Es la posición más realista para salvaguardar la prosperidad y la seguridad mundiales…

Habrá que esperar al desarrollo de la experiencia de las mayorías ciudadanas europeas (y del mundo) para comprobar la dimensión y la expresión pública que adquiere la indignación cívica masiva frente al deterioro vital, social, económico y político-cultural producido por esta estrategia insensata de la pugna imperial. Paralelamente, habrá que llenar de contenido y apoyo cívico una identidad europea autónoma, democrática y pacífica. Es la perspectiva de un nuevo movimiento pacifista y las tendencias progresistas frente a la involución autoritaria y militarista…

Pero no se trata solo de configurar otro polo más, con su hueco neocolonial al lado de otros grandes imperios. La autonomía estratégica o, si se quiere, la nueva identidad europea, tiene sentido para configurar una posición europea y mundial diferenciada de la política de bloques y el militarismo, siendo realistas con la seguridad propia e internacional, pero reforzando los componentes colaborativos, de desarrollo socioeconómico y sostenibilidad medioambiental a nivel mundial…

En definitiva, hay que analizar el papel de los actores en cada contexto y combinar las distintas prioridades. Eso sí, para evitar caer en el posibilismo adaptativo y hacer frente a las dinámicas reaccionarias y autoritarias, hay que considerar los grandes valores asentados en la experiencia igualitaria-emancipadora-solidaria de la humanidad. Las estrategias alternativas deben ser realistas y tener en cuenta las grandes tendencias estructurales y sociopolíticas de fondo. Y la democracia, la paz, la seguridad y el bienestar social siguen siendo objetivos fundamentales.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/60837/defensa-europea-y-pacifismo/

La identidad europea y la OTAN. Antonio Antón, en Público (11/06/2022)

Selecciono varios párrafos de este análisis del debate de la intelectualidad progresista francoalemana sobre la crisis de la identidad alemana y europea a raíz del giro de la OTAN por el rearme y el intervencionismo militar en la guerra de Ucrania:

“Jürgen Habermas es un filósofo alemán de orientación progresista, referente relevante de la conciencia alemana y, en cierta medida, europea. Partidario del diálogo y la democracia deliberativa y especialista en la teoría de la comunicación, ha escrito un reciente y extenso artículo titulado “Hasta dónde apoyamos a Ucrania”, que ha tenido una amplia repercusión, especialmente, ante el giro de su Gobierno (socialdemócrata-verde-liberal) hacia el rearme militar y las tendencias para involucrarse abiertamente en la guerra en Ucrania. Se trata de una reflexión profunda sobre el dilema de Europa. Es interesante su marco interpretativo por la paz y, específicamente, el análisis de la ‘nueva crisis de identidad alemana’…

Es una muestra de un debate profundo, por parte de lo más granado de la gran intelectualidad progresista francoalemana que acompaña la conversación política, sobre el proyecto militar y de seguridad europeo, pilar fundamental de la identidad europea, junto con la construcción político-económica y de relaciones socioculturales de la UE…

Por tanto, hay que elaborar una tercera posición, realista, legítima, pacifista y con respaldo cívico. Enlaza con la construcción de la identidad europea o, si se quiere, con su modelo social y democrático acompañado de su autonomía de defensa y seguridad.

La nueva apuesta estratégica de la OTAN es por la ‘victoria’ militar frente a Rusia; no se sabe en qué puede consistir su derrota y las posibles consecuencias reactivas, pero en todo caso el objetivo es claro: su debilitamiento político-militar y económico y con un gran refuerzo del apoyo armamentístico a Ucrania con armas pesadas y más sofisticadas. La escalada belicista está servida…

La consecuencia de la prolongación de la guerra, con las expectativas victoriosas y/o de desgaste de cada bando, es el agravamiento de las condiciones socioeconómicas y vitales ucranianas, europeas y mundiales y el debilitamiento de la democracia y los derechos humanos, así como el fortalecimiento del autoritarismo, el nacionalismo excluyente y el militarismo que reproduce los conflictos a medio y largo plazo…

Pero la cuestión es que la suma y la coordinación de los ejércitos europeos sí suponen una gran ventaja militar frente a Rusia, sin necesidad del amparo estadounidense. La debilidad europea viene derivada de haber renunciado a su capacidad de decidir autónomamente de forma coordinada, no de que no tenga suficiente capacidad militar y de defensa. La solución es política: la autonomía estratégica real con un plan político-económico y de seguridad propio.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/60548/la-identidad-europea-y-la-otan/ 

Referencia de la versión en Rebelión (17/06/2022): https://rebelion.org/la-identidad-europea-y-la-otan/

Un nuevo pacifismo, realista y ético. Antonio Antón, en Rebelión (10/06/2022), y en Nueva Tribuna (19/06/2022)

Selecciono varios párrafos de este artículo que pretende contribuir al debate sobre los rasgos del nuevo pacifismo:

“La situación actual, con la invasión rusa de Ucrania, ha creado un nuevo reto, con la reconfiguración de aliados y adversarios y nuevos discursos. Frente al simplismo que se suele adjudicar a las izquierdas alternativas y pacifistas, como dice el intelectual francés Edgar Morin, es preciso un pensamiento complejo, combinando varias contradicciones y conflictos, así como estrategias realistas y multidimensionales y, al mismo tiempo, coherentes con los valores democráticos e igualitarios.

Precisamente, ahora no solo asistimos a una burda simplificación por la mayoría de los gobernantes y poderosos (la OTAN buena, Rusia mala), sino que todavía más, se ha desencadenado una presión política, mediática y moral para adscribirse a una opción simple: el apoyo a la OTAN…

Junto con un pensamiento complejo es necesario un enfoque realista ligado a una teoría crítica, igualitaria-emancipadora-solidaria, es decir, a los grandes valores del progresismo europeo y los derechos humanos. La tendencia mayoritaria en las élites políticas e intelectuales es el posibilismo adaptativo a las dinámicas dominantes de los poderosos. Es cuando en nombre del realismo analítico y político se desplazan los ‘principios’, se manipulan o se quedan en retórica formalista. Se trata del oportunismo convencional…

El faro son las necesidades y demandas de las mayorías populares, atendiendo a la realidad de las relaciones de fuerzas sociopolíticas y, en su caso, de los equilibrios estratégico-militares y de poder…

En definitiva, no es suficiente poner en el mismo plano, en todos los momentos y circunstancias, quiénes son los malos o los buenos. Esa inercia rígida es mala consejera para explicar los cambios, explicar los grises y las ambivalencias y elaborar alternativas adecuadas. Hay que analizar el papel de los actores en cada contexto y combinar las distintas prioridades. Eso sí, para evitar caer en el posibilismo adaptativo y hacer frente a las dinámicas reaccionarias y autoritarias, hay que considerar los grandes valores asentados en la experiencia igualitaria-emancipadora-solidaria de la humanidad. Las estrategias alternativas deben ser realistas y tener en cuenta las grandes tendencias estructurales y sociopolíticas de fondo. Y la democracia, la paz, la seguridad y el bienestar social siguen siendo objetivos fundamentales.”

Referencia web original: https://rebelion.org/un-nuevo-pacifismo-realista-y-etico/

La autonomía estratégica europea. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (9/06/2022)

Transcribo la introducción de esta valoración sobre la defensa europea:

“¿Cuál es el problema estratégico para Europa? No la inferioridad militar europea, en su conjunto, cuya superioridad es evidente para el propio Putin, sino la falta de una estructura coordinada de defensa común. Es una cuestión política, de falta de determinación colaborativa de los Estados europeos, no de condiciones básicas para tener una fuerte capacidad operativa, suficientemente disuasora frente a cualquier adversario.

De momento y a pesar de los avatares de estas dos últimas décadas, la voluntad de las élites europeas es la subordinación de la defensa europea ante un mando operativo estadounidense, la ausencia de autonomía estratégica de los ejércitos europeos para determinar una línea de acción específica. La cuestión es que su supuesto modelo político, social, democrático y de relaciones internacionales, con características e intereses distintos del de EEUU y su proyecto imperial, no se puede consolidar con la subordinación estratégica-militar y de seguridad.

Hay que recordar, y lo reafirma el general José Enrique de Ayala (“Por qué lo llaman democracia cuando quiere decir poder”, 6/06/2022), que la misión de la OTAN no es promocionar la democracia frente a la autocracia sino asegurar su primacía geopolítica y militar para defender los intereses de los países miembros y, sobre todo, los privilegios de poder de EEUU con la subordinación europea. Además, también ha estado compuesta por países autoritarios, tiene acuerdos con otros muchos y ha intervenido en causas injustas. Una vez desaparecida la URSS y el Pacto de Varsovia como potencia mundial casi paritaria, la OTAN no tenía un bloque de poder alternativo.

Es el declive de EEUU como imperio prepotente y exclusivo, particularmente en el campo político-económico, junto con la multipolaridad de intereses de poderes intermedios (China, India, Rusia, Irán…) y las tentaciones autónomas europeas lo que hace que las administraciones estadounidenses (con algunas diferencias entre demócratas y republicanos) intenten revertir el deterioro de su hegemonismo con una fuga hacia delante a través de su mayor fortaleza: incremento de la militarización y el intervencionismo.

Pero esa dinámica choca con varios obstáculos: la actitud opuesta al incremento del gasto militar y al riesgo de involucrarse directamente en una guerra, por parte de mayorías sociales amplias, principalmente, de las bases de izquierda; la renuencia de las élites políticas europeas (francesas, alemanas e italianas) que expresan sus propios intereses autónomos y a pesar del giro atlantista de la socialdemocracia nórdica (y española); la relativa neutralidad de los Estados con mayor población mundial, con guerras y conflictos diversos, y que se ven afectados por las graves consecuencias socioeconómicas y humanitarias por un conflicto, para ellos, secundario.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/global/autonomia-estrategica-europea-geopolitica/20220609164346199350.html

El 15-M y la dinámica transformadora hoy. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 113 (1/06/2022)

Ensayo en el que analizo la formación de un nuevo sujeto político en esta década, el proceso de protesta cívica, el declive y fragmentación del espacio del cambio, el revulsivo del frente amplio y el recambio de liderazgo, los fundamentos de la dinámica social transformadora y la interacción del campo social y el político electoral. Selecciono varios párrafos:

“Lo que se mantiene, a pesar de todos los esfuerzos de sectores poderosos para su desgaste, en particular su expresión política, es una base social amplia que llamo ‘nuevo progresismo de izquierdas’, con fuerte componente social, democrático, feminista y ecologista, compuesto sobre todo por gente joven, mayoría precaria, con identificación sociopolítica de izquierdas.

Aquel amplio proceso de movilización social progresiva del primer lustro de la década cuestionó las políticas regresivas de los poderosos, reafirmó la acción colectiva por mayor democracia y justicia social y configuró una gran corriente social crítica más igualitaria y solidaria. Y permitió, en su segundo lustro, la formación del llamado espacio sociopolítico y electoral del cambio de progreso, con una influencia institucional relevante, en el marco del acuerdo del Gobierno de coalición progresista, con el comienzo, lleno de límites y altibajos, de un proceso de reformas sociolaborales y democráticas significativas pese a las grandes dificultades estructurales y la oposición de las derechas y grupos de poder.

En definitiva, la experiencia de esta pasada década permite clarificar la interacción de los procesos sociales de activación cívica, imprescindibles desde una perspectiva transformadora, con la conformación de las bases sociales de progreso y los fundamentos del cambio electoral e institucional, desde la pluralidad y la profundización democrática frente a los riesgos involucionistas de las derechas reaccionarias. Es conveniente aprender de ella para abordar de forma realista pero ambiciosa los nuevos retos de esta nueva década con un nuevo proyecto de país y la necesaria modernización socioeconómica y medioambiental.

Y, específicamente, en este nuevo ciclo político, avanzar en la conformación del llamado frente amplio, liderado por Yolanda Díaz, en torno a esos dos grandes ejes transformadores: justicia social e igualdad (incluida la de género), y democratización política (incluida la territorial), participativa y solidaria. Son evidentes las dificultades externas derivadas de las estructuras de poder económico e institucional, las fuerzas progresistas tienen sus limitaciones y deficiencias, incluso errores, pero no hay que dar por cerrado el ciclo del cambio de progreso. Hay dinámicas sociopolíticas enraizadas en la necesidad de respuesta a esos retos, una experiencia controvertida y compleja en la articulación de una representación político-institucional que debe madurar y renovarse y expectativas sociales y político-electorales por un nuevo ciclo transformador de progreso.”

Referencia web original: https://www.mientrastanto.org/boletin-213/ensayo/el-15-m-y-la-dinamica-transformadora-hoy

Meritocracia y justicia social. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (31/05/2022) y en Rebelión (3/06/2022)

Reflexión sobre las características de la meritocracia y la conveniencia de combinar tres tipos de justicia: equidad como proporcionalidad respecto de los méritos; igualdad de trato sin discriminación, y solidaridad o contrato social ante las necesidades. Transcribo la introducción:

“El criterio meritocrático como fundamento de la justicia tiene una larga tradición desde Aristóteles, aunque ya alude al criterio de necesidad. En los últimos siglos se ha ido combinando con otros dos tipos de justicia: la igualdad de trato o jurídica, basada en los derechos humanos, y la solidaridad como contrato social colectivo ante las necesidades sociales. Ambos son fundamento de la modernidad liberal o el estado de derecho, así como de la constitución de los Estados de bienestar, con su modelo protector y distributivo basado en la justicia social, tal como he explicado en el libro 'Cambios en el Estado de bienestar'.

Acaba de publicarse una interesante y amplia investigación, DERRIBANDO EL DIQUE DE LA MERITOCRACIA, de Future Policy Lab, que ha dado lugar a un vivo debate, estimulado por el artículo de uno de sus autores, Bernardino León: “Si quieres una auténtica igualdad de oportunidades, olvídate de la meritocracia”. Aquí, en primer lugar, comento algunas de sus características y, en segundo lugar, señalo algunos aspectos teóricos sobre los tipos de justicia.

El Informe es una contundente y argumentada crítica contra la meritocracia. Parto del cuestionamiento de la meritocracia como factor (principal) de ascensor social, tal como promete la ideología neoliberal, y como señalan acertadamente diversos artículos, entre ellos, de Elizabet Duval (27/05/22), Lilith Verstrynge (28/05/2022) y Antonio Maestre (29/05/2022). Veamos algunos matices.

Existe un elemento débil en el planteamiento general: el riesgo de quedar en la simple denuncia del esquema meritocrático, sin capacidad para construir una alternativa positiva y realista. El problema se traslada a sobre qué bases justas se rellena esa tarea. Un peligro ante esa dificultad es la infravaloración de ese enfoque crítico y la deriva posibilista que puede conllevar una idea propuesta: ‘toda alternativa se forja con una alianza de lo nuevo y de lo viejo’. Supone una reinterpretación de la teoría de la contradicción de Hegel donde la alternativa, la síntesis, supera a ambas partes, tesis y antítesis, con algo cualitativamente nuevo aunque conserve parte de ellas. Ahí está la diferenciación en el grado de reforma o de ruptura de lo nuevo respecto de lo viejo, entre lo que se renueva y lo que se conserva.

En este caso, ese criterio supone mantener algo del sentido de la meritocracia, sin apuntar un marco y una práctica alternativas y realistas, es decir, a una síntesis superadora de la contradicción igualitarismo/meritocracia. Se quedaría en un simple equilibrio intermedio. Pero entonces no hay ruptura del marco individualista de la simple reciprocidad esfuerzo / recompensa.

Desde luego, el pensamiento crítico e igualitario no se debe asimilar solo a ‘denuncia’, sin alternativa constructiva positiva y real. Una vez criticado el mito de la meritocracia como legitimación de las desigualdades distributivas y de estatus, veamos el sentido de la meritocracia real. Se trata de analizar lo que puede ser justo del esfuerzo individual para combinarse con los otros tipos de justicia en un marco sociohistórico y estructural más amplio y superador del marco del individualismo neoliberal.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/meritocracia-justicia-social-neoliberalismo-crisis/20220531180905199127.html

Referencia web de la versión en Rebelión (3/06/2022): https://rebelion.org/meritocracia-y-justicia-social/

Mimbres. Antonio Antón, en Público (27/05/2022)

Título escueto con el que hago alusión a las bases sociopolíticas para el frente amplio. Transcribo varios párrafos:

“El movimiento 15-M simboliza el conjunto de protestas sociales y cívicas de todo el lustro de 2010 a 2014, que es mucho más variado. Después de más de una década conviene este recordatorio para valorar con perspectiva histórica este amplio proceso de indignación popular y acción colectiva progresista y su impacto social y político. El asunto es qué podemos aprender de la experiencia de esta década y qué dinámicas transformadoras existen hoy para garantizar un avance de progreso, tal como he explicado en el libro “Perspectivas del cambio progresista”.

Aquí analizo la formación de un nuevo sujeto político en esta década, con nuevas identificaciones ideológicas, diferenciado de la socialdemocracia gobernante y más amplio y renovado que el electorado tradicional de Izquierda Unida. Se trata de la experiencia colectiva de un nuevo progresismo de izquierdas, con un perfil democrático, feminista, ecologista y sociolaboral; o sea, un espacio violeta, verde y rojo, de carácter confederal, con vocación transformadora, capacidad articuladora de lo social y lo institucional y con nuevos liderazgos.

Constituye el punto de partida para la nueva etapa que comienza de renovación y ampliación de ese espacio progresista, el llamado frente amplio, que Yolanda Díaz pretende liderar tras un proceso de consulta y la perspectiva de la confrontación en las elecciones generales de fin del año 2023, para profundizar en el cambio de progreso, desde una alianza plural progresista y de izquierdas…

Esas condiciones externas e internas desfavorables, que acompañan el declive y la división de ese conglomerado a la izquierda de la dirección socialista, necesitan un revulsivo. Su carácter y dimensión es el centro del debate actual sobre el llamado frente amplio, su fase previa constitutiva y el sentido de su proyecto político, su vertebración orgánica y su liderazgo, aspectos sobre los que habrá que volver.

En consecuencia, además de la cierta paridad representativa entre las derechas y las izquierdas estatales y la continuidad de los sectores nacionalistas periféricos, más proclives a una alianza de progreso, persiste esa base social transformadora, progresista y de izquierdas, conformada por una experiencia prolongada y variada de toda esta década y cuya consolidación y refuerzo es fundamental para el avance social y democrático.

Globalmente no se ha reducido esa izquierda social, sino que se ha fragmentado en su expresión representativa y su actitud transformadora, con mayor desconcierto estratégico, reducción de las expectativas o ilusiones de su implementación reformadora y desconfianza en la articulación política. No obstante, desde el punto de vista cuantitativo puede ser cifrada en los mismos seis millones, hoy más repartidos, incluidas las partes inclinadas hacia el PSOE, la abstención y la izquierda soberanista, así como con la expectativa de nuevos electores progresistas.

Son los mimbres sociopolíticos de los que partir desde el nuevo proyecto de frente amplio de Yolanda Díaz, para sumar y verificar sus particularidades a través de la consulta participativa diseñada, con la perspectiva de consolidar y ensanchar esa base social y electoral, conformar un proyecto compartido, renovar y madurar una representación plural y unitaria que tenga suficiente credibilidad transformadora y garantizar el proceso de cambio de progreso en esta década.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/60087/mimbres/

El impacto del movimiento 15-M. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (17/05/2022), y en Rebelión (24/05/2022)

Selecciono los primeros y los últimos párrafos de esta reflexión valorativa:

“El movimiento 15-M simboliza el conjunto de protestas sociales y cívicas de todo el lustro de 2010 a 2014, que es mucho más variado. Después de más de una década conviene este recordatorio para valorar con perspectiva histórica este amplio proceso de indignación popular y acción colectiva progresista y su impacto sociopolítico.

En el campo cultural e ideológico se generaron nuevas ideas fuerza en sectores progresistas y de izquierda social, particularmente, entre gente joven. La cultura democrática y de justicia social de la ciudadanía progresista o los valores igualitarios y solidarios de los sectores juveniles más inquietos, se confrontaron con las nuevas realidades socioeconómicas y políticas dando lugar a dinámicas de indignación, protesta colectiva y exigencia de cambios sociales y democráticos…

Lo que se mantiene, a pesar de todos los esfuerzos de sectores poderosos para su desgaste, en particular su expresión política, es una base social amplia que llamo ‘nuevo progresismo de izquierdas’, con fuerte componente social, democrático, feminista y ecologista, compuesto sobre todo por gente joven, mayoría precaria, con identificación sociopolítica de izquierdas.

Aquel amplio proceso de movilización social progresiva del primer lustro de la década cuestionó las políticas regresivas de los poderosos, reafirmó la acción colectiva por mayor democracia y justicia social y configuró una gran corriente social crítica más igualitaria y solidaria. Y permitió, en su segundo lustro, la formación del llamado espacio sociopolítico y electoral del cambio de progreso, con una influencia institucional relevante, en el marco del acuerdo del Gobierno de coalición progresista, con el comienzo, lleno de límites y altibajos, de un proceso de reformas sociolaborales y democráticas significativas pese a las grandes dificultades estructurales y la oposición de las derechas y grupos de poder.

En definitiva, la experiencia de esta pasada década permite clarificar la interacción de los procesos sociales de activación cívica, imprescindibles desde una perspectiva transformadora, con la conformación de las bases sociales de progreso y los fundamentos del cambio electoral e institucional, desde la pluralidad y la profundización democrática frente a los riesgos involucionistas de las derechas reaccionarias. Es conveniente aprender de ella para abordar de forma realista pero ambiciosa los nuevos retos de esta nueva década con un nuevo proyecto de país y la necesaria modernización socioeconómica y medioambiental. Y, específicamente, en este nuevo ciclo político, avanzar en la conformación del llamado frente amplio, liderado por Yolanda Díaz, en torno a esos dos grandes ejes transformadores: justicia social e igualdad (incluida la de género), y democratización política (incluida la territorial), participativa y solidaria.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/impacto-movimiento-15m/20220517121435198659.html

Versión en Rebelión (24/05/2022): https://rebelion.org/el-impacto-del-movimiento-15-m-2/

Pacifismo y resistencia. Antonio Antón, en Público (6/05/2022)

Selecciono varios párrafos de este artículo sintético sobre los dos planos de la Guerra en Ucrania, la agresión rusa y el conflicto de bloques:

“En la actual guerra en Ucrania confluyen dos procesos que interaccionan entre sí, tal como he explicado en el reciente artículo “¿Un frente común atlantista?”: una agresión imperialista de Rusia a Ucrania y una confrontación de bloques político-militares. De ello se deriva una doble actitud democrática: apoyar la resistencia ucrania frente a la invasión rusa, y evitar la escalada belicista por la preponderancia estratégica de ambos bloques militares. El pacifismo se combina con la resistencia de un país soberano agredido. Una gran mayoría social comparte esos dos criterios; en particular, la mitad de la población rechaza el incremento del gasto militar aprobado por la OTAN, con amplias mayorías entre los electorados de las formaciones de izquierdas y nacionalistas que apoyan al Gobierno de coalición…

El rechazo cívico a la invasión imperial de Rusia a Ucrania tiene una causa justa, compartida con la OTAN, pero esa guerra también constituye un pretexto para su rearme, la militarización de los conflictos político-económicos a nivel mundial y la primacía de EE. UU. Son consecuencias quizá no previstas o no queridas por el régimen ruso, pero que aceleran la carrera armamentista y el riesgo de generalización y prolongación de la guerra. Esa lógica intervencionista militarista por la primacía de la propia seguridad y dominio (y soberanía) de las grandes potencias (EE. UU. y Rusia), resta capacidad soberana a las demás naciones subordinadas…

Para establecer un camino negociador hacia el alto el fuego, hay que contemplar los dos planos. Por un lado, el del conflicto estratégico y geopolítico duradero, con una dinámica multipolar y una polarización entre el privilegio estadounidense de su primacía político-militar mundial y las aspiraciones imperiales rusas. Por otro lado, la guerra concreta en Ucrania, condicionada por ello pero con una dinámica propia que posibilita apostar por un alto el fuego o una tregua relativa, que es el objetivo inmediato, y poner otras bases europeas de seguridad colectiva…

La peor opción es la perspectiva de la continuación de la guerra hasta la (supuesta) victoria final, aun con la creencia de cada parte de tenerla a mano, y cuyo contorno no se precisa y conlleva riesgos impredecibles y graves consecuencias colectivas. La menos mala es el alto el fuego pactado. No supone resignación, sino realismo con concesiones mutuas, condiciones aceptables y cierta legitimidad popular.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/59397/pacifismo-y-resistencia/

Frente a la militarización, la opción por la paz. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 212 (1/05/2022)

Ensayo donde analizo varias cuestiones relacionadas con la Guerra en Ucrania y las estrategias político-militares: ¿Una posición común atlantista?, Una correlación de fuerzas económico-militar desventajosa para Rusia, Soberanía nacional frente al intervencionismo militar, La experiencia pacifista con una cultura por la paz, El camino negociador hacia el alto el fuego, Una estrategia realista, ambiciosa y justa por la paz y Oposición a la agresión y al militarismo. Selecciono varios párrafos:

“La oposición a la invasión rusa a Ucrania está generalizada, al menos en las sociedades occidentales. Existe un rechazo social muy amplio a la intervención militar rusa, a su carácter criminal e imperialista, y un apoyo al pueblo ucranio, incluido a su derecho a la defensa armada. El contexto inmediato es la polarización entre un país soberano agredido y un Estado prepotente agresor. La actitud, ampliamente mayoritaria, está definida por el principio universalista del respeto de la soberanía e integridad territorial del país, es decir, por la oposición a esta injerencia militar, cruel e injustificada, y el derecho a su defensa siguiendo la doctrina de la no intervención externa, político-militar y económica, en la regulación interna de los países.

Hasta aquí existe una mayoritaria posición compartida que se concreta en la empatía y el apoyo al pueblo ucranio, sobre todo humanitario, y el freno a la agresión rusa, con sanciones y exigencia de responsabilidades a sus élites dirigentes por las atrocidades cometidas. Parar a Putin y solidarizarse con el pueblo ucranio y su derecho a la defensa activa son posiciones democráticas imprescindibles y comunes, también con la OTAN, que definen un campo nítido frente al que justifica la agresión rusa o se declara neutral o insensible ante un pueblo agredido…

Las guerras son un fracaso colectivo. Todas tienen componentes negativos, causan sufrimiento, en especial para la sociedad civil, y generan dinámicas militaristas y autoritarias. Hay que evitarlas con mecanismos pacíficos y negociados de resolución de los conflictos internacionales. Pero no todas las guerras son iguales y, sobre todo, no todos los bandos son iguales…

Por otro lado, el gasto militar europeo es cuatro veces superior al de Rusia y el de la OTAN 15 veces; o sea, Europa no necesita su rearme para garantizar su seguridad. Es un asunto clave que expresa la limitada legitimidad social de una dinámica de militarización aprobada por la cúpula de la OTAN, requerida hace tiempo por EE. UU. ante los países europeos y ratificada ahora… El expansionismo imperialista ruso (a diferencia del eje nazi-fascista-japonés a finales de los años treinta), no es capaz (ni se lo plantea) de doblegar a Occidente, por mucho que encuentre aliados en la ultraderecha europea y el trumpismo estadounidense, ejerza un influjo sociocultural conservador y misógino y desarrolle su intervencionismo prepotente en su periferia territorial o lo que considera su área de influencia y seguridad…

En definitiva, estar contra la guerra, en este caso en el que interaccionan dos procesos, supone combinar dos actitudes: apoyar la resistencia ucrania frente a la invasión rusa, y evitar la escalada belicista por la preponderancia estratégica de ambos bloques militares. El pacifismo, la izquierda, comparte algunas posiciones con la OTAN, pero difiere en su diseño geopolítico. Por eso es importante hablar del contexto y de los dos procesos que interactúan. La alternativa no es la militarización sino luchar por la paz con un orden social y mundial más justo.”

Referencia web original: https://www.mientrastanto.org/boletin-212/ensayo/frente-a-la-militarizacion-la-opcion-por-la-paz

Ucrania: soberanía y rearme. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (28/04/2022) y en Rebelión (4/05/2022)

Destaco varios párrafos:

“Tras un análisis de la correlación de fuerzas económico-militar entre la OTAN y Rusia, analizo la tensión entre soberanía nacional e intervencionismo militar, algunas características de los conflictos armados y la interacción entre la causa justa de la defensa de la soberanía de Ucrania y el rearme injusto de la OTAN…

Por otro lado, el gasto militar europeo es cuatro veces superior al de Rusia y el de la OTAN 15 veces; o sea, Europa no necesita su rearme para garantizar su seguridad. Es un asunto clave que expresa la limitada legitimidad social de una dinámica de militarización aprobada por la cúpula de la OTAN, requerida hace tiempo por EE. UU. ante los países europeos y ratificada ahora…

El expansionismo imperialista ruso (a diferencia del eje nazi-fascista-japonés a finales de los años treinta), no es capaz (ni se lo plantea) de doblegar a Occidente, por mucho que encuentre aliados en la ultraderecha europea y el trumpismo estadounidense, ejerza un influjo sociocultural conservador y misógino y desarrolle su intervencionismo prepotente en su periferia territorial o lo que considera su área de influencia y seguridad…

Empiezo por clarificar el sentido de la soberanía nacional y la integridad territorial, desde mi punto de vista, principio positivo frente al intervencionismo militar, desde hace varios siglos, pero que en estas décadas, en múltiples ocasiones, ha aparecido subordinado al interés estratégico fundamental de EE. UU. (y Rusia): la primacía de su poder y capacidad de control mundial; o dicho de otra forma, la prioridad de su propia soberanía (su interés de Estado) cuando entra en conflicto con otras. Supone una concepción nacionalista expansionista y prepotente (imperialista), normalmente escondida o combinada con discursos universales más o menos abstractos, a efectos de buscar legitimación social. Todo ello ayudaría a precisar qué alternativa por la paz (y la seguridad), dentro de un orden social y territorial más justo, se puede establecer que sea ambiciosa, realista y legítima socialmente…

Aparte de las guerras de liberación nacional (otra cosa son las revueltas o revoluciones internas), hay de dos tipos de intervenciones militares. Uno, el preventivo ante una coacción o amenaza; se trata de la garantía de la seguridad propia, que se considera amenazada, y da lugar a una llamada legítima defensa… Dos, el tipo humanitario (por sus motivos y más o menos justificado), como implantación de los derechos humanos ante riesgos de una tiranía…

El discurso de la soberanía nacional y la integridad territorial de los Estados es instrumental respecto del interés estratégico y geopolítico de EE. UU. de mantener y fortalecer su primacía mundial. Y Rusia lo imita en su área de influencia… El rechazo a la invasión imperial de Rusia a Ucrania tiene una causa justa, compartida con la OTAN, pero esa guerra también constituye un pretexto para su rearme, la militarización de los conflictos político-económicos a nivel mundial y la primacía de EE. UU., consecuencias quizá no previstas o no queridas por el régimen ruso, pero que aceleran la carrera armamentista y el riesgo de generalización y prolongación de la guerra.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/global/ucrania-soberania-rearme/20220428104921197994.html

Referencia web versión en Rebelión: https://rebelion.org/ucrania-soberania-y-rearme/

La alternativa por la paz. Antonio Antón, en Rebelión (27/04/2022), y en Nueva Tribuna (4/05/2022)

Destaco varios párrafos de este artículo:

“La cultura pacifista está enraizada en una experiencia sociopolítica fundamental, en España y Europa. Aquí analizo algunas de sus características para explicar las posibilidades de un alto el fuego inmediato en la guerra en Ucrania y avanzar en una estrategia realista, ambiciosa y justa por la paz…

Por tanto, con esa lógica intervencionista con la primacía de su propia seguridad y dominio (y soberanía) se resta capacidad soberana a las demás naciones. Así, se permite atentar a su integridad territorial en función de la ‘seguridad’ de EE. UU. (y la OTAN), que conlleva el control de recursos económicos y posiciones estratégicas frente a los adversarios geopolíticos (China, Rusia, el arco de la crisis africano-asiático-musulmán…) y ante la dispersión del orden mundial bajo su hegemonía…

Como se ve, hay una aproximación a la combinación de tres factores complejos, imprescindibles para una resolución pacífica del conflicto: la legitimidad de la población y el consenso de su diversa representación institucional, con unos procedimientos mínimos de consulta democrática; la solución negociada de una realidad plural con la flexibilidad de una articulación abierta de la soberanía política, y una visión realista y equilibrada de las relaciones de poder, garantías de seguridad mutua e influencia geopolítica y estratégica…

Ese es el problema principal no resuelto, ya que los que tienen ventajas comparativas en algunos terrenos (como el militar en el caso de EE. UU.) están prestos a utilizar sus fortalezas para reequilibrar sus desventajas o debilidades en el campo sociodemográfico o económico. Es la fuente estructural de la violencia militar, por encima de la voluntad cívica de las mayorías sociales expresadas libremente con criterios universales de justicia social, resolución pacífica y negociada de los conflictos y criterios éticos basados en los derechos humanos.

Pero esa orientación susceptible de tener un amplio apoyo cívico se contrapone, al menos por ahora, con la dinámica principal que predomina en los grandes bloques político-estratégicos, empezando por la OTAN y continuando por Rusia y sus afinidades reaccionarias de las ultraderechas europeas (y mundiales). La cuestión internacional se liga con la cuestión social, incluida unas relaciones igualitarias en todas las estructuras sociales, culturales y económico-laborales, y con la democracia, como participación y regulación de la vida pública. Las tres están interrelacionadas y su adecuada combinación es la base del bien común y el bienestar colectivo…

Por tanto, estamos ante una bifurcación histórica que puede reforzar o no esta dinámica de militarización y preparación para la guerra como medio de abordar los reequilibrios mundiales, en particular entre EE. UU. (y UE) y China (y Rusia), mediando conflictos particulares y áreas de influencia…

En consecuencia, hay que analizar los dos planos interrelacionados. Por un lado, la oposición a la prepotente agresión rusa y el amparo al pueblo ucranio; por otro lado, la no subordinación a una dinámica militarista, que empeora las desigualdades y la vida de los pueblos y corrompe las democracias…

En definitiva, habrá que reconfigurar e interrelacionar los conceptos de soberanía y de seguridad colectiva, con una deseable perspectiva de desmilitarización y dilución (evitación) de bloques militares, en un orden socioeconómico más justo.”

Referencia web original: https://rebelion.org/la-alternativa-por-la-paz/

¿Un frente común atlantista?. Antonio Antón, en Público (27/04/2022)

Transcribo los párrafos finales:

“Pues bien, la actual guerra en Ucrania tiene que ver más con el tercer tipo, aunque con elementos de los otros dos, en la medida que está inserta en una confrontación de bloques, con las dos modalidades, que complejizan la actitud cívica apropiada y que, particularmente, generan fuerte división en el campo progresista. Por una parte, es justa la resistencia ucrania y tiene sentido su apoyo frente a la invasión rusa, junto con las correspondientes medidas sancionadoras de los países de la OTAN o de la justicia internacional; no vale inhibirse en nombre de la paz, según una aplicación rígida y descontextualizada del modelo de la Primera Guerra mundial.

Por otra parte, con el origen inmediato de la invasión rusa y la responsabilidad desigual pero compartida, está la confrontación de bloques, reactivada y readecuada estos años por ambos. En particular, respecto de la estrategia estadounidense, que arrastra a la OTAN y los países europeos, por la primacía mundial y que utiliza este conflicto para sus propios intereses imperiales. Así, existen riesgos de escalada belicista y guerra generalizada, ante la que es necesaria una oposición global a esa dinámica militarista ascendente, como a primeros del siglo pasado y en los años treinta, que culminaron en las dos guerras mundiales.

Por tanto, tiene sentido cuestionar ambos campos problemáticos, en vez de (según el modelo de la Segunda Guerra mundial), considerar que el bando de los ‘buenos’ sería la OTAN y el objetivo la destrucción del otro bloque y, al contrario, para unos pocos, que sea Rusia y su ilusión imperial.

En definitiva, estar contra la guerra, en este caso en el que interaccionan dos procesos, supone combinar dos actitudes: apoyar la resistencia ucrania frente a la invasión rusa, y evitar la escalada belicista por la preponderancia estratégica de ambos bloques militares. El pacifismo, la izquierda, comparte algunas posiciones con la OTAN, pero difiere en su diseño geopolítico. Por eso es importante hablar del contexto y de los dos procesos que interactúan. La alternativa no es la militarización sino luchar por la paz con un orden social y mundial más justo.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/59214/un-frente-comun-atlantista/

Juventud trabajadora y sindicatos. Antonio Antón, en la revista “Trabajo sindical” nº 128, abril (pp. 4-7), de CC.OO. de Aragón.

“Parto de un diagnóstico inicial: la debilidad de los vínculos asociativos de la mayoría de la juventud trabajadora, mayoritariamente precarizada, con los sindicatos. Está derivada, por una parte, de la generalización de la precariedad laboral juvenil, con unas trayectorias laborales prolongadas en la temporalidad, el semiempleo y el paro; por otra parte, de la dificultad de la acción sindical para modificar a gran escala esta realidad impuesta desde hace décadas, que se ha mantenido y agudizado con la crisis socioeconómica y las políticas de ajuste neoliberal y de reformas laborales regresivas, reforzando el poder empresarial en las relaciones laborales y de empleo.”

Referencia web original: https://aragon.ccoo.es/7ec7a25886e7348d5e29a9342c5dbe68000051.pdf

La mitad de la población se opone al aumento del gasto militar. Antonio Antón, en Público (14/04/2022)

Transcribo varios párrafos de la introducción este artículo analítico y valorativo:

“La sociedad española está partida por la mitad respecto del incremento del gasto militar, con un pequeño porcentaje indefinido. Una parte (47,3%) es partidaria de su aumento y otra parte similar (46,6%) se opone, con la particularidad de que un sector significativo de esta oposición (12,2%) plantea ir más lejos y apoya su reducción…

El contexto y su sentido está claro, incluso es evidente en la propia pregunta del CIS al mencionar las amenazas: Se trata de una decisión estratégica de refuerzo militar de la OTAN. Se justifica en la guerra en Ucrania, y conlleva una prioridad que no goza de suficiente consenso en la sociedad española (y europea), preocupada fundamentalmente en la respuesta a la propia crisis social y económica y la cobertura presupuestaria del gasto social.

Parto de la valoración muy mayoritaria del rechazo a la brutal e injustificable agresión decidida por el gobierno ruso, imbuido de un nacionalismo gran ruso, conservador y autoritario, al Estado y el pueblo ucranio que tienen el derecho a defenderse, a la resistencia armada. No entro en las modalidades de ese apoyo y en otros aspectos geopolíticos, estratégicos e históricos.

Me centro en dos aspectos concretos interrelacionados: la débil legitimidad cívica de ese incremento del gasto militar, junto con la constatación de que Europa no necesita su rearme para garantizar su seguridad colectiva. Detrás una reflexión: sería conveniente otra orientación por la paz, el derecho internacional y un orden mundial más justo.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/58811/la-mitad-de-la-poblacion-se-opone-al-aumento-del-gasto-militar/

La desconfianza en los partidos. Antonio Antón, en Público (6/04/2022)

Transcribo la introducción del artículo:

“Según el último Eurobarómetro de la Comisión Europea (2021) se ha ido ampliado el grado de desconfianza en los partidos políticos y, en general, en la política institucional, en un clima de incertidumbre vital. España (junto con Eslovenia y Letonia) es el país de la Unión Europea con mayor desconfianza: hasta un 90% desconfía de los partidos políticos y un 86% considera que la desinformación de los medios es un problema grave para la democracia. El CIS y otros estudios también abundan en este hecho.

Por otra parte, según el último Eurobarómetro del Parlamento europeo (2022), los valores más importantes que considera la ciudadanía europea para defender son la democracia, seguida de la libertad de expresión y de pensamiento y la protección de los derechos humanos. Por tanto, se produce un problema grave, esa desconfianza en la representación política, que convive con significativas tendencias autoritarias y desafecciones institucionales, pero sin llegar al cuestionamiento de la democracia, que sí es apoyada por la gran mayoría ciudadana.

Es imprescindible analizar este problema, llámese malestar cívico, desorden político, indiferencia pública o descohesión social, vinculado a un proceso sociopolítico más general: la desintermediación, como la falta de capacidad mediadora de los partidos políticos y los medios de comunicación para articular las demandas sociales y conformar las opiniones y, así, garantizar la calidad de la democracia y sus funciones de gestión justa del bien público y legitimación cívica del poder político.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/58574/la-desconfianza-en-los-partidos/ 

Versión publicada en Rebelión (8/04/2022): https://rebelion.org/la-desconfianza-en-los-partidos/

La crisis de intermediación. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (29/03/2022) y en Mientras Tanto nº 211 (1/04/2022)

Transcribo la introducción de este artículo:

“Se acaba de publicar un interesante libro del profesor Ignacio Sánchez-Cuenca titulado “El desorden político”. Parte de un hecho relevante: la crisis de representación política y el surgimiento de nuevas fuerzas políticas, llamadas populistas y que él prefiere definirlas como antiestablishment. Explica la idea acertada de que la economía no puede explicar este fenómeno; supera una simple interpretación economicista, bastante usual en otros medios y tradiciones teóricas, y profundiza en otros factores políticos. Así, pone el acento en la crisis de los mecanismos de la doble ‘intermediación’ en las democracias: de las demandas populares a través de los partidos políticos, y de la formación de la opinión pública con los medios de comunicación como mediadores. Según el CIS se ha ido ampliado el grado de desconfianza en los partidos políticos y, en general, en la política institucional, en un clima de incertidumbre vital. Es un problema grave y, aunque no llega al cuestionamiento de la democracia, sí convive con significativas tendencias autoritarias y desafecciones institucionales. Por tanto, es imprescindible analizar este problema, llámese malestar cívico, desorden político, indiferencia pública o descohesión social, vinculado a un proceso sociopolítico más general: la desintermediación, como la falta de capacidad político-mediática de esas instituciones mediadoras en una democracia para articular las demandas sociales, conformar la legitimación cívica del poder político y gestionar el bien público. Es un buen punto de partida para profundizar en este tema crucial de la mediación sociopolítica y mediática, en crisis y transformación más acelerada desde hace una década, con ejemplos actuales como en el conflicto del transporte o la pluralidad y emergencia partidistas, y cuya evolución futura no está clara. Es un asunto relevante para definir el sentido de las políticas públicas y la calidad democrática de nuestro sistema institucional y representativo. Como contribución a este debate señalo algunas reflexiones iniciadas en el libro 'Perspectivas del cambio progresista'.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/crisis-intermediacion-politica-mediacion-establishment/20220329175902196902.html

Acerca de la reforma laboral. Antonio Antón, en la Revista vasca GALDE nº 36, primavera 2022 (pp. 18-19)

Destaco varios párrafos:

“Por tanto, la valoración sustantiva debe ser positiva: es una mejora para la mayoría popular y sus derechos laborales y sindicales. Tras una década de conflictos sociales, negociación tripartita y reequilibrios políticos e institucionales es lo que ha dado de sí, con la percepción realista de los factores estructurales, relacionales y sociohistóricos que posibilitan la orientación y la dimensión de este cambio…

A punto ha podido terminar en fracaso. La legitimidad cívica y del acuerdo social tripartito no han permitido al Gobierno conseguir los apoyos imprescindibles para su convalidación y no ha sido capaz de conformar una mayoría parlamentaria segura, decisiva para su operatividad. La suerte ha salvado la derrota y, afortunadamente, para la población trabajadora, el Gobierno de coalición y las fuerzas progresistas se puede celebrar la superación de esa adversidad que sitúa esta nueva etapa más esperanzadora.

Pero la enseñanza es que no se puede repetir el bordear el precipicio a expensas de la diosa Fortuna; hay que aprender de estos acontecimientos para ajustar la estrategia. Hay que seguir construyendo con tiempo y suficiencia una mayoría social y política que avale e impulse este compromiso reformador de progreso, particularmente en sus momentos clave, como esta reforma laboral o los pasados Presupuestos Generales.

La cuestión para responder es, partiendo de esa fragilidad parlamentaria del Ejecutivo, ¿cuáles han sido los errores analíticos de la relación de fuerzas con la inadecuación estratégica en el Gobierno y las fuerzas progresistas y los grupos nacionalistas que habrían abocado a una derrota importante, sin la fortuna del error del diputado del PP?”

Referencia web original: https://drive.google.com/file/d/1luZ6Rxz_k_JN--c9G9kHkRd2MgIF06ij/view

Feminismo “pa’lante”. Antonio Antón, en Público (7/03/2022)

“Este 8 de Marzo, día internacional de las mujeres, expresa una masiva exigencia de igualdad de género. Tras el parón del año pasado, derivado de las dificultades por la pandemia, permanecen los motivos para las demandas feministas que han conformado en los últimos años la nueva ola de activación cívica feminista.

Existen diversas polémicas y ciertas divisiones dentro de un marco global que siempre se ha caracterizado por un talante unitario y reivindicativo de unos ejes fundamentales: por la igualdad en las relaciones sociales, laborales, culturales y representativas; contra la violencia machista y todo tipo de coacción y discriminación, y por la libertad para desarrollar los proyectos vitales y de opción sexual. Son aspectos ampliamente compartidos que deberían permitir una unidad de acción práctica unitaria y liberadora, relativizando los desacuerdos existentes en diversos campos y neutralizando las iniciativas divisivas. Es la identificación feminista progresiva expresada en la frase Feminismo pa’ lante, machismo pa’ tras coreada en las manifestaciones. Por mi parte, hago una reflexión en un plano sociológico más general…

A pesar de los grandes avances queda pendiente un gran camino por recorrer: el cambio de las desiguales relaciones sociales, culturales y de poder, en múltiples campos con el reparto igualitario de los papeles sociales o estatus; desde la distribución desigual de las tareas de cuidados, familiares y reproductivas (con la ampliación diferenciada en la crisis sanitaria actual) hasta la segmentación profesional y la precariedad laboral (consolidada en el crisis socioeconómica y las políticas neoliberales), los estereotipos discriminatorios en el ámbito educativo y cultural o el acoso y la violencia machista como presión por su control y dominación, llegando a la paridad representativa en las instituciones públicas y privadas…

La finalidad es cambiar esa dinámica desventajosa femenina, contrarrestando resistencias o simplemente recelos e inercias, pero reales, de los varones que tienden a conservar esas ventajas con una actitud acomodaticia o resistente, a veces incluso coactiva y violenta. Y hacerles entender que unas relaciones más libres e igualitarias también les reportan beneficios, con una nueva masculinidad basada en la colaboración y la reciprocidad y no en el dominio y la jerarquía de estatus. Ello supone partir de la constatación de un estatus desigual que da lugar a un conflicto social profundo y la necesidad de una política feminista transformadora de las desventajas femeninas que lleva a rebajar los privilegios masculinos, las estructuras de poder beneficiadas por esa desigualdad y la división de papeles sociales desiguales…

En definitiva, es insuficiente un feminismo moderado, retórico o superficial; no se puede contemporizar, ser neutral o ambiguo con el machismo y la desigualdad. Hay que reafirmar el feminismo frente al machismo; puede haber distintos grados pero no transversalidad sino oposición. La identificación y la acción feminista se concretan contra la discriminación y las desventajas de las mujeres (y por supuesto contra todas las de todos los seres humanos).

Hay que valorar las desventajas y las ventajas de género que están repartidas de forma desigual, conformando esa estructura de desigualdad y dominación que perjudica más a la mayoría de las mujeres. Por ello son las más interesadas en la acción contra la discriminación y la subordinación, es decir en la acción por el reconocimiento y la distribución, por la igualdad y la emancipación femenina. Así, las mujeres feministas conforman el núcleo principal del feminismo e incluyendo, por supuesto, la participación masculina solidaria.

Por tanto, es necesario un feminismo transformador y crítico respecto de esa estructura de poder y división que reproduce las desigualdades (en este caso de sexo/género), con la perspectiva de favorecer a toda la humanidad, con unas relaciones justas, igualitarias-emancipadoras.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/57417/feminismo-pa-lante/

Referencia versión en Rebelión (8/03/2022): https://rebelion.org/feminismo-palante/

Enseñanzas de la reforma laboral. Antonio Antón, en Mientras Tanto nº 210 (1/03/2022)

La convalidación en el Congreso de la reforma laboral el pasado día 3 de febrero ha estado a punto de fracasar y con ello un avance significativo para la gente trabajadora y sus derechos laborales y contractuales y el refuerzo de una senda de progreso. Es momento de explicar los hechos y sacar las enseñanzas correspondientes. En este ensayo trato: Aprender de la experiencia; Al borde del precipicio; Restaurar la dinámica reformadora; Legitimidad y correlación de fuerzas; Errores analíticos y estratégicos; El desencuentro con los socios nacionalistas; La ventaja de la derrota era para la derecha; Combinar legitimidades, asegurar otra legislatura de progreso.

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-210/ensayo/ensenanzas-de-la-reforma-laboral

¿Un feminismo moderado?. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (21/02/2022). Reeditado en Mientras Tanto nº 210 (1/03/2022)

En un artículo reciente de la activista y filósofa Clara Serra, “Contra la extrema derecha: un feminismo para todo el mundo”, se exponen algunas ideas importantes. Me permito algunas reflexiones complementarias, para profundizar en un debate abierto y constructivo:

“De este 'feminismo para todo el mundo' se puede derivar una infravaloración de la desigualdad de género que afecta de forma desventajosa a la mayoría de las mujeres, aunque se hable de 'combatir una estructura de dominación a la que todas y todos estamos igualmente sujetos'. Nos afecta a todas las personas, pero no por igual. De esa idea clave se deriva una política indiferenciada e irrelevante por sexo/género. Se destaca lo transversal con los hombres que da lugar a una acción ambigua o superficial en la erradicación de las desventajas relativas de las mujeres, de la discriminación femenina y sus causas sociohistóricas y estructurales. Ello supondría un feminismo moderado, y poco transformador y crítico respecto del objeto principal: la desigualdad de género, la discriminación por sexo, aun con diversos niveles…

En la acción por la igualdad hay que incorporar y convencer a todos y todas y demostrar sus ventajas colectivas, conformando personas libres e iguales. Pero los procesos transformadores requieren considerar las desigualdades y subordinaciones diferenciadas por sexo (y otras categorías) y dar pasos efectivos admitiendo la existencia de desiguales puntos de partida, condiciones sociales y trayectorias vitales. Eso no es buscar falsos culpables o caer en el victimismo, sino es realismo respecto de la persistencia de la desigualdad de poder y de ventajas (mayores o menores y en proceso) y firmeza para cambiarlas desde la justicia compartida de los derechos humanos…

Al final queda lo sustantivo a transformar: el cambio de las desiguales relaciones sociales, culturales y de poder, en múltiples campos con el reparto igualitario de los papeles sociales o estatus; desde la distribución desigual de las tareas de cuidados, familiares y reproductivas (con la ampliación diferenciada en la crisis sanitaria actual) hasta la segmentación profesional y la precariedad laboral (consolidada en el crisis socioeconómica y las políticas neoliberales), los estereotipos discriminatorios en el ámbito educativo y cultural o el acoso y la violencia machista como presión por su control y dominación, llegando a la paridad representativa en las instituciones públicas y privadas…

Ello supone partir de la constatación de un estatus desigual que da lugar a un conflicto social profundo y la necesidad de una política feminista transformadora de las desventajas femeninas que lleva a rebajar los privilegios masculinos y las estructuras de poder beneficiadas por esa desigualdad y la división de papeles sociales desiguales…

En definitiva, es insuficiente un feminismo moderado, retórico o superficial; no se puede contemporizar, ser neutral o ambiguo con el machismo y la desigualdad. Hay que reafirmar el feminismo frente al machismo; puede haber distintos grados pero no transversalidad sino oposición. La identificación y la acción feminista se concretan contra la discriminación y las desventajas de las mujeres (y por supuesto contra todas las de todos los seres humanos). Hay que valorar las desventajas y las ventajas de género que están repartidas de forma desigual, conformando esa estructura de desigualdad y dominación que perjudica más a la mayoría de las mujeres. Por ello son las más interesadas en la acción contra la discriminación y la subordinación, es decir en la acción por el reconocimiento y la distribución, por la igualdad y la emancipación femenina. Así, las mujeres feministas conforman el núcleo principal del feminismo e incluyendo, por supuesto, la participación masculina solidaria.

Por tanto, es necesario un feminismo transformador y crítico respecto de esa estructura de poder y división que reproduce las desigualdades (en este caso de sexo/género), con la perspectiva de favorecer a toda la humanidad, con unas relaciones justas, igualitarias-emancipadoras.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/feminismo-moderado-machismo-ultraderecha-igualdad/20220221125503195697.html

Reforma laboral: Aprender de la experiencia. Antonio Antón, en Público (20/02/2022)

Valoración de la situación sobre su aprobación al borde del precipicio y la tarea de restaurar la dinámica reformadora. Destaco varios párrafos:

“La convalidación en el Congreso de la reforma laboral el pasado día 3 de febrero ha estado a punto de fracasar y con ello un avance significativo para la gente trabajadora y sus derechos laborales y contractuales y el refuerzo de una senda de progreso. Es momento de explicar los hechos y sacar las enseñanzas correspondientes…

Por tanto, aparte del beneficio sustantivo para la gente trabajadora y el país (y parcialmente para la patronal), en esta reforma laboral se ventilaba el reforzamiento (o no) de la senda de progreso y la legitimidad social y la consolidación electoral de la coalición progresista y sus equilibrios con distintos actores. En primer lugar, para derrotar (o no) a las derechas. En segundo lugar, para ampliar la suficiencia de los apoyos sociales, político-electorales e institucionales al conjunto de las fuerzas progresistas…

Particularmente, aparte de derrotar a las derechas en el próximo proceso electoral, este proceso está incardinado y tiene impacto en la gobernabilidad general. Se está conformando la recomposición y reequilibrio de las tres tendencias básicas: la primacía dirigente socialista (a ensanchar por su parte); la expectativa de refuerzo de Unidas Podemos a través de un frente amplio y el liderazgo de la propia Yolanda Díaz, para aumentar su representatividad e influencia, y la competencia en sus territorios de ambas fuerzas con los grupos nacionalistas, que también pretenden fortalecer su prevalencia institucional…

La decisión gubernamental, impuesta por el Partido Socialista, de infravalorar una negociación política paralela para asegurar esa votación parlamentaria favorable y suficiente y relegarla para el final, con el condicionamiento ya plasmado del acuerdo social, tenía varias deficiencias: sobrevaloraba la capacidad persuasiva de su bondad como avance social consensuado con la patronal y los sindicatos, destacaba el propio protagonismo gubernamental en todo el proceso y sus efectos legitimadores y desconsideraba los equilibrios políticos y de impacto político-electoral de los distintos actores, en particular PNV y ERC. La opción implícita era la de reconstruir la operación centrista, avalada por la propia patronal y la Unión Europea, con sus correspondientes efectos simbólicos y políticos, en particular incrementar la deseada autonomía socialista respecto de los grupos nacionalistas (y UP)…

Se ha comprobado la importancia de la agenda social y que el proceso de articulación de los acuerdos políticos es más complejo y precisa, aparte de la firmeza en la política social y laboral como respuesta a los graves problemas de la sociedad, de un horizonte más claro y compartido respecto de la plurinacionalidad y un avance federal/confederal.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/57040/reforma-laboral-aprender-de-la-experiencia/

Versión editada en Rebelión (25/02/2022): https://rebelion.org/reforma-laboral-aprender-de-la-experiencia/

Legitimidad y correlación de fuerzas. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (12/02/2022)

Reflexión a raíz del proceso y la ajustada aprobación de la reforma laboral. Trato los errores analíticos y estratégicos, el desencuentro con los socios nacionalistas, la ventaja para la derecha que significaba la derrota parlamentaria, la necesidad de combinar legitimidades y asegurar otra legislatura de progreso. Selecciono varios párrafos de su introducción:

“La votación sobre la reforma laboral ha expresado una relación de fuerzas parlamentarias minoritaria para las fuerzas favorables a su aprobación, salvada por el error de un diputado del PP. Frente a las expectativas optimistas se ha constatado una cruda realidad: la fragilidad de los apoyos gubernamentales.

A punto ha podido terminar en fracaso. La legitimidad cívica y del acuerdo social tripartito no han permitido al Gobierno conseguir los apoyos imprescindibles para su convalidación y no ha sido capaz de conformar una mayoría parlamentaria segura, decisiva para su operatividad. La suerte ha salvado la derrota y, afortunadamente, para la población trabajadora, el Gobierno de coalición y las fuerzas progresistas podemos celebrar la superación de esa adversidad que sitúa esta nueva etapa más esperanzadora. Pero la enseñanza es que no se puede repetir el bordear el precipicio a expensas de la diosa Fortuna; hay que aprender de estos acontecimientos para ajustar la estrategia. Hay que seguir construyendo con tiempo y suficiencia una mayoría social y política que avale e impulse este compromiso reformador de progreso, particularmente en sus momentos clave, como esta reforma laboral o los pasados Presupuestos Generales.

El análisis de la relación de fuerzas sociales y políticas es fundamental para elaborar las estrategias de cambio social, económico e institucional. No es fácil una interpretación realista, multidimensional y en proceso de la influencia de los distintos actores o sujetos colectivos. Son muchos sus componentes e interrelaciones, desde las tendencias sociopolíticas y culturales hasta las estructuras de poder y dominación, pasando por las dinámicas de legitimación cívica y representatividad parlamentaria. Los intereses y demandas son diferenciados y las trayectorias de legitimación diversas, todo lo cual constituyen dificultades para conformar el bien común o un proyecto compartido, sometido a disputa por la primacía y sus prioridades.

La política es compleja. Supone la gestión de los intereses contrapuestos, diferenciados y/o compatibles de una sociedad tras un proyecto de país (y universal) y con una teoría explicativa y justificativa de una estrategia, con sus tácticas y su acción inmediata y discursiva. La labor de mediación político institucional y articulación de las demandas ciudadanas de las formaciones políticas es insustituible, aunque sometida a renovación democratizadora y de arraigo social y combinada con el resto de los actores sociales y las estructuras de poder socioeconómico e institucional.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/legitimidad-correlacion-fuerzas/20220212095553195383.html

Ampliación, renovación y superación de la izquierda. Antonio Antón, en Rebelión (8/02/2022)

Transcribo varios párrafos:

“La palabra izquierda refleja una diversidad de posiciones que hay que valorar según los contextos, combinada con otras identificaciones, y que conlleva una triple dinámica: ampliación, renovación y superación.

En dos artículos recientes, “La izquierda social existe” y “Espacios de la izquierda”, he analizado las características de la izquierda social y los distintos líderes y espacios de la izquierda política. Aquí, como continuación, explico tres cuestiones que tienen que ver con su ampliación al centro (y frente a la abstención), la dimensión e importancia de su identificación igualitaria, democrática y solidaria y la clave para una refundación alternativa que es su dimensión transformadora…

La diferenciación de cultura política o identificación ideológica tiene su correspondencia con las tres grandes tendencias sociopolíticas: involución regresiva, reaccionaria y autoritaria en el caso de las derechas; continuismo centrista o socioliberal en gran parte del consenso europeo liberal-conservador-socialdemócrata, y de progreso o transformador, con el refuerzo de una estrategia democrática y de justicia social. El actual gobierno de coalición en España es un punto intermedio, con un consenso mínimo, entre las dos últimas y ante la amenaza de la primera. Junto con sus alianzas con el nacionalismo periférico tiene la tarea de ganar las elecciones generales e impulsar una siguiente legislatura de transformación progresista y democrática.

El eje articulador de las tendencias sociopolíticas de fondo, asociadas a esas tres grandes opciones ideológicas, es el alcance transformador de las políticas públicas y su orientación progresiva (o regresiva). Por tanto, el sentido real y sustantivo de los cambios político-institucionales se vincula a cómo se afrontan los problemas y las demandas persistentes de las mayorías ciudadanas, principalmente las condiciones vitales y sociolaborales de la ciudadanía, articuladas en un proyecto reformador democrático-igualitario de país. Problemas que el propio CIS también señala y cuya interpretación y conversión en políticas públicas y legitimación de actores están sometidas a fuerte pugna por su legitimación y gestión.

Su desarrollo dependerá del reequilibrio de fuerzas en el próximo gobierno progresista de coalición y el nivel de activación cívica y popular para empujar en ese proceso transformador. Es la perspectiva para la triple dinámica: reafirmación, renovación y superación de las izquierdas y avanzar en un cambio de progreso.”

Referencia web original: https://rebelion.org/ampliacion-renovacion-y-superacion-de-la-izquierda/

Izquierda y frente amplio. Antonio Antón, en Mientras Tanto (1/02/2022)

En este texto explico las características ideológicas de la izquierda social y política y la necesaria ampliación, renovación y superación de la izquierda. Transcribo su introducción:

“Este ensayo tiene dos partes. En la primera analizo la relevancia de este rasgo ideológico y sociopolítico, convenientemente renovado y combinado con otras identificaciones, para explicar las características de las fuerzas progresistas y sus electorados de una forma multidimensional, junto con las particularidades y la comparación entre los distintos líderes y corrientes en el seno de las izquierdas estatales: Partido Socialista, Unidas Podemos y sus confluencias (En Comú Podem y Galicia en común) y Más País-Mès Compromís. Se trata de valorar no solo quién está a la izquierda de quién y su paradójico significado, sino los rasgos diferenciadores entre ellas. En la segunda expongo varias valoraciones para contribuir al debate sobre el proyecto de nueva articulación del llamado frente amplio liderado por Yolanda Díaz, que a mi parecer debería articular tres dinámicas combinadas respecto de la izquierda y su experiencia reciente: ampliación, renovación y superación.”

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-209/ensayo/izquierda-y-frente-amplio

Una reforma laboral progresiva. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (31/01/2022)

Explico el avance significativo en los derechos laborales con una valoración positiva, el pacto con la patronal y su significado y los riesgos del desencuentro con los nacionalismos periféricos. Selecciono varios párrafos:

“La reforma laboral, aprobada el pasado 28 de diciembre mediante Real Decreto-ley firmado por el Ejecutivo, tras la prolongada negociación y el acuerdo tripartito entre el Gobierno, las organizaciones sindicales (CCOO y UGT) y las organizaciones empresariales (CEOE y Cepyme), se somete el próximo día 3 de febrero al Congreso de los Diputados para su convalidación.

El contenido y su valoración está sometido a un fuerte debate, en particular sobre su impacto positivo en el mercado de trabajo y las relaciones laborales. Pero, sobre todo, esa mirada sustantiva se entrecruza con su significado político e institucional en este contexto.

Las opciones se están redefiniendo para dar respuesta a un problema socioeconómico y político fundamental como la precariedad laboral y social, abordar esta etapa con el refuerzo (o no) del acuerdo de coalición e investidura, encarar el próximo ciclo electoral con éxito frente a las derechas y garantizar la continuidad de una nueva legislatura de progreso y un proyecto de país más justo y democrático o bien apuntar al deseado (por algunos) reequilibrio centrista…

La reforma debe juzgarse no por lo que falta, según las expectativas de cada cual, sino por lo que realmente cambia, que es sustantivo. Es un cambio de tendencia, aunque la pugna sobre su trayectoria está servida. Para unos es un techo y se intenta legitimar y consolidar lo existente; para otros es un inicio para modificar todo. Todas las partes tienen objetivos contradictorios que se dirimirán con otros equilibrios de fuerzas sociales y parlamentarias: consolidar lo existente o avanzar en una trayectoria transformadora. Pero ahí es donde hay que superar cierta ambigüedad estratégica socialista y definir mejor el proyecto de país, particularmente para la siguiente legislatura y lo que queda de ésta, en concreto el modelo social y laboral (y territorial) y las alianzas progresistas necesarias.

El riesgo es evidente en el caso de no salir adelante el cambio legislativo: un bloqueo en la precariedad e indefensión de la población trabajadora, un fiasco importante para el Gobierno progresista de coalición, una ruptura de las perspectivas de alianzas y el proyecto de progreso, mayores privilegios empresariales y una ventaja política para las derechas. La alternativa es aprobar esta reforma laboral positiva y profundizar en una estrategia transformadora y de avance en los laborales y sociales.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/reforma-laboral-progresiva-trabajo-precariedad/20220131170730195050.html

El marco de la reforma laboral. Antonio Antón, en Público (28/01/2022)

Artículo valorativo de un tema complejo, candente y de fuerte impacto social y político. Reproduzco su primera parte:

“El día 3 de febrero se somete al Congreso de los Diputados la convalidación del Real Decreto-ley firmado por el Ejecutivo el pasado 28 de diciembre sobre la reforma laboral, aprobada tras la prolongada negociación y el acuerdo tripartito entre el Gobierno, las organizaciones sindicales (CCOO y UGT) y las organizaciones empresariales (CEOE y Cepyme).

El contenido y su valoración está sometido a un fuerte debate, en particular sobre su impacto positivo en el mercado de trabajo y las relaciones laborales. Pero, sobre todo, esa mirada sustantiva se entrecruza con su significado político e institucional en este contexto.

Este cambio normativo tiene una gran relevancia social y política, así como amplios efectos sobre la legitimidad institucional de los distintos actores. La actitud ante esta reforma laboral expresa las distintas estrategias y alianzas políticas y la reafirmación o no del bloque de investidura como base de la gobernabilidad, con la perspectiva de su impacto electoral con los reequilibrios de fuerzas políticas en los próximos comicios hasta las elecciones generales y el proyecto de país y de gobernanza subsiguiente.

Es uno de los ejes principales de la agenda social y laboral de la legislatura que, junto con el tema territorial, el económico-fiscal y la democratización institucional, condiciona el carácter de ésta y su futuro. Visto desde los socios nacionalistas del Ejecutivo, y aparte de competir con él en la representación de una agenda social de progreso, supone un aviso para el avance en otro tema estratégico: el conflicto catalán y, en general, la crisis territorial y el modelo plurinacional (o centralizado) de Estado.

Me centro, brevemente, en las medidas, especialmente, sobre la óptica para valorarlas. Después explico su impacto político-electoral según los resultados de esa votación: si se aprueba o no, con los apoyos de quién y a cambio de qué. De ahí se derivará el grado de cumplimiento del contrato social e institucional del Gobierno progresista de coalición, con su dimensión transformadora y sus alianzas principales para esta etapa hasta las elecciones generales, con su reflejo en la cohesión del propio Ejecutivo y la preferencia por el bloque de investidura o bien por Ciudadanos.

Por tanto, en este momento de tensión e incertidumbre, por la red de intereses contrapuestos y objetivos parciales de cada actor, confluye (como ya pasó en la negociación presupuestaria del año 2021 y otros momentos clave) la combinación de las distintas prioridades estratégicas y de alianzas, intentando justificarlas con su relato respectivo.

Las opciones se están redefiniendo para dar respuesta a un problema socioeconómico y político fundamental como la precariedad laboral y social, abordar esta etapa con el refuerzo (o no) del acuerdo de coalición e investidura, encarar el próximo ciclo electoral con éxito frente a las derechas y garantizar la continuidad de una nueva legislatura de progreso y un proyecto de país más justo y democrático o bien apuntar al deseado (por algunos) reequilibrio centrista.

Esta reforma laboral, aunque limitada, es un avance significativo (no cosmético) para los derechos laborales. Sus medidas se pueden clasificar en tres campos. 1) Mejora las relaciones contractuales de las representaciones sindicales en la negociación colectiva con beneficios para la gente trabajadora y menor subordinación al poder empresarial, particularmente en las pymes: ultraactividad del convenio colectivo, convenios sectoriales para evitar la mayor indefensión respecto de la devaluación salarial en las empresas, mayor capacidad e influencia de la representación sindical… 2) Avance en los derechos y condiciones sociolaborales, particularmente en los sectores más vulnerables ante la contratación precaria (jóvenes, mujeres…) con reducción de la temporalidad e incremento de la inspección de trabajo. 3) Mejor regulación de la flexibilidad interna -ERTES- para frenar la externa -despidos- y evitar la destrucción de tejido productivo y mayor desempleo. Ninguna medida tiene un carácter regresivo para la gente trabajadora, a diferencia de prácticamente todas las reformas laborales en estas cuatro décadas y, especialmente, la de 2012 del Gobierno del Partido Popular y las otras tres grandes reformas estructurales.

Por tanto, la valoración sustantiva debe ser positiva: es una mejora para la mayoría popular y sus derechos laborales y sindicales.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/56224/el-marco-de-la-reforma-laboral/

Otra versión se publica en Rebelión (31/01/2022): https://rebelion.org/el-marco-de-la-reforma-laboral/

La derechización españolista. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (17/01/2022)

A raíz de un artículo de Ignacio Sánchez-Cuenca donde expone la reacción del nacionalismo español y las limitaciones del Gobierno de coalición que conllevan un futuro incierto, expongo algunas reflexiones que matizan ese diagnóstico y, sobre todo, reclaman una respuesta para asegurar un proceso de avance progresista. Destaco varios párrafos:

“Por tanto, en las bases sociales de las derechas estatales sí existe su derechización y su movilización con su dinámica trumpista. Los fundamentos de su estrategia están claros: su nacionalismo españolista y su refuerzo autoritario y manipulador contra los tres ejes del cambio de progreso: una reforma socioeconómica y laboral progresiva; la regulación de la plurinacionalidad y la democratización del Estado, y un poder institucional representado por el actual Gobierno de coalición progresista, con la presencia de Unidas Podemos que representa una garantía para la firmeza y la continuidad de esos cambios, junto con sus apoyos de los nacionalismos periféricos…

La responsabilidad de la falta de acuerdo progresista en 2016 no es paritaria entre PSOE y Unidas Podemos, aunque hubo errores del segundo, particularmente por su incapacidad para mantener un conglomerado unitario. El motivo del fracaso fue la apuesta del aparato socialista y de todo el poder establecido por conformar un amplio consenso continuista con las derechas para neutralizar esa tendencia social y cultural de fondo que reclamaba ese cambio de progreso, y, en particular, deslegitimar y debilitar su representación política e impedir la colaboración progresista…

Pero junto con esas dificultades externas derivadas de la polarización reaccionaria de las derechas y otras constricciones estructurales, el problema principal para las izquierdas es el de la activación de sus propias bases sociales con un plan reformador unitario y realista pero firme y sustantivo. Ello permitirá generar otras expectativas políticas y culturales para fortalecer el cambio de progreso… Por tanto se trata de superar las tentaciones centristas o paralizantes del propio Partido Socialista, con muchas presiones fácticas, contando con las desventajas (pandemia) y ventajas (políticas expansivas europeas). Así, en el plano de la reforma social es, precisamente, Yolanda Díaz y UP, quienes aparecen como los más firmes y consecuentes y les permite remontar su declive representativo, cosa que no le pasa a Pedro Sánchez y el PSOE. En el plano democratizador y territorial, en particular el conflicto en Cataluña, es sustancial avanzar aunque sea poco y lento, pero con una voluntad clara y persistente. Se trata de consolidar el bloque de la investidura y activar otro modelo de España plural…

Supone activar las bases electorales de las fuerzas progresistas y de izquierda, superar las actitudes timoratas y vacilantes y generar nuevas expectativas con una renovación del proyecto de país (de países). Es un empeño titánico, tal como dice Sánchez-Cuenca. Pero hay que intentarlo. La opción de un repliegue centrista y la división del campo progresista conducirá al fracaso del cambio de progreso, quizá para una etapa prolongada.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/derechizacion-espanolista/20220117161222194595.html

La izquierda social existe . Antonio Antón, enPúblico(14/01/2022)

Con los datos del estudio 3344 del CIS, en su Barómetro de diciembre de 2021 analizo dos dimensiones de la percepción ideológica con la que se ubican las personas, el eje izquierda / derecha y las opciones político-ideológicas. Destaco varios párrafos:

“En primer lugar, la constatación de la dimensión de los tres grandes bloques ideológicos en el convencional eje Izquierda (1) / Derecha 10), sobre el que se define el 94% de la población (sólo el 6% contesta que No sabe / Sin contesta); significa que, a pesar de ciertos cambios en la cultura política, sobre todo, en la menor densidad dada a esos conceptos, todavía esa referencia es relevante para definir las identificaciones culturales y sociopolíticas y su influencia en el comportamiento electoral…

Por tanto, es unilateral la identificación exclusiva de este espacio alternativo del cambio de progreso con la izquierda (economicista) y menos con una izquierda extrema o radical; pero también lo es la pretensión de que no tiene nada que ver con las izquierdas, que nace y se forma de cero, a la espera de su relleno por una élite discursiva, cuando es un componente relevante de su identificación múltiple y su experiencia relacional y sociohistórica.

La cuestión es que no hay una palabra que agrupe el sentido político-ideológico y cultural de esa nueva experiencia sociopolítica en este nuevo contexto de la última década, con elementos comunes pero diferenciados de la de otras épocas. Y su identificación no se resuelve bien añadiendo 'nueva' a izquierda oa socialdemocracia, así como es una solución falsa abandonando su calificación ideológico-política y sustituyendola con palabras ambiguas y genéricas, o con solo un significado sociodemográfico (como pueblo, gente o ciudadanía ).

En definitiva, en términos de autoubicación ideológica o pertenencia colectiva tenemos una identificación múltiple a partir de tres características como se definen, prácticamente, toda la población y que están interrelacionadas: una, en el eje ideológico izquierda / derecha; otra, a través de la pertenencia a dos corrientes sociopolíticas, ya que una sería excesivamente rígida y unilateral. Así, como mínimo habría que aludir a esos seis grandes rasgos político-ideológicos antedichos, con una combinación variada. Esa multiplicidad y combinación nos expresa un muestrario más acorde y multilateral con la realidad sociológica, particularmente de las bases sociales de progreso, aunque, por supuesto, más complejo e interactivo, lo que exige un pensamiento realista, abierto y crítico.”

Referencia web original : https://blogs.publico.es/otrasmiradas/55602/la-izquierda-social-existe/

Versión editada en Rebelión (22/01/2022): https://rebelion.org/la-izquierda-social-existe/

Frente Amplio: Ampliación, renovación y superación de la izquierda. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (12/01/2022)

Aquí saco varias conclusiones para contribuir al debate sobre el proyecto de nueva articulación del llamado frente amplio, liderado por Yolanda Díaz que, a mi parecer, debería articular tres dinámicas combinadas respecto de la izquierda y su experiencia reciente: ampliación, renovación y superación. Selecciono los párrafos finales:

“Ante las dificultades para levantar una identificación ideológica nueva y aparte de echar mano, más o menos reactiva o utópica, de las identificaciones fragmentarias existentes, se ha solido sustituir el relativo vacío y la diversidad ideológica por menciones a su adscripción sociodemográfica (gente, pueblo…) a efectos de legitimación cívica sin una identificación ideológica fuerte, aunque la autoubicación mayoritaria era y sigue siendo de pertenencia a las izquierdas, aun en una densidad débil y con mezclas diversas de su identidad múltiple.

Esa desideologización o eclecticismo tiene su parte positiva, al adaptarse de forma pragmática y multilateral a la realidad, pero también su inconveniente de posibilismo adaptativo y disperso, al infravalorar un proyecto común, una articulación solidaria y una estrategia compartida, sustituidos, a veces, por un hiperliderazgo y un activismo discursivo. Sin avanzar en ese ámbito de perfil ideológico o proyecto estratégico de país, lo que queda es el utilitarismo inmediatista o la pelea por el ventajismo organizacional, que hay que superar por una dinámica progresiva, igualitaria-emancipadora e integradora, y un modelo social y democrático avanzado, lo que supone renovación y superación de lo existente.

La diferenciación de cultura política o identificación ideológica tiene su correspondencia con las tres grandes tendencias sociopolíticas: involución regresiva, reaccionaria y autoritaria en el caso de las derechas; continuismo centrista o socioliberal en gran parte del consenso europeo liberal-conservador-socialdemócrata, y de progreso o transformador, con el refuerzo de una estrategia democrática y de justicia social. El actual gobierno de coalición en España es un punto intermedio, con un consenso mínimo, entre las dos últimas y ante la amenaza de la primera. Junto con sus alianzas con el nacionalismo periférico tiene la tarea de ganar las elecciones generales e impulsar una siguiente legislatura de transformación progresista y democrática.

El eje articulador de las tendencias sociopolíticas de fondo, asociadas a esas tres grandes opciones ideológicas, es el alcance transformador de las políticas públicas y su orientación progresiva (o regresiva). Por tanto, el sentido real y sustantivo de los cambios político-institucionales se vincula a cómo se afrontan los problemas y las demandas persistentes de las mayorías ciudadanas, principalmente las condiciones vitales y sociolaborales de la ciudadanía, articuladas en un proyecto reformador democrático-igualitario de país. Problemas que el propio CIS también señala y que detallo en el libro “Cambios en el Estado de bienestar”, y cuya interpretación y conversión en políticas públicas y legitimación de actores están sometidas a fuerte pugna por su legitimación y gestión.

Su desarrollo dependerá del reequilibrio de fuerzas en el próximo gobierno progresista de coalición y el nivel de activación cívica y popular para empujar en ese proceso transformador. Es la perspectiva para la triple dinámica: reafirmación, renovación y superación de las izquierdas y avanzar en un cambio de progreso.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/frente-amplio-ampliacion-renovacion-superacion-izquierda-transversalidad/20220111183205194479.html

Espacios de la izquierda. Antonio Antón, en Público (7/01/2022)

Aquí, a partir de los datos del estudio 3344 del Barómetro del CIS de diciembre de 2021, voy a profundizar en la comparación entre los distintos líderes y corrientes en el seno de las izquierdas estatales: Partido Socialista, Unidas Podemos y sus confluencias y Más País-Mès Compromís. Se trata de valorar no solo quién está a la izquierda de quién y su paradójico significado, sino los rasgos diferenciadores entre ellas. Destaco los párrafos finales:

“Por otro lado, la estimación del CIS, sobre el voto válido refleja una representatividad muy desigual. El porcentaje del PSOE, 28%, duplica el de UP (y confluencias), 13,7%, y éste multiplica por seis el de MP/Compromís, 2,2%.

Hay que precisar que no existen dos bloques completamente diferenciados por su nivel de radicalidad o moderación (y rigidez o flexibilidad ideológica), tal Y como han expresado algunos dirigentes socialistas empeñados en adjudicar a las fuerzas del cambio solo una representatividad en la izquierda extrema y minoritaria, dando por supuesto que la izquierda (transformadora y moderada), mayoritaria, la ocupa el propio Partido Socialista.

Otro plano es el de la diferenciación de la gestión y las estrategias políticas entre las dos representaciones. Ahí es evidente la posición más firme y transformadora de las fuerzas del cambio de progreso y de la propia Yolanda Díaz, que la actitud del Partido Socialista y su representación gubernamental, más timoratos y ambivalentes respecto de ciertas políticas públicas que no hace falta mencionar, aunque haya un acuerdo compartido del Gobierno de coalición. Al igual que perciben sus electorados y he comentado antes, esa actitud práctica y no tanto discursiva de la representación de UP y MP, se traduce en la percepción de una posición a la izquierda de la de Sánchez y el PSOE, sin que conlleve el estigma de minoritaria e inoperativa sino la positiva valoración de una gestión con firmeza transformadora, con avances sustantivos para las mayorías sociales.

Por tanto, la palabra izquierda refleja una diversidad de posiciones que hay que valorar según los contextos, combinada con otras identificaciones, y que conlleva una triple dinámica: ampliación, renovación y superación.”

Referencia web original: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/55441/espacios-de-la-izquierda/

Una versión se publica en Rebelión (14/01/2022): https://rebelion.org/espacios-de-la-izquierda/

Controversias sobre la transversalidad. Antonio Antón, en Rebelión (5/01/2022)

En esta versión ampliada y tras el ejemplo transversal del acuerdo tripartito sobre la reforma laboral, de máxima actualidad y debate, explico los fundamentos y las controversias sobre la transversalidad. En primer lugar, analizo la diversidad de sus interpretaciones, a veces contrapuestas en su sentido político y su desarrollo histórico. Diferencio dos tipos básicos. Una, la centrista o liberal; otra, la transversalidad popular e igualitaria. En segundo lugar, expongo sus principales características y su función como identificación política en el debate actual, y profundizo en su combinación con otra idea fuerza, la igualdad, para valorar su fundamentación teórica. Selecciono los primeros párrafos:

“La palabra transversalidad (y transversal) adquirió una nueva relevancia en el ámbito político, en particular entre representantes de Podemos y las fuerzas del cambio para definir uno de sus ejes estratégicos. Ahora, se ha vuelto a poner de actualidad en torno al nuevo proyecto de frente amplio propuesto por Yolanda Díaz, tal como expongo en el artículo “Contexto y debates sobre el frente amplio”. Está enmarcado en la renovación de las fuerzas del cambio, cuyos ejes y marco sociopolítico explico en mi último libro: “Perspectivas del cambio progresista”.

Su sentido no siempre queda claro, además de los matices y diferencias entre algunos de sus principales dirigentes sobre su importancia y significado. Pero, además, se ha ido utilizando por todo tipo de actores políticos y socioculturales con distintos contenidos. Se trata de clarificar y avanzar en un debate que debe ser riguroso y constructivo para fortalecer un proyecto de cambio.

El significado lingüístico de transversal es “que se halla o extiende atravesado de un lado a otro” (Diccionario de la RAE) o “que afecta o pertenece a varios ámbitos” (Diccionario María Moliner). Es decir, tiene que ver más con una pertenencia ambivalente, doble o mixta, que con una posición intermedia o centrista.

Detrás de esa palabra existen diferentes significados, se trata de clarificarlos. Avanzo mi valoración para desechar una idea unilateral, bastante común en el ámbito mediático: transversalidad no es consenso entre derechas e izquierdas, ni centrismo liberal o populismo centrista…”

Referencia web original: https://rebelion.org/controversias-sobre-la-transversalidad/

Acerca de la transversalidad. Antonio Antón, en Nueva Tribuna (4/01/2022)

En este artículo, a raíz del acuerdo tripartito sobre la reforma laboral, explico los fundamentos teóricos de los distintos tipos de transversalidad. Transcribo la introducción:

“Transversalidad es un concepto que ha vuelto a resurgir mediáticamente al calor del nuevo proyecto de Yolanda Díaz, tal como expongo en el artículo: “El sentido del frente amplio”. Está enmarcado en la renovación de las fuerzas del cambio, cuyos ejes y contexto explico en mi último libro: “Perspectivas del cambio progresista”. Detrás de esa palabra existen diferentes significados, se trata de clarificarlos. Avanzo mi valoración para desechar una idea unilateral, bastante común en el ámbito mediático: transversalidad no es consenso entre derechas e izquierdas, ni centrismo liberal o populismo centrista.

Transversal es el sentido del diálogo social y la negociación colectiva como proceso cooperativo para conseguir beneficios para todas las partes implicadas, aunque haya dinámicas contrapuestas en otros aspectos, incluido el modelo social y laboral a implementar en el futuro.

Es el actual acuerdo tripartito para la reforma laboral que, aun con concesiones mutuas, supone un avance en los derechos de la gente trabajadora y la capacidad contractual de los sindicatos para reducir la precariedad laboral. Y la patronal ha preferido limitar algo su alcance transformador y no descolgarse ni seguir la estrategia de confrontación de las derechas. Sabía que las fuerzas progresistas tienen la prioridad de avanzar en la justicia social y democrática y que su transversalidad siempre debe estar orientada hacia la igualdad, objetivo conseguido.

Así, este acuerdo amplio o transversal es un paso relevante ya que supone una mejora sustantiva para los derechos sociolaborales, un cambio de la tendencia regresiva y, además, facilita su durabilidad. El pacto tripartito no supone la conformidad con todo el marco actual de precariedad y subordinación del trabajo, cada parte sigue teniendo unos intereses y una posición diferente o contrapuesta sobre el tipo de mercado de trabajo y de relaciones laborales a desarrollar, sino que el acuerdo es una reforma parcial y progresiva del mismo que es lo que hay que valorar en este contexto y con el actual equilibrio de fuerzas sociales y políticas. No es meramente cosmético; es un avance limitado pero sustancial y positivo para las capas trabajadoras y el sindicalismo.

En un reciente artículo “Significados de la transversalidad”, he analizado la diversidad de interpretaciones, a veces contrapuestas en su sentido político. En este texto diferencio dos tipos básicos de la transversalidad. Una, la centrista o liberal; otra, la transversalidad popular y para la igualdad y la emancipación. Así, expongo sus principales características y su función como identificación política en el debate actual, y profundizo en su combinación con otra idea fuerza, la igualdad, para valorar su significado histórico y su fundamentación teórica.”

Referencia web original: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/transversalidad-politica-podemos-yolandadiaz/20220103182454194173.html

Frente amplio y transversalidad. Antonio Antón, en Mientras Tanto, nº 208 (enero de 2022)

Analizo tres aspectos interrelacionados: el marco y el sentido de la propuesta de frente amplio; la experiencia de qué se puede transformar por las fuerzas del cambio de progreso y sus alianzas, con la interacción entre el contexto estructural e histórico y la capacidad transformadora y de agencia de un sujeto sociopolítico alternativo, y el significado de la transversalidad y sus distintas interpretaciones como un eje identificador.

Referencia web original: http://www.mientrastanto.org/boletin-208/ensayo/frente-amplio-y-transversalidad